En el ámbito de la biología y la ecología, un ecosistema es un conjunto organizado y complejo de organismos que habita el mismo lugar, interactuando entre sí y con el ambiente que los rodea.

El término ecosistema constituye un neologismo -palabra nueva- que incluye los conceptos griegos oikos («casa», «hábitat») y systema («procedimientos», «normas»). Fue acuñado en la década de 1930 por los botánicos ingleses Arthur Tansley y Arthur Roy Clapham.

Elementos e interacciones.

Como su nombre lo indica, un «eco-sistema» es un sistema, esto es, un conjunto de elementos en interrelación constante. Entre ellos podemos mencionar a los elementos bióticos u organismos vivos, los elementos abióticos o sin vida (aunque fundamentales para la vida, tales como el agua, los nutrientes del suelo, la luz o el aire) y el entorno físico o hábitat.

Como dijimos, en tanto elementos de un sistema, éstos interactúan entre sí. Algunos ejemplos de las interacciones que ocurren al interior de los ecosistemas son:

  • Depredación: Un ser vivo se alimenta de otro, llamándose al primero, depredador y, al segundo, presa. Este tipo de interacción conforma la cadena alimenticia dentro de un ecosistema y favorece el equilibrio del número de seres vivos que conforman cada especie.
  • Parasitación: En este caso, el parásito, que habitualmente es un organismo más pequeño que la especie en la que se aloja, necesita de otro ser vivo para su propia supervivencia y multiplicación. Se trata de una relación de dependencia, en la que el huésped es debilitado y el parásito, fortalecido.
  • Simbiosis: A diferencia del caso anterior, aquí se vinculan dos o más organismos de distinta especie y todos se ven favorecidos por la interacción. Se trata de una relación de beneficio mutuo. Por ejemplo, existen numerosos hongos que habitan en simbiosis con otros organismos vivos.
  • Polinización: Las semillas y los frutos son el resultado de esta interacción fundamental. Se trata de una relación de intercambio, en la que el polen es llevado por diferentes especies de insectos, como las abejas, de una flor a otra (desde el estambre hasta el estigma de las mismas), propiciando la reproducción de las plantas y la conservación de la vida.
  • Diseminación de semillas: En este caso las semillas obtenidas gracias a la polinización son esparcidas por el ambiente. Esto puede ocurrir a través del viento, del agua o transportadas por animales.
Polinización, una interacción esencial de elementos de un ecosistema.
La polinización es una interacción entre elementos de un ecosistema, fundamental para la vida en la Tierra.

Funcionamiento de los ecosistemas.

Las interacciones entre los elementos del ecosistema se dan a través de flujos de energía y ciclos biogeoquímicos o ciclos de materia: ambos procesos son esenciales para el funcionamiento de los ecosistemas.

La fuente principal de energía de la mayoría de los ecosistemas es la solar, la cual es transformada por las plantas en energía química y transmitida como nutrientes a a los demás componentes de la cadena alimentaria, también llamada cadena trófica.

Entonces, podemos decir que los ecosistemas se organizan, principalmente, a partir del flujo de energía que va pasando de un organismo a otro a lo largo de la cadena alimentaria o trófica. En esta cadena un organismo (predador) se alimenta de otro (presa) para luego convertirse en presa de otro perdedor, y así sucesivamente.

Existen distintos niveles tróficos dentro de cada ecosistema, la mayoría cuenta con por lo menos tres niveles o eslabones de la cadena trófica:

  • Productores: Este nivel generalmente está conformado por plantas y algas. Se los llama autótrofos y generan ellos mismos su alimento. 
  • Consumidores primarios o herbívoros: Este nivel incluye animales y detritívoros. Estos últimos se alimentan de excrementos animales o de materia orgánica en proceso de descomposición. A estos consumidores se los llama heterótrofos porque precisan alimentarse de otros organismos vivos. 
  • Descomponedores o saprófagos: En este nivel encontramos, por ejemplo, a los hongos y ciertas bacterias, encargados de degradar la materia orgánica hasta convertirla en inorgánica. Tienen una importante función de reciclaje

En ecosistemas más maduros pueden agregarse otros niveles tróficos como el conformado por consumidores secundarios o carnívoros.

Además, como dijimos, dentro de los ecosistemas se dan ciclos biogeoquímicos, caracterizados por el movimiento de distintos materiales o elementos minerales (hidrógeno, carbono, oxígeno, nitrógeno, entre otros).

Básicamente, el funcionamiento de estos ciclos en un determinado ecosistema podría describirse así: las plantas (productores) absorben materiales inorgánicos del aire, el agua y la tierra (elementos minerales), que luego serán pasados a animales herbívoros (consumidores primarios) que se alimenten de dichas plantas, y cuando estos mueran y se descompongan serán transmitidos a los descomponedores. A su vez, los descomponedores liberarán la materia inorgánica en la tierra o en el agua, para que sea absorbida por los productores primarios.

Existen diversos métodos para llevar a cabo estudios del funcionamiento de los ecosistemas, algunos de ellos tienen que ver con la comparación global de los sistemas, la experimentación en el terreno o la aplicación de modelos matemáticos.

En la cadena alimentaria, los hongos son llamados descomponedores.
Los hongos son ejemplos de organismos descomponedores, que integran la cadena alimentaria.

Tipos de ecosistemas.

Teniendo en cuenta el medio en el que existen, es posible realizar una clasificación muy general de ecosistemas:

  • Ecosistemas terrestres: Pueden ser muy distintos entre sí, ya que presentan las más variadas características en cuanto a relieve y cuestiones climáticas. Entre ellos encontramos los desiertos, las sabanas, las selvas, los bosques, etc.
  • Ecosistemas acuáticos: La gran mayoría de los ecosistemas en nuestro planeta son de tipo acuático. Se encuentran presentes tanto en aguas dulces como saladas, aguas que fluyen de modo direccionado o estancadas, aguas de océanos inmensos, etc. Algunas muestras de esta categoría son los ecosistemas marinos como océanos y arrecifes, de aguas saladas, o los lagos, ríos y estanques, entre tantos otros de agua dulce.
  • Ecosistemas mixtos o híbridos: En estos ecosistemas combinan la presencia de sectores terrestres y sectores de agua, como los humedales. Generalmente, los seres vivos que habitan en ellos pueden deambular por ambos sectores.
  • Ecosistemas artificiales o antrópicos: Son aquellos en cuyo diseño, características y componentes tiene incidencia la acción humana. Por indicar una referencia: los ecosistemas agrícolas.
  • Ecosistemas microbianos: Estos ecosistemas están conformados por seres diminutos. A pesar de su tamaño, la existencia y accionar de estos microorganismos es fundamental para la vida en nuestro planeta. Se encuentran en la base del resto de los ecosistemas, propiciando, por ejemplo la fertilidad de la tierra y contribuyendo a la reproducción de nutrientes.
La sabana es un ecosistema terrestre con extensos pastizales.
La sabana es un ejemplo de ecosistema terrestre caracterizado por extensos pastizales en los que conviven una gran variedad de especies.

Ecosistema y bioma.

No es poco común que se confundan ambos conceptos, por eso no está de más aclarar que un bioma está conformado por varios ecosistemas. Un bioma es un área geográfica o región del mundo que contiene ecosistemas con las mismas características climáticas y de biodiversidad (especies animales y vegetación). Existen biomas terrestres, como la tundra ártica y la tundra antártica, y biomas acuáticos, como los estuarios.

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Lehrer, L. (22 de enero de 2022). Definición de ecosistema. Su funcionamiento, elementos, interacciones y clasificación. Definicion.com. https://definicion.com/ecosistema/