El relativismo es una corriente filosófica que niega la posibilidad de «verdades universales absolutas», y postula la relatividad de todo conocimiento, pensamiento o idea. Según el relativismo, el ser humano es incapaz de conocer la «verdad» de forma completa y definitiva, por lo que el concepto de verdad, aquello que se considera «verdadero» o «falso», siempre es relativo y nunca absoluto. El pensamiento relativista propone que el conocimiento del mundo varía según factores como la cultura, las personas, la historia y los contextos. Por esta razón, el relativismo se asocia al subjetivismo, ya que postula que el conocimiento es relativo a la subjetividad de las personas y se basa en la negación de un «conocimiento objetivo» y «universal».

Así, el relativismo se opone al objetivismo y al universalismo ya que niega la universalidad del conocimiento y plantea un pluralismo de posturas, ideas y perspectivas acerca del saber y la cultura.

Existen diferentes tipos de relativismo según se aplique el concepto a distintas áreas: el relativismo cognitivo se aplica al nivel del conocimiento y postula que no existe la posibilidad de conocer una «verdad objetiva», por lo que toda forma de conocimiento es parcial y relativa; el relativismo moral se aplica en el plano ético y postula que no existe una «norma moral» o «código ético» universalmente válido para todos, sino que las acciones y los valores morales dependen del contexto, la situación, la cultura y las personas; el relativismo lingüístico se aplica en el orden del lenguaje y postula que no existe un «lenguaje natural» o «universal», sino que toda lengua es arbitraria y se construye por convención cultural y social.

Como postura filosófica, el relativismo tiene un amplio y diverso alcance, ya que su posición es abarcativa y tanto puede hablarse de relativismo en el conocimiento, la ciencia y la filosofía, pero también en la cultura, la sociedad, el arte, los gustos, la ética y la política, entre otros ámbitos. De manera que, relativista es toda aquella postura que implique una ambigüedad o variedad en sus perspectivas, y niegue, de manera taxativa o laxa, las ideas universalistas y absolutistas, tanto del conocimiento, la cultura, la moral, el arte, la religión, etc. El perspectivismo es una versión del relativismo que enfatiza la relatividad de las posturas según la perspectiva que se tenga de determinado fenómeno, acontecimiento u opinión.

Etimológicamente, la palabra «relativo» proviene del latín «relativus», y significa «aquello que guarda una relación con algo, que está relacionado a otra cosa».

Relativismo
El relativismo plantea que no existe una visión universal y absoluta del conocimiento, la ciencia, la sociedad o la cultura, sino que todas las posturas son relativas y limitadas

Historia del relativismo.

Relativismo antiguo.

Históricamente, el relativismo surge en la antigua Grecia con los sofistas (del griego sophos «sabio»): hombres que se hacían llamar a sí mismos «sabios» y que enseñaban públicamente el arte de la retórica en la Atenas de los siglos V y IV a. C. El pensamiento sofístico se basó en el relativismo, el subjetivismo y el escepticismo como posturas filosóficas a partir de las cuales desarrollaron una negación al conocimiento objetivo, una crítica al concepto de verdad y universalidad, y a la posibilidad del lenguaje de expresar objetivamente la realidad. Entre los sofistas más importantes se destacaron Gorgias y Protágoras como los más influyentes de la cultura sofística de la antigua Grecia.

Gorgias expresó su postura relativista a partir de la siguiente fórmula: «No existe el ser, pero si existiera, no podríamos conocerlo, y si podríamos conocerlo, entonces, no podríamos transmitirlo». La fórmula gorgiana encierra tres tipos de negaciones: la primera es ontológica (niega la existencia de un ser o realidad objetiva); la segunda es gnoseológica (niega la posibilidad de un conocimiento objetivo); y la tercera es lingüística (niega la posibilidad de transmitir la verdad mediante el lenguaje). Así, Gorgias postula una de las fórmulas relativistas más contundentes e influyentes del relativismo antiguo.

