Sociedad es un término que sirve para definir a agrupaciones formadas por diferentes individuos que juntos conforman una unidad y persiguen finalidades relacionadas con la vida cooperando en conjunto. Ese grupo es lo que define a la sociedad, trabajando conjuntamente y siguiendo una misma modalidad de existencia.

La palabra sociedad viene del latín sociĕtas, –ātis (interpretada como compañero) y responde a múltiples significados que, sin embargo, están vinculados entre sí. Por ejemplo, sirve para nombrar a conjuntos conformados por sujetos, poblaciones o países que cohabitan en un espacio cumpliendo normativas en común. También se puede utilizar para definir a agrupaciones naturales o pactadas de personas que se organizan para cooperar con la finalidad de alcanzar determinados objetivos.

Por otro lado, una sociedad puede ser un conjunto de animales o una organización con fines comerciales, de carácter legal, que tiene un capital para iniciar sus actividades, conseguido mediante aportes de los miembros.

Abejas polinización
Las sociedades de abejas están conformadas por abejas reinas, obreras y zánganos.

Como verán, los significados son variados pero encuentran unos cuantos puntos en común: en una sociedad hay múltiples individuos -humanos o no- que viven o trabajan y se comunican, cooperan juntos, compartiendo intereses y esfuerzos en pos de cumplir ciertos fines.

Origen de la sociedad.

La sociedad se remonta a la existencia humana, aunque las maneras de organizarse fueron sufriendo modificaciones a lo largo de la historia. Que exista desde ese entonces puede explicarse comprendiendo el mismo concepto: los humanos convivían, se valían de los recursos que conseguían y se aliaban, tanto para obtenerlos como para preservarlos. En líneas generales, son las mismas cuestiones que unen a una sociedad hoy, más allá de todas las diferencias que se incluyen con el correr del tiempo.

El hombre prehistórico se organizaba jerárquicamente, comandado por un jefe que era el de mayor fuerza o sabiduría y tenía la concentración del poder en su totalidad. Más adelante, a partir de la Grecia Antigua, el absolutismo dejó de ser la única tendencia dominante, ya que los sectores más bajos dentro del escalafón social lograron acceder a sectores de importancia y ser tenidos en cuenta a la hora de decidir mediante mecanismos democráticos.

A partir de la Revolución Francesa, hubo un cambio absoluto en las formas organizativas de la sociedad. Desde ese momento, cualquier ser humano pudo comenzar a acceder a niveles jerárquicos mayores dentro de la comunidad, o sea que los sujetos dejaron de tener un lugar fijo en la pirámide jerárquica.

Ajedrez, rey, mate
La Revolución Francesa derrocó a la forma monárquica, sacando del escalafón más alto al Rey.

Si bien luego de aquella revolución se han modificado otras tantas cosa, y vivimos socialmente en constantes transformaciones, las modalidades de organización de la Revolución Francesa siguen muy vigentes hoy en día. Por ejemplo, allí surgieron las nociones de izquierda o derecha, de democracia parlamentaria y la Constitución como pilar fundamental del conjunto de leyes de las naciones.

Sociedad y Estado.

La relación entre el Estado y la sociedad viene a definir los procesos mediante los que el conjunto de los ciudadanos, sus instancias de carácter público y sus diferentes estructuras organizativas se vinculan en un entorno mediado por la confianza, de carácter abierto y en vistas de la promoción de políticas públicas que faciliten la participación política de los ciudadanos, generando así una determinada transparencia en su ejecución.

Es así que la sociedad, como conjunto de personas que persigue una finalidad y que debe cumplir una necesaria convivencia mediada por la comunicación, así como también tiene que velar por sus derechos y obligaciones. En este marco, debe contemplar cuestiones necesarias que, de no garantizar el Estado, se convierten en manifestaciones o petitorios para modificar las formas de la ejecución política.

Reclamos de la sociedad
Mediante la presión de la sociedad, el Estado debe adaptarse a las exigencias de las personas sobre las que gobierna.

Es así que la sociedad y el Estado son herramientas complementarias y ninguna puede reemplazar a la otra porque se necesitan para el correcto funcionamiento de las dos. Para que haya una democracia sólida, estas partes deben tener una fuerte relación, continua y controlada, con una voz del pueblo legalmente avalada que permita la negociación constante.

Sociedad y cultura.

La cultura es aquel concepto que nuclea todas las formas y las expresiones dentro de un organismo social determinado. En ella conviven las costumbres, los códigos, las normativas y reglas, las prácticas y otros elementos, como el folclore de una sociedad. También forman parte de ella los modos de vestir, las creencias religiosas y los rituales.

Según la declaración de 1982 de la UNESCO, la cultura es el elemento que le brinda a los seres humanos la posibilidad de elaborar reflexiones sobre ellos mismos. En determinada manera, es justamente aquello que nos hace humanos, racionales, críticos y con compromiso ético. Es a través de la cultura que podemos discernir los valores y tomar decisiones en consecuencia. También es mediante ella que podemos expresar nuestra conciencia sobre nosotros mismos y buscar nuestras realizaciones creando obras que nos trasciendan.

Si tenemos en cuenta esto podemos comprender que, entonces, la sociedad es aquello que define las relaciones organizativas que se generan entre las personas o animales en un determinado entorno, y que la cultura define las formas del sentimiento y del pensamiento. Hay un consenso sobre esto en la sociología, pero así y todo muchas veces en sus usos populares, las palabras se confunden.

En realidad, lo que sucede es que la noción de sociedad a veces se utiliza mal, o se abusa de ella, olvidando que una sociedad es, básicamente, todo tipo de organización conformada por individuos. Pero con la cultura sucede lo mismo. Tal es la extensión que alcanzan estos conceptos divorciándose de sus propósitos originales, que en numerosas ocasiones para las mismas cosas se puede responder aleatoriamente con los dos.

Por ejemplo, cuando sucede algo con los niños y una persona alega que han cambiado las infancias, alguien podría decir «y… así está la cultura por estos días», o bien «y… así es la sociedad por estos días». Esto demuestra una profunda simbiosis entre ambos términos. Este panorama no permite establecer que, en realidad, lo que se ha modificado en la actitud del niño tiene que ver con una transformación de los códigos y valores morales de una sociedad que, por supuesto, igual tendrá impacto en la cultura y en la sociedad.

Escritura con tinta y papiro
Un elemento fundamental a la hora de tipificar sociedades es la existencia o no de la escritura como recurso.

Tipos de sociedades.

Las sociedades se pueden tipificar teniendo en cuenta distintos parámetros. Detallamos algunos criterios:

  • Sociedad según la relación con la escritura:
    Sociedades primitivas: sólo se comunican oralmente.
    Sociedades civilizadas: ya saben escribir, por ende, cuentan con ventajas y pueden instruirse formalmente.
  • Sociedades según grupos dominantes:
    Sociedades dominadas por la economía: los negociantes y fabricantes tienen un lugar alto en la jerarquía. El status se corresponde a lo material y lo comercial.
    Sociedades dominadas por la familia: se respeta a los más grandes, viejos o fallecidos. El status va a tono con la línea sanguínea.
    Sociedades dominadas por lo religioso: están centradas en las religiones, lo sobrenatural y el vínculo entre Dios y el hombre.
    Sociedades dominadas por la política: también se denominan totalitarias, y cuentan con un poder concentrado que da al Estado capacidad de intervenir directamente sobre los grupos dominados.

Citar este artículo

Krause, G. (13 de diciembre de 2021). Definición de sociedad. Sus orígenes, tipos y la relación con cultura y Estado. Definicion.com. https://definicion.com/sociedad/