Se llama discriminación positiva a un conjunto de prácticas y políticas orientadas a promover la diversidad cultural, sexual y étnica dentro de la sociedad. También llamada acción afirmativa, la discriminación positiva es un movimiento social y una política de Estado que busca dar mayor representación y espacio a aquellas comunidades y grupos culturales que históricamente han sido víctimas de discriminación y exclusión social.

A diferencia de la discriminación negativa como acción peyorativa frente a las diferencias culturales, religiosas, étnicas o de género, la discriminación positiva busca desarrollar una representación justa de las diferencias dentro de una sociedad. No se trata de homogeneizar o igualar a la sociedad en una sola cultura o identidad, sino de reconocer positivamente la diversidad que existe dentro de una sociedad y establecer una igualdad de oportunidades para todos y todas.

Forma parte de las políticas e iniciativas de inclusión social, las cuales buscan garantizar la equidad a todos los sectores de la población. La justicia social, la representación de las minorías, las campañas de concientización en tolerancia y no discriminación, la lucha por la igualdad de género, la defensa de los derechos humanos y la lucha contra la discriminación, son algunos ejemplos de discriminación positiva.

Discriminación positiva
La discriminación positiva es un movimiento social y una política de Estado que busca dar mayor representación a los sectores minoritarios de la sociedad

Breve historia de la discriminación positiva y evolución del concepto.

El concepto de discriminación positiva surge durante el siglo XX en Estados Unidos, en un contexto en el cual la discriminación racial estaba profundamente instalada en la población norteamericana. Hasta entrados los años 60, la discriminación hacia los negros y personas afrodescendientes era un flagelo común en la sociedad estadounidense. Las comunidades negras y afro sufrían una discriminación estructural que reproducía la desigualdad y la violencia contra sus comunidades en todos los ámbitos de la vida, tanto social, cultural, laboral y educativo.

Gracias a la lucha de los sectores minoritarios y el aporte de referentes sociales como Martin Luther King, Malcolm X y Ángela Davis, entre muchos otros, los derechos de las comunidades negras y afrodescendientes comenzaron a tener una representación en la sociedad y un lugar político en la lucha contra el racismo.

Luego de la década del 60, el concepto de discriminación positiva comenzó a expandirse a otros ámbitos más allá del racial, y empezó a desarrollarse a nivel sexual, religioso, cultural y social. A las luchas contra la opresión racial se le sumaron la de otros grupos minoritarios y surgió así el concepto de discriminación positiva aplicado a todas las minorías discriminadas históricamente y excluidas de la sociedad.

En la actualidad, las luchas contra la discriminación continúan en vigencia, debido a que la violencia y la discriminación en todos los sentidos aún no ha sido erradicada de la sociedad. Si bien, se han conseguido derechos y avances importantes para la protección de las minorías, a nivel cultural y social, la discriminación racial, de género, cultural, étnica y religiosa continúa en vigencia. Por esta razón, es importante desarrollar políticas de discriminación positiva para el fomento de la igualdad, la tolerancia y el respeto de todos los grupos y diversidades dentro de la sociedad.

Martin Luther King
Martin Luther King fue uno de los representantes más influyentes en la lucha contra el racismo en Estados Unidos

Fundamentos filosóficos y éticos de la discriminación positiva.

La discriminación positiva parte de la idea de la multiplicidad y diversidad en todos los ámbitos de la sociedad. La diversidad es un elemento propio de todas las sociedades y representa una fuente de riqueza cultural y social importante para el desarrollo de una sociedad más justa y humanitaria. Por esta razón, la discriminación positiva busca reconocer, ampliar y proteger esta diversidad propia de las sociedades, a partir de políticas y prácticas justas de inclusión, tolerancia y respeto de las diversidades y diferencias socioculturales.

En toda sociedad, coexisten diversas comunidades culturales, religiosas y sociales. Su coexistencia pacífica e intercambio positivo representa un valor social y cultural fundamental para garantizar y ampliar la diversidad en todos los ámbitos de la sociedad.

La discriminación negativa, es decir, aquella que se ejerce de forma peyorativa ante las diferencias culturales, es un flagelo social que la discriminación positiva busca combatir y erradicar de la sociedad. El compromiso ético de la discriminación positiva consiste en garantizar una sociedad más justa, igualitaria, con igualdad de oportunidades y derechos para todos y todas. Así, la discriminación positiva se trata de un conjunto de acciones y políticas concretas de inclusión social y fomento de la diversidad en todos los sentidos.

Históricamente, los grupos mayoritarios establecieron los criterios de identidad cultural, religiosa y de género, excluyendo las diferencias, diversidades y disidencias minoritarias de la sociedad. Frente a esta desigualdad y discriminación histórica, la discriminación positiva busca erradicar la hegemonía cultural y los privilegios históricamente establecidos, para garantizar la inclusión de los sectores minoritarios que han sido históricamente excluidos de la sociedad.

