Hablamos de honestidad cuando una persona es capaz de ser fiel en tres de los niveles más importantes del ser: el pensamiento, la palabra y la acción. Y esto, ¿qué quiere decir? La honestidad tiene su origen en el latín honestias, cuyo significado es ser decente, razonable y honrado. Es decir, es la cualidad de excelencia y rectitud que una persona guarda para sí y para los demás.
Este vocablo está formado por «honor» u «honoris», que refiere a dignidad y respeto; pero también por el sufijo -stus, muy usado en los adjetivos; y el sufijo -idad, que afirma una cualidad. Por lo tanto, decir que una persona es honesta, es hacer referencia a una cualidad con la que se asegura que dicho ser actúa con honor, apoyado sobre la verdad y la justicia, dejando de lado sus propios intereses o necesidades. Su estandarte es el código que considera correcto a la hora de relacionarse consigo mismo y con el resto, en todos los aspectos de la vida.
El valor de la honestidad la desarrollan las personas en mayor o menor grado, pues esto dependerá del componente psicológico con la que están conformadas. Es decir, la honestidad se cultiva a partir de un estado mental saludable en el que reinan el respeto, el amor, la responsabilidad y la ética. Caso contrario, estaremos frente a alguien deshonesto, ya que no cumple o no representa el valor humano al cual hacemos mención.
Un ejemplo concreto de persona honesta es aquella que no miente ni daña a otra, o que no roba ni se apropia de lo que no le corresponde. Mientras que aquel que hace trampa, manipula con intención maliciosa, miente para ganar algo a cambio, es nocivo para sí mismo y para los demás rompe con el componente valioso del concepto de honestidad.
Índice de temas
La honestidad para la filosofía.
La honestidad ha sido motivo de estudio y fuente de inspiración para la filosofía, pues desde tiempos remotos los pensadores pusieron en un pedestal a esta cualidad humana. Dos de los sabios más conocidos y antiguos que existieron, Marco Tulio Cicerón (de Roma) y Confucio (de China), sostuvieron que este era un valor divino que formaba parte de la base de toda sociedad; premiado por practicarlo y castigado por romperlo.
La honestidad para Confucio.
Para el pensador chino Confucio, la honestidad era uno de los valores de mayor trascendencia y el único que permitía a un humano estar en equilibrio consigo mismo y con los demás. El sabio clasificaba a la honestidad en tres niveles.
- Nivel Li (superficial): las acciones de un individuo con el objetivo de conseguir algo sin dejar de lado la integridad y el respeto.
- Nivel Yi: la moral de justicia, pues el ser no busca satisfacer intereses personales, sino que piensa en el otro.
- Nivel Yen (profundo): el trato igualitario entre los hombres, ya sea que estén en estratos sociales superiores o inferiores. Se basa en la reciprocidad.
La honestidad para Marco Tulio Cicerón.
El filósofo romano Marco Tulio Cicerón sostenía que la honestidad se ponía en práctica cuando se cumplía con las obligaciones en todas las esferas de la vida humana. Se distancia del placer y la individualidad para unirse al respeto y la rectitud.
Las obligaciones a las cuales hizo mención surgieron de los cuatro principios que conforman la honestidad:
- Prudencia y sabiduría: distinguir los actos buenos de los malos y sostener la verdad.
- Templanza: tranquilidad, enfoque, moderación y persistencia en los actos.
- Justicia y beneficencia: unir a las personas y sostener el equilibrio. No dañar ni lastimar, sino servir.
- Fortaleza: mantener el ánimo y el sentido de responsabilidad para llevar adelante una acción.
Tipos de honestidad.
Existen tipos de honestidad que clarifican cómo es que el hombre hace concreto el valor de la verdad, la decencia y el ser justo. Si bien ya mencionamos que honestidad refiere a pensar, decir y actuar en forma coherente, es importante conocer su clasificación.
- Honestidad Simple (o vulgar): aparece cuando lo que se dice y se hace están en perfecta coherencia. Se resume como decir la «verdad».
- Honestidad Simple Inversa: se advierte cada vez que la acción de una persona es contraria a lo que dice.
- Honestidad Desplazada (o relativa): surge al añadirle a la honestidad percibida un componente extra a la real, quizás, cuando se exageran el respeto o la sinceridad.
- Honestidad Degenerada (o total): caracterizada por impulsar a una persona a actuar siempre de la misma manera.
Valores que acompañan la honestidad.
Si bien la honestidad es un valor humano, este no actúa solo sino que lo hace en relación directa con otras cualidades que hacen de sí, una persona completa y digna.
- Rectitud
- Respeto
- Veracidad
- Honor
- Responsabilidad
- Decoro
- Sinceridad
- Compromiso
Para qué sirve la honestidad.
La honestidad es una cualidad que nos permite abrirnos al mundo. Sirve para desarrollar los valores humanos de una persona y así, actuar en la vida con responsabilidad tanto para sí mismo como para con los demás, pues es la mejor manera de construir una sociedad justa y con bases sólidas. Es por ello que se afirma que es un valor moral y que, además, hace referencia a otros atributos personales como son la sinceridad, la justicia y la honradez.
Actuar con honestidad potencia las relaciones cotidianas, ya que mejora los vínculos gracias a lazos de verdad. Una persona honesta será, también, digna de confianza y aprecio. Esta cualidad ahorra dolor y problemas debido a que garantiza que, quien sea poseedor y viva su vida a partir de este valor, será un ser merecedor de estima y fe ciega.
Dónde se aprende la honestidad.
La honestidad es un valor que se aprende en el hogar y puede llegar a marcar la existencia de un niño para siempre. Asimismo, se potencia en las prácticas académicas y, luego, en la vida cotidiana.
Sostener prácticas honestas asegura construir gente honrada y respetuosa, las mismas que unidas a otras serán capaces de generar sociedades más justas y responsables.
Cuándo una persona es honesta.
Una persona es honesta o practica la honestidad cuando en su vida pregona con la verdad. Es decir, cuando social e individualmente actúa con honor y respeto. Es ahí cuando decimos que «piensa, dice y hace» con coherencia, ya sea en la soledad o en lo colectivo. Este vocablo hace referencia a una cualidad que es tanto interior como exterior, pues allí se vislumbra la esencia de cada ser.
La acción de una persona honesta se manifiesta en pequeños actos como, por ejemplo, devolver un billete que no le pertenece o decir la verdad ante cualquier situación. Pero también en grandes acciones al ocupar puestos de poder y administrar con responsabilidad los recursos de una sociedad sin que primen sus intereses individuales.
Es por ello que se afirma que un sujeto honesto actúa a partir de principios que tienen como base la buena acción y que se aplican en todos los espacios sociales y en cada contexto, ya sea el trabajo, la vida social, el tráfico, la sexualidad, la educación, la amistad, el Estado, la salud, etc. La honestidad es ser fiel consigo mismo y no traicionarse jamás. Solo así nunca traicionará a otras personas.
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Navicelli, V. (7 de diciembre de 2021). Definición de honestidad. Etimología, tipos y para qué sirve. Definicion.com. https://definicion.com/honestidad/