La filosofía de la religión es una disciplina filosófica que estudia el pensamiento religioso, la teología y los fundamentos filosóficos de las creencias religiosas. Como campo específico de estudio, la filosofía de la religión se preocupa por los problemas fundamentales del pensamiento religioso y su vinculación con la filosofía y el pensamiento racional, a partir de problemas fundamentales de la religión como la existencia de Dios, la relación entre fe y razón, la inmortalidad del alma, el problema del mal, entre muchos otros. Así, la filosofía de la religión se basa en el análisis de los conceptos, ideas y pensamientos filosóficos referentes a las temáticas más importantes de la religión y la teología, buscando estudiar filosóficamente las ideas religiosas.
La filosofía de la religión abarca grandes áreas de la filosofía como la metafísica, que busca estudiar todo aquello que se encuentra «más allá de la física»; la teología, que se postula como la ciencia del estudio de Dios y sus atributos divinos; y la ontología, que estudia la constitución esencial de todos los seres en sentido universal. A partir del estudio del pensamiento filosófico de las distintas religiones, la filosofía de la religión se plantea una serie de interrogantes fundamentales respecto de las creencias religiosas y su contenido filosófico:
¿Cómo explican las diversas religiones sus ideas filosóficas acerca de Dios, el mundo y el ser humano? ¿Cómo opera el discurso religioso y cuáles son sus fundamentos? ¿Qué es lo divino y cómo entendemos la divinidad? ¿Es posible demostrar la existencia de Dios? ¿Puede comprenderse a Dios mediante el pensamiento? ¿Qué tipo de conocimiento es el que accede a comprender lo divino y en qué consiste? ¿Existe un concepto único y universal de Dios o, por el contrario, hay diversas formas de concebir la divinidad? ¿Existe un patrón común entre las diversas religiones? ¿Cuáles son los límites entre fe y razón? Si Dios es todopoderoso ¿Cómo se explica la existencia del mal en el mundo?
A partir de estos interrogantes, la filosofía de la religión estudia las diversas respuestas y argumentaciones que se realizan con el fin de fundamentar o explicar filosóficamente los postulados religiosos. De este diverso conjunto de respuestas, surgen las distintas corrientes teológicas que conciben de formas muy distintas la idea de Dios, lo divino y el sentido de lo religioso. Frente al problema de la existencia de Dios, surgen posturas a favor como el teísmo, el panteísmo o el politeísmo, y en contra, como el ateísmo o el agnosticismo. Frente al problema del mal, se esgrimen argumentos en contra como la paradoja de Epicuro, y a favor, como la teodicea de Leibniz.
De manera que, lo que se llama «filosofía de la religión» es un área de estudio que se encuentra en el delgado límite del umbral entre filosofía y religión. Otra de las preguntas fundamentales de esta disciplina consiste en si verdaderamente es posible unificar la filosofía con la religión y cuáles son sus límites, hasta qué punto es posible conciliar el pensamiento crítico racional con el pensamiento mítico religioso, de qué formas se oponen y en qué otras se complementan o relacionan.
Por último, la filosofía de la religión no debe confundirse con la teología natural o una «filosofía religiosa», ya que la primera consiste en una rama de la teología dogmática, la cual se encarga de los aspectos «racionales» y «metafísicos» de la teología revelada, y la segunda es una expresión ambigua que sugiere la idea de una «mezcla» o «fusión» entre la filosofía y la religión. Sin embargo, lejos de ser una simple mezcla de estos dos términos, la filosofía de la religión se presenta como un estudio filosófico del pensamiento religioso.
Índice de temas
¿Qué es la religión?
Breve historia de la filosofía de la religión
Tres problemas fundamentales de la filosofía de la religión
¿Qué es la religión?.
Un estudio filosófico de la religión no puede dejar de preguntarse, en primera instancia, en qué consiste la «religión», qué es y cuáles son sus características y alcances fundamentales. En este sentido, no existe un consenso universal que defina de forma homogénea el concepto de religión, pero la palabra, etimológicamente, parte del latín «religare» o «relegere», que significa reunir, recoger, aunar. En este sentido, podemos entender a la palabra religión como la ligazón, unión o re-unión de lo humano con lo divino a través de un dogma o sistema de creencias que se consideran sagradas, las cuales revelan una realidad última y trascendente, a la cual se le rinde culto, y se venera como una sabiduría sagrada. Así, una religión puede concebirse como un cuerpo de conocimiento, doctrinas y prácticas de carácter universal que se aplican en todos los niveles de la vida, tanto espiritual, como social, moral y epistémico, las cuales se adoptan como verdaderas y absolutas. A esta «realidad última» y «verdad revelada» de la religión es la que intenta indagar la filosofía mediante el estudio de las ideas religiosas.
