El vocablo honor, del latín honor, alude a una cualidad humana que se caracteriza por la virtud y el actuar bien, con dignidad. Esta cualidad puede ser propia de cada uno (y desarrollarse internamente), o plasmarse en el vínculo con el resto de su entorno.

La palabra (que se escribe de igual modo en latín) era utilizada, en la antigüedad, para hablar de cargos burocráticos del Estado, aunque también era sinónimo de funcionario del más alto rango.

En la historia de nuestra cultura, además, el término se vinculó usualmente con otros valores y atributos que una persona podía tener:

  • Se relacionaba con el deber, con el valor y con lo moralmente correcto
  • Se vinculaba, asimismo, con concepciones relacionadas a la imagen pública de una persona, al reconocimiento que tuviese por parte de otros
  • Alguien era considerado honorable en tanto en cuanto perteneciera a una determinada familia o linaje.

En la actualidad, el concepto sigue utilizándose de forma general con estos sentidos. Es un derecho contemplado como fundamental de la humanidad de alguien y se vincula con la protección de la identidad e intimidad de cada sujeto.

Aplausos y reconocimiento
El honor tiene un estrecho vínculo con el reconocimiento público y social.

Características del honor.

El honor, como cualidad y manifestación del virtuosismo de un individuo, es una característica con una gran importancia social. Esto es así ya que, en la mayoría de las ocasiones, se vincula con el reconocimiento de tal virtud. Si bien puede ser una acción que se realice en la vida privada, usualmente está ligada a lo público y esto viene con algunos elementos particulares:

  • El reconocimiento social de tal valor
  • El heroísmo y la admiración
  • La aceptación social
  • La adecuación con las normas sociales, morales y éticas en una sociedad

El honor y el género.

Ha habido, históricamente, diferentes formas de concebir el honor para hombres y para mujeres. En el primer caso, el honor se vinculaba con el valor, la honradez, el heroísmo y el mérito. Un ejemplo histórico respecto de cómo se mantenía el honor entre hombres era a través de la acción.

En este marco, el honor se defendía enfrentándose a quienes lo deshonraron y luchando por mantenerlo (o por recuperarlo). Así, los duelos entre hombres, que podían terminar con sus propias vidas, eran una de las muestras de valor más apreciadas a la que ningún varón podía negarse. No enfrentar esa situación era considerado un acto de cobardía y tal deshonra no solo lo afectaba a él, sino que también se extendía a su familia y entorno más cercano.

En el caso de las mujeres, el honor se asociaba con otras características, como la pureza y los valores de lo femenino (delicadeza, elegancia, ser respetable). En épocas donde esto tenía un valor fundamental para lo social, la honorabilidad de una mujer muchas veces se encontraba en estrecho vínculo con la sexualidad (con no ejercerla hasta el matrimonio, o de lo contrario no se era respetable).

Estas formas de honor, sin embargo, debían mantenerse y sostenerse a largo plazo; caso contrario, una persona caía en deshonra. Tal deshonra podía aislar al sujeto de su círculo social e impactar directamente en el desarrollo de su vida cotidiana (trabajo, economía, círculos de amistad) y, en última instancia, lo condenaba al ostracismo y al alejamiento del lugar donde se habitaba.

Duelo
Los duelos entre hombres eran una forma común de proteger el honor.

Distinción académica: honoris causa.

En latín existe la expresión honoris causa, que significa por causa del honor: alude al título (doctorado, tradicionalmente) que se le atribuye a alguien. Este título es una muestra de agradecimiento y reconocimiento por alguna acción o hecho que haya alcanzado en un ámbito determinado.

Dicho título es entregado por instituciones u organizaciones que consideran que el recorrido de un individuo es lo suficientemente valioso y destacado como para ese galardón. Cuando una persona es reconocida de esta manera, recibe un trato idéntico al que recibiría un doctorado de la misma institución (y del resto del mundo).

La ceremonia que otorga el título cuenta con algunos elementos fundamentales para entregarle al futuro doctor o doctora:

  • Libro: como símbolo de todo lo que se ha descubierto en una ciencia
  • Birrete: suelen tener un color asignado en función del ámbito en el que la persona se destacó
  • Guantes: símbolo de pureza, suelen ser blancos
  • Anillo: para dar idea de alianza con el saber

Existen múltiples personalidades de la cultura popular que han recibido esta distinción como muestra de agradecimiento por su aporte a la cultura en diversas áreas:

  • En Estados Unidos, la cantante Aretha Franklin (1942-2018) recibió dos títulos por su aporte a la música
  • En Argentina, el escritor Ricardo Piglia (1941-2017) obtuvo esta condecoración de parte de la Universidad Torcuato Di Tella en 2015
  • El escritor portugués José Saramago (1922-2010) recibió esta distinción en 18 ocasiones, por universidades de su país, de Europa y de toda Latinoamérica
  • Hay figuras del deporte que han sido galardonadas con este título, como el tenista español Rafael Nadal (1986), que fue condecorado con este título en dos ocasiones por universidades de su tierra natal
  • Actores como Antonio Banderas (1960) y Meryl Streep (1949) han sido nombrados doctores en las universidades donde estudiaron (también denominadas alma mater): él en Málaga, en 2010, y ella en Yale, en 1983
Doctorado honoris causa
Los nombramientos honoris causa se otorgan aún si la persona no completó una carrera universitaria.

Otros usos.

Veamos, a continuación, otros empleos del término honor.

«Hacer honor a…».

En español, existe la expresión hacer honor a…, que significa que mediante alguna acción o alguna actividad, una persona se está comportando de la manera esperada y adecuada. Las siguientes afirmaciones sirven como referencia de esto:

  • María, como abogada es justiciera y lucha hasta el final: le hace honor a su profesión
  • Él le hizo honor a su apellido cuando ganó el premio a la misma edad que su padre

En el primer caso, por ejemplo, el honor está vinculado con la profesión que la mujer ejerce. De acuerdo al imaginario social, la idea de ser abogado o abogada puede estar cargado de símbolos y representaciones positivas, como la justicia (o negativas, también). En este sentido, si María cumple con lo que se espera de ella como abogada, honra con tal acción al trabajo de ejercer la abogacía.

Lo mismo ocurre con el segundo ejemplo: si la tradición familiar supone alcanzar ciertos méritos, cumplir con ellos es lo esperado y, por ende, trae honor a su entorno.

Dama de honor.

Dama de honor
La dama de honor es una figura importante en una ceremonia.

En las diferentes culturas del mundo, cuando tiene lugar un matrimonio usualmente ambas partes cuentan con personas que las acompañan en el proceso de llegar al altar. En el caso de la cultura occidental cristiana, y más puntualmente en las mujeres, tienen una figura particular que las asiste.

Esta figura es denominada dama de honor: generalmente otra mujer es a quien la futura novia designa como encargada de ayudarla en los preparativos de la ceremonia.

Se conoce la existencia de damas de honor desde hace ya muchos años, y no es exclusivo del cristianismo. Históricamente, este rol era cumplido por una niña que no fuese mayor de 12 años. Su función, sin embargo, no era como el que una actual dama de honor realiza: se limitaba a ser quien caminara hacia el altar con los anillos. También debía estar emparentada con la novia.

En la cultura hay alternativas a una única dama de honor Es común ver en muchos casamientos que la novia cuenta con varias damas de honor (que suelen llevar el mismo tipo y color de vestido y cumplen todas con las funciones de asistir y acompañar a la novia).

Citar este artículo

Fernández, A. M. (4 de agosto de 2022). Definición de honor. Características, historia y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/honor/