El Renacimiento fue un período histórico caracterizado por representar un importante movimiento cultural que cambió profundamente la sociedad europea del siglo XV. Se considera una etapa de transición entre la Edad Media y la Modernidad, en la cual se produjeron importantes cambios culturales, artísticos, científicos y filosóficos.
El movimiento comenzó en la ciudad de Florencia, Italia y rápidamente se extendió al resto de las ciudades como Roma, Venecia, Milán, Nápoles, entre otras, para luego continuar expandiéndose por el resto de los países de Europa.
El término «renacimiento» fue utilizado por primera vez por el escritor y artista italiano Giorgio Vasari (1511-1574). Sin embargo, fue durante el siglo XIX que se utilizó la expresión Renacimiento para referirse a la totalidad del movimiento como período histórico, en los estudios del historiador francés Jules Michelet en 1855, quién tomó la expresión de los manuscritos de Vasari. Se lo llamó así, debido a que fue considerado un renacer de la cultura occidental, luego de haber atravesado la crisis de la sociedad medieval y la caída del sistema feudal durante los siglos precedentes.
El Renacimiento impulsó una transformación en muchos ámbitos de la vida y la cultura europea de la época. A partir de las ideas del humanismo, corriente filosófica que buscó la revalorización del hombre y la cultura clásica, se produjo una transformación en el pensamiento, el arte y las ciencias. Este cambio de paradigma dio como resultado el surgimiento de un nuevo espíritu, el cual desarrollaría, a partir de entonces, un conjunto de cambios sociales que harían del Renacimiento un punto de inflexión en la historia de la cultura occidental.
La influencia del Humanismo produjo en el Renacimiento el retorno a las raíces de la cultura clásica grecolatina en la que se revalorizaron sus mitologías, su arte y su filosofía. El resurgimiento del clasicismo representó un contraste con la caída de la mentalidad religiosa del mundo medieval, lo cual posibilitó el nacimiento de una nueva visión del mundo y del hombre en sentido radical. Durante este período, se replantearon cuestiones referentes a la ciencia y el conocimiento, lo divino y lo humano, el hombre como centro del universo, la exploración de la naturaleza, el cuerpo y los sentidos.
Uno de los aspectos más sobresalientes del Renacimiento fue la importante revolución artística que dio lugar a un cambio profundo en el imaginario cultural y estético de la época. A este período pertenecen los artistas que hoy en día se encuentran entre los más renombrados y destacados de la historia universal, como Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel o Rafael Sanzio.
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Contexto histórico, cambios y revoluciones
Contexto histórico, cambios y revoluciones.
El Renacimiento impulsó una gran transformación en la mentalidad europea de la época, la cual se manifestó en todos los ámbitos de la cultura, el arte, el pensamiento y la sociedad en general. A continuación, señalaremos el contexto histórico y las características más destacadas de los cambios culturales, artísticos y filosóficos de este período:
Humanismo y resurgimiento de la antigüedad clásica.
Se conoce como Humanismo al movimiento filosófico y literario que consistió en la revalorización y actualización de la cultura clásica grecorromana. A través de su literatura, su filosofía y sus valores estéticos, el Humanismo hizo resurgir a la cultura clásica luego de haber permanecido en el olvido durante gran parte de la Edad Media. Los humanistas se destacaron por sus estudios en filología de las lenguas clásicas, como el griego antiguo, fomentando la erudición y el crecimiento de las academias y bibliotecas como centros de estudio y producción de conocimientos. También, impulsaron las llamadas artes liberales (categoría medieval para referirse a las siete artes practicadas por hombres libres), las cuales se dividían en Trivium (gramática, retórica y dialéctica) y Quadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música).
Sin embargo, esta revalorización greco-latina no fue a modo de mera copia y estudio de los valores clásicos, sino que el Renacimiento produjo toda una resignificación y síntesis de la cultura clásica antigua. En el marco de los textos filosóficos clásicos, surgieron nuevas lecturas del neoplatonismo que influenciaron el desarrollo de una filosofía renacentista propia, como es el caso del pensador y humanista italiano Pico della Mirandola (1463-1494), quien en su Discurso sobre la dignidad humana escribió 900 tesis orientadas a elaborar un novedoso concepto de la naturaleza humana, basado en la idea de la libre voluntad y la capacidad de la inteligencia como posibilidad de elevar a la humanidad por encima de sí misma. Estas ideas generaron controversia en el ámbito eclesiástico, ya que muchas de sus tesis contradecían la doctrina ortodoxa de la Iglesia, por lo que su presentación fue suspendida por el Papa Inocencio VIII, y su Discurso sobre la dignidad humana, considerado luego el «manifiesto del Renacimiento», fue publicado tiempo después de su muerte junto con sus obras completas.
Antropocentrismo vs teocentrismo.