A raíz de esta indagación filosófica del concepto de religión, surgen las distintas filosofías religiosas como el judaísmo, el cristianismo, el islam, el hinduismo y el budismo, el taoísmo, el confucianismo o el zoroastrismo, entre muchas otras doctrinas y variantes del pensamiento religioso, tanto en Oriente como Occidente. Así, las diferentes religiones desarrollan campos de conocimiento y prácticas, las cuales se establecen en el pensamiento y la cultura en diferentes niveles: A nivel moral, la religión establece conceptos y preceptos acerca del bien y el mal, el correcto e incorrecto comportamiento; a nivel social, la religión establece segmentaciones y estructuras sociales según su particular sistema de jerarquías; a nivel epistémico, la religión postula y establece afirmaciones acerca del mundo, la naturaleza, el universo y el ser humano, las cuales se consideran un conocimiento sagrado, revelado y absoluto. Es a partir de todo este conjunto de ideas y preceptos morales, culturales y epistemológicos de las distintas religiones, que la filosofía se interesa por desentrañar sus argumentos, razones y fundamentos filosóficos.
¿Qué es la teología?.
Se llama teología, del griego «theos» (dios) y «logos» (estudio) a la disciplina filosófica y religiosa que estudia la sustancia divina, su naturaleza, atributos y las diversas manifestaciones de la divinidad. A diferencia de la filosofía de la religión, la teología forma parte del dogma religioso y representa el área «científica» de dicha religión. Mediante la teología, las religiones establecen sus preceptos metafísicos y filosóficos acerca de la naturaleza de Dios y sus atributos divinos. La teología suele dividirse en dos grandes segmentos que se diferencian sustancialmente:
- Teología revelada: Corresponde al conjunto de doctrinas y conocimientos que se consideran una «verdad revelada por Dios a los hombres». Su canal de conocimiento no es la razón, sino la revelación, la cual es establecida como un conocimiento divino, trascendente y absoluto. La teología revelada no puede ser comprendida mediante la razón, ya que su conocimiento se considera un saber «no humano» sino divino, el cual supera los límites de la comprensión racional humana. Generalmente, la teología revelada se expresa mediante los textos sagrados de las religiones como lo son la Biblia para el cristianismo, la Torá para el judaísmo o los Vedas para el hinduismo.
- Teología natural: En la tradición filosófica medieval, se conoce con el nombre de «teología natural» a la teología aplicada al nivel de la racionalidad y argumentación humanas. Comprende el conjunto de estudio y discusiones racionales respecto de los problemas filosóficos y metafísicos de la religión, como la explicación de la naturaleza física, el origen del universo, la naturaleza humana y su lugar en el mundo, la argumentación ética y moral, entre otras.
Breve historia de la filosofía de la religión.
Desde los orígenes del pensamiento filosófico en Occidente, con la filosofía de los presocráticos, quienes fueron los primeros en buscar una explicación racional a los fenómenos del mundo y la naturaleza, se produjo lo que en la historia de la filosofía se conoce como el «paso del mito al logos», es decir, un cambio en el pensamiento que llevó del misticismo y la mitología religiosa a la razón y la lógica del pensamiento filosófico. Se considera una etapa histórica en la que surgió el pensamiento racional a partir de diferenciarse del pensamiento religioso. El surgimiento de las primeras manifestaciones de un pensamiento filosófico desplazaron las explicaciones míticas y religiosas del universo y el ser humano.
Posteriormente, con la llegada de Sócrates como el máximo representante de la filosofía antigua, el problema entre la filosofía y la religión llegó a su forma más extrema, ya que una de las causas por las cuales se condenó a Sócrates a pena de muerte fue por «cuestionar a los dioses». De esta manera, las relaciones entre filosofía y religión, comienzan a partir de una división y contradicción entre el pensamiento filosófico, que busca cuestionar racionalmente las ideas y creencias, y por otro, el dogmatismo religioso, que rechaza todo tipo de «filosofía» sobre sus preceptos y creencias.
Durante la filosofía helenística, la crisis social y religiosa de los pueblos griegos dio lugar al surgimiento del ateísmo y el agnosticismo como negativas frente al problema de la religión. El epicureísmo es famoso por su crítica a la omnipotencia divina, planteando el problema del mal mediante una triple paradoja. Epicuro pregunta: Si Dios es todopoderoso y benevolente ¿Por qué existe el mal en el mundo? Si fuera todopoderoso, quitaría el mal. Si no lo hace, es porque o no puede, entonces no es omnipotente; o no quiere, entonces no es benevolente; o ambas, entonces, no es ni bueno ni todopoderoso. Este planteo, conocido como el problema del mal tendría fuertes repercusiones a lo largo de toda la historia de la filosofía y la religión en Occidente.
