Con racionalismo se conoce a una corriente de la filosofía que aboga por la razón como elemento esencial de todo conocimiento. La razón, aquí, se opone a la experiencia como fuente de saberes.
La palabra surge de la unión de dos términos:
- Racional: proveniente del latín rationālis, es lo relativo a la razón, es decir a la facultad o capacidad de la mente humana para poder formar ideas, unir conceptos y construir puntos de vista.
- –ismo: este sufijo se emplea unido a sustantivos para denotar doctrina, escuela, movimiento o sistema de pensamiento.
Índice de temas
Historia previa: la Revolución científica.
Para poder contextualizar la historia del racionalismo, es importante rever qué ocurría en la Europa de aquellos años.
Un concepto interesante con el que este sistema de pensamiento se relaciona es el de revolución científica. Este es el nombre que recibe el rotundo cambio que se vivió en las formas de construir saber en Europa a partir del siglo XV en adelante (hasta su apogeo: el llamado Siglo de las Luces).
Esta revolución supuso una ruptura con el paradigma previo, es decir, el pensamiento que caracterizó la época medieval: vinculado con la religión y la fe y, por ende, con lo poco científico.
Uno de los primeros hechos que contribuyó con la popularización o democratización del conocimiento es el surgimiento de la imprenta. Gracias a esta invención, los escritos comenzaron a circular entre más personas, aunque en un principio fueran de difícil acceso por sus costos elevados.
Poco a poco, y con la incorporación de la antigua tradición grecorromana y los aportes de los árabes (fundamentalmente en matemáticas), se revitalizó la producción intelectual.
Comenzaron a cuestionarse algunos postulados que históricamente se habían aceptado, y surgieron muchos pensadores que ayudaron a esa labor:
- Surgieron nuevos estudios sobre matemáticas
- El aporte científico fue crucial para esa época y hasta el día de hoy: las ideas de Galileo Galilei, por ejemplo, revolucionaron el modo en que el hombre se percibía en el mundo (los planetas no giraban alrededor de la Tierra), al igual que la teoría heliocéntrica de Copérnico (la Tierra, y los demás cuerpos celestes, giraban sobre el Sol)
Con este panorama previo, hacia el siglo XVII la producción de saberes nuevos estaba cada vez más vigente. Entre los autores de la época encontramos a René Descartes (1596-1650).
Descartes y la ruptura con el pensamiento medieval.
Filósofo y físico francés, Descartes es el rostro del racionalismo y del cuestionamiento al saber religioso como portador de la verdad.
Además de la filosofía, se interesó durante largo tiempo por las matemáticas. De hecho, es considerado una de las principales figuras en hacer foco sobre la geometría analítica, también denominada geometría cartesiana.
Sobre esto trabajó en un capítulo de «El discurso del método» (1637), su obra más famosa. Allí describe cómo en un plano se pueden indicar dos pares de coordenadas, a las cuales identifica con distintos signos, y por ende cada plano construido con este par de líneas permite determinar la posición de un punto respecto de un eje.
Características.
El racionalismo cartesiano es una de las bases de la filosofía moderna y es pionera en la propuesta de tener en cuenta una serie de principios (leyes) para construir un sistema teórico.
Cabe destacar que el racionalismo, históricamente, ha sido enfrentado con otra corriente filosófica: el empirismo. Este movimiento está más bien basado en la experiencia y los sentidos que en la razón como fuente de saber.
Algunos rasgos del racionalismo cartesiano son los siguientes:
- La razón es la fuente absoluta de conocimiento. En tanto en cuanto facultad del humano, la razón es el mecanismo gracias al cual podemos construir pensamientos, de ahí su preponderancia.
- La razón es, además, innata a nuestra mente. Es la única manera a través de la cual podemos verificar la validez de alguna propuesta. Por el contrario, los sentidos y la experiencia humana (cargadas de subjetividad, además) no podrían ser la vía científica de validar una propuesta.
- Al dejar de lado lo sensorial y lo experiencial, se aparta aquello que no se ajusta a leyes lógicas, racionales (que, en última instancia, son la base del pensamiento científico de acuerdo al autor).
- Es posible, gracias a la razón, hilar los pensamientos de modo deductivo, metodología que el autor elige para alcanzar el conocimiento verdadero y válido.
- Otro elemento que también es incluido en estas reflexiones cartesianas es la intuición intelectual: ella, sumada a la razón, constituye la clave para la construcción de saber.
«El discurso del método».
La obra más conocida de Descartes es «Discours de la méthode pour bien conduire sa raison, et chercher la vérité dans les sciences«, conocida en español como «El discurso del método«. Este material, y los que le seguirán, son la base del pensamiento racionalista cartesiano y el cimiento del naciente racionalismo en general.
Una de las maneras en que puede entenderse este libro es contemplando que su artífice considera que existen algunas verdades a priori: ellas, por ende, serán el punto de partida para su posterior construcción teórica. Gracias a esta metodología de trabajo, lógicamente construida y reflexionada, con ciertos postulados bases a partir de los cuales trabajar, el autor puede ir construyendo conocimiento que lo acercan a la verdad.
Esta búsqueda de la verdad (objetivo último del racionalismo) posibilita, de acuerdo a René, un mejor conocimiento del mundo y de lo que nos rodea. Permite, incluso, posicionarnos frente a la naturaleza con otras herramientas.
A la razón como fuente de conocimiento elemental se le suman otras fuentes de saber que también son útiles para la experiencia racionalista:
- la física
- la metafísica
- la filosofía
- la moral
- la medicina
De este modo, hace un aporte fundamental también al saber: la filosofía no es la única área de conocimientos dedicada a la exploración de la sabiduría. La razón puede, así, nutrirse de estos otros ámbitos (incluso, la poesía).
Cabe resaltar que esta publicación, central para la filosofía moderna, demoró algunos años en ver la luz. Descartes no solo es contemporáneo de la revolución científica y una figura central de ella, sino que también habitó la misma era en que otros autores fueron perseguidos y condenados por sus ideas.
Este fue el caso de Galileo Galilei, quien atravesaba un largo enfrentamiento con la Inquisición por sus concepciones contrarias a la fe y la religión. Los escritos de Descartes, que también cuestionaron todo el saber instaurado hasta la época (no continuó con ninguna tradición previa a su propia teoría), serían igualmente debatidos en ese entonces. Por este motivo, su trabajo fue inicialmente lanzado de forma anónima, aunque pronto su identidad fue conocida.
Pensadores.
El aporte cartesiano abrió camino a que otros autores y filósofos acordaran con sus postulados. Los principales representantes del racionalismo poscartesiano son Blaise Pascal (1623-1662), físico y filósofo francés conocido por proponer la existencia del vacío. Sus postulados teóricos se inscriben en el denominado racionalismo antropológico y defendían la idea del hombre como una combinación entre cuerpo y alma.
Otro referente elemental de esta escuela de pensamiento es Gottfried Leibniz (1646-1716). Filósofo, teólogo y matemático alemán, sugiere el Principio de razón suficiente. De acuerdo a esta ley, nada es sin que haya razón o fundamento: esta esa la base de toda su justificación o fundamentación de aquello considerado verdadero. Esta propuesta, dicha de otro modo, supone que, sin una razón válida que justifique lo que se está afirmando, ese enunciado no puede considerarse verdadero.
Citar este artículo
Fernández, A. M. (29 de noviembre de 2022). Definición de racionalismo. Historia, exponentes y rasgos. Definicion.com. https://definicion.com/racionalismo/