El neoplatonismo es una corriente filosófica surgida en Alejandría entre los siglos II y III d. C., que retomó las ideas del platonismo como modelo filosófico, generando una nueva versión que conjuga el pensamiento platónico con el misticismo y las ideas religiosas de la época. Entre los filósofos neoplatónicos más importantes se destacan Plotino, Proclo, Jámblico y Porfirio, quienes desarrollaron distintas versiones del platonismo, dando lugar al surgimiento del neoplatonismo como una de las escuelas filosóficas más influyentes de la antigüedad tardía. La escuela neoplatónica se caracterizó por revivir las ideas del platonismo y desarrollar una versión totalmente nueva del pensamiento filosófico y metafísico de Platón, a partir de conjugar su filosofía con ideas místicas, propias de doctrinas religiosas como el hinduismo, el judaísmo y el cristianismo.

En primer lugar, el neoplatonismo buscó desarrollar las ideas más importantes del pensamiento platónico como la teoría de las Ideas, la inmortalidad del alma, el Bien como idea suprema, la dialéctica y la erótica como medios ascendentes de conocimiento. No obstante, los neoplatónicos no se limitaron meramente a reproducir las ideas del platonismo sino que desarrollaron toda una nueva filosofía a partir de ellas, incorporando conceptos de la mística y la espiritualidad religiosa. Así, surge un cuerpo de conocimiento propiamente neoplatónico, nacido a partir del sincretismo de múltiples posturas espirituales atravesadas por el pensamiento y la doctrina del platonismo. Ideas como lo Uno de Plotino, la Inteligencia (Nous), la teoría de la emanación o la jerarquía del ser, representan conceptos troncales del neoplatonismo.

Históricamente, la escuela neoplatónica surge en un contexto de helenismo tardío, durante la época romana. En este marco, las primeras ideas neoplatónicas comenzaron a formarse a partir del pensamiento de Amonio Saccas, quien se considera el fundador primitivo del neoplatonismo. Luego, Plotino, su principal discípulo, se convertiría en el máximo exponente de la doctrina neoplatónica. El neoplatonismo se desarrolló como una escuela pagana en un contexto de expansión y crecimiento de importantes religiones como el cristianismo y el judaísmo. Así, la escuela neoplatónica se destacó por desarrollar el paganismo en una época de cambio y expansión religiosa, representando la última expresión viva del platonismo antiguo.

Originalmente, el término «neoplatonismo» fue acuñado entre 1770 y 1780 por el filósofo e historiador alemán Jacob Brucker, quién utilizó el término para referirse a un conjunto ecléctico de doctrinas que desarrollaron el platonismo a partir de un sincretismo con otras filosofías. Brucker también llamó al neoplatonismo bajo los nombres de «secta ecléctica» o «filosofía alejandrina», pero optó por el vocablo neoplatonismo, principalmente, para diferenciar este conjunto de doctrinas eclécticas alejandrinas del platonismo medio.

Por extensión, el término neoplatonismo se utilizó para distinguir a otras corrientes del pensamiento platónico que se desarrollaron en diferentes versiones de la matriz fundamental neoplatónica:

El neoplatonismo cristiano corresponde al amplio conjunto de pensadores cristianos que desarrollaron el pensamiento neoplatónico en conjunción con el cristianismo como doctrina religiosa. Filósofos como Agustín de Hipona, Pseudo-Dionisio Areopagita y Juan Escoto Erígena vincularon el pensamiento místico y religioso con el platonismo, para forjar los conceptos más importantes de la teología cristiana. El cristianismo primitivo y el gnosticismo cristiano, estuvieron profundamente influenciados por la escuela neoplatónica.

El neoplatonismo islámico surge a partir del pensamiento de filósofos como Al-Farabi, Avicena y Suhrawardi, quienes desarrollaron su propia versión del neoplatonismo en conjunción con ideas del aristotelismo y la tradición religiosa islámica. Por otro lado, el neoplatonismo judío se da a partir del pensamiento de Filón de Alejandría, quién representó al judaísmo en un contexto romano y postuló la compatibilidad entre las creencias judías y la filosofía helenística.

