Con el nombre de nihilismo se conoce a una corriente de la filosofía que se niega a sostener valores o dogmas que son considerados superiores o supremos. Esta postura, por lo tanto, propone que no existe ningún tipo de principio tanto desde lo moral como desde lo religioso, lo político o, incluso, desde lo sociocultural. 

El término se origina a partir del vocablo latino nihil, que en español se interpreta como nada. Comenzó a ser utilizado hacia el siglo XIX y uno de sus máximos representantes es el filósofo alemán Friedrich Nietzsche.

Historia.

Se considera que la historia del nihilismo como corriente de pensamiento surge hace más de doscientos años. Sin embargo, es posible retroceder hasta la Antigua Grecia y encontrar, en los cínicos, algunos postulados que funcionan como antecedentes.

Antigua Grecia
La historia del nihilismo puede remontarse a los cínicos, de la antigüedad griega, y sus postulados.

La escuela cínica, fundada hacia el siglo IV a. C. por Antístenes, supuso un rechazo y desconfianza hacia toda convención social de la época. El concepto de cínicos surgía a partir de kynós, palabra utilizada para señalar perro. Estos filósofos apuntaban a vivir sus vidas tal y como esos animales lo hacían, y rechazaban todo intento de civilización. Esta corriente filosófica, además, se sostenía sobre tres conceptos fundamentales:

  • La παρρησία o parresia: concepto utilizado para señalar el hablar libre y audaz de alguien, que en ocasiones es una manera ofensiva de expresarse.
  • La ἀδιάφορα o adiaforia, que significa indiferencia o displicencia. Alude a un modo de hablar que ocurre por fuera de las buenas costumbres y la moral.
  • La ἀναίδεια o anaideia: empleada para indicar desvergüenza.

Además de su fundador, uno de los grandes representantes de esta corriente es Diógenes de Sínope (413 a. C.-323 a. C.). Diógenes, filósofo poco convencional de la época, habitaba las calles de Grecia, arremetía contra todos aquellos que consideraba hipócritas y renunció a todos sus bienes materiales, ya que provenía de una familia adinerada.

Posteriormente, en la Edad Media, Agustín de Hipona (354-430) denominaría como cínicos a todo aquel que no fuese creyente en Dios y en la religión cristiana. Tanto es así que, hacia el siglo XIX, comienza a gestarse, en la Rusia zarista de fines de siglo, una corriente de pensamiento filosófico que confluyó con algunos planteos sobre la sociedad y la política en aquel entonces.

Se afirma que el término comenzó a utilizarse a principios de la década del '60 en el XIX, gracias al escritor Ivan Turgenev. Él emplea este concepto en su obra «Padres e hijos«, donde se narran los conflictos que surgen entre dos generaciones muy disímiles en la sociedad de fines de siglo.

Por ello, denomina nihilista a un personaje, Bazárov (o Basárov), quien permanece como invitado en la hacienda de una importante familia aristocrática, y muestra sin reparo su rechazo por los modales anticuados de ellos. Aquí, además, el término se vincula con el rechazo hacia la autoridad y a todo mandato preestablecido.

Conflictos intergeneracionales
El uso moderno del término nihilista es en un libro de la Rusia zarista donde se narran conflictos entre generaciones de adultos y jóvenes.

El conflicto sociopolítico se evidencia, en la novela, con las representaciones sobre las clases sociales y los valores que cada una defiende. Por una parte, la aristocracia rusa era reticente a los cambios de ese periodo y a todo discurso que aludiera a la transformación y la revolución.

El joven Bazárov, junto a los demás miembros de su generación, sostenía que la sociedad debía ser modificada, y que el pueblo de Rusia y sus aspiraciones debían ser atendidas.

Características.

Algunas de las ideas más relevantes del nihilismo son, en primer lugar, que no hay nada superior en qué creer pues no hay justificación o explicación alguna que logre sustentar esos conceptos históricos, tradicionales e indiscutibles.

Otro reconocido planteo de esta perspectiva es que nuestra existencia no tiene sentido: esto se vincula con la idea anterior de que no existe ningún tipo de entidad superior que justifique la vida, los objetivos o las misiones que podamos tener.

