La escolástica es una escuela teológica y filosófica medieval que se caracterizó por el estudio de la filosofía en relación a la teología y el dogma religioso del cristianismo. La escolástica es considerada un período de la historia de la filosofía medieval caracterizado por el intento de vincular la filosofía con la teología, con el fin de subordinar el pensamiento filosófico a los preceptos de la teología cristiana, a partir de un profundo interés en la filosofía como fundamento del dogma teológico cristiano. Así, la escolástica desarrolló un amplio estudio de la filosofía antigua, en especial sobre el pensamiento de Platón y Aristóteles, cuyas ideas fueron cruciales para el desarrollo de la fundamentación filosófica y metafísica de la escolástica.
En la historia de la filosofía medieval, la escolástica se considera el segundo gran período de desarrollo del pensamiento filosófico del medioevo, posterior a la patrística, la cual fue la etapa de surgimiento y fundación de la filosofía medieval en relación al dogma cristiano. Se llamó «patrística» ya que se consideran padres de la filosofía cristiana a los pensadores y teólogos fundadores de la Iglesia, quienes sentaron las bases más importantes del pensamiento filosófico medieval, entre los cuales se destaca San Agustín como máximo representante. Luego de la patrística, la escolástica significó un periodo de consolidación e institucionalización del dogma religioso cristiano, durante el cual se hizo necesaria la formalización y estructuración de la filosofía cristiana, en un marco de crecimiento de la cultura intelectual y filosófica de la época.
La escolástica desarrolló ampliamente grandes las áreas de la filosofía, destacándose en metafísica, ontología, epistemología, lógica y ética, estudiadas con el fin de fundamentar el dogma de la Iglesia Católica, a través del pensamiento racional y filosófico. Así, la escolástica trató los problemas más fundamentales de la teología como la relación entre fe y razón, la prueba de la existencia de Dios, la teodicea como justificación de la bondad de Dios y superación del problema del mal, la ontología de los seres terrenos y divinos, entre otros temas fundamentales de la teología y la filosofía de la religión.
Entre los filósofos más destacados de la escolástica medieval se encuentran San Anselmo de Canterbury, quién desarrolló el argumento ontológico como una prueba racional de la existencia de Dios; Duns Scoto, que elaboró una metafísica mística para explicar la naturaleza divina; Pedro Abelardo y Guillermo de Ockham, principales desarrolladores del nominalismo; y Santo Tomás de Aquino, quien se considera el máximo exponente de la filosofía escolástica, a partir de su obra Summa Theologica, que sintetiza las ideas y conceptos más importantes del pensamiento escolástico. Tomás de Aquino se encargó de adaptar el pensamiento filosófico a la metafísica dogmática del cristianismo católico, sobre todo, fue el responsable de adaptar la filosofía de Aristóteles a los preceptos de la Iglesia Católica.
Si la patrística se vio profundamente influenciada por el platonismo y el neoplatonismo, la escolástica recibió la influencia del aristotelismo como modelo filosófico más destacado de la época. Esto se debió, en gran medida, al redescubrimiento de las obras de Aristóteles por parte de la escolástica islámica de Avicena y Averroes, quienes tradujeron y estudiaron la Metafísica de Aristóteles desde el mundo islámico. La obra redescubierta de Aristóteles llegó luego a Occidente para convertirse en la obra más influyente de la escolástica medieval.
Índice de temas
Contexto histórico y cultural de la escolástica.
La patrística.
La filosofía medieval comienza en el período conocido como la patrística, de los padres fundadores de la Iglesia, durante el cual se consolidó el canon del Nuevo Testamento y se desarrollaron las bases filosóficas y teológicas del cristianismo católico. Este período se extiende desde el final del cristianismo primitivo hasta aproximadamente el siglo VIII, con el Segundo Concilio de Nicea. Durante esta etapa, se gestaron las bases doctrinales de la teología cristiana. San Agustín es considerado el filósofo más importante de la patrística, quien desarrolló los principales problemas filosóficos de la teología cristiana como la relación entre fe y razón, el libre albedrío y el problema del mal, la suprema bondad de Dios, la providencia y la predestinación divinas, la inmortalidad del alma y la resurrección, entre otros temas filosóficos relevantes durante todo el desarrollo de la teología medieval. La filosofía patrística se inspiró en la filosofía griega para fundamentar racionalmente sus preceptos bajo, la creencia de que el cristianismo representaba la síntesis perfecta de las verdades y el conocimiento que los griegos habían desarrollado de forma parcial e imperfecta. Así, la relación entre filosofía y teología queda consolidada desde la patrística como fundación de la filosofía medieval.
Las siete artes liberales.
