El positivismo es una corriente filosófica que postula a la ciencia, el método científico y las leyes físicas como única metodología de conocimiento válido. Se caracterizó por el rechazo a la metafísica, y la aplicación de las leyes naturales y biológicas al campo de las ciencias sociales y humanas. Se la conoce con el nombre de «positivismo» ya que se posicionó como una corriente que estudia los «efectos positivos» de las ciencias, es decir, las pruebas «reales» y empíricas de la investigación, limitándose a un conocimiento a posteriori de la experiencia y los fenómenos empíricos. El positivismo surge en el siglo XIX a partir de la obra de su fundador, Auguste Comte, Curso de filosofía positiva (1830).
Luego de la obra de Comte, el positivismo se expandió como una corriente heterogénea en diferentes ámbitos de las ciencias y el conocimiento, desarrollando múltiples variantes como en los casos del positivismo jurídico de Jeremy Bentham, el positivismo empírico del Círculo de Viena o el positivismo lógico de Ludwig Wittgenstein. El surgimiento de la Sociología como disciplina científica que se propone estudiar los «fenómenos sociales» estuvo vinculada al positivismo desde sus orígenes. El positivismo sociológico consiste en suponer que la sociedad, al igual que el mundo físico, puede ser explicada a partir de las leyes naturales de las «ciencias duras». Auguste Comte, Emilie Durkheim y Max Weber son los representantes más destacados de la sociología positivista.
En términos cognitivos, el positivismo puede concebirse como una profundización del empirismo, ya que concibe a las ciencias empíricas como las únicas viables para el «conocimiento verdadero». Suele caracterizarse al positivismo como un materialismo o fenomenalismo científico basado en una teoría que estudia los «fenómenos» de la experiencia mediante las reglas del método científico (observación, hipótesis, experimentación, comprobación y verificabilidad).
El positivismo surge en un contexto histórico de progreso del capitalismo como sistema económico y social, impulsado por los avances de la Revolución Industrial. El ideario positivista se gestó en pleno desarrollo del «proyecto moderno», basado en los ideales de la ilustración, el racionalismo y el empirismo científico. En este contexto, el positivismo se postuló como una síntesis ideológica de los valores del progreso científico y tecnológico de la cultura capitalista occidental. Así, el pensamiento positivista se aferró a un cientificismo extremo, y rechazó toda alternativa «no científica» del conocimiento.
En la actualidad, el positivismo es estudiado por la filosofía de la ciencia, principalmente, en relación a la definición del concepto de «ciencia»: ¿Qué es ciencia y qué no, cuáles son sus límites? ¿Qué o quién determina lo que es científico de lo que no lo es, y con qué criterios? ¿Existen reglas universales a toda ciencia? El positivismo tomó una postura determinante acerca de estos y muchos otros interrogantes acerca de la ciencia y el problema del conocimiento científico.
Índice de temas
Antecedentes históricos del positivismo
Principios fundamentales del positivismo
Pensadores y corrientes positivistas
La filosofía positiva de Auguste Comte
El utilitarismo de John Stuart Mill
El positivismo jurídico de Jeremy Bentham
El Círculo de Viena
Positivismo en la filosofía de la ciencia
Positivismo en las Ciencias Sociales
Críticas al positivismo
Antecedentes históricos del positivismo.
El positivismo se presenta en la historia como una síntesis ideológica de los ideales de la Modernidad, basados en el progreso de la sociedad a través del conocimiento científico y la tecnología. Los valores de la Ilustración y el progresivo avance de los modos de producción del capitalismo industrial dieron como resultado una sociedad centrada en las ciencias naturales como la física, la astronomía, la química y la biología, cuyos avances se convirtieron en el eje central del pensamiento occidental. El distanciamiento con el pensamiento religioso, el secularismo y humanismo de los ideales modernos influenciaron profundamente el ideario filosófico del positivismo.
