El término respeto procede del latín respectus, que se refiere a las cualidades de ser considerado, atento. Cuando hablamos de respeto aludimos justamente a ese modo de ser considerado y valorar a un prójimo, ser vivo u objeto, apreciando su valor.
El respeto es uno de los valores más importantes de ser adoptados a la hora de interactuar con otros seres. Se trata de reconocer a alguien como sujeto de derecho. Sin respeto no puede haber una convivencia pacífica ni tranquila en una comunidad. Siendo respetuosos podemos comprender las maneras de pensamiento, de actuación y de vida de los demás, aunque sean diferentes de las nuestras y sin imponer modos propios. Además, así tratamos cuidadosamente a aquello que nos rodea.
El respeto supone asumir que el contacto con otros es un trato entre iguales. Por ende, deben mediar en ese vínculo la reciprocidad y la tolerancia. Esto es algo que, como valor, debe ser aplicado en todos los ámbitos en los que vivimos -y convivimos- con distintos seres humanos, animales o cosas.
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Respeto hacia los seres humanos.
Según Kant, quien elaboró la teoría más adoptada respecto del respeto humano en el ámbito filosófico, todos los individuos deben ser respetados simplemente porque son personas, refiriéndose a los integrantes de esta especie como organismos racionales y libres. Desde la perspectiva del filósofo, incluso, hay que enseñar desde la infancia a respetar y considerar a cada ser.
El respeto como una de las virtudes morales.
Cabe señalar que el respeto puede ser considerado desde dos extremos:
- Por defecto: impulsado por miedo, tanto a otros como a cosas o sucesos que rodean o suceden a alguien en cuestión y lo llevan a una situación en la que se ve imposibilitado de actuar en función de sus objetivos. Así ocurre, por ejemplo, cuando hay un complejo de inferioridad o una fobia.
- Por exceso: Cuando los límites preestablecidos para el orden y el trato de los individuos son desmedidos, o se abusa de ellos, se desencadenan conflictos con las otras personas. Esto también sucede cuando se imponen límites o normativas para poder dejar atrás esos eventos de abuso y lograr el restablecimiento de los derechos humanos.
Como valor moral, el respeto da a la posibilidad de reconocer los derechos ajenos. En ese sentido, respetar apunta a reconocer el valor de uno mismo y, a su vez, verlo reflejado en los demás. El respeto es manifestado hacia otros seres humanos, pero también hacia las leyes, las normas o las figuras de autoridad, como en el caso de instituciones como la familia, la escuela, el trabajo o la universidad.
Por ejemplo, si cumplimos las leyes hablamos de respetar la ley, y lo mismo sucede con las normas internas de otros espacios como los anteriormente mencionados. Ese acatamiento es lo que se traduce como respeto. Es lo que garantiza que la convivencia en esos entornos no se vuelva hostil a pesar de las diferencias entre los individuos que componen esos entornos.
Respetar en el cine, por ejemplo, es no hacer ruido y no hablar cuando hay una película proyectándose. Esta norma no está escrita en ningún lado pero se trata del reconocimiento del derecho de quienes abonaron la entrada, a ver el filme en silencio. Al contrario, gritar durante la obra constituye una falta de respeto.
¿Qué es faltar el respeto?.
Una falta de respeto es, justamente, la ausencia del respeto hacia algo o alguien, ya sea una figura de autoridad, un animal, ley o institución. Son múltiples las actitudes que pueden verse de esta forma, especialmente si tenemos en cuenta que las disposiciones que rigen diversos ámbitos son tan diferentes que, a veces, se contradicen. De todos modos, hay actitudes y conductas que siempre son consideradas faltas de respeto, sin importar el ámbito.
Es fundamental comprender que las sociedades son, en ocasiones, muy distintas entre sí. Algo perfectamente normalizado en Occidente puede constituir una falta de respeto en Oriente. Por este motivo, cuando viajamos o conocemos gente de otros lugares es bueno actuar con cautela y, en caso de desconocer algunas cuestiones, preguntar. Es preferible pecar de precavido y no terminar faltando el respeto sin siquiera saber por qué.
En el ámbito laboral, por citar una referencia, un jefe puede faltar el respeto a sus empleados pagándoles mal ohaciéndolos convivir en situaciones precarias. Un trabajador, en tanto, puede faltar el respeto a su jefe contestándole con insultos, robándole mercadería o con otras actitudes. Por esto, la reciprocidad es esencial. El respeto nunca es algo que deba ser esperado del otro unilateralmente, como si no le debiéramos un trato digno.
Respeto y tolerancia.
Son muchos los espacios que suponen o explican que respeto y tolerancia son cualidades similares. Sin embargo, estas dos palabras no son sinónimas y resulta erróneo plantearlas así. La tolerancia alude a una actitud que está muy relacionada con la paciencia, o sea, uno tolera algo aunque no lo pueda aceptar o comprender, simplemente permitiendo que exista, sin involucrarse. Por esto se habla, por ejemplo, de la tolerancia hacia otras culturas. El respeto, por su parte, es una actitud más relativa a la aceptación.
El respeto, por tanto, sí implica la tolerancia como uno de los elementos que precisa para consolidarse, pero al revés esto no sucede. Para que haya tolerancia no necesariamente debe haber respeto, algo que se nota sobre todo cuando hablamos de tolerar, y no de respetar, a minorías tales como el colectivo LGBTIQ+, las comunidades indígenas, las poblaciones afroamericanas u otros grupos oprimidos.
En el caso de las religiones, por otra parte, es posible hablar de respeto especialmente al hacer foco en la propia fe. Si hablamos de la aceptación o la paciencia ante distintos credos, más bien nos remitimos al concepto de tolerancia mencionado líneas arriba.
En el caso del culto de uno, es interesante señalar que el respeto es una cualidad que resulta diferente a otros casos en los que hablábamos de la necesaria existencia de la reciprocidad. Cuando uno respeta una religión no lo hace esperando recibir algo de la deidad a la que sigue, por lo que estamos aludiendo a ocasiones en las que sí el respeto se manifiesta de maneras distintas y mediando valores diversos, menos equitativos.
Esto no significa que las religiones no devuelvan nada a los fieles, pero esa devolución tiene otro nivel de abstracción y resulta mucho menos tangible para las personas en la diáspora de esas creencias, que desconocen qué puede devolverle a uno el simplemente creer o seguir una religión, sus mandatos y sus rituales o tradiciones.
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Krause, G. (15 de diciembre de 2021). Definición de respeto. Qué es, su importancia, las diferencias con la tolerancia. Definicion.com. https://definicion.com/respeto/