Durante la Alta Edad Media, se desarrollaron las llamadas artes liberales, un conjunto de siete grandes artes practicadas por las personas libres, en contraposición a las artes serviles que consistían en los oficios de los trabajadores manuales y mecánicos. Las artes liberales se dividieron en dos grandes grupos:
- Trivium: Del latín, «tres caminos o vías», consistió en un grupo de tres artes relacionadas con la oratoria, la lingüística y la elocuencia: a partir de la máxima «Grammatica adiuvat loqui, Dialectica adiuvat ad veritatem quaerendam, Rhetorica verba colorat» (la gramática desarrolla el habla, la dialéctica ayuda a alcanzar la verdad, la retórica colorea las palabras). Así, el trivium estaba compuesto de tres artes: la gramática, la dialéctica y la retórica.
- Quadrivium: Del latín, «cuatro vías o caminos», agrupó a un conjunto de cuatro artes relacionadas con el conocimiento matemático, a partir de la máxima «Arithmetica numeros, Geometria pensat, Astronomia sidera colit, cantat Musica» (la aritmética numera, la geometría establece, la astronomía estudia los astros, la música canta). Así, el quadrivium consistió en cuatro artes matemáticas: la aritmética, la geometría, la astronomía y la música.
Hacia el siglo VI, Boecio, considerado el último romano y el «primer escolástico», se encargó de introducir las artes liberales, las cuales se convertirían en parte del currículo educativo establecido por Alcuino de York en el siglo VII, consolidando el período de la escolástica temprana. Luego, en las universidades medievales se enseñaría de forma preparatoria el trívium como materias previas para el estudio del quadrivium como parte del currículo de estudios universitarios.
Las universidades medievales.
Entre los siglos XI y XIV, se experimentó en las sociedad europea un crecimiento en el desarrollo cultural e intelectual con el surgimiento de la universidad medieval. Las nuevas universidades europeas comenzaron a desarrollarse a partir del siglo XII, las cuales se orientaron hacia una educación superior, en la que los maestros y estudiantes no sólo se dedicaban a la enseñanza, sino también a la producción de conocimiento y saberes, lo que dio lugar al intercambio de ideas, debates y polémicas respecto de temas fundamentales de la filosofía y la cultura medieval. Es en este marco de crecimiento y expansión cultural que surge la escolástica como manifestación filosófica y teológica del pensamiento medieval.
Etapas y desarrollo de la escolástica.
Preescolástica y escolástica temprana.
La preescolástica se corresponde con el período de finalización de la patrística, cuyo el contexto histórico y político estuvo marcado por el conflicto bélico entre los pueblos bárbaros y la falta de una organización centralizada en el mundo europeo. Luego, con la consolidación del Imperio Carolingio, de la mano de Carlos Martel (VII), la Iglesia Católica logra adquirir el poder político, comenzando una etapa de crecimiento de la institución eclesiástica y el canon religioso y teológico cristiano. A partir de entonces, Carlo Magno comenzaría a llamar «escolásticos» a los estudios y oficios de las artes liberales, dando lugar al inicio de la escolástica temprana. De esta etapa preescolástica, se destacan filósofos como Boecio y Juan Escoto Erígena.
La escolástica temprana corresponde al período que va del siglo IX al siglo XII, el cual se caracterizó por una fuerte influencia de la autoridad eclesiástica y el centralismo de la figura del Papa. A nivel cultural, se produjo lo que se conoce como el renacimiento carolingio, un período de expansión cultural y fundación de escuelas y universidades, caracterizado por el auge del pensamiento agustiniano y la llegada de la filosofía aristotélica a Occidente. En esta época, fueron importantes el desarrollo de la cultura y la intelectualidad en los monasterios y en la Escuela Palatina de Aquisgrán. Filosóficamente, esta etapa se caracteriza por la polémica acerca del problema de los universales, del cual surgieron posturas como el realismo, representado por Guillermo de Champeaux, el nominalismo de Roscelino y el conceptualismo de Pedro Abelardo.
Una de las figuras más destacadas de este período fue Anselmo de Canterbury, considerado el «primer escolástico» en sentido pleno, quien en sus obras Monologion y Proslogion desarrolló una argumentación racional, conocida como argumento ontológico, para probar la existencia de Dios, a partir de un razonamiento a priori. La obra de Anselmo sería de vital importancia para el desarrollo de la escolástica posterior.
Apogeo de la escolástica cristiana.
