El deísmo es una postura filosófica y teológica racionalista que rechaza la revelación como medio para conocer lo divino, y postula que la razón y el conocimiento empírico son suficientes para demostrar la existencia de una entidad suprema. El deísmo establece que la existencia de Dios puede fundamentarse mediante la razón y el pensamiento racional, sin recurrir a medios irracionales como la fe, la revelación divina, el misticismo o los milagros. De esta manera, el deísmo es una postura teológica que rechaza todo argumento no basado en la razón para demostrar la existencia de un ser supremo y divino.
El deísmo se diferencia del teísmo, ya que este se basa en la teología revelada y la autoridad religiosa para fundamentar la existencia de Dios, mientras que el deísmo rechaza toda revelación y autoridad no racional como demostración de la existencia de la entidad divina.
Así, el deísmo se construye como una postura teológica no religiosa, ya que no depende de ninguna religión revelada ni autoridad religiosa para fundamentar su creencia en un ser supremo. Un deísta es alguien que cree en la existencia de un Dios creador del Universo, pero que no comulga necesariamente con ninguna religión, sino que se basa en medios racionales y demostraciones empíricas para fundamentar su creencia en la existencia de una entidad divina. En este sentido, un deísta puede ser un filósofo, un científico o cualquier otra persona no necesariamente vinculada con alguna religión, credo o creencia instituida.
En el marco de la teología, el deísmo rechaza lo que se conoce como teología revelada, es decir, una teología no racional que se presume como una «revelación directa de Dios a los hombres». Por el contrario, el deísmo cuestiona esta revelación y pondera la teología natural, aquella que se basa en métodos racionales y empíricos para fundamentar la existencia y la naturaleza de Dios, como la forma más adecuada para hablar de la suprema entidad divina y sus atributos, sin recurrir a autoridades religiosas ni creencias infundadas. De modo que, la teología deísta es una teología racional que busca fundamentarse a partir del racionalismo y el empirismo como marcos para la demostración teológica de la existencia de Dios.
Si bien existen muchas versiones de deísmo, en sentido general, los deístas ponen el énfasis en la idea de la existencia de un Dios creador del Universo, pero no sostienen su intervención en el mundo. Según los deístas, Dios ha creado el Universo, pero no interviene de ningún modo en el curso de los acontecimientos del mundo. Esta idea se basa en el concepto latino conocido como Deus otiosus (Dios ocioso o inactivo), según el cual Dios ha creado al mundo pero se mantiene inactivo luego de la creación.
En términos de creencias, el deísmo se diferencia del ateísmo ya que no niega la existencia de Dios, sino que rechaza los dogmas instituidos y las tradiciones irracionalistas de la teología revelada. También, se diferencia del agnosticismo, ya que el deísmo no establece un desconocimiento teológico o la insuficiencia de la razón humana para la teología, sino que busca desarrollar un conocimiento racional de la misma, basado en fundamentos científicos, racionales y empíricos para fundamentar sus ideas teológicas.
Índice de temas
Principios fundamentales del deísmo.
- La creencia en un Dios creador del universo: Los deístas tienen en común la idea de la existencia de un Dios creador del universo, pero no interventor en los acontecimientos del mismo. La imagen deísta de la entidad suprema descarta todas las versiones religiosas tradicionales y establece una única divinidad impersonal y universal (monoteísmo).
- Rechazo de la revelación divina y los milagros: El deísmo, como postura teológica racionalista, rechaza toda forma milagrosa o revelada para explicar y fundamentar la existencia y la naturaleza de Dios. La crítica al milagro como explicación de lo divino y la crítica a la religión tradicional representan las bases fundamentales del deísmo teológico.
- Librepensamiento religioso: Los deístas rechazan toda forma dogmática o institucionalizada de religión y postulan la libertad de pensamiento teológico como una espiritualidad no religiosa, sustentada en el escepticismo religioso y un liberalismo teológico.
- La religión como producto humano: Según los deístas, toda religión es un producto humano y no divino, por esta razón, el deísmo critica el antropomorfismo de las figuras divinas, y establece que las distintas religiones son instituciones creadas por la religión del hombre para fines e intereses políticos y económicos.
- Racionalismo y empirismo: El deísmo se basa en la razón y la experiencia como las bases del conocimiento de Dios. La relación entre deísmo y ciencia está estrechamente vinculada en la posición deísta, así como también el desarrollo de la filosofía de la religión y el pensamiento crítico en materia teológica. El naturalismo filosófico fue la base conceptual del desarrollo del pensamiento deísta como modelo para una «espiritualidad sin religión», y basada en ideas racionalistas y empiristas de lo divino.