Por otra parte, Protágoras fue maestro de retórica y padre del subjetivismo y el relativismo cultural. Según Protagoras, el conocimiento está condicionado por el contexto social, la historia, las circunstancias y la cultura. Famoso por su frase «El hombre es la medida de todas las cosas», mediante la cual postuló un subjetivismo y un antropocentrismo que puso al conocimiento subjetivo del hombre como la medida del mundo, negando así toda «ley» o «conocimiento externo» a la subjetividad humana.

Los principales oponentes filosóficos de los sofistas fueron Sócrates y Platón, quienes desarrollaron la filosofía como contrapartida al relativismo sofístico en boga en aquellos tiempos. Platón se esforzó por refutar el relativismo a través de un esencialismo ontológico en su Teoría de las ideas, estableciendo una metafísica, según la cual el conocimiento verdadero, universal y objetivo, no sólo es posible, sino alcanzable para la razón humana. En sus diálogos, Platón propuso a Sócrates como el principal oponente filosófico de la sofística y se dedicó a refutar filosóficamente los postulados relativistas y subjetivistas de los sofistas.

El relativismo en la antigüedad surgió a partir de los sofistas y se contrastó con las posturas filosóficas universalistas y ontológicas

Relativismo en la filosofía moderna.

Durante el surgimiento y desarrollo de la filosofía moderna, el relativismo, así como también el escepticismo y el subjetivismo, surgieron a partir de los nuevos estudios desarrollados por el humanismo y el Renacimiento en materia de retórica, dialéctica y filosofía, en contraposición con el dogmatismo imperante durante toda la Edad Media. El absolutismo de la Iglesia Católica y el dogma cristiano habían sumergido a las posturas relativistas y escépticas bajo el manto del universalismo y el dogmatismo religioso. Luego de la caída del medioevo, el relativismo, y en especial el escepticismo, resurgieron como formas de influencia en el desarrollo del nuevo pensamiento moderno, crítico y contrario al dogmatismo religioso medieval. Los debates entre racionalismo y empirismo abrieron nuevos interrogantes acerca de la relatividad del conocimiento, en relación a los sentidos y los límites de la razón abstracta. Pensadores como Michelle de Montaigne, Francis Bacon y, posteriormente, Immanuel Kant, se verían profundamente influenciados por el relativismo y el escepticismo, tanto para desarrollarlo, como en el caso de Montaigne, o para intentar superarlo a partir de una teoría trascendental de la subjetividad, como en el caso de Kant. Los estudios kantianos desarrollaron un subjetivismo trascendental, según el cual, la mente humana no puede conocer el «mundo objetivo» de forma directa, sino que sólo accedemos al «conocimiento» a partir de nuestra subjetividad y nuestras propias representaciones. El «mundo» se convierte así en una representación relativa al sujeto y sus categorías conceptuales de conocimiento.

Relativismo
La revolución científica y la transformación gnoseológica de la Modernidad pensaron el relativismo en relación al problema del conocimiento

Relativismo en la filosofía contemporánea.

La diversidad de la filosofía contemporánea desarrolló múltiples formas de concebir el relativismo y profundizó los debates acerca de sus postulados esenciales y sus posibles críticas. Posturas como el realismo o el idealismo, se contrastaron con el relativismo al postular la existencia de una «realidad objetiva», ya sea concreta o ideal, ambas corrientes se desentendieron del relativismo y establecieron una objetividad por fuera de toda relatividad. El positivismo, como principal movimiento cientificista, se diferenció del relativismo e intentó desarrollar una filosofía positiva capaz de elaborar un conocimiento científico y objetivo de la realidad. En el plano ético, el existencialismo se diferenció del relativismo ético como doctrina filosófica y asoció la libertad humana a la responsabilidad ética del individuo sobre su propia existencia.

Sin embargo, por otra parte, posturas como el antirracionalismo y el postmodernismo vieron en el relativismo una posibilidad de desarrollar una filosofía que se diferenciara de las corrientes objetivistas clásicas del pensamiento contemporáneo. Friedrich Nietzsche pronunció la frase «No hay hechos, sólo interpretaciones», negando así la realidad objetiva de los «hechos» y relativizando los conceptos de verdad y conocimiento llevándolos al plano de la interpretación. A través del pragmatismo, William James y John Dewey relativizaron todo conocimiento teórico a sus efectos prácticos.

