La ayuda humanitaria es una acción solidaria que se destina a asistir a los sectores más vulnerados de la población mundial, afectados por la emigración, la extrema pobreza, la guerra o las catástrofes naturales. Consiste en un acto cooperativo dirigido a grupos humanos que han atravesado una crisis humanitaria de gravedad. Generalmente, se da a comunidades que han sido víctimas de desplazamientos por causas extremas y se han visto obligadas a alejarse de la zona de conflicto, generando un estado de vulnerabilidad extrema que pone en peligro la integridad, la salud y la vida de la gente afectada.
Este tipo de ayuda puede ser económica, social, material o tecnológica y se manifiesta a partir de múltiples medios como la donación de dinero, productos, equipamiento, insumos de salud de primera necesidad y envío de profesionales de asistencia (médicos, personal sanitario, colaboradores).
La ayuda humanitaria responde a las necesidades elementales o de emergencia y está orientada a desplegar un programa de apoyo frente a situaciones de hambre, falta de salud o vivienda, protección de las infancias, educación y asistencia social, reconstrucción de infraestructuras (agua, gas, luz) o el establecimiento de vías de comunicación. Consiste en un auxilio de emergencia a partir de acciones concretas como construir refugios temporales, brindar alimentos y nutrición, agua potable, atención médica, vacunación, ropa y abrigo, higiene y saneamiento, apoyo psicológico, educación en emergencias, protección infantil, rehabilitación, rescate y evacuación, entre otras.
Toda ayuda humanitaria debe darse a partir de ciertos principios humanitarios que garantizan el carácter solidario y desinteresado de la iniciativa sin intervenciones políticas ni fines de lucro. Estos principios fueron establecidos por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 46/182 del año 1991, cuyos cuatro principios fundamentales son: el principio de humanidad, imparcialidad, neutralidad e independencia operativa.
La ayuda humanitaria puede provenir de diferentes fuentes como las asociaciones civiles (religiosas o laicas), las ONGs de asistencia humanitaria, los Estados o entidades públicas, los organismos internacionales de orden público (ONU, Unión Europea, etc.), o de las empresas interesadas en contribuir en la ayuda humanitaria de determinado grupo o población.
Desde el 2003, cada 19 de agosto se celebra el Día de la Asistencia Humanitaria, en homenaje a quienes ponen en riesgo su vida para llevar ayuda humanitaria y protección a zonas de alto riesgo. La fecha se estableció en conmemoración al atentado a la sede de las Naciones Unidas en Bagdad, el 19 de agosto de 2003.
Índice de temas
Fundamentos de la ayuda humanitaria.
Principios humanitarios.
Los principios humanitarios comprenden la guía para la ayuda humanitaria. Sirven para establecer fundamentos y lineamientos básicos con el fin de identificar y asistir a las personas afectadas por desastres naturales, conflictos armados o emergencias críticas de otra índole como la extrema pobreza o la expansión de una epidemia. En la actualidad, los principios humanitarios se sustentan en el marco del derecho humanitario internacional.
Existen muchas fuentes y versiones de los llamados «principios humanitarios», una es la establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la resolución 46/182 en el año 1991, según la cual existen cuatro principios humanitarios fundamentales: humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia operativa. Posteriormente se agregaron principios adicionales como el de universalidad, unidad y voluntariado, entre otros. A continuación desarrollaremos brevemente los tres principios centrales:
- Humanidad: Representa el principio fundamental de toda asistencia humanitaria y consiste en que cada ser humano debe tener, en todo momento y circunstancia, garantizados íntegramente sus derechos humanos y recibir un trato humanizado mediante la protección de su vida y la ayuda para aliviar el sufrimiento, sin perjudicar ni vulnerar el respeto total e íntegro de los individuos.
- Neutralidad: El principio de neutralidad se basa en no tomar posición ni involucrarse en las posibles hostilidades o controversias de orden político, religioso, racial o ideológico. Esto significa que todo tipo de ayuda humanitaria debe atender sólo a la tarea de ayudar y asistir a sujetos en situación de vulnerabilidad sin distinguir ni intervenir según tendencias políticas, raciales o religiosas.