Hay, en el nihilismo, una postura que rechaza asumir las certezas y las verdades absolutas. Esto provoca no solo una reacción negativa de parte de quienes no coinciden con este lineamiento, sino que los nihilistas acostumbraban reafirmar su visión mediante la ironía y la sátira.

A propósito de esa satirización, surge el tercer punto: no hay temor, en el nihilismo, de provocar a terceros. Esta corriente se caracteriza, de este modo, por ser irreverente con aquello que considera carente de sentido.

Lo supremo
El nihilismo se caracteriza por descreer de aquello supremo, omnipotente, en tanto en cuanto considera que nada tiene sentido.

Tipos.

Las formas en que es posible clasificar al nihilismo pueden considerarse desde dos perspectivas.

Por un lado, encontramos dos tipos de nihilismo:

  • Nihilismo positivo
  • Nihilismo negativo

El primero, también señalado como nihilismo activo, niega y rechaza todo dogma existente para, así, poder abrirse a nuevas experiencias y opciones posibles. Es una forma de liberación, de darle nuevo sentido a la vida misma a través de nuevos conceptos.

Por otra parte, el nihilismo negativo es aquel en el que, al negarse todo tipo de principio y dogma ético y/o moral, conduce al hombre casi irrefrenablemente a la autodestrucción. Esta forma de concebir el mundo es también conocida como nihilismo pasivo.

Representantes.

Los representantes del nihilismo son variados y múltiples. De modo usual, se considera que en el mundo de la filosofía hay dos grandes representantes de esta escuela. El primero de ellos es Martin Heidegger, filósofo alemán nacido en 1889 y que falleció en 1976.

Una de las razones por la que parte de su obra se identificó con esta corriente de pensamiento es porque aborda la cuestión o el problema de la nada. Este conflicto, de raíz metafísica, se presenta frente a este autor junto a la pregunta por el ser, sobre el que afirmaba que ya no queda nada.

El segundo representante es el filósofo arquetípico del nihilismo. Friedrich Nietzsche, filósofo y poeta alemán (1884-1900), ha escrito obras relacionadas con la cultura, el arte, la historia y el análisis sociológico. Es, junto a autores como Marx o Freud, uno de los pensadores de la cultura occidental del siglo XX más importantes.

Durante su juventud comenzó a introducirse en estudios de filosofía y, antes de sus 20 años, era conocedor de los textos de Arthur Schopenhauer, representante de la filosofía pesimista y a quien, algunas décadas después, criticaría en algunas de sus obras.

Nietzsche es conocido, fundamentalmente, por dos aspectos: la propuesta del superhombre en «Así habló Zaratustra» y la expresión «Dios ha muerto«. Esta última frase es más bien una metáfora sobre los valores de la cultura: el autor consideraba que la creencia en un Dios supremo era símbolo de la decadencia en la que los humanos estarían inmersos.

"Dios ha muerto"
La expresión «Dios ha muerto» de Nietzsche es una metáfora sobre el fin de los valores tradicionales occidentales.

La creencia en Dios, afirma, es la forma de la cual huimos del sinsentido de la vida, la manera en la cual, débilmente, logramos equilibrarnos y sentirnos a salvo del vacío. A esta muerte simbólica, sin embargo, le sucede una nueva oportunidad: sin un código estricto de cómo comportarnos y cómo desarrollar la moral, surge la posibilidad de crear un nuevo mundo.

En él, es posible darle paso a nuevos valores que vayan más allá de los que el cristianismo habría propuesto.

Esta idea se expande, además, en la obra sobre el fundador del zoroastrismo, y que es publicada entre 1883 y 1885. Este pensador, con su sabiduría, es visto como alguien capaz de abrir nuevos mundos y reflexiones sobre la vida, sobre los valores y sobre la naturaleza humana.

Agotado de observar y reflexionar en soledad, regresará de su autoexclusión en las montañas, para poder manifestar su saber frente a otros y anunciar, como un profeta, la llegada del superhombre que, tras la muerte de lo divino, ocupará ahora su lugar.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (17 de enero de 2023). Definición de nihilismo. Historia, rasgos y exponentes. Definicion.com. https://definicion.com/nihilismo/