En el ámbito de la epistemología y la filosofía de la ciencia, Thomas Kuhn elaboró una teoría, según la cual, el conocimiento científico es relativo a cada paradigma histórico, por lo que, desde su postura paradigmática, Kuhn desarrolla una perspectiva relativista del conocimiento científico. Paul Feyerabend cuestionó el modelo epistemológico de la ciencia y relativizó las bases de la epistemología y el pensamiento científico. Michel Foucault criticó toda objetividad y neutralidad del conocimiento y postuló que el «saber» es relativo al «poder». Jean-François Lyotard habló del «fin de los grandes relatos» como narrativas objetivas y universales de concebir el mundo, y abrió paso a posturas relativistas y posmodernistas de explicar «la realidad». Richard Rorty, en su obra Objetividad, relativismo y verdad concibió su propia definición de relativismo como aquella postura en la cual todas las opiniones valen lo mismo, tanto las verdaderas como la falsas.

El surgimiento de la filosofía del lenguaje puso al relativismo lingüístico en el centro de los debates filosóficos de la época. El positivismo lógico de Ludwig Wittgenstein problematizó la relatividad entre lenguaje y realidad. Jacques Derrida postuló la deconstrucción como método de análisis lingüístico, según el cual, el lenguaje está cambiando constantemente y es relativo a la cultura, el tiempo y los con-textos.

El relativismo radical de Nelson Goodman.

En su obra Maneras de hacer mundos, Nelson Goodman estableció una versión extrema del relativismo en la cual propone una controvertida teoría ultra-relativista donde los individuos viven y atraviesan «distintos mundos o realidades» (pluralismo), los cuales no son naturales sino «creados» por los seres humanos (irrealismo). Así, Goodman se opone a toda perspectiva clásica de la «realidad» y rechaza tanto al realismo como el idealismo, al empirismo y el racionalismo, el existencialismo o el materialismo, postulando un pluralismo irracionalista que renueva y radicaliza por completo las ideas relativistas. Las dos posturas renovadoras del relativismo radical de Goodman se basan en el pluralismo: «Los seres humanos vivimos en múltiples mundos», y el irrealismo: «Esos mundos son creados artificialmente por los propios seres humanos».

Mundos
El pluralismo irrealista de Goodman propone que vivimos en múltiples mundos irreales creados por nosotros mismos

Tipos de relativismo.

Existen diversos tipos de relativismo. Como hemos visto, la perspectiva relativista es muy amplia y puede aplicarse a diversos ámbitos, tanto del conocimiento como la cultura y la sociedad. A continuación, presentamos una lista con una breve caracterización de los diversos tipos de relativismo existentes:

Relativismo en el conocimiento, la filosofía y las ciencias.

  • Relativismo cognitivo: O gnoseológico, es el relativismo aplicado al conocimiento, según el cual, es imposible alcanzar un «conocimiento universal» y «objetivo» del mundo y de las cosas, ya que todo «saber» está condicionado por variables como el contexto social, histórico, cultural y por la subjetividad humana.
  • Relativismo filosófico: Postula que no existe una filosofía única y objetiva, universal a todas las filosofías, sino que cada postura, idea o punto de vista filosófico es relativo a sus propias concepciones y contextos.
  • Relativismo epistemológico: Aplicado a la epistemología y los conceptos, según esta postura no existen ideas o «conceptos universales», sino que toda conceptualización es relativa y está sujeta a variables.
  • Relativismo científico: Postula que no existe una «ciencia» o «conocimiento científico» universal y aplicable a todas las cosas, sino que toda «ciencia» depende de diversos factores y especialidades no universalizables.
  • Relativismo físico: Es el relativismo propio de la teoría física de la relatividad de Albert Einstein. Tanto la relatividad especial como la relatividad general, postulan que la percepción del espacio-tiempo es relativa, según el punto de vista de un observador arbitrario (situado en cualquier parte del universo). Según la teoría de la relatividad de Einstein, la matriz espacio-temporal se curva dependiendo la masa y la densidad de los cuerpos físicos, por lo que la percepción del espacio-tiempo no es la misma para observadores situados en distintos puntos. Einstein prueba, con esta teoría, que la percepción del tiempo es relativa a las condiciones físicas de la materia y la gravedad.
  • Relativismo psicológico: Consiste en la idea de que no es posible conocer ni postular una psicología humana universal y válida para todos los casos. El relativismo psicológico se centra en la diversidad de posturas psicológicas existentes, y en la idea de que no existe una psicología idéntica a la otra. Cada individuo humano representa un universo psicológico único, y por ende, es imposible universalizar la psicología como ciencia que estudia la mente y las emociones humanas, sino que la psicología es relativa a cada persona, método o corriente psicológica existente.
Relatividad
El relativismo físico prueba que la percepción del tiempo es relativa a la curvatura espacio-temporal provocada por la masa de los cuerpos físicos

