Cooperación, el nombre con el que se conoce a la acción de cooperar, hace alusión a un obrar en conjunto, de dos o más personas o entidades, para perseguir un fin en común.

La palabra proviene del latín cooperatio, utilizada para señalar la acción y el efecto de trabajar juntos.

Rasgos generales.

La cooperación es una capacidad, una habilidad que puede aplicarse en diferentes ámbitos de la vida cotidiana. Puede aplicarse en el ámbito familiar, en el laboral y en otros contextos como puede ser el diálogo entre diferentes países.

Por este motivo, es posible encontrar algunos rasgos en común:

  • Supone un proceso de trabajo en equipo entre dos partes o más.
  • La comunicación y el diálogo deben ser la esencia del intercambio, ya que es la única forma de poder trabajar en pos del beneficio mutuo.
  • De este esfuerzo conjunto surge una estrategia mediante la cual es posible alcanzar un objetivo, una meta o cumplir un proyecto en común.
  • Es una capacidad clave para poder fomentar el respeto y la tolerancia entre las partes involucradas pero también en la sociedad.
  • Implica, también, un acuerdo entre partes, ya que deben encontrarse puntos en común y debe negociarse una forma de poder avanzar donde ambas partes puedan salir beneficiadas o con el menor daño posible.
Negociación
Entre los factores centrales de la cooperación, se encuentra la negociación y los acuerdos entre ambas partes.

Esta acción en conjunto puede trabajarse desde la infancia, al aprender a jugar y compartir con otros niños, por ejemplo, o al insertarnos en los diferentes ámbitos sociales a donde asistamos, como la escuela. Con el paso del tiempo, esta habilidad se complejiza.

Valores implicados y su importancia.

Es también posible percibir la cooperación como una acción que involucra distintos valores. Uno de ellos es la empatía: cuando podemos comprender las emociones del otro, es más sencillo que interactuemos con solidaridad, ya que nos sentimos movilizados a hacerlo.

A su vez, un segundo valor es el respeto. Una cooperación respetuosa nos permite considerar a la otra parte como un par, igual a nosotros. De este modo, podemos trabajar en encontrar una conexión mucho más igualitaria.

En tercer lugar, encontramos el beneficio mutuo: esta forma de apoyo entre partes permite que no solo sea una la que asiste o contiene a la otra parte, sino que es una tarea compartida entre ambas. Así, con esta ayuda mutua, ambas partes pueden desarrollar la confianza entre sí. Hay un entendimiento compartido y una reciprocidad que constituye una red de apoyo al momento de avanzar en la cooperación.

Planificación
La ejecución de un plan, de un paso a paso, requiere el compromiso de todas las partes que intervienen.

Finalmente, el compromiso. Al cooperar con otra parte para cumplir algún objetivo, sin importar qué tan pequeño o grande sea, cada uno de los interventores en este proceso asumen la responsabilidad de acompañarse en todo el proceso hasta su fin. Esto ayuda a que haya una construcción conjunta de cada paso en este proceso.

También, hay aprendizaje colaborativo y se posibilita la confiabilidad en el otro, ya que sabemos que va a quedarse a nuestro lado tanto como nosotros con ellos.

Tipos.

Veamos qué tipos de colaboración son las más comunes en los vínculos sociales.

En primer lugar, encontramos la cooperación interpersonal. Esta es una de las habilidades que más pronto aprendemos. Los adultos a cargo de los niños enseñan a compartir, a respetar al otro, a escuchar y a prestar atención a su entorno.

Infancia y cooperación
Los niños pueden aprender sobre cooperación y apoyo al otro desde una muy temprana edad.

Con el paso del tiempo, y a medida que vamos conociendo otros círculos sociales, aplicamos este conocimiento de la infancia, y aprendemos a cooperar en tareas más complejas:

  • Colaboramos con las tareas del hogar
  • Somos más responsables con nuestras labores educativas
  • Realizamos acciones que nos hagan menos dependientes de los adultos a nuestro alrededor, como ordenar nuestro espacio
  • Estamos más pendientes de lo que ocurre en nuestro entorno, para poder ayudar a quien lo necesite

Esto, también, permite alimentar la confianza en uno mismo, pues nos sabemos capaces de poder ayudar a alguien con alguna tarea.

Otra forma diferente de cooperación es la que ocurre en el ámbito organizacional (como empresas o instituciones). Aquí, la colaboración tiene lugar entre partes con más gente en su interior, con organismos donde la acción colectiva y el desarrollo conjunto es más complejo. 

Aquí, la dinámica es diferente. Se requiere del acompañamiento entre líderes y el diálogo con otras instituciones pero, también, entre los miembros de cada grupo y de manera interrelacionada. Esto significa que la integración y el compromiso deben ocurrir al interior de la propia institución también, entre colegas.

Formas más complejas de cooperación.

El concepto de cooperación, además, está estrechamente vinculado con la idea de acuerdos, alianzas y pactos que tienen lugar entre países, de forma internacional.

Gracias a esto, es posible que se llegue a un consenso respecto de decisiones que sean las más favorables para la sociedad civil, las instituciones de cada país y el vínculo de armonía entre ambos territorios.

A lo largo de la historia, los acuerdos y alianzas entre países tuvieron diferentes manifestaciones, como tratados, pactos o coaliciones, donde incluso se conforman bloques de países. Gracias a ello, se construyen también alianzas estratégicas que se hacen evidentes, por ejemplo, durante conflictos bélicos. Además, esta cooperación internacional puede ser útil para poder crear acciones conjuntas como ayuda humanitaria.

Alianzas y pactos
Las alianzas internacionales son una de las formas más antiguas de cooperación entre naciones.

Herramientas para fomentarla.

En función del ámbito donde nos encontremos, es posible aplicar las siguientes herramientas para poder construir una colaboración conjunta y una unidad cooperativa que se sostenga en la colaboración.

Podemos usar la comunicación efectiva: esta consiste en una comunicación clara, asertiva y precisa. Los intercambios que tengan lugar en esta cooperación deben manifestarse de modo tal que ayuden a que el mensaje llegue rápida y claramente

Es importante, también, saber cuándo brindar un mensaje y cómo. En este sentido, tener un conocimiento del contexto en el que nos encontramos, para poder dar la información cuando sea pertinente, es una habilidad muy útil para una colaboración.

Además, la gestión y resolución de conflictos es también una habilidad muy importante en este contexto. Si podemos hacer una escucha activa, calma y atenta de una situación, es posible llegar a un acuerdo o a una solución.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (7 de septiembre de 2023). Definición de cooperación. Rasgos, características y herramientas. Definicion.com. https://definicion.com/cooperacion/