Las relaciones entre filosofía y religión comienzan a cambiar a partir de la filosofía medieval, cuando el pensamiento místico del neoplatonismo influye en las ideas de los más importantes pensadores de la patrística medieval, el período de fundación del pensamiento religioso cristiano. San Agustín fue uno de los exponentes principales en la vinculación de la filosofía con el dogma cristiano. Antes de convertirse al cristianismo, Agustín había pasado por diversas escuelas filosóficas como el escepticismo, el estoicismo y el maniqueísmo sin encontrar en ellas respuestas suficientes a sus inquietudes filosóficas. Luego de convertirse al cristianismo, Agustín se esforzó por unificar el pensamiento filosófico al dogma cristiano. A partir de un despliegue de sus conocimientos filosóficos y un excelente manejo de la retórica, Agustín fue capaz de desarrollar los problemas más fundamentales de la filosofía y la religión, y sentó las bases metafísicas y filosóficas del pensamiento cristiano. En sus obras, Agustín tematizó problemáticas fundamentales de la filosofía de la religión como la existencia de Dios, el problema del mal y el libre albedrío, la relación entre fe y razón, entre muchos otros.
La filosofía mística de autores medievales como Dionisio Areopagita, Duns Escoto Erígena, Nicolás de Cusa, Meister Eckhart, entre otros, impulsaron el desarrollo de una metafísica mística y ampliaron los horizontes entre filosofía y teología. Posteriormente, filósofos como Anselmo de Canterbury, quién elaboró el argumento ontológico en favor de la existencia de Dios, comenzaron un proceso de racionalización y argumentación de los preceptos de la filosofía cristiana, que luego devino en la escolástica como la etapa cúlmine del dogma filosófico cristiano, con la figura de Santo Tomás de Aquino como máximo representante, quién, influenciado por el pensamiento aristotélico, sentó las bases de la filosofía, la metafísica y la doctrina filosófica de la Iglesia ortodoxa.
Así, la filosofía medieval se caracterizó por un largo proceso de incorporación de las ideas y métodos de la filosofía al dogma del cristianismo y la Iglesia Católica, con el fin de fundamentar y racionalizar los preceptos religiosos y adoptar una dominante fuerte entre los debates intelectuales de la época.
Durante la filosofía moderna, el pensamiento filosófico se diferencia del dogmatismo religioso y produce un giro epistemológico hacia la razón, el método científico y el ser humano como el centro de la cultura y el pensamiento. En esta etapa, la filosofía de la religión se caracterizó por el rechazo a la metafísica dogmática de los medievales, y el intento de dar una fundamentación racional (no-dogmática) de las ideas religiosas. De este esfuerzo surgen las ideas de filósofos como Gottfried Leibniz, quién desarrolló una filosofía avocada a fundamentar racionalmente los preceptos de la filosofía cristiana. Leibniz escribió la Teodicea como una obra dedicada a fundamentar la suprema bondad de Dios frente al problema del mal, también argumentó acerca del determinismo y el libre albedrío, y desarrolló una metafísica teológica para explicar el mundo. Baruch Spinoza fue otro filósofo importante del pensamiento filosófico-religioso, al desarrollar un panteísmo metafísico como explicación racional y mística del universo.
Ya a partir de la filosofía contemporánea, las relaciones entre filosofía y religión se diversificaron y dieron lugar al surgimiento de nuevas y diversas posturas, tanto críticas del pensamiento religioso, como nuevas formas de pensar la teología y la metafísica en la actualidad. Una de las manifestaciones más destacadas del contraste entre filosofía y religión fue protagonizada por Friedrich Nietzsche, quién durante toda su obra se dedicó a cuestionar los valores e ideas tanto del cristianismo como la metafísica, la teología y el dogmatismo religioso. Por otro lado, el existencialismo de Soren Kierkegaard se basó en un profundo sentido de lo religioso y renovó las perspectivas cristianas desde una postura existencialista.
Tres problemas fundamentales de la filosofía de la religión.
La existencia de Dios.
El problema de la existencia de Dios representa el centro de las discusiones filosóficas y metafísicas acerca de la religión. Desde sus orígenes, la filosofía se ha preguntado por la esencia de «lo divino» y ha problematizado las dificultades conceptuales a la hora de plantear la existencia de un Dios con los atributos de omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia. El principal problema radica en la demostración de la existencia de una «Suprema Entidad Divina» y cómo esta se relaciona tanto con el mundo físico como el mundo humano. A raíz de esta cuestión fundamental del pensamiento religioso, se erigen diferentes argumentos a favor de la existencia de Dios. A continuación, explicaremos brevemente cada uno:
Argumentos a favor de la existencia de Dios.
