Ética empresarial es la denominación para el conjunto de normas o código de conducta que en un espacio empresarial debe haber para mantener la integridad, la transparencia y buenas prácticas de trabajo. Este compromiso debe asumirse no solamente para asegurar los derechos laborales de los empleados, sino también para poder llevar adelante una producción ética, que sea cuidadosa y respetuosa con el medio ambiente y que, también, promueva políticas de inclusión y diversidad.

El nombre de ética empresarial comienza a ser utilizado aproximadamente desde los 70, en Estados Unidos, cuando es necesario comenzar a construir un sistema de objetivos y filosofía en la empresa, para poder dar forma a planes de acción.

El concepto surge de:

  • Ética: del griego ἔθος, señala el conjunto de costumbres y usos que le damos a ciertos valores en el ámbito social.
  • Empresarial: relacionada con empresa, que proviene de prehendere, es decir, alcanzar algo o tomar algo.

Fundamentos e historia.

Los orígenes de la ética empresarial, que también se conoce como responsabilidad social corporativa (RSC), datan de mediados del siglo XX. Sin embargo, el análisis de los dilemas éticos o los valores corporativos que una empresa (en tanto en cuanto sistema organizado que un conjunto de personas lleva adelante con un fin, por lo general económico) ya se registraron en las primeras civilizaciones de la historia.

Buenas prácticas
Las buenas prácticas en el ámbito empresarial comienzan a tomar forma como un sistema que debe llevarse adelante alrededor de la década del 70.

En la Mesopotamia, el conocido Código de Hammurabi plantea, entre otras leyes, lo que hoy entenderíamos como un código legal de prevención. En él se regulaba la vida social, económica y política, y se definían castigos a prácticas deshonestas que no tuvieran compromiso social o en las que no hubiera un liderazgo ético.

Los comerciantes también veían en él restricciones y advertencias en la regulación de tarifas, es decir, para que mantuvieran una cierta ética en ventas, en los costos que ponían a sus productos y en cómo promover un comercio justo entre vendedor y comprador. Por otra parte, quienes ocuparan cargos públicos, por ejemplo, debían llevar adelante prácticas responsables y una negociación ética.

Más adelante en el tiempo, los griegos también analizaron el impacto de un trabajo virtuoso, con ética e igualdad, en el plano de la vida pública fundamentalmente cuando había un beneficio mutuo, como lo es una transacción comercial.

Con el paso de los años, y al llegar hasta la actualidad, la conciencia respecto de la importancia de mantener políticas de igualdad, prácticas antimonopolio y compensaciones justas por el trabajo realizado ha ido en aumento. Esta toma de conciencia no es solo parte de quienes lideran la empresa, sino que también los consumidores reclama estos cuidados, y sus mismos trabajadores también.

Compromiso social
La promoción de buenas prácticas debe ejecutarse no solo al interior de la oficina, sino en relación con los consumidores y la comunidad local.

Pilares.

A continuación, podemos explorar algunos valores que funcionan como pilares para la práctica empresarial responsable.

Integridad y honestidad.

Dos elementos esenciales para mantener una ética empresarial responsable son la integridad y la honestidad. Estos principios morales permiten que haya un vínculo entre aquellas propuestas que se comunican y la forma en la que se llevan a cabo. Es decir, se busca una coherencia entre la comunicación responsable de objetivos y metas y su cumplimiento.

RSC.

La responsabilidad social corporativa es un concepto en el que confluyen no solo normas internacionales de comportamiento o cumplimiento de directrices de sostenibilidad ambiental, sino que también hay atención a regulaciones y cumplimiento de ellas en toda la organización empresarial.

También, tiene en cuenta el desarrollo comunitario de prácticas que tengan no solo impacto económico, sino también que sean amigables con el entorno y los recursos disponibles.

Transparencia.

La transparencia en la gestión empresarial refleja una práctica donde el vínculo entre jefes y empleados, pero también entre la empresa y su comunidad, es claro, sin matices y con valores y objetivos claros. Esto permite que haya tanto un espacio seguro para poder plantear problemáticas o situaciones que aquejan a los empleados, como la posibilidad de tener un entorno seguro donde sugerir nuevas propuestas.

Objetivos claros y cumplidos
Los objetivos que se plantean al interior de la empresa deben cumplirse con acciones concretas, de forma coherente.

De igual modo, los cuidados de la biodiversidad también serán claros siempre y cuando la gestión apunte a ser transparente, para poder tener una contratación responsable de otras empresas que cumplan con tareas secundarias con el mismo grado de compromiso.

Respeto a los derechos humanos.

Finalmente, otro principio de la ética empresarial es el respeto y cuidado por los derechos humanos. Aquí cabe destacar prácticas laborales justas que promuevan un espacio libre de discriminación y acoso por motivos de género, o por razones de raza, religión o incluso posición socioeconómica.

Es responsabilidad de quienes cuidan a sus trabajadores tener también participación comunitaria en el ecosistema laboral y estar atentos y al tanto de posibles situaciones desagradables que se lleven a cabo, para mitigarlas cuanto antes e impedir que se repitan.

Desafíos y dilemas.

Encontramos algunos dilemas y posibles obstáculos que puede haber en el camino de un desarrollo ético y adecuado en las empresas.

En primer lugar, situaciones donde pueda haber tensiones éticas como, por ejemplo. Una situación así puede presentarse si observamos a un colega realizando alguna acción que no corresponde con el código de conducta, y que debamos tomar la decisión de reportar lo visto, con la conciencia de que una represalia es posible, o permanecer en silencio y ser partícipes indirectos del hecho.

Investigaciones y delitos
Es esencial que al interior de la empresa haya prácticas éticas no solo entre colegas, sino en relación con los recursos del espacio de trabajo, y evitar incurrir en delitos.

La alternativa de notificar estos hechos, fundamentalmente cuando implican un delito, se conocen como whistleblowing (denuncias internas). En este caso, quienes dan aviso de la situación son quienes alertan a sus superiores o a otros colegas sobre esta falta de cumplimiento de las normas.

Es esencial que la empresa pueda poner al corriente a todos los empleados sobre auditorías éticas, por ejemplo, donde puedan encontrarse más datos que ayuden a construir una investigación más sólida y completa. También es importante que parte de los valores corporativos ideales implican un buen manejo de conflictos, y protección de aquellos que ponen en riesgo su puesto de trabajo para hacer una denuncia.

A su vez, también podemos incluir en este espacio una gestión de rendición de cuentas transparente, donde el dinero y/o los recursos que deben reportarse sean los correctos y que no ocultemos información. Las transacciones transparentes son esenciales para mantener un espacio de trabajo seguro, donde todos puedan confiar en el trabajo de sus colegas.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (30 de noviembre de 2023). Definición de ética empresarial. Historia, tipos y desafíos. Definicion.com. https://definicion.com/etica-empresarial/