- Imparcialidad: El principio de imparcialidad es complementario con el de neutralidad e indica que toda ayuda humanitaria debe atender a la necesidad y la urgencia de las personas sin reparar en cuestiones políticas, religiosas ni raciales.
- Independencia operativa: Este principio fue agregado posteriormente a la lista de principios centrales de la ayuda humanitaria. Consiste en establecer que los actores humanitarios tienen autonomía para operar, tomar decisiones e intervenir, independientemente de los condicionamientos económicos, políticos o militares.
Por otro lado, existen los principios humanitarios establecidos por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), los cuales se complementan y articulan con los principios de la ONU. La Cruz Roja mantiene los cuatro principios centrales de humanidad, imparcialidad, neutralidad e independencia en el marco del Código de Conducta Humanitaria. Este código, originalmente llamado «Código de conducta relativo a la asistencia en casos de desastre para el Movimiento Internacional de la Cruz Roja, de la Media Luna Roja y de las ONGs», extiende el principio de humanidad incluyendo el derecho a dar y recibir ayuda y, además, establece la obligación de toda la comunidad internacional a brindar ayuda humanitaria donde se la necesite, en todos los casos y en cualquier parte del mundo.
A este conjunto de principios centrales se le agregan otros adicionales que amplían y nutren a la guía para el desarrollo de la ayuda humanitaria. Estos principios fueron establecidos en las distintas Cartas de Compromiso elaboradas por las diferentes organizaciones y actores del sector humanitario como, por ejemplo, la Cruz Roja agrega los principios de universalidad, unidad y voluntariado. También,UNICEF establece otros principios adicionales como los de responsabilidad, participación, no agresión y respeto por la cultura y las costumbres.
Derecho internacional humanitario.
El derecho internacional humanitario es una de las ramas del derecho público internacional creada con el fin de limitar, reducir y atenuar lo más posible los conflictos bélicos y armados. El derecho internacional humanitario tiene como principal objetivo la protección de la vida y la integridad de las personas en situación de emergencia extrema, las cuales no participan directamente en las hostilidades bélicas o han decidido retirarse de las mismas. Además, busca restringir, regular y establecer límites a los distintos métodos bélicos utilizados por los combatientes. Es, incluso, un importante regulador de la conducta militar en los conflictos armados. Se trata de leyes de guerra que se constituyen como un conjunto de normas, la gran mayoría establecidas en los Convenios de Ginebra (1949), orientadas a controlar y regular la actividad y la conducta de las partes hostiles dentro de episodios bélicos.
La leyes y normas del DIH contribuyen a reducir y limitar el sufrimiento humano provocado por las hostilidades propias de la guerra y los conflictos armados. Son capaces de establecer significativos límites a las formas y los recursos utilizados por los involucrados en un enfrentamiento, pero no pueden establecer si un país tiene derecho o no a recurrir a las fuerzas armadas. Es decir, las normas del DIH pueden minimizar los daños de la guerra pero no pueden impedirla o prohibirla: así fue establecido en la carta de las Naciones Unidas.
Códigos y tratados internacionales.
Los códigos y tratados internacionales referentes a la gestión, desarrollo y control de las ayudas humanitarias conforman un conjunto de compromisos asumidos por las diversas ONGs humanitarias. Su fin es establecer determinados principios éticos y nociones operativas para la regulación de las actividades de ayuda humanitaria. A continuación mencionaremos algunos de los códigos de conducta y tratados internacionales más importantes del derecho internacional en materia de ayuda humanitaria:
- «Código de Imágenes y Mensajes en relación al Tercer Mundo», de las ONGD en Europa (1989).
- Resolución 46/182 de las Agencias de las Naciones Unidas (1991).
- «Código de Conducta relativo al Socorro en casos de desastre para el Movimiento Internacional de la Cruz Roja, la Media Luna Roja y las ONG» (1994).
- El Código de Conducta de las ONGD de la Unión Europea, llamado «Carta de las ONGD: Principios Básicos de las ONGD de desarrollo y ayuda humanitaria de la Unión Europea» (1997).
- Códigos de Conducta de la Coordinadora Estatal de ONGD (1997).
- Carta Humanitaria y Normas Mínimas de ayuda humanitaria en caso de catástrofe del Proyecto Esfera (1998).