El Humanismo se caracterizó por representar un distanciamiento de las ideas del teocentrismo medieval, según el cual todo gira entorno al concepto de Dios como centro de la mentalidad religiosa y cultural del Medioevo. Por el contrario, las ideas del Humanismo provocaron un giro hacia el antropocentrismo, que puso en el centro de la actividad cultural y filosófica de la época al ser humano como núcleo de acción primordial del conocimiento y la cultura. A partir de entonces, se reivindicaron los valores clásicos emparentados con esta nueva visión del hombre, no ya como un ser penitente y condenado a una vida religiosa, sino como el agente del cambio cultural y el productor activo del conocimiento del mundo. Este giro antropocéntrico se vio reflejado en su máxima expresión en los avances científicos y los cambios artísticos y culturales del Renacimiento.
Crisis del dogmatismo religioso.
Durante el siglo XVI se produce el cisma más importante y profundo de a la Iglesia Católica: la Reforma protestante, que dio lugar al protestantismo como nueva corriente religiosa del cristianismo. La nuevas ideas protestantes se mostraban más acordes con los valores del Renacimiento y la burguesía naciente de la época, la cual se convertiría, siglos después, en la clase más influyente de la cultura occidental. Liderada por el teólogo Martín Lutero (1483-1546), la Reforma protestante cuestionó múltiples aspectos de la Iglesia Católica ortodoxa y la inquisición, señalando el nivel de corrupción y desidia a la que había llevado el abuso de poder de la Iglesia como institución que dominó la escena europea por más de diez siglos bajo el dogmatismo católico. Lutero cuestionó el rol del sacerdote como figura de autoridad, la venta de indulgencias, criticó el diezmo y elaboró un nuevo concepto de cristiandad, en la cual el creyente podía encontrarse con Dios sin la intervención de un eclesiástico. Entre otras cosas, Lutero tradujo la Biblia del latín al alemán con el fin de popularizar las sagradas escrituras. Por lo que, todo este movimiento reformista produjo una Contrarreforma, como un intento de la Iglesia Católica por reivindicar su posición de poder y rechazar el nuevo espíritu del reformismo protestante. De manera que, para denunciar a la Reforma, la Iglesia formó el Concilio de Trento (1545-1563) con el fin de reestablecer la doctrina y condenar la Reforma, la cual fue considera por el Concilio como un acto de herejía.
Esta profunda separación dentro del ceno de la Iglesia, provocó que las ideas del Humanismo y el nuevo espíritu renacentista surgieran con mayor vigor e impulso. El protagonismo de la figura humana y el nuevo individuo del Renacimiento tuvieron también un correlato religioso con el protestantismo, que poco a poco, comenzó a convertirse en el credo de las clases burguesas e instalarse en la sociedad renacentista.
Revolución científica y cambio de paradigma.
El Renacimiento significó uno de los impulsos más renovadores y revolucionarios en el ámbito de las ciencias y el conocimiento científico. Pensadores, filósofos, astrónomos y matemáticos como Nicolás Copérnico, Giordano Bruno, Galileo Galilei entre muchos otros, produjeron una profunda revolución gnoseológica que cambiaría la visión del universo y de la naturaleza de manera radical. Copérnico fue el responsable del paso de una mentalidad geocéntrica (con la Tierra como centro del universo) a una visón heliocéntrica del mundo, la cual pone al Sol en el centro del universo. Estos postulados llevaron a Copérnico a ser juzgado y ejecutado por la Iglesia Católica por considerarlo hereje, debido a que sus investigaciones y descubrimientos científicos contradecían la cosmología de las sagradas escrituras. Giordano Bruno sufrió el mismo destino por haber postulado la existencia de múltiples mundos en el universo más allá de la Tierra, estas ideas fueron suficientes para considerarlo hereje y ejecutarlo de la misma manera que a Copérnico. Distinto fue el destino de Galileo, quien fue juzgado por sostener que la Tierra no estaba fija en su centro sino que se movía al igual que el resto de los planetas. Sin embargo, Galileo se disculpó falsamente ante el tribunal católico, por lo que pudo salvar su vida de la ejecución, pero antes de retirarse del juicio, pronunció en voz baja la famosa frase «eppur si muove» (y sin embargo, se mueve).
Todo este conjunto de descubrimientos científicos cambiaron la visión del universo y fueron el núcleo del problema cosmológico del Renacimiento. La nueva visón renacentista del mundo estaba vinculada al estudio empírico y matemático de la naturaleza y la realidad, orientada a crear una ciencia renacentista. La frase de Galileo «el universo está escrito en lenguaje matemático» ilustra claramente este concepto. Por lo que, el Renacimiento significó el surgimiento de una nueva cosmología basada en la idea de un universo matemático, y por ende, susceptible de ser estudiado por la ciencia. Las nociones de comprobación empírica y método científico fueron fundamentales en este cambio de paradigma del conocimiento humano. Filósofos como Francis Bacon o René Descartes, buscaron desarrollar los principios básicos de todo método científico para investigar la naturaleza. A partir de entonces, las ciencias comenzarán a estudiar empírica y matemáticamente el mundo, las cuales sentarían las bases de la ciencia moderna.
