La palabra dignidad encuentra su origen en la voz latina decet cuyo significado es “conveniente” o “ser apropiado”. Asimismo, refiere a «estar» o «sentar bien». Procede, asimismo, del latín dignitas, término que a su vez deviene de dignus que alude a “digno” o “merecedor”.

En la actualidad, la noción de dignidad es entendida como una cualidad que describe el valor de un individuo como ser humano. En este sentido, hace mención a que todo sujeto merece ser respetado por el simple hecho de ser una persona y, como tal, poseedor de derechos.

Asimismo, no se debe recibir un trato diferente a otro u otros ya que, así, estaríamos ante casos indignos porque no se respeta la dignidad de alguien sino que se lo pone en consideración e, incluso, por debajo de los derechos y la dignidad del resto.

Dignidad es el mismo valor que cada sujeto tiene de ser considerado como persona, sin importar el lugar que ocupe ni de quién dependa.

Expresado de otro modo, la dignidad de alguien no está sujeta al rol o valor que le den otros individuos por el sitio que aquel ocupe o por lo que representa sino, más bien, es un valor moral. Y, como valor moral, no puede ser negociado en ningún sentido.

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Martin Luther King fue uno de los referentes por la lucha sobre el derecho de la dignidad de las personas.

Origen de la dignidad .


La palabra dignidad encuentra su origen en el Imperio Romano. Más precisamente en aquellos momentos en los que un funcionario era enviado a otro territorio por orden de las autoridades del imperio. El sujeto que era enviado recibía el nombre de dignitario.

Por aquel entonces, ocupar esta posición de “enviado” era todo un honor y, como tal, debía cumplir tal cometido con responsabilidad y pulcritud. Entonces, este dignitario tenía que llevar adelante su misión como un embajador de Roma, tarea que implicaba, entre otros aspectos, actuar con honorabilidad. Es decir, ser digno en relación con la institución que estaba representando.

Cumplir su tarea con dignidad era su mayor responsabilidad, lo cual era igual que decir que dicho funcionario era una personificación en cuerpo presente del imperio. Es por ello que sobre sus hombros pesaba moralmente todo lo relacionado con su comportamiento.

Entonces, para la cultura romana, ser digno y cumplir una tarea con dignidad refería, más que nada, a aquella persona que actuaba como embajadora de una sociedad. Asimismo, podía entenderse como digno a quien representaba un ideal o una institución.

La dignidad humana.

Hablamos de dignidad humana cuando nos referimos a que un sujeto tiene la capacidad de reconocer sus propios derechos pero sin dejar de lado los derechos de los demás.

Entender la dignidad humana es comprender que todo sujeto merece, entre otros aspectos, que se cumpla con tres puntos principales:

  • Se le reconozca
  • Se le respete
  • Se le brinde tutela

Recordando que la palabra dignidad está estrechamente vinculada con el “ser”, toda persona debe sentir el reconocimiento y, por tanto, el derecho de ser tratada con dignidad solamente por “ser”. El respeto de la dignidad humana empieza en el momento exacto en que se admite la existencia de un sujeto como poseedor de derechos pero, también, por su autonomía, su individualidad y su ser en sí mismo. Es por ello que la dignidad es un derecho inviolable.

Según el Derecho, la dignidad de las personas constituye un valor crucial en comparación al resto de los valores y derechos que la acompañan y sostienen, los cuales tienen carácter instrumental. 

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Uno de los derechos de las personas es el de valerse por uno mismo. El trabajo es uno de los derechos fundamentales.

La dignidad como respeto.

Una persona es considerada como digna cuando posee dignidad. Es decir, tiene dignitas. Esto refiere a que el sujeto en cuestión tiene la capacidad de ganarse el respeto del prójimo, sobre todo, por su buen comportamiento. En otras palabras, por su comportamiento ético y moral.

Así es como se potencian ciertos rasgos de la persona digna, a saber:

  • Prestigio
  • Honor
  • Reputación social

Podemos decir que la dignidad es la fuente principal en la cual se asientan y de la cual derivan todos los demás derechos humanos.

Características de la dignidad.

La dignidad, como tal, es considerada algo valioso y sustancial. Veremos algunas características de la dignidad.

La no esclavitud.

Entendida la dignidad como un derecho y como un valor humano, podemos afirmar que ningún ser puede ser esclavo de otro. Sencillamente, porque la dignidad es algo sustancial e inalienable, es decir, no se puede quitar. En este sentido, nadie puede ser esclavo de otro ni por voluntad propia ni por contrato.

La condición perpetua.

La condición digna no se pierde, sino que se perpetúa mientras la persona viva. No existe modo de perder la dignidad. Esta misma condición es la que desautoriza todo acto en contra de la vida humana como, por ejemplo, la pena de muerte o la tortura.

El respeto como condición.

El respeto es el elemento principal de la dignidad, en el sentido de que un sujeto digno siente respeto por sí mismo y respeta a los demás. Al mismo tiempo, es respetado, valorado y considerado como tal.

Igualdad.

La dignidad supone que todas las personas sean tratadas por igual y gocen de los derechos considerados como fundamentales y que de ellos derivan.

Se refiere a que los seres humanos somos:

  • Moralmente libres
  • Autónomos
  • Iguales a otros por ley
dignidad libertad
La dignidad supone romper con cualquier patrón ligado a la esclavitud.

Derechos Humanos, filosofía y dignidad.

Desde el punto de vista filosófico y religioso, la dignidad tiene una larga trayectoria. Sin embargo, desde la perspectiva del Derecho y, sobre todo, de lo jurídico, la dignidad es un concepto nuevo.

En este sentido, la dignidad surgió como concepto jurídico una vez concluida la Segunda Guerra Mundial. Por aquel entonces, la dignidad humana fue considerada como el núcleo relevante de diversos documentos internacionales. Entre ellos podemos destacar:

  • Conferencia de San Francisco (1945): habla sobre la necesidad de reafirmar la fe en los derechos del hombre, en su dignidad y en el valor de la persona humana.
  • Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948): según este documento, la justicia, la paz y la libertad de las personas tienen como base el reconocimiento por igual de la dignidad intrínseca de todo ser que forma parte de la familia humana.
  • Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966): este documento aclara en su preámbulo que la paz, la libertad y la justicia se basan en el reconocimiento de la dignidad humana, la cual es inherente a los miembros de la gran familia humana y de sus derechos considerados como inalienables.
  • Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966): documento que menciona la dignidad como herramienta para referir a la orientación que debe seguir la educación de alguien para el desarrollo pleno de su personalidad.
  • Convención Americana sobre Derechos Humanos (1969): refiere a que toda persona tiene el mismo derecho a que se le respete su honra y, claro está, al reconocimiento de su dignidad.
  • La Constitución Nacional: la Carta Magna de todos los países habla de la dignidad. Sin embargo, durante muchos años varias constituciones no contaron con esta mención ni como derecho ni mucho menos como principio. No obstante, existen documentos que así lo revelan como, por ejemplo, el artículo 19 del Código Civil de Canadá, el artículo 10 del Código Civil de Quebec y el nuevo Código Civil de Francia.

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Navicelli, V. (19 de septiembre de 2022). Definición de dignidad. Origen, características, Derechos Humanos, filosofía y dignidad. Definicion.com. https://definicion.com/dignidad/