Posteriormente, el neoplatonismo renacentista fue de gran importancia durante el Renacimiento y el humanismo, tanto en la filosofía, el arte y la literatura. Durante la Modernidad, el neoplatonismo influyó en las ideas cosmológicas de Johannes Kepler, quién desarrolló un platonismo matemático para explicar el universo, a partir de conceptos como la «geometría sagrada» y la «armonía universal», ya propuestos en el Timeo de Platón. Isaac Newton recibió el influjo del llamado «neoplatonismo Cambridge» de Henry More y Ralph Cudworth. El neoplatonismo alemán fue de gran importancia en el desarrollo del idealismo trascendental de G.W.F. Hegel y Friedrich Schelling.

Platón
El neoplatonismo construyó su filosofía a partir de las ideas y el pensamiento de Platón

Ideas fundamentales del neoplatonismo.

Los principios fundamentales del neoplatonismo se hallan, en primer lugar, en la fuente de las ideas platónicas. Sin embargo, no es sólo a partir del platonismo que el pensamiento neoplatónico desarrolla su doctrina, sino que también es importante la influencia del aristotelismo, el pitagorismo y las diversas filosofías místicas que conformaron el sistema de pensamiento del neoplatonismo. A continuación, explicaremos brevemente las claves más importantes del pensamiento neoplatónico y sus principales fuentes:

La influencia platónica.

El pensamiento platónico se centró en una división metafísica entre el mundo sensible (representado por el cuerpo y la materia) y el mundo inteligible (representado por el alma y las ideas). Según este dualismo metafísico, el mundo sensible representa un nivel de realidad inferior, al cual Platón identificó con la ignorancia, la confusión y el desconocimiento, mientras que el mundo inteligible, llamado «Mundo de las Ideas», representa la realidad ontológica por excelencia, un mundo de entidades perfectas, trascendentes e inmutables. De esta manera, Platón postuló que el conocimiento y la liberación del alma se daban a partir de la separación del cuerpo y el rechazo del mundo material.

El neoplatonismo tomó esta división metafísica y la convirtió en uno de los pilares fundamentales de su doctrina, realizando una interpretación mística y religiosa de la teoría de las Ideas, la idea del Bien, el Amor (Eros), entre otros conceptos fundamentales del platonismo. Así, los neoplatónicos desarrollaron una concepción mística del alma, mediante la cual buscaron establecer prácticas espirituales de separación del cuerpo como el ascetismo o la reflexión interna del alma, con el fin de desarrollar una doctrina mística de elevación del alma hacia lo divino.

Algunas nociones platónicas en el pensamiento de Plotino son el concepto de la no-entidad de lo Uno como algo que está «más allá del ser», idea que tiene su antecedente en el libro IV de la República, cuando Platón, al comparar la idea del Bien con el Sol, afirma que el Bien está por encima del Ser, en poder y en dignidad. Una de las obras platónicas más influyentes del neoplatonismo fue el Timeo, en la cual Platón expone su cosmología, en la que un Demiurgo crea el universo a partir de los cinco sólidos matemáticos perfectos. La cosmología platónica influye en la concepción de Plotino sobre el universo y, posteriormente, fue de gran importancia para el neoplatonismo renacentista y moderno.

Platonismo
La teoría de las Ideas fue un elemento fundamental para el desarrollo de la metafísica neoplatónica

Plotino y la síntesis neoplatónica.

La síntesis más importante del neoplatonismo se atribuye a la obra de Plotino, quién desarrolló un cuerpo de conocimiento y un sistema filosófico y metafísico que sentó las bases más importantes de la doctrina neoplatónica. Se considera a las Enéadas la obra principal del neoplatonismo, en la cual Plotino expone su teoría mística del alma, estableciendo la división entre el mundo espiritual perfecto y trascendente, y el mundo material, del cual el alma debe liberarse para regresar a la unión con lo Uno, centro metafísico y espiritual de todo lo existente, del cual emana el Nous (intelecto) como manifestación de la perfección divina de lo Uno. A partir de esta concepción mística, Plotino elaboró la teoría de las tres hipóstasis, una jerarquía ontológica compuesta de tres realidades fundamentales de la metafísica neoplatónica: Lo Uno, el Nous y el alma.

Las tres hipóstasis.