Además de la astronomía renacentista y su revolución cosmológica, los cambios científicos producidos durante el Renacimiento propiciaron grandes avances en ciencias naturales como la Física, en la que se destacaron los estudios del físico, filósofo y matemático inglés Isaac Newton (1643-1727), quien en su Filosofía naturalis Principia matemática, desarrolló revolucionarios descubrimientos sobre la ley de la gravedad, la refracción de la luz, los principios del movimiento y el cálculo infinitesimal, los cuales representan la base teórica de toda la física moderna hasta la actualidad. Por otra parte, la Química se separó de la Alquimia gracias a los primeros estudios de Paracelso y Robert Boyle, y la Biología desarrolló nuevos descubrimientos en anatomía, que impulsaron el surgimiento de una medicina renacentista la cual incursionó en nuevas técnicas como la disección y la autopsia, entre otras.
Avances tecnológicos y nuevos descubrimientos.
Los nuevos inventos renacentistas impulsaron una gran cantidad de avances técnicos en múltiples áreas, por ejemplo, en la navegación, en la que gracias a la invención de artefactos como la brújula y la cartografía renacentista, se realizaron las expediciones marítimas en busca de expansión territorial, las cuales llevarían a Cristóbal Colón al descubrimiento de América, en 1452.
Otro importante avance tecnológico fue la invención de la imprenta de Gutenberg en 1450, la cual impulsó la multiplicación y transmisión de los textos más importantes de la historia occidental, lo cual que permitió el desarrollo de la cultura y amplió el número de personas con acceso a la lectura y el interés por adquirir nuevos conocimientos.
Arte renacentista.
El arte del Renacimiento es considerado uno de los períodos artísticos más importantes y revolucionarios de la historia del arte occidental. La pintura renacentista se caracterizó por desplegar una renovación en las técnicas de pintura a través del descubrimiento y la incorporación de nuevos métodos como la perspectiva, la cual aportó la ilusión de tridimensionalidad a las obras, se destacó también la pintura al óleo y el fresco como material pictórico preponderante en la época. Por otra parte, la escultura renacentista incursionó en los estudios de la figura y la anatomía humana, a partir de los conceptos de belleza, armonía y proporción, inspirados en la escultura clásica, se trabajaron obras sobre mármol, piedra y bronce, en las que predominó el desnudo y las temáticas mitológicas y religiosas de la antigüedad clásica. La arquitectura fue también un punto importante en este movimiento artístico. Durante el Renacimiento se construyeron obras de tamaña relevancia como la Cúpula de Santa María de Fiore y la Basílica de San Lorenzo de Florencia por el arquitecto Filipo Brunelleschi, entre muchas otras obras de gran importancia para la Italia renacentista.
Revolución artística y mecenazgo.
La profunda revolución artística que se produjo durante los siglos del Renacimiento impulsó grandes avances en la pintura, la escultura y la arquitectura renacentista. Sin embargo, esta revolución no sólo se produjo gracias al talento y el genio de los artistas, sino también al importante influjo de la figura de los mecenas, quienes se convirtieron en patrocinadores de la obra de los artistas, proporcionando la posibilidad de desarrollar obras más libres, de temáticas religiosas y no religiosas más allá de la ortodoxia católica. Así, surgieron las más icónicas obras del Renacimiento con temáticas mitológicas de la antigüedad clásica, como El nacimiento de Venus de Sandro Botticelli o Amor sacro y amor profano de Tiziano, entre muchos otros. Mecenas poderosos como Lorenzo de Medici o las familias nobles Borgias y Sforza buscaron patrocinar y fomentar el arte como un signo de prestigio y poderío social de la nobleza. Sin embargo, no fueron solamente los mecenas de la nobleza quienes realizaron encargos a los artistas más importantes de la época, sino que también la Iglesia actuó como patrocinadora de la obra de grandes artistas como Donatello, Miguel Ángel, Rafael Sanzio, Leonardo Da Vinci, entre otros.
La figura del artista como genio y polímata.
Los cambios en en el concepto antropológico del ser humano y el surgimiento del individualismo como forma de valoración de las facultades del hombre libre del Renacimiento, dieron como resultado una nueva visión del artista, presentado ya no como un artesano trabajador de los gremios medievales, sino como todo un genio creador, una individualidad singular que despliega su gran talento e inspiración en múltiples ramas del arte y el conocimiento como la pintura, la escultura, la arquitectura, el pensamiento, la ciencia, entre otras. Así surgió la figura del polímata, aquel artista y pensador capaz de desarrollar múltiples talentos y aportar en distintas áreas descubrimientos nuevos y revolucionarios para la época. A continuación, apuntaremos algunos datos sobre los artistas más representativos del Renacimiento:
Artistas destacados.