Relativismo en la cultura y la sociedad.

  • Relativismo cultural: Es el relativismo aplicado a las diversas culturas y contextos socioculturales que condicionan la percepción del mundo en que vivimos. Según la cultura a la que pertenezcan, las opiniones y concepciones acerca del mundo, la realidad, la moral, la ética, la política, estarán condicionadas por los valores y costumbres de la cultura con la cual están familiarizados. El multiculturalismo y el interculturalismo se basan en esta postura para desarrollar su concepto de múltiples culturas en interacción mutua. Debido a la relatividad de las creencias y los conocimiento culturales, es posible el intercambio y aprendizaje mutuo entre las distintas culturas. Por el contrario, posturas como el etnocentrismo y el eurocentrismo, las cuales se basan en un concepto absolutista y hegemónico de la cultura, devienen en posiciones totalitarias, cuya valoración de las demás culturas es peyorativa, tendiendo a negar la «culturalidad» de los demás pueblos y sociedades. El relativismo cultural sirve de fundamento para comprender la importancia de la diversidad cultural y fomentar la tolerancia entre las diferencias culturales de cada pueblo, región, persona o comunidad.
  • Relativismo social: Postula que es la sociedad y el contexto social lo que condiciona la perspectiva e idea del mundo. El relativismo educativo consiste en señalar que la visión del mundo y la realidad depende, en gran medida, de la educación recibida, es decir, las competencias cognitivas y sociales que una persona tenga para decodificar el mundo son relativas a la educación que ha recibido.
  • Relativismo antropológico: Postula que no existe una definición única y «universal» de «hombre» o «humanidad», ya que esta es relativa a los grupos humanos que se han desarrollado a lo largo de la historia en diversos puntos del mapa. Cada comunidad desarrolla una cosmovisión y una antropología propias, es decir, un concepto de ¿Qué es el ser humano? Elaborado según sus propias creencias y costumbres. De manera que, no existe una definición única del «ser humano», sino tantas como cuantas culturas existan en el mundo. El relativismo cultural de Franz Boas, antropólogo alemán cuyos estudios revolucionaron el campo de la antropología y la investigación cultural, se opone al evolucionismo imperante en la época y postula que todos los sistemas culturales deben ser considerados iguales en su valor y que las diferencias entre las distintas culturas surgieron a partir de sus propias y particulares condiciones sociales, históricas y geográficas, las cuales no pueden ser universalizables de forma absoluta, ni reductibles a una sola forma de cultura.
  • Relativismo histórico: Postula que la historia y el contexto histórico y social determinan las concepciones del mundo y de las cosas. Según el relativismo histórico, cada época y momento de la historia de la humanidad desarrolla su propia visión del mundo, la sociedad, el conocimiento y el hombre, distinta de otras épocas, ya que no existe una concepción «universal» que trascienda las condiciones históricas del conocimiento y la cosmovisión. Toda perspectiva es relativa a las condiciones históricas y temporales.
  • Relativismo geográfico: Postula que el contexto y las condiciones geográficas específicas de cada región condicionan y determinan la perspectiva del mundo. No existe una visión o «conocimiento universal» para todas las personas en el planeta, sino que cada comunidad elabora su propia visión del mundo relativa a las condiciones geográficas del lugar al que pertenecen.
  • Relativismo teológico: Corresponde al relativismo aplicado a la religión y la teología, según el cual, no existe una «religión universal» y absolutamente verdadera, así como tampoco un Dios o dioses absolutos y universales para todos, sino que cada religión y pensamiento teológico desarrolla su propio concepto de Dios y lo divino. Para el relativismo teológico, la religión es relativa a las diversas creencias, costumbres y rituales de cada postura teológica.
Relativismo cultural
El relativismo cultural consiste en considerar a las condiciones y contextos culturales como determinantes en la cosmovisión y la idea que las personas se hacen del conocimiento y el mundo

Relativismo en la moral, la ética y la política.