Ética en intervenciones humanitarias.
A nivel ético, la intervención humanitaria atraviesa un conjunto de grandes desafíos morales frente a la manera y el estilo en los cuales se desarrolla la intervención. El propio contexto geopolítico y social a nivel internacional y, especialmente, en relación a los conflictos territoriales, económicos y humanitarios como la pobreza, la desigualdad y las guerras, genera la necesidad de una reflexión ética capaz de tratar las crecientes desigualdades entre países y culturas de todo el planeta. Las inequidades económicas, las injusticias propias de los conflictos armados y la relación desigual en el modelo de naciones periféricas y centrales que divide al mundo entre territorios pobres y países ricos pone sobre el tablero internacional un conjunto de problemáticas éticas y morales. Esto incide en la forma en la que las naciones intervienen entre sí y establecen sus relaciones internacionales. A raíz de estas problemáticas hay tres enfoques éticos principales frente al modo en el que se despliega la ayuda humanitaria en un contexto internacional de conflicto y desigualdad económica, social, política, étnica y religiosa. A continuación describiremos cada uno de ellos:
Tres enfoques éticos de la ayuda humanitaria.
- Ética del autointerés inteligente: Este enfoque surge de las relaciones desiguales entre Estados pobres y países ricos. Asume las inevitables relaciones de interdependencia de los involucrados y se basa en una ética en la cual, por el beneficio y sostén de cada nación en particular, es necesario intervenir en el bienestar de poblaciones que atraviesan crisis de determinado tipo. La idea es no perjudicar al conjunto y al beneficio propio. Parte del concepto de «autointerés inteligente», ya que lo que motiva a este enfoque no es el altruismo o la ayuda desinteresada, sino el propio interés por la estabilidad y conservación de las relaciones de interdependencia entre naciones. En este sentido, el infortunio de comunidades más críticas provocaría un efecto negativo sobre las sociedades de mayor estabilidad. Por esta razón, los países más estables se ven obligados a intervenir en ayuda humanitaria sobre aquellos países vulnerados por diversas crisis, siempre desde la postura de un autointerés y autopreservación.
- Ética de la justicia: Esta perspectiva asume el nivel grave de desigualdad que existe hoy en día a escala mundial. Las relaciones de interdependencia son vistas dentro de un marco de una estructura internacional que genera y reproduce la pobreza, la opresión y la desigualdad para unos países, mientras que acrecienta el enriquecimiento para otros. Esta mirada concibe a la interdependencia como un sistema desigual e injusto y apunta a impulsar medidas de intervención que ayuden a paliar esta desigualdad estructural y a establecer justicia universal. La ética de la justicia surge a partir del trabajo de pensadores como John Rawls, Jürgen Habermas y Michael Walzer, quienes desarrollaron las principales críticas de la desigualdad y la injusticia internacional. Ellos buscaron establecer un marco de diálogo racional acerca de la igualdad de oportunidades y derechos para todos. Este enfoque se sustenta en tres principios fundamentales: 1) Las únicas diferencias legítimas son las que buscan desarrollar el máximo beneficio para los más vulnerados y no viceversa. 2) Establecer la libertad y la igualdad de oportunidades para todas las personas del mundo. 3) Fijar la distribución equitativa de aquellos bienes sociales que se consideran primarios e inalienables (libertad, igualdad, oportunidad, soberanía, riqueza, etc.).
- Ética de la solidaridad: Este enfoque se desarrolla a partir del concepto de que la solidaridad consiste en la ayuda y asistencia activa a los sectores más desfavorecidos. Es una postura ética que se inclina a la parcialidad a favor de los más necesitados, como forma de garantizar la igualdad para todos. A diferencia de la ética de la justicia, la ética de la solidaridad extiende la parcialidad hacia los más necesitados por encima del concepto de justicia. Esta visión, en casos en donde no se prescinda por completo la idea de justicia, puede ayudar en gran medida a muchos sectores vulnerados. Pero también, en casos extremos, ha llevado a la confusión de establecer una relación paternalista de la solidaridad, en la cual se interviene sobre los damnificados de una forma asimétrica y descuidando los conceptos básicos de la justicia.