Donatello (1386-1466).
Artista, pintor y escultor florentino considerado uno de los padres del Renacimiento temprano, junto con Brunelleschi y Masaccio. Se destacó por sus trabajos en escultura de monumentos y el estilo del bajo relieve, en el que inauguró la técnica del stiaccciato, la cual consiste en lograr un efecto de profundidad en superficies planas y relieves aplastados. Es famosa su obra en bronce de David realizada en 1409, otras obras importantes del artista son la estatua de San Jorge en Orsanmichele, relieves como Madona Pazzi o la Asunción de la Virgen y el león de Marzocco en Florencia, entre muchas otras importantes aportaciones escultóricas que dieron lugar a una de las primeras manifestaciones del estilo artístico del Renacimiento.
Leonardo Da Vinci (1452-1519).
Leonardo Da Vinci era considerado, incluso entre sus contemporáneos, como un virtuoso asombroso, quizá el representante más destacado y prolífico de esta nueva visión del artista genio y polímata del Renacimiento. Durante toda su carrera, Leonardo fue pintor, anatomista, botánico, filósofo, escritor, científico, ingeniero e inventor y contribuyó enormemente en múltiples áreas, las cuales a partir de su influencia experimentaron un impulso y crecimiento renovadores como la pintura, la anatomía y la ciencia de la naturaleza. En la pintura, es famoso por sus obras de la Última cena, la Gioconda y La Anunciación, entre muchas otras, en las que se ve reflejado un estilo propio, el cual fue identificado como una de las manifestaciones más puras y representativas del imaginario renacentista. Como dibujante y anatomista, Leonardo desarrolló estudios sobre el cuerpo humano y sus expresiones faciales muy avanzados para la época, obras como el hombre de Vitruvio, en la que se representa a la figura humana proporcionalmente estudiada a niveles geométricos y matemáticos, los cuales Leonardo desarrolló teóricamente en su Tratado sobre la pintura. Fue pionero e impulsor del naturalismo en la pintura, desde sus inicios el joven Leonardo asombraba a los artistas de la época por representar con gran nivel de realismo las figuras de sus obras, por ejemplo, basó su diseño de las plumas de un ángel en las plumas de un ave real, o el vestido de la Madonna, el cual estaba basado en los pliegues y caídas de un vestido real, pintado con gran detalle y naturalidad.
Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564).
Se considera a Miguel Ángel uno de los representantes más prolíficos y talentosos del Renacimiento. Polímata del arte, Miguel Ángel sobresalió en la escultura, materia en la cual realizó las obras más icónicas del arte renacentista como El David, en la que se ven reflejados los valores estéticos grecolatinos, como la proporción anatómica, el naturalismo en los cuerpos, la voluptuosidad y los ideales de belleza, resignificados con la técnica magistral de Miguel Ángel, o La Piedad, obra de madurez en la que el artista logra un gran nivel de detalle, expresividad y efecto de movimiento en su obra.
Miguel Ángel también sobresalió en la pintura, el artista fue el responsable de pintar el techo de la Capilla Sixtina, en la que se encuentra su famosa pintura La creación de Adán, obra que representa una imagen antropomórfica de Dios, expresado como una figura humana, extendiendo su índice hacia Adán quien recibe su creación con un gesto de gloria y solemnidad. Esta forma humanizada de representar a Dios y el igualamiento con la figura de Adán reflejan el carácter antropocéntrico de la época. Además de la pintura y la escultura, Miguel Ángel fue un gran arquitecto responsable del diseño y la construcción de importantes obras como la Basílica de San Pedro y la urbanización de la Plaza del Capitolio en Roma.
Sandro Botticelli (1445-1510).
Botticelli se destacó únicamente en la pintura, pero su estilo es considerado hoy en día como uno de los más representativos del Renacimiento florentino. Su arte se destacó por el uso de la línea para construir figuras gráciles y un efecto de sutil movimiento en los cuerpos de sus pinturas. Apadrinado por los Medici, Botticelli realizó sus dos obras maestras: La Primavera (1482) y El nacimiento de Venus (1484), las cuales representan temáticas mitológicas clásicas con un carácter marcadamente renacentista. En estas obras, correspondientes al primer período renacentista, prima la estética venusina y se representan, además de Venus, dioses griegos como Hermes (o Mercurio), Bóreas, dios del viento, o las tres gracias como representación de la alegría, la belleza y la voluptuosidad en La Primavera.
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Aci, E. M. (17 de mayo de 2023). Definición de renacimiento. Características, contexto histórico y artistas destacados. Definicion.com. https://definicion.com/renacimiento/