Diversidad
La diversidad es un factor constitutivo de toda sociedad

Fundamentos legales de la discriminación positiva.

Legalmente, los Estados cuentan con un marco legal que establece el impulso y la ampliación de la discriminación positiva como política de Estado en la mayoría de los países del mundo. A través de leyes, artículos y normativas, los Estado tienen la obligación de legislar, garantizar y ampliar los derechos de las diversidades y minorías dentro de la sociedad. La responsabilidad social de los Estados es fundamental para desarrollar y ampliar la discriminación positiva y la protección de minorías.

El derecho a la igualdad es uno de los pilares fundamentales para el desarrollo de políticas y prácticas concretas de discriminación positiva desde el Estado. Este derecho establece que «Todas las personas son iguales ante la ley». De manera que, los Estados deben garantizar y defender esta igualdad a través de políticas concretas, orientadas a fomentar la integración e inclusión social, laboral y cultural de los sectores minoritarios. La igualdad ante la ley implica un amplio conjunto de normativas que garantizan el igualitarismo en todos los niveles, como la igualdad de acceso a los servicios básicos, la equidad de género, la igualdad en el empleo, la equidad racial, la igualdad socioeconómica, la paridad y la igualdad salarial, entre muchas otras.

Los derechos civiles y sociales son una herramienta clave para garantizar el ejercicio de políticas y acciones concretas de discriminación positiva en la sociedad. Las leyes anti-discriminación representan un marco legal para la protección de minorías discriminadas y sectores vulnerados. En los casos de agravio, es importante el desarrollo de una justicia compensatoria que establezca límites concretos a las prácticas de violencia y discriminación en la sociedad, y pueda resarcir los daños causados por la discriminación.

Políticas de discriminación positiva
Los Estados tienen la obligación de garantizar y desarrollar la discriminación positiva a través de políticas y normativas concretas

Sectores sociales a los que apuntan las políticas de discriminación positiva.

  • Minorías étnicas y culturales: Las minorías étnicas incluyen a los pueblos originarios y comunidades culturales minoritarias, así como también a los extranjeros e inmigrantes. En este aspecto, es importante el multiculturalismo como principio para el reconocimiento de la diversidad cultural que existe en la sociedad. Mediante la discriminación positiva se busca visibilizar a los sectores étnicos y culturales minoritarios, con el fin de lograr una inclusión social positiva. La protección de la diversidad étnica y el reconocimiento de etnias distintas dentro de una sociedad son factores importantes para el desarrollo de una sociedad diversa e igualitaria. Los derechos de grupos indígenas y pueblos originarios, el apoyo a refugiados y el fomento de la diversidad religiosa son acciones importantes para el desarrollo de la discriminación positiva a nivel étnico y cultural.
  • Comunidad LGBT+: En materia de diversidad sexual, los sectores minoritarios de la comunidad LGBT+ han sido históricamente discriminados y excluidos de la sociedad, debido a estereotipos y prejuicios de género. Las iniciativas de discriminación positiva apuntan a una representación y reconocimiento de la igualdad LGBT, para fomentar la inclusión de género en la sociedad. Las políticas vinculadas con el área de género y diversidad incluyen la protección y promoción de la diversidad de género, la sensibilización cultural en materia de diversidad sexual, la capacitación en diversidad, la justicia de género, la integración social de las diversidades, entre muchas otras.
  • Personas con discapacidad: Históricamente, la discapacidad fue un factor de discriminación y exclusión social que se reprodujo en las sociedades de todo el mundo de manera sistemática e indiscriminada. En la actualidad, las personas con discapacidad cuentan con un marco legal que protege sus derechos y un conjunto de políticas de Estado orientadas a fomentar su inclusión e integración social positiva. Las barreras de acceso para personas con discapacidad a la sociedad deben ser borradas con el fin de garantizar una igualdad de oportunidades y desarrollo para las diversas discapacidades, a través de políticas inclusivas. Es obligación de los Estados generar oportunidades para discapacitados, garantizando el acceso a la educación, acceso a la salud, igualdad de trato e inserción laboral para las distintas diversidades en discapacidad.
Discapacidad
La inclusión en discapacidad es una de las tareas fundamentales de la agenda en discriminación positiva
  • Mujeres e igualdad de género: En materia de igualdad de género, son muchas las manifestaciones de desigualdad y discriminación contra las mujeres en la sociedad. Desde la discriminación positiva, se busca visibilizar la desigualdad histórica en materia de género, a través de la lucha contra el sexismo y la defensa de los derechos de la mujer en la sociedad. El empoderamiento femenino mediante la inclusión laboral, la paridad en la representación, la participación política de las mujeres, la igualdad salarial y la redistribución de tareas entre el hombre y la mujer son formas en las que se busca reparar la desigualdad histórica contra las mujeres en la sociedad. La lucha contra la violencia de género y la sensibilización de la sociedad en términos de sexismo y discriminación de género es una tarea fundamental para erradicar la desigualdad y la violencia de género en la sociedad.
  • Adultos mayores: Los adultos mayores representan uno de los sectores más vulnerables en la sociedad. Por esta razón, es importante la generación de políticas de representación e inclusión positiva para jubilados y adultos mayores. La inclusión de personas mayores y la generación de oportunidades para veteranos son fundamentales para integrar a los mayores. El establecimiento de beneficios en salud y facilitaciones de acceso, el fomento de la inclusión digital a través de la alfabetización digital y el acceso tecnológico, la generación de actividades culturales y recreativas, son algunas de las políticas desarrolladas para la inclusión positiva de los adultos mayores.
  • Niños y jóvenes: Las generaciones más jóvenes también representan un sector minoritario y desfavorecido dentro de la sociedad. La defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes es una tarea fundamental para la inclusión de los jóvenes en la sociedad. La protección contra la explotación infantil, la lucha contra la pobreza, garantizar igualdad de acceso a la educación, la salud y la cultura para los niños y jóvenes de todas las edades y clases sociales son aspectos fundamentales para desarrollar una sociedad inclusiva, igualitaria y justa con los niños y jóvenes.
Acceso a la educación
El acceso a la educación es un derecho básico y fundamental para todas las infancias y adolescencias