  • Lo Uno: Es la unidad ontológica de todo lo existente. Representa la Idea del Bien Supremo de la cual emanan todas las demás existencias del mundo, incluidas las otras dos hipóstasis (alma y Nous). Lo Uno es identificado con Dios, la unidad divina, suprema, absoluta y trascendente que da existencia a todas las cosas. En la metafísica de Plotino, lo Uno se encuentra más allá del Ser, representa aquella realidad ontológica superior a toda entidad, por lo que es inefable, es decir, que no existe forma positiva de afirmar algo acerca de lo Uno, ya que su naturaleza trascedente lo posiciona por encima del lenguaje y el entendimiento. A partir de este concepto trascendental, Plotino desarrolla lo que se conoce como la vía negativa para hablar de la naturaleza divina y trascendente de lo Uno, a partir de la cual, sólo puede hablarse de él diciendo lo que «no es» y nunca «lo que es».
  • El Nous: «Nous», del griego (inteligencia), es la emanación divina de la «conciencia» de lo Uno. Plotino compara a lo Uno y al Nous con el Sol y la luz: el Sol representa a lo Uno, la entidad divina de la que emana la luz (el Nous). El Nous representa la inteligencia divina de lo Uno que se proyecta hacia la manifestación, al igual que la luz del Sol baña todas las cosas en la Tierra. El Nous representa la «imagen» de lo Uno, aquello a través de lo cual lo inefable de lo Uno puede «hacerse visible» a la mente. Plotino explica que es posible «ver al Nous», alejando la mente de los sentidos y llevando al alma hacia la inteligencia y la razón.
  • El alma: Representa la tercer hipóstasis y es concebida como una naturaleza doble: una parte del alma está ligada al Nous, la Inteligencia y hacia ella tiende buscando alcanzar lo divino; la otra parte, se encuentra atada al mundo material a través del cuerpo que, a la manera platónica, representa la cárcel del alma. Plotino postuló que para desarrollar la gnosis (conocimiento divino), el alma se esfuerza por alcanzar lo trascendente que emana de lo Uno y de sí misma. Pues, en la metafísica neoplatónica, todo emana del Bien (lo Uno) y todo tiende hacia él, el alma tiende hacia lo Uno. Sin embargo, para alcanzar la perfección divina, Plotino afirma que el alma debe «olvidarse de sí misma», perdiendo el pensamiento y confundiéndose totalmente con la emanación divina de Dios (lo Uno). Plotino llegó a afirmar que, a lo largo de su vida, él mismo logró alcanzar unas dos o tres veces este estado de éxtasis donde su alma se fundió con la naturaleza divina de lo Uno.
Tres hipóstasis
La teoría de las tres hipóstasis establece a lo Uno, el Nous y el Alma como una jerarquía ontológica del ser

Cosmología y metafísica neoplatónica.

La ontología de Plotino explica la existencia del universo y los entes a partir de la teoría de la emanación, la cual establece a lo Uno como principio ontológico fundamental de todos los seres, a partir del cual emanan el resto de las existencias. Plotino explica que esto sucede por emanación, una propiedad mística que mana de lo Uno y, a partir de una serie descendente, pasando por el Nous y el alma, se llega a las existencias del mundo sensible. La serie ontológica de la creación neoplatónica comienza con lo Uno que emana o manifiesta al Nous, que es la imagen, el arquetipo de lo Uno en su manifestación perfecta y divina, el Nous es la Inteligencia del universo, la cual hace posible la existencia del resto de los entes. A su vez, del Nous emana el Anima Mundi (alma del mundo o alma de la Tierra), la cual representa un estado intermedio entre el Nous y el mundo material. Del Anima Mundi son las almas humanas, las cuales tienen una existencia dual y pueden tanto acercase al Nous a través del Anima Mundi, o alejarse de la verdad y la emanación de lo Uno, y vivir en el mundo material y fenoménico en completa ignorancia.

Cosmología neoplatónica
De lo Uno emanan el Nous, el Alma y todas las existencias del universo

Filósofos neoplatónicos.