  • Relativismo moral: También llamado relativismo ético, postula que no existe un único código moral o sistema ético que sea «universalmente correcto» y válido para todas las personas, sino que la moral y la ética son relativas a las opiniones y creencias de cada grupo y persona. Lo que puede ser considerado «bueno» para una persona o cultura, puede ser mal visto para otras, y viceversa. No existe un concepto universal acerca del bien y el mal, sino que las ideas morales y los principios éticos están sujetos a las diversas opiniones, costumbres y subjetividades. El relativismo moral se opone al absolutismo moral, el cual postula que existe sólo un código moral «correcto», y una sola forma de comprender los conceptos del bien y el mal, la cual debe imponerse de forma absoluta por encima de las demás concepciones morales y éticas.
  • Relativismo político: Es el relativismo aplicado al ámbito político, según el cual no existe un modelo o ideología política que puede ser postulada como universal y absoluta para todas las personas y sociedades, sino que cada sistema, modelo o ideología varía según los grupos sociales, la cultura, la historia y los intereses políticos y económicos de cada uno de los grupos y partidos políticos existentes. El relativismo económico se sigue del relativismo político, según el cual no existe un modelo o sistema económico perfecto, universal y absoluto, sino que cada modelo económico responde a condiciones e intereses diversos, relativos a las necesidades, fuerzas y grupos en cada sociedad y momento de la historia. Por último, el relativismo legal, aplica el relativismo al ámbito de las leyes y la jurisprudencia. Según este tipo de relativismo, no es posible concebir «leyes universales» para todos los pueblos, ni marcos legales absolutos e inamovibles, sino que las leyes y normas de una sociedad son relativas y están sujetas a discusiones y debates constantes acerca de qué y cómo legislar una sociedad, según factores de compleja procedencia como la política, la economía, la historia, la cultura, la ética, etc.
Relativismo moral
El relativismo moral consiste en postular la relatividad de los conceptos acerca del bien y el mal y el correcto o incorrecto comportamiento de las personas

Relativismo en la estética y el arte.

  • Relativismo estético: Consiste en un tipo de relativismo que relativiza los conceptos de belleza y del gusto. Según el relativismo estético, no es posible delimitar un concepto «universal» de belleza, ya que este varía según cada persona y es relativo a los gustos y criterios de cada quien. La famosa frase «Sobre gustos no hay nada escrito», se desprende de un concepto relativista del gusto y la belleza. Según este tipo de relativismo, la diversidad y multiplicidad de gustos e ideas acerca de lo bello no pueden ser definidas de manera absoluta y universal sino que existen múltiples y distintas formas de concebir lo bello y lo feo, lo agradable y lo desagradable.
  • Relativismo artístico: En el ámbito artístico, el relativismo se aplica para establecer que no existe un concepto universal y absoluto de lo que es arte. Los debates acerca de cómo se define el arte, qué es considerado «arte» y que no, son relativos a múltiples factores como los movimientos artísticos, estilos, vanguardias, gustos e intensiones de cada artista y grupo social o cultural dedicado a la producción, difusión o estudio del arte, en todas sus formas. Según el relativismo artístico, la respuesta a la pregunta sobre ¿Qué es el arte? No puede ser universal ni dar una definición absoluta del arte y de lo estético.
relativismo estético
El relativismo estético postula que no existe un único concepto de belleza y del arte, sino que cada quién elabora su propio gusto e idea de lo bello

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Aci, E. M. (6 de septiembre de 2023). Definición de relativismo. Origen, historia, tipos y posturas relativistas. Definicion.com. https://definicion.com/relativismo/