El existencialismo está entendido como una corriente o doctrina filosófica en primer lugar, y literaria más adelante, cuya idea general está relacionada con fundamentar el conocimiento de la realidad sobre la base de la experiencia inmediata. Hay una concepción sobre el hombre, la libertad y la responsabilidad en los actos que se cruza con la idea de huir de ciertos moralismos y/o postulados, cuyos cimientos pondrán en crisis los autores.

Si bien no hay información concreta al respecto, se ha consensuado que el término fue acuñado hacia fines del siglo XIX por el filósofo danés Søren Kierkegaard (1813-1855), a quien se considera el padre del existencialismo.

Hemos señalado que este vocablo está tanto relacionado con la filosofía como con la literatura: por tal motivo, las definiciones más específicas y acotadas las señalaremos en cada corriente, y en cada autor. A continuación, describiremos los más representativos de esta vertiente.

Características generales del existencialismo.

Consideraremos los siguientes rasgos como transversales a todos ellos, aún cuando en cada autor van cambiando y adoptando perspectivas particulares:

  • Se centra en la existencia del hombre: ya sea por confiar en su subjetividad y en un hacer «correcto» (guiado no por imposiciones, sino por voluntad propia), por asumir lo absurdo de la existencia o por buscar nuevos valores, todas las posturas de los autores ponen el foco en que el hombre, y su subjetividad, son lo fundamental.
  • La razón no es una fuente absoluta de realidad: ni Dios, ni los grandes sistemas de valores de la historia occidental lo son tampoco. En las diferentes líneas de pensamiento del existencialismo hay angustia, melancolía, pesimismo y dolor. Sus textos transmiten esa desesperanza por la toma de conciencia sobre la existencia humana.
  • Pérdida de valores: ya sean sociales o religiosos, morales o filosóficos, hay una puesta en crisis con el pasado, con la tradición y los valores dominantes.
Libros de filosofía
El existencialismo es una corriente tanto filosófica como ligada a la literatura.

Siglo XIX: Søren Kierkegaard (1813-1855).

Filósofo y teólogo danés, es quien abrirá el camino a los futuros pensadores sobre el existencialismo. Su búsqueda se origina a partir de su oposición a todo sistema filosófico en el cual se minimice el rol del individuo (tenía un marcado rechazo hacia el idealismo hegeliano, también). Hay, contra toda postura absoluta y determinista, un ser y estar concretos en el mundo, un pensamiento que se encarna a una materialidad particular y en relaciones con otros individuos igual de específicas. Del Cogito ergo sum, «Pienso, luego, existo», se pasará a poner en primer plano este existir.

Hay algunas características que podemos individualizar de su pensamiento:

  • El humano debe encontrar su vocación: Tal era su valoración por este aspecto que consideraba que hay un camino que todo humano debe buscar y construir, y que sea ajeno a reglas universalizables. Se rescatará luego de su teoría que debe primar, en situaciones donde se involucra lo moral, el valor que la acción individual posee: en esta individualidad hay no solo una consciencia de cómo proceder, sino que además presupone un sujeto involucrado con tal contexto.
  • La inevitabilidad de elegir: no hay situación, señalará, en la cual no debamos elegir por una u otra opción. Aceptar tal condición de la existencia predispone al individuo de otra manera: es por tales circunstancias, explicará el autor, que lo que elegimos está fundamentalmente en dependencia con nosotros mismos. No hay entorno, familia u preceptos sociales que guíen nuestras acciones (la individualidad a veces excesiva que se desprende de algunas de sus afirmaciones es una de las críticas que luego se le ha realizado).
  • Su postura filosófica, aun cuando era un gran crítico de la Iglesia, no deja de estar inscripta en el existencialismo cristiano.

Siglo XIX: Friedrich Nietzsche (1844-1900).

Su perspectiva estará radicalmente alejada de la cristiana y/o religiosa. Famosa es su frase «Dios ha muerto», con la que sienta postura respecto de la historia occidental, o el más grande acontecimiento moderno, como le llamará él.

Este sin Dios que expresa en su frase está relacionado no solo con lo religioso sino con una caída de valores y sistemas de creencias como el platónico, que han perdido su hegemonía en relación con cómo concebimos la realidad. Así se abre camino también al nihilismo, y, de esta manera, este lugar ocupado por los grandes ideales puede tomar dos formas o caminos:

  • Aprehender tal inexistencia de valores pero en pos de una nueva búsqueda de cómo suplir tal ausencia. Habría nuevos valores que dirijan la existencia.
  • Aquí, de forma más negativa, esta experimentación de que los ideales han desaparecido, lleva a un agotamiento que deberá encontrar nuevos valores con los cuales producir un nuevo sistema (no recuperar ni transformar valores anteriores).
Friedrich Nietzsche
Friedrich Nietzsche (1844-1900), filósofo y escritor alemán, y una de las principales figuras en el existencialismo.

A partir de los siguientes autores, encontraremos la perspectiva literaria del existencialismo.

Siglo XX: Jean Paul Sartre (1905-1980).

Podríamos enmarcar la postura de este autor desde lo que se denominará existencialismo ateo: aquí no hay validez ni lugar para formas de pensamiento tanto metafísicos como religiosos. Dirá que el hombre es primero esencia, luego existencia. Pondrá así, en principio, que son los actos los que hacen a un individuo, que es libre, responsable e independiente, un ser que debe hacerse cargo de sus actuaciones. Hay en cierto punto un cruce con Kierkegaard, una idea de pensar en valores que se cimienten sobre una ética de la responsabilidad de este individuo: debe superarse lo moral y buscar otros caminos, dado que, a la manera de Nietzche, Dios también ha caído en su concepción. Hay, de igual modo, una concepción de la vida como un absurdo, en el sentido de que no hay ni acción ni manera de proceder que sepamos si está en lo correcto o no, pero debemos elegir, y al hacerlo, cargamos de valor tales acciones, lo que les otorgará sentido.

Algunas de sus obras más relevantes son las siguientes: «La Náusea» (1938), primera obra del autor, «El ser y la nada» (1943).

Hombre pensativo
Esta corriente filosófico-literaria tiene como centro la subjetividad del individuo y la noción de su existencia finita.

Siglo XX: Albert Camus (1913-1960).

Artífice de libros como «El extranjero» (1942) o «La peste» (1947), este autor argelino nacido en 1913 y fallecido en 1960 es representativo del denominado existencialismo agnóstico, aunque habrá reparos de parte suya en tal inscripción.

A grandes rasgos: la existencia o no existencia de Dios no es lo fundamental. Si existe, o no, no hay consuelo para el humano. No «niega» a Dios estrictamente hablando, ya que hay una comprensión de que, en nuestro sistema de creencias sociales, históricas y culturales se le ha dado sentido y un valor, y negar su impacto en estos planos sería algo que, nuevamente, no resolvería la cuestión de que el hombre convive en un mundo que, tal y como sus personajes plantean, es absurdo.

Sus personajes toman dimensión de tal realidad, de lo absurdo de la existencia, aunque su pensamiento sí tiene de cierto modo la vista puesta en un idealismo. No puede perderse por completo el humano de la realidad, aun cuando esta sea absurda: si todo es absurdo nada es importante, propondrá. Tras haber tomado conciencia de esto, hay que encontrar valores, actitudes o formas de existir que reivindiquen el actuar en función de lo que es correcto, a sabiendas de que uno puede estar equivocado, pero haciéndolo de forma responsable y consciente.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (13 de diciembre de 2021). Definición de existencialismo. Características y autores. Definicion.com. https://definicion.com/existencialismo/