Compasión es el nombre con el que conocemos un sentimiento mediante el que experimentamos ternura y/o amabilidad frente a algo que le sucede a otra persona. Es una forma de solidaridad con el otro, ya que, mediante la empatía y la comprensión, nos permite conectar con las emociones ajenas y, si es posible, ayudarlos.

Este término proviene del término en latín compassio que, a su vez, proviene del término en griego συμπάθεια (sympátheia), es decir, sufrir con el otro o tristeza que se experimenta frente al padecer de otra persona.

Naturaleza y rasgos.

En primer lugar, la compasión implica el reconocimiento del malestar de otra persona. Esta forma de fraternidad para con el dolor y la tristeza ajena implica una forma de cuidado de los demás que puede ejercitarse y practicarse.

La compasión nos permite reconocer las emociones negativas de la otra persona e intetar ayudarla.

En segundo lugar, la compasión lleva a que, en un acto de generosidad, sintamos la necesidad de ayudar a la otra persona, de ofrecer consuelo desde la escucha o la práctica. Este cuidado puede ser tanto oyendo los problemas de esta persona, para que pueda sentirse contenida, o invitándola a hablar de lo que le ocurre, para liberar lo que lo agobia.

Otras formas de cuidado involucran una participación más activa con esa persona (desde asistencia en las tareas diarias hasta búsqueda de apoyo externo, como profesionales).

En tercer lugar, este sentimiento no está generado por una finalidad que beneficie a quien siente compasión por otros. Dicho de otro modo, la compasión es desinteresada, no se sirve de egoísmos personales ni de esperar a obtener algo a cambio del otro; de lo contrario, solo se busca obtener beneficios del sufrimiento ajeno.

Su vínculo con la religión.

Finalmente, en cuarto lugar, la compasión está históricamente vinculada con valores cristianos, como parte de la misericordia que una persona debe tener para sí misma y para terceros.

Tener este sentimiento implica poder seguir el ejemplo de Jesús, quien sentía compasión y ternura por los más desdichados.

Religiones
A menudo, se vincula la compasión con valores cristianos; sin embargo, no es la única práctica social que la ejercita.

Diferencias con empatía y simpatía.

A menudo, la palabra compasión se interpreta como un sinónimo de términos como empatía o simpatía. Veamos en qué se diferencia de cada uno de ellos.

La empatía, en primer lugar, implica una capacidad que permite que experimentemos y comprendamos las emociones de otra persona, y que podamos ponernos en su lugar. Es un modo de identificarnos, en cierto sentido, con aquello que le ocurre; sin embargo, implica tanto las emociones positivas como las negativas. A diferencia de ella, la compasión se centra más en las sensaciones poco positivas que experimenta otra persona.

Por otra parte, la palabra simpatía alude al sentimiento de afecto que podemos experimentar por otra persona, y que nos lleva a que su presencia sea algo agradable. De este modo, sentimos comodidad al estar cerca de esa persona, tenemos buenos sentimientos hacia ella e, incluso, podemos sentirnos inspirados por su personalidad.

En psicología.

Desde una disciplina como la psicología, la compasión funciona como un comportamiento mediante el cual buscamos restaurar el bienestar de la otra persona. Esto se logra intentando eliminar ese dolor, esa angustia, que un tercero experimenta.

Ayuda a otros
Ayudar a otros, desde la escucha activa y la conexión con los sentimientos, es también una forma de trabajar la compasión.

La compasión, com forma de apoyo y de escucha activa hacia los demás, nos permite desarrollar nuestra empatía e identificarnos con los sentimientos ajenos. De este modo, podemos poco a poco desarrollar esta habilidad que hace que, a largo plazo, podamos experimentar esta conexión humana de forma más rápida.

A propósito de este punto, la compasión nos permite, también, aprender a centrarnos en el otro y a dejar nuestro propio egoísmo de lado. En muchas ocasiones, este sentimiento de afecto y de sensibilidad nos ayuda a poner en perspectiva nuestras propias dificultades, y a adquirir autoconciencia de nosotros, nuestras debilidades y nuestras fortalezas.

Además, la compasión juega un rol central en la resiliencia. Del latín resiliēns, es decir, saltar hacia atrás, la palabra alude a la capacidad que tiene una persona para poder adaptarse a las dificultades que atraviesa.

Esto nos permite tratarnos con más amabilidad, ya que hemos atravesado situaciones complejas, a poder desarrollar la gratitud hacia nosotros y hacia quienes nos acompañan y, de ese modo, podemos replicar ese comportamiento hacia otros.

En las relaciones sociales.

Los individuos que cohabitan un mismo espacio cultural, social y geográfico, desarrollan, entre sí, un vínculo comunitario. Aquí, la compasión actúa como herramienta de afecto por los demás que, en ocasiones, puede traducirse en conciencia social, en compromiso social con nuestra comunidad. Así, es posible sostener diferentes formas de cooperación para hacer ese espacio mucho más agradable:

  • Existen espacios de voluntariado, donde las personas, sin fines lucrativos, asisten durante algunas horas en la semana en distintas actividades pensadas para algún grupo social desfavorecido;
  • Pueden ejercer la filantropía, es decir, querer ayudar, desde una perspectiva de caridad y responsabilidad social, a las personas de una comunidad;
  • Se puede intervenir, desde espacios más amplios a nivel geográfico, y asistir en, por ejemplo, ayuda humanitaria, es decir, atender necesidades de víctimas en situaciones críticas como emergencias alimentarias, sanitarias o a quienes han atravesado desastres naturales, entre otros.

Compasión, ámbito laboral y liderazgo.

Equipo de trabajo
Un equipo de trabajo en el que sus miembros se apoyen y acompañen entre sí mejora notablemente el ambiente laboral.

Finalmente, en un contexto laboral, la compasión actúa como una forma mediante la cual procuramos ayudar a los demás en sus espacios de trabajo.

De este modo, no solo se ve beneficiada la moral y la actitud positiva en general de quienes trabajan, sino que esto puede tener un impacto directo en el trabajo, la productividad y el rendimiento.

En un ambiente de trabajo donde una persona no pueda sentirse contenida, donde sea excluida o donde nadie puede asistirlo, el bienestar emocional no puede ser asegurado y, un desempeño adecuado, tampoco.

Por el contrario, es posible hallar equipos de trabajo que se nutren del conocimiento, la experiencia y la sabiduría de los demás, y con jefes que intervienen, acompañan y capacitan, creando un espacio amigable para ejercer las labores. De este modo, es posible que entre todos puedan brindarse apoyo mutuo, y que haya un espacio de amabilidad y respeto.

Con un espacio de trabajo como tal, la cooperación entre compañeros, el apoyo en momento de dificultades y la paciencia de unos con otros construye un ambiente laboral donde las relaciones humanas no son dejadas de lado.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (31 de julio de 2023). Definición de compasión. Rasgos, en la religión y en psicología. Definicion.com. https://definicion.com/compasion/