La primeras manifestaciones de un pensamiento propiamente científico las encontramos en los filósofos de la Modernidad. La idea del método científico fue elaborada en la obra de Francis Bacon, Novum Organum, en la que el filósofo inglés se propuso realizar una renovación del conocimiento mediante el empirismo y el método científico experimental como único modo de conocimiento verdadero. La raíz fundamental del positivismo puede asociarse con el empirismo, cuyos principales representantes fueron David Hume, John Locke y Stuart Mill, entre otros. La crítica a la metafísica y la necesidad de establecer un conocimiento no dogmático, llevaron a Immanuel Kant a realizar un examen de los límites de la razón y el conocimiento que influenció el desarrollo del pensamiento científico, la epistemología y la teoría del conocimiento.
Así, el positivismo reúne un conjunto de posturas e ideales propios de lo que se conoce como el «proyecto moderno»: llevar a la sociedad occidental a un nivel ideal basado en la ciencia y el desarrollo tecnológico. A partir de esta herencia, el siglo XIX, y gran parte del XX, se caracterizaron por intentar llevar adelante el idealismo cientificista y positivista de la sociedad occidental. El positivismo fue uno de los movimientos intelectuales e ideológicos más representativos de esta tendencia.
Principios fundamentales del positivismo.
- Empirismo: El empirismo es una corriente filosófica que entiende a los sentidos y a la experiencia empírica como únicas fuentes de «conocimiento» probable y verdadero. Filósofos como David Hume y John Locke postularon al pensamiento empirista como la fuente fidedigna de conocimiento. El positivismo se basó en esta postura para elaborar su concepto de una «ciencia empírica».
- Racionalismo: El racionalismo fue, junto al empirismo, una corriente fundacional del pensamiento moderno, cuyo principal fundamento es la postulación de la lógica y el pensamiento racional como fuente viable de «conocimiento». El positivismo capitalizó la idea de la lógica racionalista para desarrollar su concepto de una epistemología de la ciencia basada en el método científico.
- Cientificismo: El positivismo se proclamó como la ideología filosófica de la ciencia. Según sus postulados, el conocimiento científico es el único digno de ser llamado «conocimiento». Así, el positivismo traza una demarcación excluyente entre lo que es considerado como «verdadera ciencia» y todo aquello que «no es científico», quedando un gran número de estudios, disciplinas y posturas desterradas del campo del conocimiento y la ciencia. El positivismo toma una postura pro-científica en detrimento de las demás disciplinas e interpretaciones del mundo y el pensamiento.
- Objetivismo y método científico: El cientificismo positivista se basó en la idea de que existe un «conocimiento objetivo» que puede establecerse y estudiarse científicamente. La objetividad de la ciencia reside en la capacidad de desarrollar «leyes universales» para el conocimiento del mundo. El positivismo rechaza todo tipo de relativismo y postula a la ciencia como un conocimiento objetivo y universal. Este conocimiento proviene del método científico y las reglas de inferencia lógica (inducción y deducción).
- Naturalismo y determinismo científico: El positivismo surgió a partir de las ciencias naturales como una extensión del pensamiento naturalista científico. Según éste, las leyes naturales o físicas como la ley de causa y efecto, universalidad, predictibilidad y previsibilidad, entre otras, son el único método de conocimiento válido. El positivismo intentó realizar un estudio naturalista de la sociedad basado en las mismas leyes que se aplican para las ciencias naturales. Estas leyes son consideradas por el positivismo como leyes deterministas, capaces de predecir los cambios de la sociedad de la misma manera que la física predice el movimiento de los planetas.
- Pragmatismo y funcionalismo: En un nivel ético y práctico, el positivismo se postuló como una corriente utilitarista basada en el pragmatismo y funcionalismo de la conducta. En relación a los valores éticos y morales, el positivismo mostró una neutralidad axiológica. Debido a que la moral o la ética no pueden estudiarse científicamente, el positivismo desarrolló una teoría ética con base en un utilitarismo pragmático, cuyos representantes más importantes fueron Jeremy Bentham, John Stuart Mill, William James y John Dewey, entre otros.
Pensadores y corrientes positivistas.
La filosofía positiva de Auguste Comte.