Áreas en las que se desarrolla la discriminación positiva.

  • Trabajo: Las desigualdades e injusticias en el ámbito laboral son diversas y afectan a muchos grupos sociales que se ven impedidos al acceso igualitario al trabajo y al salario digno. La defensa de los derechos de los trabajadores, el desarrollo del empleo equitativo y el fomento de la diversidad en el lugar de trabajo son fundamentales para erradicar la desigualdad de oportunidades a nivel laboral en la sociedad. El empoderamiento de grupos vulnerables económicamente a través de políticas de inclusión financiera, microfinanzas inclusivas y desarrollo del empleo a partir del emprendimiento social, pueden ser políticas de inclusión laboral efectivas para erradicar la pobreza y el desempleo en la sociedad.
  • Educación: El área de educación representa uno de los pilares fundamentales en los cuales la discriminación positiva busca desarrollar estrategias de inclusión para los sectores más desfavorecidos. El derecho a una educación gratuita y de calidad debe ser una prioridad en la agenda de los Estados, los cuales, deben garantizar el acceso igualitario a la educación sin establecer distinciones. Es importante también, garantizar la equidad en la educación a partir de políticas inclusivas como becas para minorías y programas de mentoría para integrar a los sectores cuyo acceso a la educación se ve dificultado por razones económicas, sociales, cultural o étnicas. Por esta razón, resulta fundamental generar oportunidades educativas y de diversidad en la educación, a fin de alcanzar la inclusión educativa a los sectores menos representados de la sociedad.
  • Salud: En materia de salud, resulta imprescindible desarrollar políticas de integración de los sectores marginados de la sociedad, a fin de facilitar el acceso a una salud de calidad para todos y todas. El derecho a la salud forma parte de los derechos inalienables de las personas. Los Estados deben defender y promover estos derechos, con el fin de alcanzar la mayor inclusión en salud, para toda la sociedad y los sectores menos representados.
  • Cultura y diversidad: La Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que el derecho a la cultura es un derecho fundamental de las personas. El acceso a actividades culturales y la posibilidad de participar activamente en la vida cultural es un derecho que los Estados deben garantizar a todas las personas. La discriminación positiva aboga por el reconocimiento de diversidad cultural dentro de la sociedad y el desarrollo de actividades culturales inclusivas para todos los sectores de la población. El fomento de la conciencia intercultural y la adaptabilidad cultural de las diversidades son tareas importantes dentro de la agenda en materia de cultura inclusiva.
  • Concientización social: Además de las cuatro áreas fundamentales de inclusión e integración social, la discriminación positiva busca desarrollar una concientización social de las desigualdades y violencias que se ejercen en la sociedad. La lucha contra la xenofobia, el racismo y la discriminación, el reconocimiento de injusticias pasadas y la compensación histórica de los daños ocasionados a muchos grupos minoritarios de la sociedad, representan importantes iniciativas de discriminación positiva y concienciación social.
Reparación histórica y cultural
La reparación histórica y cultural de las injusticias y violencias cometidas en el pasado es un factor importante en la concientización de la sociedad

Citar este artículo

Aci, E. M. (16 de febrero de 2024). Definición de discriminación positiva. Fundamentos éticos y legales, iniciativas, grupos y áreas de representación. Definicion.com. https://definicion.com/discriminacion-positiva/