Agricultura sostenible es un tipo de producción agricultora que se basa en el cuidado del medio ambiente mientras, simultáneamente, apunta a altos niveles de rendimiento de producción. Además, se enfoca en poder atender problemáticas vinculadas con el bienestar de la comunidad que produce y con el resto de la sociedad.

De este modo, se contempla también el efecto que las formas de producción tienen para las generaciones futuras.

La palabra proviene de agricultura, que se forma por agri-, es decir, lo relativo al campo, y cultūra o cultivo. Sostenible, o sustentable, significa aquello que puede mantenerse a sí mismo sin causar grave daño al ambiente.

Descripción e historia.

La agricultura sostenible supone una forma de producción en la que las prácticas sean respetuosas del medio ambiente, que tengan viabilidad económica y que atiendan las necesidades de la comunidad.

No se apunta a un modelo productivo extractivista que no atienda a estas cuestiones, sino que se apunta a una adecuada conservación del suelo, a una gestión sostenible del agua y, por ende, a una agricultura regenerativa, que permita que los suelos regeneren sus nutrientes.

Agricultura y comunidad
La agricultura sostenible se enfoca en proteger el ambiente, la comunidad y, al mismo tiempo, en seguir siendo rentable económicamente.

Otras características que posibilitan esta regeneración es la rotación de cultivos, es decir, una técnica con la que se va modificando el tipo de plantas que se cultivan tras ciertos períodos de tiempo, para prevenir que plagas o enfermedades de un tipo de cultivo penetren la tierra y hagan más difícil su erradicación.

Además, también se puede acudir a certificaciones de sostenibilidad, que validan el compromiso y responsabilidad de esa empresa con el ambiente, el conjunto social y la economía.

Su valor e importancia radica en los siguientes puntos:

  • Fomenta la agricultura de conservación del suelo, de nutrientes y del medio ambiente.
  • Potencia la producción a pequeña escala y el comercio justo.
  • Tiene efectos positivos sobre el suelo y el medio ambiente: facilita la reducción de la huella de carbono, brinda opciones como la ganadería sostenible, la recuperación de especies autóctonas y la conservación de agrobiodiversidad en general.
  • Potencia prácticas como los huertos urbanos, que permite que los miembros de la comunidad aprendan a producir sus alimentos en sus hogares. Esto ayuda a la sensibilización social con la temática y el cuidado del suelo.
  • Contribuye también con la reducción de huellas de carbono mediante el reciclaje de residuos agrícolas, el compostaje o prácticas como las energías renovables en el agro.

A lo largo de la historia, la práctica de la agricultura y la ganadería fueron esenciales para la supervivencia de las comunidades. Con el paso del tiempo, y la aparición de propuestas como la agroecología, la importancia del cuidado del suelo, los animales y las formas de producir fueron aumentando, y alimentaron la búsqueda de alternativas para poder usar estos recursos con el menor impacto posible.

Agricultura
La agricultura sotenible es respetuosa del suelo, de la producción en pequeña escala y de la producción que una pequeña comunidad puede llevar a cabo.

Principios de la agricultura sostenible.

Algunos de los ejes fundamentales para llevar esta práctica adelante son los siguientes:

  • Conservación de recursos.
  • Mantenimiento de la biodiversidad.
  • Adaptación y resiliencia al cambio climático.

En primer lugar, el cuidado y conservación del suelo, el agua y los insumos que se emplean son cruciales para una nueva forma de pensar la agricultura. Se recurre a elementos como bioplaguicidas, eficiencia del uso del agua, manejo de nutrientes o monitoreo de salud del suelo, entre otras, para poder mejorar la calidad nutricional de la tierra y su capacidad para sostener un proceso de agricultura y ganadería, incluso.

Esto ayuda también a que se puedan tomar medidas como la restauración de suelos degradados o el manejo sostenible de plagas con elementos amigables.

Por otra parte, para mantener la biodiversidad, se contemplan técnicas que no afecte la vida de la flora y la fauna local en pos de un aumento de la producción.

Esto permite cuidar sus hábitats naturales sin dañar la diversidad bioecológica de un espacio geográfico.

El cuidado de la fauna y de la flora local es crucial para un modelo de producción respetuoso del medio ambiente.

Además, la adaptación al cambio cismático es también otro eje esencial: debe hacerse foco en una agricultura que pueda soportar condiciones climáticas extremas o cambiantes, y utilizar técnicas de fertilización orgánica o control biológico de plagas que no fomente actividades dañinas para la naturaleza.

Ciclos ecológicos y actividades biológicas saludables.

Finalmente, la importancia de conocer los ciclos ecológicos, para la agricultura sostenible, es importante, ya que explora múltiples prácticas biológicas cuidadosas:

  • La agricultura orgánica, libre de productos químicos como pesticidas o fertilizantes
  • La agricultura sin labranza, es decir, no se ara la tierra de forma constante, para evitar la erosión, cuidar sus nutrientes y mantener a largo plazo su humedad natural.
  • El uso de semillas nativas y biodiversidad es un eje que permite saber qué tipo de plantaciones son aptas para uno u otro ambiente, en función de las condiciones específicas de ese espacio. De este modo, se evita el tener que recurrir a semillas adaptadas genéticamente para producir alimentos.
  • La recuperación de especies autóctonas, es decir, reintroducir en un área geográfica nuevamente especies en peligro de extinción, para poder recuperar el equilibrio en ese ecosistema.

Esta forma de agricultura climáticamente inteligente es también posible gracias al conocimiento de cuáles son cultivos resistentes a climas extremos, para potenciar sus usos solamente en espacios adversos.

El empleo de invernaderos ayuda a potenciar los beneficios de la luz solar, por ejemplo, para sostener cultivos en períodos climáticos adversos.

También encontramos el uso de invernaderos solares, es decir, estructuras que utilizan al máximo la luz y el calor del Sol en contextos climáticos adversos o inusuales, que permitan todo el uso posible de fuentes naturales sin recurrir a otras estructuras artificiales.

Finalmente, la integración de cultivos y ganadería es una modalidad que combina ciertos tipos de flora y de fauna juntas para potenciar la producción agrícola. Esto posibilita que, por ejemplo, se pueda usar el estiércol de los animales como abono o fertilizante natural de los suelos, y reducir el empleo de recursos y dinero para tales fines.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (24 de enero de 2024). Definición de agricultura sostenible. Historia, principios y aplicaciones. Definicion.com. https://definicion.com/agricultura-sostenible/

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