Entre 1830 y 1842, Auguste Comte escribió una serie de textos a los que agrupó bajo el nombre de Curso de filosofía positiva, obra que consiste en cinco volúmenes: Los primeros tres tratan acerca de las ciencias naturales existentes en la época (matemáticas, física, astronomía, biología y química); mientras que los últimos dos volúmenes versan acerca del advenimiento de una «nueva ciencia». A ella, Comte la consideró la más compleja y completa de todas, teniendo como objeto de estudio a la sociedad humana en su totalidad. Surge así la ciencia social, una primera manifestación de lo que luego sería llamado con el nombre de sociología, consolidando el campo de las ciencias sociales.
En el apartado Visión del positivismo, Comte habla de una «física social» mediante la cual postula un método sociológico basado en leyes empíricas, al estilo de las ciencias naturales. Comte indicó que es posible «explicar la sociedad» de la misma manera que la física explica la naturaleza: mediante leyes universales, predictibles y objetivas. Así, Comte intentó definir a la evolución de la sociedad como un progreso del desarrollo del conocimiento y la ciencia, de acuerdo a lo que llamó «ley de los tres estados». En función de este contenido, toda sociedad evoluciona según tres etapas:
- Estado religioso o teológico: Corresponde a la etapa primitiva del conocimiento humano, donde se recurre a explicaciones míticas de los acontecimientos naturales y no existe pensamiento racional sino un pensamiento mágico. La sociedad se rige a partir de la religión, los dioses y la autoridad moral.
- Estado filosófico o metafísico: Corresponde a una etapa filosófica en la que se desarrolla el pensamiento racional pero no la ciencia, por lo que se dan explicaciones abstractas y especulativas acerca de Dios (teología). El conocimiento no es empírico, sino especulativo y basado en la metafísica.
- Estado positivo o científico: Según Comte, corresponde a la etapa más evolucionada y desarrollada de la sociedad, en la cual se da una explicación científica a los fenómenos empleando datos empíricos y el método científico. En esta fase, Comte señala que la sociedad «se gobierna a sí misma» y no existe un poder superior o sobrenatural. El autor identifica al progreso capitalista como el modelo ideal y más desarrollado de organización social.
Auguste Comte postuló estas tres leyes como «leyes físicas», es decir, de carácter general y científico, las cuales, desde su mirada, permitían explicar la sociedad de manera científica en función de la idea de progreso y evolución del conocimiento y la técnica.
El utilitarismo de John Stuart Mill.
John Stuart Mill fue el máximo exponente del positivismo inglés e impulsor de la doctrina ética conocida como utilitarismo, cuyo principio fundamental se basa en que lo más útil y beneficioso para la mayoría de las personas debe ser tomado como principio ético fundamental. Así, Stuart Mill intentó realizar una teoría ética positiva y buscó transformar la ética y la moralidad en una «ciencia exacta» que sea susceptible de ser estudiada según las reglas del método científico y mediante una perspectiva empirista. El utilitarismo de Stuart Mill es una posición positivista debido a que rechaza toda metafísica y supedita la lógica, la ética y la política al empirismo como único modo certero de conocimiento. Mill propuso la necesidad de desarrollar un «estudio positivo» del comportamiento humano a través del cual fuera posible explicar y predecir el accionar de las personas según leyes empíricas. Así, sugirió una etología (ciencia para estudiar el comportamiento humano) y una sociología basada en un concepto empirista similar a la noción de «física social» impulsada por Auguste Comte.
El positivismo jurídico de Jeremy Bentham.
Se llama positivismo jurídico al utilitarismo de Bentham aplicado a la justicia y la teoría del derecho. Bentham se basó en un principio utilitario para la legislación, según el cual la utilidad de la mayoría debe ser el principio básico de toda legalidad. En el plano ético y moral, Bentham se caracterizó por intentar realizar un «estudio exacto» de la vida práctica, basado en un empirismo y un positivismo de la conducta. Con base en el utilitarismo ético, Bentham trasladó el positivismo al plano del derecho y la legislación, donde postuló el principio de utilidad de las mayorías como marco conceptual para toda legalidad. En este contexto, la «utilidad pública» significa «la mayor felicidad para el mayor número de personas», objetivo que debe perseguir el derecho positivista. Sus estudios fueron de gran influencia tanto para el positivismo inglés como francés.
El Círculo de Viena.