  • Plotino (205-270): Considerado el máximo representante del neoplatonismo, cuya obra Enéadas sintetiza las ideas fundamentales de la escuela neoplatónica. Estudió en Alejandría con su maestro Amonio Saccas, y luego se trasladó a Roma donde desarrolló su pensamiento neoplatónico. Su obra consiste en un comentario sistemático del pensamiento platónico, incorporando ideas del pitagorismo, el cristianismo y diversas filosofías místicas de la época.
  • Porfirio (232-304): Discípulo de Plotino, estudió su obra y se encargó de sistematizar y difundir la filosofía neoplatónica, además de escribir la biografía de su maestro: Vida de Plotino. Se concentró en el aspecto práctico de la doctrina neoplatónica y fue un importante impulsor del ascetismo y el vegetarianismo en su obra Sobre la abstinencia.
  • Jámblico (245-325): Discípulo de Porfirio, fue maestro de Plutarco, Proclo y Damacio, entre otros. Se diferenció del pensamiento de Porfirio en algunos aspectos filosóficos, centrando su filosofía en un enfoque más místico y teúrgico.
  • Proclo (412-485): Fue uno de los más importantes filósofos de la escuela platónica de Atenas. Se destacó por ampliar el neoplatonismo hacia la escuela siria, la escuela de Alejandría y la escuela de Pérgamo, entre otras. Al igual que Jámblico, se centró en los aspectos más teológicos y religiosos de la doctrina neoplatónica.
  • Boecio (480-524): Conocido como «el último romano y el primer escolástico», Boecio combinó la filosofía y la poesía, y estudió los textos clásicos de Platón y Aristóteles. Su obra más importante: La consolación de la filosofía, se trata de un diálogo al estilo platónico entre el propio Boecio y la Filosofía, que fue una obra de gran importancia para la teología y la metafísica medieval.
Academia
La Academia de Atenas se mantuvo en actividad hasta el 529 d. C. y fue de gran influencia para el desarrollo del neoplatonismo en la época romana

Neoplatonismo cristiano.

La teología negativa de Dionisio Areopagita.

Pseudo-Dionisio Areopagita fue un teólogo, filósofo y místico bizantino que vivió entre los siglos V y VI d. C., cuya obra, de amplia influencia neoplatónica, se considera un pilar fundamental de la teología y la filosofía mística del cristianismo. Dionisio escribió cuatro tratados y diez epístolas, en las cuales desarrolla su teología mística e indaga acerca de los nombres y atributos de Dios, la jerarquía celeste y la teología negativa. Esta última, también llamada teología apofántica, postula que no es posible «conocer a Dios» de forma directa, ni mediante el pensamiento ni las palabras, ya que Dios trasciende los límites del entendimiento humano. Por ende, la única forma en la cual es posible «hablar de Dios» es a partir de una vía negativa, es decir, señalando lo que Dios «no es», diferenciado su suprema sustancia de cualquier entidad o identificación con el mundo.

El neoplatonismo de San Agustín.

El pensamiento de San Agustín, considerado el padre de la filosofía cristiana, estuvo fuertemente influenciado por el neoplatonismo de Plotino, Porfirio y la teología mística de Pseudo-Dionisio. Antes de convertirse al cristianismo, Agustín pasó por el neoplatonismo, del cual extrajo las principales ideas metafísicas que luego aplicaría en obras fundadoras del pensamiento cristiano como son Confesiones y La ciudad de Dios. Agustín se nutrió de ideas neoplatónicas como la experiencia mística como vía para conocer a Dios, la naturaleza inmaterial de Dios y la concepción del alma humana como una naturaleza que se dirime entre lo divino y lo terreno, a partir de las cuales, Agustín desarrollaría las bases fundamentales de la metafísica cristiana.

Otros filósofos y místicos cristianos.

Juan Escoto Erígena, en su obra De divisione naturae, fuertemente influenciada por los textos de Pseudo-Dionisio, desarrolla una teología mística en la cual explica el orden del universo a partir de un panteísmo, que postula que «toda la existencia emana de Dios y todas las cosas vuelven a él». Este concepto de panteísta de la realidad manifiesta una profunda influencia neoplatónica, sobre todo en su concepto de emanación como explicación del mundo y la naturaleza a partir de Dios o lo Uno.

