Definición de socialización

La socialización o sociabilización se refiere a un proceso con el que las personas aprenden a lo largo de sus vidas los elementos que conforman socioculturalmente al entorno en que viven, integrando estos procesos a la estructura de su propia personalidad, influenciándose de experiencias, hechos y agentes sociales.

La palabra socialización tiene raíces latinas y significa «acto y efecto de convertir en compañero». Viene de la unión entre socius, que significa compañero, e izare, que significa convertir en.

Es justamente gracias a estos agentes sociales que la socialización es posible. Estos son aquellos que conocemos desde pequeños, como el entorno familiar, el educativo, los medios de comunicación, y las normas que existen y que están destinadas a la socialización.

La socialización es un proceso que dura toda la vida, pero que se presenta más fuertemente en la infancia y la adolescencia, ya que los individuos aún se están conformando como seres sociales, además de estar en pleno proceso de aprendizaje de sus habilidades cognitivas, físicas y psicológicas, que es lo que va conformando la personalidad. Esta personalidad, aunque pueda ser diferente de la de todas las personas, igual compartirá muchos puntos de similitud con el resto de las personas que conforman la misma comunidad.

Estos elementos sirven para regular cómo nos relacionamos con nuestro entorno, y qué lugar ocupamos en los diferentes grupos sociales. Además, estas instituciones pueden ejercer de transmisores y también imponer elementos culturales que resulten apropiados para las sociedades.

La socialización se puede describir desde el punto de vista objetivo, teniendo en cuenta la influencia que ejerce la sociedad en las personas, moldeándolas y adaptándolas a las condiciones propias de esa sociedad, o bien desde el punto de vista subjetivo, teniendo en cuenta cómo responden las personas a esa sociedad.

Para la sociología, hablamos de socialización refiriéndonos a los procesos que sirven para inculcarle la cultura a los individuos que conforman una sociedad. A través de este proceso, la cultura es transmitida a través de las generaciones, y las personas aprenden cosas específicas, desarrollan su potencial y las habilidades que necesitan para participar adecuadamente en la vida social, adaptándose a las formas de comportarse organizadamente que rigen en la misma.

Socialización primaria, secundaria y terciaria.

Se suele distinguir a la socialización primaria, la secundaria y la terciaria, en función de los entornos donde se desarrollan y las herramientas que proporcionan a los individuos.

• Socialización primaria: Es la que genera la propia familia de los individuos, hasta llegar a una institución educativa, como puede ser una escuela, en la que comienza el individuo a relacionarse con otros pares por fuera del entorno familiar. No hay un punto exacto en el que esta etapa culmine, ya que es variable según la persona, la sociedad en cuestión y las pautas de cultura que rijan en la misma.
• Socialización secundaria: Es toda la socialización que le sigue a la primaria, que introduce a una persona ya socializada en nuevos sectores de la sociedad. En este punto, el individuo aprende nuevos recursos que se suman al repertorio de respuestas de la persona, y por esto el alcance de este tipo de socialización es mayor, porque todos los aprendizajes constituyen factores socializantes.
• Socialización terciaria: Se refiere a un proceso de reintegración en la sociedad, que sólo se aplica a personas que sufrieron una desviación de las normas. También es denominada resocialización, y se aplica sobre aquellos que delinquieron o cometieron conductas como una infracción. La finalidad de este tipo de socialización es la readaptación de una conducta desviada, que transgrede las normas de una sociedad. En general, antes estas transgresiones, los individuos terminan encarcelados, y es en la cárcel en la que suele suceder esta socialización.

Socialización sexual.

La socialización sexual comienza con el nacimiento de una persona y culmina con su muerte. Este concepto se refiere a los procesos que hacen que el individuo adquiera conocimientos, actitudes y valores sobre la sexualidad. Es un proceso de complejidad y múltiples dimensiones, que se desarrolla a lo largo del tiempo y se basa en la vinculación de mensajes que provienen de distintas fuentes informativas. Estos mensajes abarcan un amplio abanico de temáticas, que oscilan desde aspectos basados en la biología acerca de la reproducción, hasta temáticas que refieren a valores éticos y morales y actitudes acerca de las citas, las relaciones sexuales, las relaciones amorosas y el romanticismo.

Estos mensajes, además, pueden tener formas variadas, y pueden ser directos y verbales, al conversar sobre sexo con otras personas, aunque también pueden ser indirectos y no verbales, con mensajes caracterizados por la sutileza, la ambigüedad o la inconsistencia. Aunque los progenitores son una fuente para este tipo de socialización, también lo son los amigos del mismo género, los maestros escolares y los medios comunicacionales.

Importancia de la socialización.

La importancia de la socialización radica en las herramientas que brinda a los individuos para poder insertarse en las sociedades y encontrar un contexto dentro de ellas en el que poder llevar a cabo los aprendizajes que los acompañan durante toda la vida.

Si bien es un proceso fundamental y es lo que brinda un marco para la buena convivencia social, además de fomentar la preservación y el crecimiento de la cultura, muchas veces también es una fuente de restricciones para las personas, sobre todo en determinadas sociedades con visiones retrógradas u obsoletas. Lo cierto es que preguntarle a una niña, de muy pequeña, si tiene novio, asumiendo su heterosexualidad, es, por ejemplo, una forma de socialización sexual temprana muy sutil y para nada dicha en voz alta. Sin embargo, este tipo de cosas luego generan individuos que reprimen sus deseos, o que discriminan, o que violentan a las personas por ser diferentes.

Idealmente, lo que se necesita es encontrar un punto medio en el que los individuos aprendamos a adaptarnos a nuestras propias sociedades, también como una forma de lograr tejer las redes y las estrategias necesarias para mejorarlas. Todo esto, sin imponerle una forma de vivir a quienes no quieran adaptarse a los modelos preestablecidos, siempre y cuando esto no ponga a otro en una situación violenta o lo restrinja de sus derechos.

En el caso de la socialización sexual, por ejemplo, la importancia radica en que los individuos puedan sostener relaciones sexuales consentidas, conociendo los riesgos y las implicancias de esto. Sin embargo, muchas veces la propia socialización viene de entornos no educativos, como los medios de comunicación, la pornografía o los programas de comedia, y los individuos salen a la vida con expectativas que poco tienen que ver con la vida real, y que pueden dañar inmensamente a terceros.

Muchas veces, sí es necesario marcar ciertos límites y aislar a determinados individuos hasta poder resocializarlos, porque es fundamental mantener la armonía entre las partes que componen un entorno social determinado. Otras veces, estas segregaciones están más basadas en prejuicios que en el cuidado de daños reales, y mientras dicen que buscan el bien común, en realidad están fomentando un daño inexplicable.

Por esto, es fundamental que para socializar y para garantizar la vida en paz en las sociedades, prevalezca la buena comunicación, que es sinónimo de hablar con claridad pero también de escuchar lo que tienen los otros para decir.

Citar este artículo

Krause, G. (7 de enero de 2022). Definición de socialización. Sus agentes y etapas, su importancia y la socialización sexual. Definicion.com. https://definicion.com/socializacion/