- Dios como Gran Arquitecto o relojero del mundo: El modelo teológico deísta estableció un concepto de Dios influenciado por el mecanicismo, el materialismo y el naturalismo, basado en la idea de las leyes naturales que rigen el universo. Así, el Dios deísta se postula como el Gran Arquitecto del Universo, teoría que concibe a Dios como relojero de un universo mecánica y matemáticamente organizado.
Breve historia y desarrollo del deísmo.
Históricamente, las bases del pensamiento deísta se manifiestan desde los inicios de la filosofía occidental, en pensadores como Platón o Aristóteles, quienes se replantearon el concepto de Dios en el marco de las ideas del pensamiento y la fundamentación filosófica. En su obra Timeo, Platón habló de un Demiurgo creador que creó el universo a partir de leyes y modelos racionales: los arquetipos. Luego, Aristóteles, en su obra Metafísica, dedica un estudio racional a la existencia de Dios y lo describe como un «primer motor inmóvil», una entidad divina superior que, con su sola existencia, pone en movimiento al mundo, pero no participa en modo alguno de sus acontecimientos.
Posteriormente, durante el período helenístico, el filósofo Epicuro cuestionó las creencias religiosas de la época, que se basaban en la idea de la intervención divina en la vida humana. Por el contrario, Epicuro no negó la existencia de los dioses pero descartó que estos tuvieran alguna injerencia en los acontecimientos del mundo y el destino de los seres humanos.
Más tarde, durante el Renacimiento, y tras con la influencia del humanismo, el deísmo comienza a tomar fuerza como postura teológica racional, en las ideas de científicos como Galileo Galilei o Isaac Newton, quienes comenzaron a cuestionar el carácter infundado de la teología dogmática, y vincularon el concepto de Dios a la naturaleza, las matemáticas y el conocimiento científico como forma de demostración teológica. Newton apoyó las tesis del argumento teleológico, según el cual existe una causa inteligente para el universo, y Galileo enfatizó en el carácter matemático de la naturaleza y la estructura del universo.
Ya en la Modernidad, el deísmo moderno se expresó a partir de las ideas de filósofos como John Locke, Thomas Hobbes, David Hume, Baruch Spinoza, entre otros. No obstante, el deísmo llega a su apogeo durante la Ilustración, entre los siglos XVII y XVIII. La Ilustración o iluminismo fue el movimiento filosófico y cultural que ponderó a la razón, la ciencia y el conocimiento empírico-racional como formas más destacadas del conocimiento y la cultura. En este marco, el deísmo surgió a partir del contraste entre las creencias religiosas del cristianismo y las críticas del iluminismo a ideas y postulados religiosos como la revelación, la santísima trinidad, la divinidad de Jesús y la infalibilidad de la Biblia como texto sagrado. Los filósofos y pensadores deístas cuestionaron la falta de fundamentos para demostrar estas ideas, pero se mantuvieron de acuerdo en la existencia de un solo Dios creador del universo. A partir de entonces, surge el deísmo como un movimiento teológico racionalista, orientado a desarticular las ideas tradicionales de la religión católica, con el fin de fundamentar racionalmente la existencia de un Dios creador.
En este contraste, el deísmo también fue llamado religión natural, ya que, a diferencia de la religión dogmática o tradicional, basada en conceptos e ideas sobrenaturales, el deísmo se basó en la razón natural como medio suficiente para demostrar las ideas teológicas acerca de la existencia de un ser supremo. Pensadores como Immanuel Kant, Voltaire, Rousseau y Montesquieu fueron autores influyentes del deísmo en Europa, así como también los padres fundadores norteamericanos como Benjamin Franklin, George Washington y, sobre todo, Thomas Paine, quién en su obra La edad de la razón (1794), cuestionó los dogmas religiosos teístas y sentó las bases del deísmo en ideas claves como la crítica a la revelación divina, el monoteísmo como modelo deísta universal y la crítica a la iglesia organizada.
Influencia del deísmo en la política.
El deísmo como movimiento filosófico y teológico influyó profundamente en las bases del pensamiento político, tanto europeo como norteamericano, en el marco del nacimiento de los Estados nacionales modernos. El deísmo de la Ilustración estuvo estrechamente vinculado con el surgimiento de las nuevas ideas en materia de filosofía política, sobre todo en la contraposición entre los diferentes modelos teológico-políticos expresados en los pares teísmo-absolutismo vs deísmo-liberalismo. Mientras las posiciones teístas clásicas de la Iglesia tradicional, defendían el teísmo como modelo religioso y el absolutismo como correlato político, el deísmo se contrapuso asociándose al liberalismo político y religioso como contrapartida al teísmo absolutista.