Se conoce como alta escolástica al período de máximo esplendor de la filosofía escolástica del cristianismo, que se desarrolló a partir de mediados del siglo XIII, y cuya característica principal fue la incorporación de los textos aristotélicos, introducidos por la escolástica islámica. La nueva obra de Aristóteles transformó y consolidó el pensamiento filosófico escolástico, a través de su máximo representante, Tomás de Aquino, quien en sus obras Summa Theologica y Summa Contra Gentiles, sintetizó el pensamiento de Aristóteles adaptándolo al dogma teológico cristiano. Durante esta etapa, en la orden dominicana primó el pensamiento tomista, mientras que los franciscanos aún conservaban las influencias de la filosofía agustiniana.
La filosofía tomista desarrolló los conceptos más importantes del pensamiento aristotélico como la metafísica de la sustancia, el modelo de materia y forma (hilemorfismo), la lógica de la causalidad, la ontología del ser y la teología del Ente Supremo, entre otros. Uno de los aportes más importantes de la teología tomista es el esquema de las cinco vías para conocer a Dios (quinque viae), las cuales consisten en cinco caminos argumentativos que llevan a probar racionalmente la existencia de Dios, a través de cinco vías indirectas, entre las cuales se encuentran el argumento cosmológico, el argumento teleológico, la analogía del ser (analogía entis), y el argumento de la perfección divina.
Decadencia de la escolástica.
Se llama baja escolástica al período entre los siglos XIV y XV, en el cual el pensamiento escolástico comienza una etapa de transformación con el resurgimiento del misticismo por un lado, y por el otro, el crecimiento del interés por los estudios en ciencias naturales, y el progresivo avance del pensamiento racional y proto científico, que dio lugar a la crisis conceptual de la metafísica y la filosofía escolástica clásica.
Durante el siglo XIV, se produce la ruptura de las relaciones entre filosofía y religión, aquella unión que durante el período de esplendor había sido el estandarte de la escolástica medieval, en esta etapa, comienza a cuestionarse la idea respecto de la posibilidad de probar a Dios mediante la razón y la capacidad del pensamiento humano para inteligir la naturaleza divina. El principal exponente de esta crítica fue Guillermo de Ockham, quien cuestionó la inteligibilidad de Dios y estableció un nominalismo en el marco del problema de los universales que desataría una crisis en los cimientos del conocimiento metafísico de la escolástica.
Escolástica tardía.
También llamada «segunda escolástica», corresponde al período de resurgimiento de la metafísica y la teología de la escolástica medieval, que se desarrolló entre los siglos XVI y XVII, posterior al Renacimiento y el humanismo. El movimiento comienza en España, en la llamada Escuela de Salamanca, estrechamente vinculada con las órdenes dominicana y jesuítica. El jesuita Francisco Suárez fue uno de sus principales exponentes, quién en su obra Disputaciones metafísicas sintetizó y renovó las bases del pensamiento escolástico medieval.
Escolástica islámica y escolástica judía.
- Escolástica islámica: Corresponde al desarrollo filosófico del platonismo y el aristotelismo en el marco de la filosofía islámica, cuya influencia fue de vital importancia para la escolástica europea, debido a sus traducciones y estudios de la obra de Aristóteles, la cual fue redescubierta, en una primera instancia, por los eruditos islámicos. Luego, los estudios aristotélicos islámicos tendrían una influencia fundamental en la escolástica occidental, ya que la llegada de gran parte de la obra de Aristóteles, no conocida por los europeos, marcaría un antes y un después en la configuración del pensamiento occidental. Entre los filósofos más destacados de la escolástica islámica se encuentran los persas Al-Farabi y Avicena, y los ibéricos Ibn Tufail y Averroes.
- Escolástica judía: Corresponde al desarrollo filosófico y teológico propio del pensamiento y la cultura del judaísmo, las cuales se desarrollaron en la Edad Media en estrecha relación con la filosofía y la escolástica islámica. La filosofía judía medieval se caracterizó por el estudio de los textos hebreos, la Biblia y el Talmud. Su principal exponente e iniciador fue el filósofo judío Filón de Alejandría, quién logró una síntesis de la teología y la cultura judía con la filosofía griega clásica y alejandrina. La obra de Filón es estudiada luego por los escolásticos judíos, de la cual surge la filosofía cabalística en conjunción con el pensamiento clásico y la influencia de la cultura islámica, cuyo principal objetivo fue relacionar la fe judía con el pensamiento filosófico. Posteriormente, Maimónides, filósofo, médico, astrónomo y rabino del siglo XI, fue uno de los máximos representantes de la escolástica judía, llegando a representar una autoridad intelectual en materia de medicina, filosofía, ética y metafísica, no sólo en el mundo hebreo sino también para la filosofía islámica y europea.
Temáticas principales de la escolástica.