El Círculo de Viena fue una sociedad intelectual y científica fundada en 1921 por el estudioso austríaco Moritz Schlikc en la ciudad de Viena (Austria). Se caracterizó por ser un movimiento intelectual cientificista, cuyo objetivo fue estudiar la lógica y la ciencia con el fin de determinar «qué es ciencia y qué no lo es». El Círculo de Viena se propuso dar un lenguaje común a todas las ciencias y delimitar los límites de la ciencia según criterios empiristas, materialistas y positivistas. La posición filosófica del Círculo de Viena se autoproclamó bajo el nombre de empirismo lógico. También fue conocida como positivismo lógico o neopositivismo por establecer los principios positivistas como una ideología intelectual y científica.
Las ideas y los propósitos esenciales del positivismo de Viena se plasmaron en un opúsculo publicado en 1929 bajo el título de La visión científica del mundo. La posición filosófica del Círculo de Viena consistió en proponer un lenguaje científico universal, establecer a las ciencias naturales como modelo de «conocimiento verdadero», abolir la metafísica del ámbito de la ciencia, y explicar la sociedad según leyes científicas generales y predictibles. Los principales exponentes de este movimiento positivista fueron Moritz Schlikc, Rudolf Carnap, Otto Neurath, Herbert Feigl y Sigmund Freud, entre otros. El Círculo de Viena se disolvió en 1936, sin embargo, sus ideas influenciaron el surgimiento de posiciones como la filosofía analítica y los primeros debates acerca de la filosofía de la ciencia.
Positivismo en la filosofía de la ciencia.
Positivismo lógico.
El positivismo lógico es una corriente filosófica que postula un análisis lógico de los enunciados filosóficos y científicos a través de un estudio positivo del lenguaje. La preocupación fundamental del positivismo lógico residió en poder determinar qué tipo de enunciados tienen un valor científico o empírico y cuáles no. Se caracterizó por un total rechazo a la metafísica y a cualquier proposición apriorística que no concuerde con las ideas del empirismo y el positivismo científico. Según el positivismo lógico, los únicos enunciados válidos son aquellos que pueden comprobarse mediante pruebas empíricas o demostración lógica. Así, los positivistas lógicos se basaron en el principio de verificabilidad lógica para establecer enunciados de carácter válido y científico. Entre los principales exponentes del positivismo lógico se destacaron Ludwig Wittgenstein, Alfred Ayer, Rudolf Carnap y Moritz Schlikc, entre otros.
El falsacionismo de Karl Popper.
El falsacionismo, también llamado racionalismo crítico, es una vertiente epistemológica de la filosofía de la ciencia creada por el filósofo austríaco Karl Popper, quién postuló el falsacionismo como un método de verificabilidad y comprobación de enunciados. Según el método falsacionista, la validez de una enunciación se contrasta con un contraejemplo. Si no es posible su refutación, la teoría queda «corroborada» pero no verificada, es decir, si no puede refutarse una idea, un enunciado o una teoría, esta puede aceptarse temporalmente como válida, hasta que eventualmente surja una demostración contraria que la refute. El método falsacionista se basa en una idea fundamental para el método científico, según la cual, ningún postulado se toma como «absolutamente verdadero» e irrefutable, sino que el grado mayor de cientificidad que puede lograr un enunciado es el de no poder ser refutado o contrastado (no falsable). Este concepto de falsacionismo en la ciencia representa un pilar fundamental para el pensamiento científico, a partir del cual la investigación científica puede revisar y reelaborar constantemente sus teorías y postulados.
Filosofía analítica.