Las ideas de la Ilustración que fomentaron la Revolución Francesa produjeron un profundo cambio en el pensamiento teológico y político de la Modernidad, que devino en la conformación de los nuevos Estados nacionales modernos, sobre todo, en la conformación del Estado norteamericano, donde el deísmo produjo una gran influencia en el surgimiento del secularismo, la libertad religiosa y la separación Iglesia-Estado.
Principales filósofos y pensadores vinculados al deísmo.
- Isaac Newton: Se considera al físico y matemático inglés un importante impulsor del deísmo, debido a que se convirtió en un referente intelectual en relación a la corriente cientificista, racionalista y naturalista surgida a partir de la Revolución científica posterior al Renacimiento. Las ideas naturalistas y matemáticas de Newton cambiaron el paradigma del conocimiento de la época y aportaron las bases filosóficas para el desarrollo de las ideas deístas. Si bien, Newton no fue un deísta declarado, su visión del universo y la divinidad sirvió de sustento para las futuras concepciones deístas de la naturaleza y lo divino. Además de físico y matemático, Newton fue un gran estudioso de la religión y la teología, y desarrolló su propia perspectiva de la creación del universo. En su obra Philosophia mathemática principia naturalis, Newton adhiere a la tesis del argumento teleológico, según la cual el universo es un diseño inteligente que necesita de una causa divina inteligente para explicar su creación.
- John Locke: Las ideas filosóficas de Locke también sirvieron de base para el desarrollo futuro del deísmo. Si bien, Locke no era deísta, ya que adhería a la revelación divina, su pensamiento se centró en la razón como la principal rectora para las explicaciones y demostraciones teológicas. Locke explica racionalmente el concepto de Dios como primera causa, concibiéndolo como un ser necesario, omnisciente y eterno.
- Edward Herbert de Cherbury: Las ideas del militar, diplomático y filósofo religioso Edward Herbert se vincularon con el pensamiento empirista de Francis Bacon. Ambos propusieron la idea de crear un nuevo método de conocimiento basado únicamente en el conocimiento empírico de la naturaleza y sus fenómenos. En su obra De veritate, Herbert establece que la ciencia y el conocimiento deben basarse en una definición cabal del concepto de verdad, a la cual Herbert definió como la armonía entre el conocimiento y la naturaleza. Su concepto de Dios estuvo profundamente influenciado por este cambio de paradigma epistemológico.
- Voltaire: El filósofo y político francés Voltaire fue uno de los principales ideólogos del deísmo materialista, basado en la concepción de que en la observación de la naturaleza se encuentra la clave para reconocer la existencia de un Dios creador de la armonía, estructura y complejidad del mundo natural. Las ideas de Voltaire desarrollaron el deísmo desde el naturalismo con el fin de desvincular la idea de Dios de la teología dogmática de la Iglesia Católica, buscando establecer un conocimiento teológico secular, acorde a las ideas del liberalismo y el racionalismo de la Ilustración. Voltaire desarrolló su propia creencia en un único Dios, justo y benevolente que contribuye a la felicidad del hombre y de la sociedad.
- Thomas Paine: El político, escritor y filósofo norteamericano Thomas Paine fue uno de los principales exponentes del deísmo norteamericano. Se postuló abiertamente como deísta y, en su obra La edad de la razón (1794), sentó las bases del deísmo filosófico, teológico y político que marcaría una gran influencia en el pensamiento norteamericano de la época. Paine criticó los dogmas religiosos catalogándolos de meras invenciones humanas creadas para engañar a las masas, y postuló que la única religión válida es la creencia subjetiva e individual en un Dios único, benévolo y omnipotente. Paine estableció que «el verdadero deísta tiene un solo Dios y su religión consiste en admirar el poder de Dios en sus obras y en el esfuerzo por imitarlo en toda cuestión moral, mecánica o científica».
Argumentos y teorías a favor del deísmo.
- Argumento cosmológico: Es un argumento filosófico-teológico que busca probar la existencia de Dios a partir del movimiento, estructura y funcionamiento del universo y la naturaleza. Se trata de un procedimiento a posteriori que busca inferir la existencia de un ser supremo creador del universo, debido a que la naturaleza tiene movimiento, cambio, transformación y, por ende, debe haber una causa primera que haya puesto en funcionamiento el universo. Según el argumento cosmológico, el universo y su movimiento no se explican por sí mismos, por lo tanto, debemos suponer una causa superior que lo haya puesto en movimiento y funcionamiento desde un poder trascendente. Este argumento se vincula estrechamente con el deísmo, ya que es un argumento propio de la teología natural, es decir, que busca probar racionalmente la existencia de Dios, sin recurrir a elementos sobrenaturales como la revelación y el milagro, y sin apoyarse en la autoridad de una institución eclesiástica.