Por otro lado, a partir del principio humanitario establecido y respetado por todas las organizaciones internacionales de intervención humanitaria (ONU, Cruz Roja, UNICEF, etc.), se plantea a la ayuda humanitaria y la asistencia a los damnificados por diversas catástrofes, no como un simple sentimiento de compasión o empatía, sino como una obligatoriedad. Se lo encara como un deber de todas las naciones y agentes del mundo a la cooperación internacional. De esta manera, la ayuda humanitaria se convierte en una cuestión de justicia y de derecho. Fuera del marco de lo arbitrario, los principales códigos de conducta y compromisos establecidos por los diferentes actores humanitarios implican cuestiones de derechos para los damnificados. El derecho a recibir y dar ayuda, el principio humanitario como eje central de toda contribución o el respeto a la cultura y las costumbres, entre muchos otros, implican compromisos que van más allá de la simple y arbitraria actividad por empatía y se convierten en un asunto de deber y derecho internacional.
Tipos y modelos de ayuda humanitaria.
Existen tres tipos fundamentales de ayuda humanitaria: ayuda de emergencia, de reconstrucción y rehabilitación, y prevención de desastres. A continuación detallaremos en qué consiste cada uno:
- Emergencia: Las intervenciones de emergencia responden al carácter urgente y la necesidad de una ayuda inmediata en los casos de extrema urgencia. Refiere a circunstancias en las cuales la vida, la salud y la integridad de los damnificados se ve atacada severamente por el conflicto o catástrofe y se necesita una respuesta rápida. La ayuda humanitaria de emergencia consiste en un amplio conjunto de acciones de intervención humanitaria dirigidas a paliar directamente la situación problemática, como la asistencia médica y sanitaria, el rescate y refugio, y la protección de los sectores más vulnerados. En respuesta a los desastres naturales y conflictos armados, la ayuda de emergencia resulta fundamental y puede darse a partir de medidas orientadas al alivio de desastres, el rescate de víctimas en zonas de conflicto y la atención médica de urgencia en los casos más graves. En casos de migración forzada se brinda apoyo a refugiados y asilo político en apoyo a víctimas de guerra. En la lucha contra la pobreza, la asistencia puede ser económica a través de una financiación de emergencia y la ayuda alimentaria mediante el suministro de alimentos básicos y programas de nutrición para la lucha contra el hambre.
- Reconstrucción y rehabilitación: La colaboración en términos de reconstrucción y rehabilitación está orientada a establecer una ayuda a largo plazo con el fin de aportar a la resiliencia comunitaria de los sectores afectados. El desarrollo comunitario, la distribución de bienes y la reconstrucción de infraestructura básica como lo son las redes de agua, luz, gas y las vías de comunicación son el principal aporte de la rehabilitación y reconstrucción de las comunidades damnificadas. Otras estrategias de reconstrucción y rehabilitación pueden ser en materia de movilidad y transporte, desarrollo rural, ayuda legal, capacitación local y capacitación profesional, desarrollo de cooperativas locales, fomento de la integración social y la diversidad cultural, entre otras.
- Prevención de desastres: Es un tipo de ayuda que tiene que ver con la concientización, educación y sensibilización de las comunidades, con el fin de prevenir y evitar catástrofes, así como también la reducción del riesgo de desastres. Las campañas de sensibilización, prevención de conflictos y la educación para la paz y seguridad son ejes centrales de la ayuda de prevención. Se busca trabajar la prevención de situaciones problemáticas mediante la educación pacífica y la reconciliación a través del diálogo y el respeto mutuo. También, la prevención de enfermedades a partir de campañas de concientización en salud e higiene, y seguridad alimentaria. La lucha contra la discriminación, la prevención de la violencia, el apoyo a minorías y el fomento de la igualdad de género son otras formas de ayuda preventiva. La prevención de desastres naturales también está acompañada de estrategias de conservación del medio ambiente como la concientización sobre el cambio climático, el desarrollo de agricultura sostenible y la utilización tecnologías a partir de energía renovable, con el fin de reducir el nivel de contaminación y daño climático.
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Aci, E. M. (5 de enero de 2024). Definición de ayuda humanitaria. Principios fundamentales, actores humanitarios, desafíos y dilemas éticos. Definicion.com. https://definicion.com/ayuda-humanitaria/