La palabra fascismo, en español, procede del italiano, también fascismo, que a su vez viene de facsio, que significa haz, o grupo. Por otro lado, fascio deriva del latín fascium, palabra con la que comparte significado.
El fascismo fue un movimiento de carácter político y social, que ejerció el totalitarismo en Italia durante la primera parte del siglo 20. Un gobierno basado en los modelos corporativistas y con una fuerte tendencia a las ideas nacionalistas. Su predominancia ideológica era de derecha extrema, y es un movimiento que surgió en los años que componen el período de entreguerras.
Pero si hablamos de este concepto, a veces no sólo lo utilizamos para referirnos a esas doctrinas pasadas. También se adopta para aludir a movimientos parecidos pero nacidos en otros países o para describir, como si fuera una suerte de adjetivo, las actitudes de carácter autoritario o antidemocrático que se consideran relativas al fascismo, aunque hablemos de situaciones contemporáneas o alejadas del ejercicio del poder.
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Orígenes del fascismo.
El fascismo italiano tuvo su fundación en 1919, a cargo de Benito Mussolini, casi inmediatamente después del final de la Primera Guerra Mundial. Luego de instaurarlo, Mussolini se convirtió en la máxima autoridad en Italia, gobernando desde el ‘22 hasta el ‘45.
El fascismo caló hondo en la región europea y se extendió rápido por otros países en el mismo período. La más destacada de las naciones que adoptó pronto esta forma de gobierno fue Alemania, cuyo máximo referente fue Adolf Hitler. Hitler gobernó en el período entre el «33 y el «45 mediante políticas discriminatorias, racistas y autoritarias basadas en ideas sobre la superioridad de la raza que llevaron, tanto al fascismo como a la guerra en su nombre, a consecuencias extremas.
En la época en la que surge el fascismo, también hay un auge de las ideas liberales y las comunistas. Lo que explica al fascismo son justamente esas apariciones porque es un modo de responderles desde la ideología puramente reaccionaria, oponiéndose a los cambios propuestos por los liberales y los comunistas, no solamente en lo económico sino en lo cultural, en los valores, en lo nacional y en todo lo otro. Aunque no propusiera seguir con las formas de gobierno sino virar hacia una derecha extremista, el fascismo es un estilo de conservadurismo.
Para comprender el surgimiento del fascismo hay que recordar siempre que Europa se encontraba en un período de entreguerras, pero no suponer que este período significa necesariamente la paz. Hablamos de una nación que quedó devastada por la Primera Guerra y sus estragos, su consecuente crisis económica y los numerosos tratados que afectaron a los territorios perdedores. El fascismo se aferra fuertemente, y no es casual, a los países que fueron más dañados por estas consecuencias.
El nombre original de la primera estructura fascista fue Fasci Italiani Di Combattimento, una organización que reunía como en una liga a los combatientes italianos que se agrupaban en ella. La organización se hizo pronto visible por participar en luchas de calle en oposición a las personas que hacían huelga, en contra de partidarios del comunismo. Usaban, las hoy características del fascismo, camisas negras.
En contexto, la Revolución Rusa era algo que se temía en toda la región, el temor a la réplica de las mismas situaciones se había apoderado de las clases medias. Esto es un dato que sirve a los fines de comprender por qué se permitió que asciendan al poder estas ideologías tan violentas que, vistas desde la actualidad, a veces parecen fenómenos difíciles de entender. El fascismo fue la mano que se extendió para evitar la expansión del comunismo de la clase obrera que, de igual manera, iba desde Rusia hacia otros lugares.
De 1919 a 1921, Mussolini convocó personas hacia su ideología, y en 1921 concretó la fundación del partido político que nuclearía estas fuerzas, el Partido Nacional Fascista. Un año después, los simpatizantes de esta agrupación realizaron la Marcha Sobre Roma, que culminó con la legitimación del poder de Mussolini sobre Italia por parte del rey Victor Manuel II.
Ideología fascista.
Como mencionamos antes, el consenso generalizado postula al fascismo como una ideología de extrema derecha. Básicamente porque es una ideología conservadora en cuanto a lo que concierne a las cuestiones de orden social, además de ser una forma de poder totalitaria, totalmente opuesta a la igualdad. Lo que también se sostiene en un ámbito mayoritariamente de derecha es la postura fascista que promovía los derechos del pueblo que era, supuestamente, superior, a la dominación de los pueblos inferiores, purgando a la sociedad de estos últimos.
Lo principal de la ideología fascista es el espíritu nacionalista de la misma. Surgido en un período posterior a la Primera Guerra, que había provocado quiebres en muchas de las formas de gobierno y de vida social europeas, el fascismo llegó para reivindicar y revalidar la importancia de la cultura nacional. Por este motivo, rápidamente incorporó nuevos adeptos a sus posturas extremizadas, además de ser conveniente para los sectores elitistas que querían evitar por todos los medios la adopción del comunismo por parte de las masas.
La ideología fascista también se basó en establecer jerarquías. El líder era superior a todos los demás, mientras que los hombres eran superiores a las mujeres, los soldados eran superiores a la población civil y había razas superiores a otras. En cierta forma, el fascismo constituye una sistematización del racismo, entre otras ideologías extremistas.
El fascismo propone una subordinación por parte de la población común hacia el Estado y se prohíbe expresamente la oposición al poder. De esta manera, los gobiernos fascistas controlan absolutamente todas las áreas de la vida, incluyendo la prensa y monopolizando, en consecuencia, la verdad. Además, las mujeres se subordinan por completo a los hombres, volviendo a los trabajos puramente domésticos y alejadas, otra vez, de la vida política.
Características del fascismo.
Si bien el fascismo es una ideología muy amplia y debe ser revisada en profundidad, algunas de sus características son:
- Liderazgo del superhombre: el líder supremo de esta forma de gobierno exige a sus súbditos una obediencia total, sin cuestionamientos.
- Antidemocracia: el único sector partidario autorizado por la ley es el partido oficial. Nadie más puede ser parte de los cargos estatales.
- Represión: el fascismo perseguía y reprimía todas las expresiones y acciones de oposición, provocando asesinatos, exilios y encarcelamientos en masa.
- Expansionismo: estas formas de gobierno buscaban conquistar territorios adyacentes para desarrollarse económicamente cada vez más, adoptando modelos colonialistas.
- Fuerzas armadas: su rol es fundamental para defender la ideología fascista hacia adentro y hacia afuera.
- Corporativismo: esta ideología rechaza el individualismo y también los intereses del pueblo como clase unida.
- Manipulación mediática: un fuerte componente propagandístico fue fundamental para estas formas de gobierno totalitario. El apoyo del pueblo se obtenía mediante manipulación de los medios de comunicación, llenando de propaganda los cines, las radios y el contenido televisivo. A su vez, la censura a las ideas contrarias fue total.
- Educación: la educación también fue controlada por el fascismo, en busca de exaltar los ideales que promovían, relacionados con la patria, la identidad nacional y toda la ideología del fascismo en general.
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Krause, G. (21 de diciembre de 2021). Definición de fascismo. Sus orígenes, ideología y características. Definicion.com. https://definicion.com/fascismo/