- Argumento teleológico: Es un argumento filosófico-teológico que busca probar la existencia de Dios a partir de considerar al universo como un diseño inteligente, el cual no pudo haber sido creado de la nada o por simple azar, sino que necesita una causa inteligente que lo haya diseñado. También llamado argumento del diseño, el argumento teleológico forma parte de la teología natural y está orientado en la misma línea que el argumento cosmológico. Se trata de un razonamiento a posteriori que busca inferir la existencia de un Ser Supremo Inteligente que haya dado sentido al universo y sus leyes. El argumento establece que la naturaleza y el universo están hechos a partir de leyes racionales, inteligentes que juntas conforman un diseño tan complejo y armonioso que no es posible pensar que se haya dado por azar o de la misma nada. Por lo tanto, para explicar y comprender el diseño inteligente del universo es necesario suponer una causa divina inteligente, es decir, un Dios omnisciente y todo poderoso que haya construido el universo de forma inteligente.
- Analogía del reloj y el relojero: Es una variante del argumento teleológico que, mediante una analogía, explica que el diseño necesita un diseñador, así como el reloj necesita un relojero. La comparación establece que para que un reloj funcione de la forma compleja en la que fue diseñado, se necesita de un relojero que lo construya y luego lo ponga en marcha. De la misma manera, el universo, con su compleja estructura y funcionamiento, necesita de una causa inteligente que lo haya creado y luego puesto en movimiento, con el fin de explicar la compleja armonía en la que se supone que el universo funciona y se mueve. De esta manera, Dios es concebido a la imagen del relojero del universo. Esta analogía fue establecida por el filósofo y teólogo británico William Paley, en su obra Teología natural o evidencias de la existencia y atributos de la Deidad (1802).
Deísmo y teología comparada.
Deísmo vs teísmo.
Puede comprenderse al deísmo como una separación secular del modelo tradicional teísta. El deísmo surge a partir del contrastarse con el teísmo como modelo dogmático basado en la tradición y en creencias sobrenaturales. A diferencia del teísmo, el deísmo afirma la existencia de un Ser Supremo sin recurrir a una autoridad dogmática y utilizando exclusivamente las herramientas de la razón y la experiencia para fundamentar la existencia de Dios. El teísmo se corresponde con el modelo teológico de las religiones instituidas (cristianismo, judaísmo, islamismo, etc.), mientras que el deísmo no es una religión como tal y no está nucleada en ninguna institución, sino que comprende un conjunto de ideas y postulados teológicos acerca de la existencia y la naturaleza de Dios, desvinculados de los dogmas tradicionales.
A nivel histórico, el surgimiento del deísmo está estrechamente relacionado con el advenimiento de la Revolución científica y el cisma de la Iglesia Católica, que dio lugar a un amplio proceso de secularización de las creencias religiosas de la época, generando así las condiciones necesarias para el surgimiento de una postura teológica no dogmática y aplicable a las nuevas ideas del racionalismo, el liberalismo y la Ilustración: el deísmo.
Deísmo vs ateísmo, agnosticismo y cristianismo.
El deísmo se diferencia del ateísmo ya que no niega la existencia de Dios, sino que rechaza los sistemas teístas basados en las religiones instituidas. Pero, a diferencia del ateísmo, el deísmo establece la existencia de un solo Dios, universal y todo poderoso, creador del universo.
También, se diferencia del agnosticismo en cuanto al conocimiento de Dios y los atributos divinos. Mientras el agnosticismo declara la incapacidad de la razón y el conocimiento humano respecto a los asuntos teológicos, el deísmo establece toda una teoría del conocimiento teológico basada en la razón y la experiencia para fundamentar la existencia de Dios.
Por último, frente al cristianismo ortodoxo de la Iglesia Católica, el deísmo presenta un conjunto de críticas que lo diferencian sustancialmente: Los deístas cuestionan el carácter revelado de la Biblia, así también como los milagros, la divinidad de Cristo y los hechos sobrenaturales que sustentan la religión católica. A nivel ético, el deísmo postula la separación entre religión y moral, y establece, en cambio, una moralidad natural (basada en la razón humana y no en preceptos religiosos). Respecto a la Santísima Trinidad, el deísmo cuestiona su concepto y en cambio propone un cristianismo no trinitario, donde las figuras de la trinidad quedan rechazadas por no poder fundamentarse mediante la razón.
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Aci, E. M. (29 de diciembre de 2023). Definición de deísmo. Ideas fundamentales, historia, filosofía, teología y política. Definicion.com. https://definicion.com/deismo/