- Metafísica, otología y teología: El esfuerzo por fusionar la filosofía clásica de los griegos con la teología dogmática de la Iglesia se vio reflejado en los intentos filosóficos de desarrollar un conocimiento metafísico y otológico, que sea capaz de explicar las ideas religiosas y teológicas en relación a la naturaleza de lo divino y la existencia de Dios. Así, la metafísica y la ontología fueron disciplinas filosóficas fundamentales para el desarrollo de la escolástica, sobre todo a partir del redescubrimiento de la Metafísica de Aristóteles y la adaptación tomista de sus ideas.
- Acto y potencia: La teoría del acto y la potencia es propia de la Física de Aristóteles, de la cual Tomás de Aquino se serviría para explicar el cambio y el devenir de los entes en el mundo. La metafísica tomista combina el concepto cristiano de Creación ex nihilo con la teoría del acto y la potencia para fundamentar el cambio y el movimiento en el mundo físico.
- Esencia y existencia: La distinción entre esencia y existencia no es propia de la filosofía griega, sino que fue introducida por la filosofía islámica de Avicena. La metafísica tomista se sirvió de los conceptos de esencia y existencia para explicar la naturaleza de Dios. La teoría del acto y la potencia sirvió al tomismo para explicar el cambio en el mundo físico, pero no fue suficiente para fundamentar a Dios, por lo que Tomás de Aquino tomó la diferenciación entre esencia y existencia, para explicar la naturaleza de Dios a partir de una doble analogía, tomada del pensamiento de Avicena.
- Hilemorfismo: Se llama «hilemorfismo» de hylé (materia) y morphé (forma) a la teoría de la sustancia aristotélica compuesta de materia y forma, la cual fue adoptada por la filosofía tomista para explicar la composición metafísica de los entes.
- Fe y razón: El problema de la compatibilidad o incompatibilidad entre la fe y la razón se encuentra en el centro de las discusiones filosóficas de toda la filosofía medieval, ya que representa la relación entre el pensamiento racional y crítico de la filosofía, con el pensamiento mítico y religioso de la teología. Desde San Agustín, quién postuló a ambas como vías fundamentales para la comprensión de Dios, hasta Tomás de Aquino quién subordinó la razón a la fe, los debates entre fe y razón fueron fundamentales durante el desarrollo de la filosofía medieval.
- Pruebas de la existencia de Dios: Con la incorporación del pensamiento racional y filosófico al dogma religioso, surgieron los debates y problemas acerca de la fundamentación racional de la existencia de Dios. Para refutar el ateísmo y el agnosticismo ya planteados en expresiones filosóficas antiguas, los filósofos medievales se esforzaron por argumentar racionalmente a favor de la existencia de Dios. Existen tres grandes argumentos orientados a probar, mediante la razón, la existencia de un Ser Supremo: el argumento ontológico fue esgrimido por San Anselmo y consiste en un razonamiento a priori que extrae la existencia de Dios a partir de la perfección de la idea de Dios. El argumento cosmológico y el argumento teleológico, desarrollados entre otros por Tomás de Aquino, son vías a posteriori que buscan explicar la existencia de Dios a partir de una causa de movimiento para el cosmos (cosmológico), y de una finalidad inteligente como diseño del universo (teleológico).
- La Trinidad: La Santísima Trinidad es uno de los sacramentos más importantes del dogma católico, el cual, a partir de la incorporación del pensamiento racional, dicho concepto de «Trinidad» fue puesto bajo el tamiz de la filosofía, despertando un conjunto de problemáticas acerca de cómo comprender estas tres entidades divinas (Padre, Hijo y Espíritu Santo), y cómo se explica que sean tres y uno al mismo tiempo. La polémica de la Trinidad suscitó grandes debates durante toda la escolástica, dando lugar al problema del triteísmo, que afirma que Padre, Hijo y Espíritu Santo son entidades distintas, doctrina que fue rechazada y condenada por la Iglesia ortodoxa como herejía.
- Libre albedrío y responsabilidad: El problema del libre albedrío formó parte de los grandes debates de la escolástica, especialmente, en relación a la explicación del origen del mal y el pecado original. Desde San Agustín, quién utilizó el libre albedrío como argumento para justificar la suprema bondad de Dios, explicando que el origen del pecado se debe al mal uso que el ser humano hizo del libre arbitrio, el problema de la libertad y la responsabilidad moral fue de gran importancia en todo el desarrollo de la escolástica medieval, sobre todo en materia de filosofía del derecho.
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Aci, E. M. (6 de noviembre de 2023). Definición de escolástica. Origen, historia, desarrollo y temas principales. Definicion.com. https://definicion.com/escolastica/