- Argumento cosmológico: Consiste en una inferencia a posteriori de la existencia de un ser divino a partir del cambio, el movimiento, la temporalidad y la contingencia en el mundo. Según el argumento cosmológico, el movimiento del universo y la naturaleza no puede darse por simple azar, sino que se debe a la existencia de una divinidad que es capaz de poner en movimiento todo el universo. También es conocido como argumento causal o de la «primera causa», ya que que busca dar una causa para el universo que explique el cambio y el movimiento natural, a partir del concepto de una entidad trascendente: Dios. Algunos ejemplos del argumento cosmológico en la historia de la filosofía pueden ser el Demiurgo de Platón, el primer motor inmóvil de Aristóteles, o el principio de razón suficiente de Leibniz.
- Argumento teleológico: Es un razonamiento a posteriori que busca inferir a partir de la idea de un diseño inteligente del universo una causa divina inteligente que lo haya creado. Según el argumento teleológico, el universo tiene un «orden racional», el cual, debido a su complejidad y funcionalidad, no pudo haberse creado de la nada o por simple azar, de manera que tuvo que haber sido creado por un Dios inteligente que haya dado un sentido y un orden tan complejo y armónico a todo el universo. Muchos filósofos y pensadores a lo largo de la historia han desarrollado su propia versión del argumento teleológico, entre ellos Tomás de Aquino, Leibniz o Isaac Newton.
- Argumento ontológico: El argumento ontológico es un razonamiento a priori a favor de la existencia de Dios. Consiste en inferir la existencia concreta de Dios a partir de la idea en el pensamiento, es decir, el argumento plantea que si Dios existe en el pensamiento, entonces también debe existir en la realidad. De esta manera, el argumento realiza un salto ontológico del pensamiento a la realidad, y postula la existencia de Dios debido a la idea de su perfección. Si Dios es perfecto, entonces, necesariamente debe existir, de lo contrario no sería perfecto. La primera versión del argumento ontológico fue propuesta por Anselmo de Canterbury en el siglo XII, luego, otros filósofos como Descartes y Leibniz reformularon sus propias versiones del razonamiento.
Otros argumentos a favor de la existencia de Dios son el argumento de la conciencia, que busca probar la entidad divina a partir de una similitud entre la conciencia humana y la conciencia divina de Dios, y el argumento moral, que busca probar a Dios a partir del sentimiento moral humano, la idea del bien y el correcto obrar.
El problema del mal.
Se llama problema del mal al planteo que busca refutar la existencia de Dios a partir del mal en el mundo. Básicamente, el problema plantea lo siguiente: Si Dios es benevolente y todopoderoso ¿Cómo se explica el mal en el mundo? Pues si fuera bueno y omnipotente, Dios eliminaría el mal. Si no lo hace, entonces hay tres opciones que demuestran la imposibilidad de la existencia de un Dios bueno y todopoderoso:
- Dios quiere deshacer el mal pero no puede. Entonces, no es omnipotente.
- Dios puede deshacer el mal pero no quiere. Entonces no es benévolo.
- Si Dios puede y quiere deshacer el mal, entonces ¿Por qué el mal existe? ¿Acaso Dios no puede ni quiere deshacer el mal? Entonces ¿Qué clase de dios es?
Este problema fue planteado en la antigüedad y se conoce como paradoja o trilema de Epicuro, y a partir de entonces tuvo grandes repercusiones en la historia de la filosofía. Gottfried Leibniz fue uno de los filósofos que más se esforzó por derribar este argumento y defender racionalmente la existencia de Dios como ser omnipotente y absolutamente bueno. Su obra Teodicea, está exclusivamente dedicada a refutar el problema del mal y justificar la suprema bondad y omnipotencia de Dios.
La compatibilidad entre fe y razón.
El problema de la compatibilidad entre fe y razón representa el umbral entre la filosofía y la religión, y retoma las grandes discusiones acerca de la compatibilidad entre ambas. El problema se basa en las contradicciones inherentes entre el pensamiento crítico racional y el pensamiento místico religioso, hasta qué punto son compatibles y de qué manera se oponen. La cuestión fundamental estriba en si es posible «conocer a Dios» mediante la razón o, por el contrario, es solamente a través de la fe o la revelación divina que se alcanza la comprensión de Dios. A partir de esta dicotomía fundamental se han erigido múltiples posturas, tanto compatibilistas como incompatibilistas. San Agustín postuló que «hay razón en la fe y fe en la razón», y que ambas son vías fundamentales para conocer a Dios. Tomás de Aquino postuló que el pensamiento humano no puede conocer directamente a Dios, ya que su ser es incognoscible y sólo puede accederse mediante la fe, pero es posible llegar racionalmente a Dios de forma indirecta, a partir de cinco vías argumentativas distintas.
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Aci, E. M. (18 de octubre de 2023). Definición de filosofía de la religión. Características, historia, conceptos y problemas principales. Definicion.com. https://definicion.com/filosofia-de-la-religion/