Se habla de comunismo para hacer referencia a un sistema de organización política que tuvo su origen en el siglo XIX, y cuyos principales lineamientos se asientan en la lucha que se da entre las clases sociales y la necesidad de que los medios de producción sean de propiedad común.

A partir de este sistema político surgió un sistema de ideas, una doctrina, que se denomina con el mismo nombre. Una de las raíces de esta doctrina se hunde en una postura radicalmente opuesta al capitalismo, ya que considera que el mercado está organizado de un modo tal que promueve la desigualdad socioeconómica, inhibiendo la distribución de la riqueza. Para los comunistas, el mercado tal como lo conocemos (tal como el capitalismo lo ha instalado) es una organización dispuesta hacia el fomento de la brecha entre las diferentes clases sociales, y por ello plantean que es necesaria una abolición de la propiedad privada en orden a deshacer la división entre los ricos y los demás miembros de la población.

Si abordamos la palabra comunismo desde su origen etimológico, comprobamos que proviene del término latín communis, que significa «común», y del sufijo griego –ismo, que se emplea en el sentido de doctrina o sistema. Así se conforma esta línea de «doctrina o sistema de organización social tendiente a la abolición de la propiedad privada«.

Los fundamentos que operan como base ideológica de este sistema surgen de la obra del filósofo alemán Karl Marx, autor de diversos textos, entre los que se destacan El manifiesto comunista, del año 1848, y también El capital, escrito en el año 1867. En ese momento se utilizaban como sinónimos las palabras «comunismo» y «socialismo», pero luego surgirían distinciones entre ellas. El lineamiento central que se sigue en estas obras es un acercamiento a la historia entendida como la resultante de una lucha de clases, que se desató en tiempos remotos, cuando apareció el concepto de propiedad privada.

Karl Marx, fundador del comunismo.
La obra y pensamiento del filósofo alemán Karl Marx constituye la base del comunismo.

La lucha de clases.

Eje central en el postulado filosófico del comunismo, se plantea que los diferentes sectores de la sociedad intentan controlar los medios de producción, y así dirigir la orientación del Estado.

Pero en el marco de la sociedad industrial, es necesario que algunos hombres trabajen, realicen las labores físicas, mientras que otros aspiran a dirigir esa actividad. Así se da la llamada «explotación del hombre por el hombre«, en la que los que tratan de dirigir lo hacen en pos de obtener los mayores beneficios, la riqueza y el poder.

Y en el contexto general de la teoría comunista, esta lucha de clases obra como motor del movimiento social, económico y también político, llevando a las sociedades desde la esclavitud de tiempos pretéritos, a la organización según un sistema feudal y luego al establecimiento de las industrias, con el surgimiento del proletariado que trajeron aparejado (los obreros que operan esas industrias).

Alienación.

Marx destaca que en la producción de mercancías reside la condición de la alienación. Y explica que la alienación es del trabajador respecto del producto, de la propia actividad. Porque el objeto no es producido con fines de uso, sino que es fabricado para el intercambio; como valor de uso para otros. Así, este intercambio y el dinero se interponen entre la producción y el consumo, conduciendo a una separación del trabajo respecto de sus productos.

En el escenario planteado por el mercado, el trabajador no será dueño del producto que genera con sus propias manos, pero tampoco lo será de las ganancias que el producto reporte. Por ello, esta persona no se sentirá identificada con el trabajo que realiza.

Fetichismo.

El concepto de «fetichismo de la mercancía» está muy relacionado con el de la alienación, ya que la persona trabaja la materia, modificando sus formas, transforma lo que era naturaleza en mercancía. Para Marx, el trabajador del sistema capitalista transforma la simplicidad de la naturaleza en algo «endemoniado, metafísico y teológico».

El fetichismo le asigna a esta mercancía un valor que excede su valor de uso o intercambio, y más allá del valor que le dio su producción. De este modo, cada objeto esconde la explotación del hombre por el hombre.

Relación infraestructura-superestructura.

En el pensamiento de Marx, se llama infraestructura a la base económica de la sociedad, la base sobre la cual esta sociedad se asienta. Es ella la que condiciona y determina la estructura de la sociedad, y las posibilidades (o la carencia de posibilidades) hacia un desarrollo y al cambio.

