Intolerancia es el nombre que recibe la actitud de una persona que no puede resistir o soportar algo. Si bien es un fenómeno que atraviesa múltiples disciplinas, como la medicina y el ámbito de la salud (intolerancia a alimentos), es fundamentalmente un proceso que involucra los vínculos interpersonales. Así, se emplea para señalar la incapacidad de tolerar discursos, ideas, opiniones e incluso costumbres o valores diferentes de los propios.

La palabra proviene del término en latín intolerantiam, utilizado para indicar la cualidad de aquel que no puede aguantar, especialmente opiniones.

Historia.

La intolerancia es un fenómeno transversal a distintas sociedades, de la actualidad y de la historia antigua de todos los pueblos. Sin embargo, no es un concepto empleado como tal desde siempre, sino que ha ido tomando forma a medida que pasaron los años y que el fenómeno se ha complejizado.

A grandes rasgos, todas las comunidades han contado con procesos de inclusión y de exclusión, a través de los cuales miles de personas han sido tratadas de forma desigual, con mayor o menor violencia. Las formas de inclusión han permitido construir sentimientos de identidad mientras que mediante la exclusión, las poblaciones han sido segregadas, discriminadas, perseguidas y expulsadas de los territorios.

División
La intolerancia es una práctica que atraviesa a todas las sociedades a lo largo de toda la historia.

Encontramos diversos a lo largo de la historia occidental, y estos tuvieron lugar fundamentalmente por causas políticas, religiosas o militares. De este modo, la conquista de territorios es también una disputa por la supremacía de una cultura, que se impone frente a otras en su lengua, sus costumbres y sus valores.

Tipos.

Para poder comprender mejor algunos eventos históricos donde la intolerancia tiene lugar, es importante reconocer las formas en las que esta puede manifestarse.

Por una parte, encontramos la discriminación étnica o racial. Esta señala la discriminación hacia un grupo de personas por pertenecer a un grupo étnico diferente al de la comunidad que discrimina.

A su vez, esta intolerancia posee modalidades específicas para desplegarse. Por una parte, el racismo, donde el motivo de discriminación es el color de la piel de alguien. Al considerar inferior a un individuo, se habilita la posibilidad de explotarlo física y económicamente.

Algo similar ocurre con el etnocentrismo, donde se pone en juego la discriminación y la mirada de quien investiga. Dado que entiende que la cultura a la que se analiza es interior, o que carece de herramientas como una sociedad más avanzada lo haría, se justifica así una interpretación desde los valores, la cultura y los prejuicios propios de quien investiga.

Dicho de otra manera, no se analiza a la cultura según sus propias configuraciones, sino desde una ajena.

Jerarquías y poder
La discriminación o segregación implica que un grupo es considerado inferior por otros.

La intolerancia por motivos de género o de orientación sexual, por otra parte, involucra el ataque a personas por ejercer sus identidades y sus elecciones sexuales.

Puede manifestarse de muchas formas en todo el entramado social, como la homofobia, la discriminación de género o el sexismo, y algunas de las consecuencias son las siguientes:

  • Persecución por razones morales, con ataques porque sus estilos de vida no son considerados válidos.
  • Restricciones en el campo laboral, con menores posibilidades de acceso a ciertos puestos de trabajo o al crecimiento económico para vivir una existencia plena.
  • Exclusión del ámbito familiar, por razones morales o religiosas, basadas en prejuicios y estereotipos.

Hay países donde esta aversión e intolerancia a la diversidad tiene penalizaciones como la pena de muerte.

Otra muestra de intolerancia es la religiosa, y tiene lugar cuando las prácticas de un grupo son censuradas y perseguidas por otros. Es un fenómeno frecuente cuando dos comunidades diferentes tienen contacto entre sí, como resultado de migraciones, guerras y otros eventos que provocan un desplazamiento forzado y convivencia entre ambas.

Como en las otras modalidades de intolerancia, se favorecen las prácticas y creencias del grupo mayoritario, lo que puede estar sustentado en un radicalismo religioso que trata con hostilidad y desprecio a estilos diversos de ejercer las creencias.

Causas y consecuencias.

Aislamiento
Ser intolerante contra alguien puede provocar que esa persona se aísle y se aleje de los círculos sociales.

Algunas de las causas de la intolerancia son las siguientes:

  • El prejuicio contra aquello que se desconoce
  • Sobre la base de estereotipos y preconcepciones erradas, esta ignorancia puede llevar a una insensibilidad contra la persona o el grupo de gente que se discrimina
  • La desinformación generalizada, de igual modo, puede aumentar el malestar social y fortalecer la violencia simbólica, la violencia estructural y la proliferación de discursos de odio
  • La insensibilidad frente a la experiencia ajena, porque no es cercana o porque no afecta directamente a alguien, puede generar una falta de empatía sobre esas problemáticas

Entre las múltiples consecuencias de este fenómeno encontramos, a nivel individual, un posible aislamiento y exclusión social de la persona que es atacada. Esto puede fortalecerse si los diferentes círculos sociales rechazan a la víctima, y puede traducirse en problemas de autoestima, estrés y aumentos de ansiedad, entre otros. También, en un plano más amplio, la marginación de ciertos sectores de la población pueden llevar a una división o una polarización.

Esto paulatinamente puede comenzar a traducirse en una intolerancia estructural, donde el sustento de esta intolerancia pasa a un plano institucional, con leyes o códigos que avalen esta exclusión.

Medidas.

A lo largo de la historia, y a través de diferentes mecanismos, los diferentes grupos sociales han demostrado que es posible enfrentarse a la intolerancia.

Una de estas medidas es la educación y sensibilización de la población.

El miedo a lo desconocido, base esencial para el prejuicio, se sustenta en la desinformación y en la falta de comprensión de un fenómeno. Por este motivo, sensibilizar a la ciudadanía y contrarrestar un discurso de odio puede ayudar a desarmar estereotipos.

Información y diálogo
Comunicar, educar y visibilizar son esenciales para derribar prejuicios y estereotipos sobre una comunidad o persona.

Esto puede hacerse a partir de actividades comunitarias, charlas en el ámbito de trabajo o en la escuela, presentación de testimonios y otras instancias donde sea posible replantear las prácticas de exclusión e intolerancia.

Por otra parte, con el correr del tiempo se han gestado numerosos movimientos de resistencia para poder reclamar y pedir por derechos de las comunidades segregadas. Estos movimientos en muchas ocasiones sufrieron la persecución policial, estatal, social e, incluso, varios miembros perdieron la vida.

Sin embargo, la lucha que llevaron a cabo permitió que generaciones posteriores continuaran con esa resistencia y que pudieran ayudar a cambiar la sociedad. Un ejemplo de ello es la extensa lucha contra el apartheid en África, que tuvo largas décadas de represión, persecución y muerte de miles de personas, hasta que la segregación racial fue abolida a fines del siglo XX.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (18 de septiembre de 2023). Definición de intolerancia. Historia, rasgos y causas. Definicion.com. https://definicion.com/intolerancia/