La filosofía analítica engloba a un amplio conjunto de posturas filosóficas las cuales tienen en común el hecho de desarrollar un análisis filosófico del lenguaje en base a la lógica formal. Se llama «analítica» debido a que propone un estudio del lenguaje filosófico y científico mediante el análisis de la lógica y la teoría del conocimiento. Como movimiento intelectual, la filosofía analítica surge en el siglo XX a partir de las obras de filósofos como Bertrand Russell, Gottlob Frege y George Eduard Moore, entre otros. Sin embargo, no existe un criterio temático específico que reúna a todas las corrientes analíticas. Su influencia toma aspectos del positivismo lógico, la epistemología, la lingüística, y filosofía de la ciencia. Los principales intereses de la filosofía analítica se caracterizaron por una especial atención respecto al estudio del lenguaje y la estructura lógica de los enunciados, el pensamiento lógico-matemático y los conceptos científicos. Respecto de la metafísica, la filosofía analítica se mostró escéptica frente a sus postulados esenciales y se inclinó, más bien, por una influencia empirista y cientificista de la filosofía. Sus principales aportes se desarrollaron en los campos de la filosofía del lenguaje y la filosofía de la ciencia, aunque en la actualidad el pensamiento analítico se expande también a la filosofía de la mente, la epistemología y la filosofía matemática.
Positivismo en las Ciencias Sociales.
El surgimiento histórico de las ciencias sociales tiene una relación fundamental con el positivismo como movimiento intelectual que realizó un intento de estudiar científicamente la sociedad. Las ideas positivistas se caracterizaron por postular un estudio de la sociedad a partir de las leyes físicas de las ciencias naturales. En un principio, las ciencias sociales fueron una extensión metodológica de las ciencias naturales. Los propios fundadores de la sociología (Comte, Durkheim, Weber) desarrollaron un concepto positivista de la ciencia social. Así, disciplinas humanísticas como la antropología, la psicología, la geografía, la política, la economía y la educación crecieron bajo el sesgo positivista que supeditaba el estudio de las «ciencias humanas» al método clásico de las ciencias físicas.
A partir del siglo XX, las ciencias sociales comienzan a distinguirse de las ciencias naturales y a desarrollar un contenido con un método propio de investigación y conocimiento. La obra de Thomas Kuhn representó una revolución epistemológica dentro del ámbito de la filosofía de la ciencia y el conocimiento científico al postular su teoría del paradigma como forma de entender los modelos de pensamiento a través de la historia. Kuhn señala que los modelos de pensamiento científico varían en sus criterios e intereses intelectuales debido a que están influenciados por el contexto histórico. El modelo positivista de la sociedad moderna y contemporánea surge en un paradigma del saber determinado, marcado por el cientificismo y la ideología del conocimiento. A diferencia de Comte, Kuhn no vio un «avance progresivo» desde una sociedad primitiva de pensamiento religioso a una sociedad desarrollada por el pensamiento científico, sino una sucesión de distintos paradigmas que cambian la cosmovisión de la sociedad y el conocimiento de acuerdo al contexto histórico.
Críticas al positivismo.
La postura positivista fue criticada desde amplios sectores del mundo intelectual que veían en el positivismo una excesiva tendencia cientificista y materialista del conocimiento, la cual atentaba contra otras posturas y desarrollos teóricos del pensamiento y el conocimiento científico. La principales escuelas críticas del positivismo fueron:
- Escuela de Frankfurt: Fue la principal opositora del positivismo del Círculo de Viena. La Escuela de Fráncfort desarrolló una teoría crítica al capitalismo y al positivismo como ideología cientificista. Sus exponentes más sobresalientes, Theodor Adorno y Max Horkheimer, cuestionaron la razón instrumental del cientificismo positivista y señalaron el vaciamiento cultural y filosófico de la ideología capitalista.
- Existencialismo: Una de las corrientes opositoras al positivismo más influyentes del siglo XX. El existencialismo se destacó por postular la libertad ética de las personas frente al determinismo moral del positivismo que postulaba una ética científica del comportamiento humano.
- Posmodernismo: La segunda mitad del siglo XX, se caracterizó por un avance en los estudios del lenguaje y el surgimiento de posturas críticas del materialismo científico clásico. El llamado «posmodernismo» se caracterizó por una ruptura con los ideales modernos y positivistas, y proclamó el «fracaso del proyecto moderno». La crítica social, la hermenéutica, la deconstrucción, la dialéctica, el antirracionalismo y la fenomenología son algunos de los movimientos más contrapuestos al positivismo.
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Aci, E. M. (31 de agosto de 2023). Definición de positivismo. Características, ideas principales, corrientes positivistas. Definicion.com. https://definicion.com/positivismo/