La infraestructura está compuesta por fuerzas de producción y por relaciones de producción. Y de esta infraestructura depende la superestructura.

Se dice que la superestructura dependerá de la infraestructura como situación económica de una sociedad, de acuerdo a qué medios y fuerzas productivas haya. La superestructura siempre estará en función de los deseos de las clases dominantes, porque fueron ellos los que la crearon. Y por ende, siempre que haya un cambio en la superestructura será la consecuencia natural de un cambio anterior en la infraestructura.

Podemos citar como ejemplo de la superestructura el marco legal, jurídico, político e incluso filosófico o religioso de un tiempo determinado. La estructura hace, en el fondo, a la organización de la sociedad, al modo en que sus miembros se relacionan y, por supuesto, cómo se organiza la producción de bienes.

Marx, vigente en la lucha por un orden social más igualitario.
Las ideas de Marx continúan vigentes en la lucha por alcanzar un orden social más igualitario.

Falsa conciencia.

Podemos llamar «falsa conciencia«, en el contexto de las ideas de Marx, a las creencias que las personas albergan acerca de sí mismas, y que manifiestan una disonancia en relación con sus condiciones de vida. La falsa conciencia está generada por la superestructura, que a su vez se sigue naturalmente de las bases e interacciones materiales tal como están establecidas en la infraestructura.

Hay algo en este punto que se relaciona con el tan conocido concepto de «sentido común«. Marx hablaba de estos medios ideológicos que resultan importantes en el devenir cotidiano de la sociedad de clases, porque están al servicio de que las personas no tengan claro cuáles serían sus verdaderos intereses.

Se habla de una conciencia falsa, sobre todo, en el sentido de que la gente se orienta, a partir de ella, hacia un norte que no la beneficiará.

Comunismo y socialismo.

Aunque se ha mencionado la tendencia temprana a identificar estos dos conceptos, hoy en día está establecida la distinción entre el comunismo y el socialismo. Por un lado, en el comunismo se pueden encontrar propuestas firmes hacia la expropiación de la propiedad individual, de modo tal que pueda ser explotada por el Estado; mientras que el socialismo presenta otro abordaje, al tratarse de una doctrina, no hay propuestas de esta índole, no se exigen medidas de cambio concretas e inmediatas, sino más bien se habla de planes de fondo hacia un escenario económico en el que se ejerza el control por parte del Estado de los sistemas de producción.

También se presenta una distinción en cuanto a las bases ideológicas, ya que mientras el comunismo se ancla en los escritos de Karl Marx y Friedrich Engels, el socialismo se basa en las ideas de Henri de Saint-Simon y Ferdinand Lassalle, entre otros.

Algunos pensadores posicionan al socialismo en una línea próxima a la democracia, afirmando, al mismo tiempo, que el comunismo tiene un lugar más cercano a los regímenes autoritarios.

Obras de Marx y Engels, bases ideológicas del comunismo.
Las bases ideológicas del comunismo se encuentran en los escritos de Marx y Engels.

Aplicación de las teorías.

Marx veía la llegada del comunismo como un sistema que debería atravesar diversas fases hasta consolidarse. Su comunismo era una utopía de crecimiento y asentamiento progresivo, hasta que, por fin, pudiera establecerse como el sistema último de organización social en la humanidad.

En los hechos, desde los tiempos de Marx al día de hoy, dentro de la esfera del comunismo se han alineado facciones con lineamientos bastante heterogéneos. Han surgido y gobernado partidos comunistas de tendencias muy diversas. La mayoría de los regímenes que trataron de gobernar a partir de estas ideas no lo hicieron de un modo muy exitoso.

A pesar de esto, la visión original de Marx y Engels fue continuada por otros pensadores, como podría ser el caso de Lenin o Trotsky, y continúa, en ese sentido, plenamente vigente en la lucha por alcanzar un orden social más igualitario.

Citar este artículo

Lehrer, L. (6 de junio de 2022). Definición de comunismo. Lucha de clases, alienación, socialismo y falsa conciencia. Definicion.com. https://definicion.com/comunismo/