Responsabilidad social es el nombre que recibe el compromiso que asumen los miembros de una organización, o un grupo, en beneficio de la comunidad. En este sentido, todas las acciones que se realizan en el marco de este grupo están entendidas como actos que pueden provocar diferentes consecuencias. Las acciones que se escojan, entonces, deben ser las menos riesgosas para la sociedad.

El conjunto de problemáticas que se incluyen dentro de este eje incluye al medioambiente, la pobreza, la equidad de género y la diversidad, entre otras.

El término surge de dos conceptos:

  • Responsabilidad: surge del término en latín responsabilitas que, a su vez, proviene de responsāre, es decir, responder o brindar respuesta por algo.
  • Social: también proveniente de un término en latín (sociālis), hace referencia a aquello relacionado o perteneciente a la sociedad.

Características.

Comunidad y ayuda
La responsabilidad social puede aplicarse a gran escala o a pequeña escala, sobre nuestra comunidad local.

El ejercicio de la responsabilidad social implica un compromiso ético, y también cívico, de llevar a cabo acciones que no resulten perjudiciales para la sociedad y el entorno. Esto implica una ética empresarial que contemple diferentes problemáticas sociales, y que tenga en consideración los siguientes ejes:

  • Desarrollo sostenible,
  • Acción social,
  • Derechos laborales y empleo inclusivo,
  • Producción sostenible,
  • Bienestar animal,
  • Proyectos de ayuda humanitaria, entre otros.

En este sentido, la responsabilidad social implica la adopción de ciertos principios de trabajo, que sean transversales a todas las prácticas que esa comunidad lleva adelante.

Tipos.

Veamos a continuación dos tipos de responsabilidad social.

RSE (Responsabilidad Social Empresarial).

La RSE es el compromiso que las sociedades empresariales y otras organizaciones adoptan para su organización interna, para la gestión de sus productos y para el cuidado de la sociedad.

El auge de esta práctica no es uno de larga data: es el resultado de la globalización y de la construcción de la conciencia medioambiental. Así, los consumidores y ciudadanos comenzaron poco a poco a tomar dimensión del impacto que las empresas tenían sobre el medio ambiente, sobre salud y seguridad en el trabajo, por ejemplo, sobre la innovación social y su propio consumo responsable.

Las exigencias de consumidores hacia las empresas, para que tuvieran en cuenta estos ejes y muchos otros, provocó un cambio que incentivó la aplicación de la RSE. 

Derechos laborales
La responsabilidad social de una empresa incluye tanto la forma en que produce sus bienes y servicios como la estructura interna y cómo esto impacta sobre quienes trabajan para ella.

Vista como algo que genera cambios en la infraestructura de trabajo, fundamentalmente, pero también en lo que trasciende a este ámbito, como la aprobación o no de los consumidores, la RSE puede llevarse a cabo de distintas maneras:

  • Los derechos de los trabajadores son respetados, ya que la RSE en el ámbito laboral implica capacitación y formación, para mejorar progresivamente en un área de trabajo, la posibilidad de acceder a programas de beca, el cuidado del bienestar del empleado (políticas anti-discriminación, respeto y tolerancia en el interior del trabajo, y otros).
  • Atención al impacto ambiental: aquí podemos incluir diversas formas de cuidado, como el uso y la promoción de energías renovables, conciencia de la sostenibilidad (para no afectar a las generaciones futuras), adopción de políticas como las de cero desperdicio o fomentar el reciclaje, entre otras.

Responsabilidad social individual.

La responsabilidad social de cada individuo implica los cuidados y compromisos que una persona, en su singularidad, adopta para cuidar y vivir en su entorno teniendo en cuenta el bienestar de los demás. 

Como miembros de una comunidad, nuestras acciones individuales también impactan sobre otros. Nuestras acciones pueden ser algunas muy simples, de fácil implementación o podemos adoptar otras que requieran un mayor esfuerzo. Veamos algunos ejemplos:

  • Practicar el consumo responsable mediante la reducción del uso de residuos y plásticos: un ejemplo es la denominada compra a granel. Con ella, llevamos nuestros propios recipientes a algunas tiendas que en lugar de usar envasados los venden en contenedores que los mismos clientes llevan.   
  • Fortalecer la participación ciudadana mediante la intervención en, por ejemplo, alguna ONG (Organizaciones no gubernamentales), o mediante el desarrollo comunitario, para llevar a cabo políticas sociales que impacte positivamente sobre comunidades vulneradas.
Consumo responsable
El uso de mercados locales, de producción orgánica, por ejemplo, entre otras prácticas, son algunas acciones que podemos tomar como individuos para ser responsables con nuestro entorno.

Áreas de acción.

Existen algunas instancias en las cuales es posible practicar la responsabilidad social de forma específica.

Por una parte, en relación con las acciones ambientales, su cuidado impacta no solo en una protección hacia la calidad de vida actual, sino que es también una responsabilidad con las futuras generaciones, y con el uso responsable de los recursos disponibles para la explotación y el consumo.

En este sentido, la visibilización de que esta es una problemática sobre la que es urgente tomar acción ha ido incrementándose a lo largo del siglo XXI. Esto ocurre gracias a la toma de conciencia de que la deforestación, la contaminación, la pesca, la ganadería y otro tipo de actividades económicas afectan directamente los suelos, la constitución de los ecosistemas y la vida humana en su conjunto.

Aquí, la labor de las empresas en su responsabilidad ambiental debe combinar algunos elementos:

  • Continuar brindando productos de buena calidad;
  • Mantener un ambiente de trabajo óptimo, donde se respeten los derechos de quienes trabajan y haya un ambiente cálido entre colegas y jefes;
  • No reducir costos a costa de un daño ambiental o de negligencias como desechos de desperdicios en áreas protegidas o espacios abiertos.

A su vez, la población puede modificar sus prácticas individuales desde sus propios hogares, y colaborar en su comunidad más cercana para promover y enseñar estas acciones, como reciclar, hábitos alimenticios como menos consumo de productos de origen animal, y otros.

Reciclaje
El reciclaje es una de las prácticas más extendidas para llevar registro de qué consumimos y cómo podemos reutilizarlo.

Otra área de trabajo es la responsabilidad social propiamente dicha. Aquí, el trabajo que se haga será para promover alguna de las siguientes acciones:

  • Lucar por los derechos de las minorías,
  • Trabajar en espacios de ayuda como cooperativas
  • Practicar un voluntariado en algún espacio donde se necesite asistencia, o intervenir en asociaciones benéficas,
  • Trabajar sobre la diversidad e inclusión en la propia comunidad,
  • Procurar que haya educación para todos,
  • Promover instancias de consumo que sean más amigables con el entorno y las microfinanzas, como la práctica de la economía circular.

Así, el desarrollo comunitario es esencial para procurar mejoras en las condiciones de vida y la calidad de todos los que pertenecen a nuestro grupo social más cercano.

Esto se logra a partir de acciones como educación a los sectores desfavorecidos, en todo sentido: educación en un sentido tradicional, pero también capacitaciones en materia de salud, derechos reproductivos, entre otras.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (21 de octubre de 2023). Definición de responsabilidad social. Ejes, áreas y características. Definicion.com. https://definicion.com/responsabilidad-social/