El filósofo y místico alemán Meister Eckhart (Maestro Eckhart), fue el principal exponente de la mística alemana, su pensamiento estuvo profundamente influenciado por la teología negativa de Pseudo-Dionisio, a la cual, en su obra El fruto de la nada, Eckhart llevó al extremo al pensar a Dios como un ser apofántico, es decir, inefable y esencialmente negativo. Según Eckhart, la realidad última y suprema (Dios) se identifica con la nada, ya que ambas son igual de inconmensurables e inefables.

Juan de la Cruz, en su poema La noche oscura del alma, narra el viaje místico del alma cristiana desde su cuerpo mundano hasta alcanzar la contemplación de Dios. Su poema, junto con el resto de su obra, son de una gran influencia neoplatónica, cuya principal fuente se encuentra en la teología mística cristiana de Pseudo-Areopagita. Santa Teresa de Ávila, mística y filósofa cristiana, en su obra Las moradas desarrolló una guía mística para el crecimiento espiritual cristiano a partir de la fe, la oración y el servicio devocional. Junto a Juan de la Cruz, Santa Tersa es considerada una de las máximas representantes de la mística cristiana.

Mística
La mística cristiana tuvo una poderosa influencia del neoplatonismo

Neoplatonismo renacentista.

Se llama neoplatonismo renacentista o florentino al resurgimiento de las ideas platónicas en el marco del Renacimiento y el humanismo, a partir de las que se produjo una resignificación de la cultura clásica, impronta en la que el neoplatonismo fue retomado con perspectivas humanistas y renacentistas en la literatura, la filosofía y el arte del Renacimiento. Autores como Marsilio Ficino o Giovanni Pico della Mirandola desarrollaron el neoplatonismo en sus propias versiones.

En 1459 fue fundada la Academia platónica de Florencia por el mecenas Cosme de Medici, creada como una institución humanista neoplatónica, de la cual sería miembro Marsilio Ficino, quien se encargaría de traducir las obras completas de Platón y Plotino al latín. Pico della Mirandola, en su obra Discurso sobre la dignidad del hombre, desarrolló una nueva versión de la metafísica cristiana, a partir de conceptos fundamentales del neoplatonismo fusionados con la nueva visión humanista, centrada en la libertad y voluntad del alma humana. Ambos autores fueron los responsables del surgimiento del neoplatonismo en un contexto renacentista, que vinculó las ideas platónicas con el hermetismo y la magia naturalis, doctrinas importantes en el pensamiento de la época.

Nicolas de Cusa, en sus obra La docta ignorantia, pone de manifiesto una fuerte influencia neoplatónica, tanto en su estilo literario en forma de diálogo, como en sus conceptos metafísicos más importantes: lo «no-otro», la vía negativa y la coincidencia de los opuestos, de cuya influencia Cusa señala a Pseudo-Dionisio y Proclo como sus máximos referentes del neoplatonismo.

Giordano Bruno desarrolló una obra de estilo platónico al establecer sus ideas mediante el género literario del diálogo, herencia platónica que fue poderosamente retomada por diversos autores en la literatura del Renacimiento. Bruno postuló una cosmología en la cual la influencia neoplatónica se presenta en su idea de un universo infinito, y en sus obras acerca de la demonología y la magia naturalis, importantes en el pensamiento filosófico de la época.

Neoplatonismo en el arte del Renacimiento.

El arte renacentista se caracteriza por una fuerte influencia de la estética clásica, tanto en la pintura como la escultura y la arquitectura, en las cuales las ideas neoplatónicas sobre el orden geométrico del universo, la inmortalidad del alma humana, y la naturaleza del amor y la divinidad influenciaron en la concepción estética del Renacimiento, que estableció una estrecha relación entre neoplatonismo y arte. Obras icónicas del Renacimiento como La primavera o el Nacimiento de Venus de Sandro Botticelli, y las obras de la Capilla Sixtina de Michelangelo Buonarroti, en la que se encuentra su famosa pintura La creación de Adán, concentran un profundo simbolismo neoplatónico en sus representaciones.

Capilla Sixtina
El arte del Renacimiento se caracterizó por representar sus obras a partir de un concepto neoplatónico de la estética y el arte

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Aci, E. M. (27 de octubre de 2023). Definición de neoplatonismo. Características, historia, cosmología y metafísica. Definicion.com. https://definicion.com/neoplatonismo/