Autotrascendencia es la denominación de un proceso con el cual una persona puede ir más allá de sí misma, es decir, explorar el autoconocimiento y la contemplación en pos del crecimiento personal.

Su uso está extendido a diferentes saberes y disciplinas, como la psicología, la filosofía, pero también la espiritualidad y el saber religioso, incluso.

Hay, en ella, una búsqueda de observar con introspección aquello que hay en nosotros, pero también supone el despego de nosotros mismos y poder mirar con amor y generosidad a nuestro alrededor, y actuar en consecuencia.

La palabra proviene de la unión entre auto-, es decir, uno mismo, y trascendencia, cuyo origen es transcendere, del latín, compuesto por trans- (más allá) y scandere, es decir, subir hacia. De este modo, en un sentido literal implica ir más allá, en función de las necesidades de quien lo hace.

Bases filosóficas y psicológicas.

La concepción de autotrascendencia es abordada fundamentalmente por corrientes filosóficas y psicológicas. Desde la filosofía, hay dos corrientes que trabajan este tema. Por un lado, la filosofía existencialista, que considera que en los individuos está la responsabilidad de buscar su propósito de vida y el significado de esta.

Así, esto puede traducirse en la búsqueda de prácticas de renovación personal, transformación en la comunidad o actos de bondad con otros, también. Uno de los principales exponentes de esta perspectiva es Jean-Paul Sartre.

Generosidad
La autotrascendencia nos permite ir más allá de nosotros, incluso, y entablar nuevos vínculos con nuestro entorno.

Por otra parte, desde la filosofía humanista (cuyo representante máximo es Abraham Maslow, psicólogo estadounidense), la trascendencia está concebida como una de las experiencias cumbre para una persona.

Esto puede comprenderse de la siguiente manera: cuando una persona logra cultivar su bienestar psicológico, adquirir ciertos niveles de trascendencia social (por ejemplo, gracias al servicio comunitario, o un voluntariado) y tener un balance y equilibrio general en su vida, se abren las puertas a una nueva búsqueda de significado de la vida.

Aquí entran las prácticas espirituales de autorrealización, la búsqueda de iluminación espiritual, de paz interior y de nuevas formas de desarrollo de la conciencia, para aprender más de sí mismo y del universo, o de aquello más allá de nosotros.

Su relación con la autorrealización.

Si bien los conceptos de autotrascendencia y autorrealización se asemejan, hay algunos rasgos propios de cada una que los hacen semejantes, mas no idénticos. Por un lado, la autorrealización se vincula con una visión holística del desarrollo de la persona. Aquí, estamos orientados al desarrollo de la inteligencia emocional, el desarrollo de la conciencia o la búsqueda de felicidad auténtica.

Búsqueda espiritual
Explorando la autotrascendencia contribuimos con nuestro conocimiento interior y el desarrollo de la espiritualidad.

Es una dimensión en la que se busca alcanzar un balance entre las diferentes esferas de nuestra vida, para experimentar mayor armonía y alegría. La autotrascendencia, como su nombre sugiere, es ir más allá de uno mismo: implica una búsqueda de unidad con el universo, incluso la búsqueda del éxtasis místico, a través de diferentes prácticas y saberes.

Es algo a lo que se puede alcanzar incluso a través de una experiencia religiosa, pero todas involucran elementos y valores que van más allá de la cotidianidad.

Aspectos relevantes.

Veamos a continuación algunas características generales de la autotrascendencia en su relación con la identidad de una persona.

Con la puesta en práctica de esta habilidad, aprendemos a mirarnos con empatía y generosidad, a descubrirnos a nosotros mismos y a indagar, en profundidad y poco a poco, sobre nuestra propia subjetividad.

Esta búsqueda y exploración de nuestro propio interior, inevitablemente, nos lleva a pensarnos en relación con otras personas y con nuestro entorno. Sin embargo, también nos ayuda a conectarnos con aquello supraterrenal, con lo que escapa a nuestra conciencia directa, y que nos lleva a buscar valores universales, una conexión con la naturaleza o la comunidad espiritual con algo superior.

Crecimiento
La búsqueda de valores y de contacto con otros aspectos de nuestra vida nos ayuda a alcanzar nuestras metas.

Nuestra identidad, allí, se expande, y se renueva, ya que nos brinda una inspiración enriquecedora para pensarnos desde otro lugar, para mirar con optimismo aquello a nuestro alrededor y para comenzar a darle valor a elementos que quizás hemos dejado de lado.

Por otra parte, las características generales de la autotrascendencia pueden considerarse en relación con 4 dimensiones:

  • Lo espiritual: aquí encontramos la conexión con aquello que está más allá de nosotros, y la búsqueda de significado y propósito para nuestras vidas.
  • Lo emocional: nos permite practicar la no violencia, desarrollar la tolerancia y encontrar inspiración en la gratitud y la humildad, con nosotros mismos y con otros.
  • Lo cognitivo: la exploración de dimensiones más allá de aquellas con las que estamos en contacto a diario nos permite ahondar mucho más en nuestras emociones, nuestros pensamientos y nuestro saber, de modo que influye positivamente en la adquisición de más sabiduría.
  • Lo social: al poder poner en perspectiva otros aspectos además de nosotros mismos, podemos alimentar vínculos que nos hagan vivir en solidaridad, con armonía y que nos potencien.

Desafíos y prácticas.

El camino para autotrascender es uno lleno de desafíos e inconvenientes que podemos aprender a sortear. Por ejemplo, nos enseña a dejar de poner el foco únicamente en nosotros mismos, y en poder ponderar el valor de otras experiencias y elementos, para practicar nuestra servicialidad con otros y nuevas formas de vincularnos con nuestro entorno.

Vínculos
Nuestro vínculo con los demás puede mejorar notablemente cuando aprendemos a escucharnos a nosotros mismos.

A su vez, nos permite aprender paulatinamente a enfrentarnos a lo desconocido, para poder tener siempre la concentración puesta en aquello que podemos aprender de estas experiencias nuevas, y a salir de nuestros lugares usuales.

Además, esta exploración de lo desconocido también supone una revisión de lo que ocurre en nuestro interior, de nuestras experiencias pasadas y de analizar estas dimensiones. Este contacto con nuestras emociones, con nuestro pasado y con elementos agradables y algunos que no, puede resultar un fuerte choque de emociones y es importante estar preparados mentalmente para enfrentarlos y superarlos.

Algunas prácticas para acompañar este proceso son:

  • la meditación
  • el trabajo de la conciencia plena (mindfulness)
  • la literatura de autoayuda
  • un ritual que nos acompañe y nos haga enfocarnos nuevamente en nuestro eje
  • la autoconciencia como forma de reflexión y de identificación de obstáculos y de lo importante

Además, estos saberes específicos pueden aplicarse en las distintas áreas de nuestra vida, para poder enseñarnos a abrazar cada vez más esta espiritualidad o las experiencias nuevas que atravesamos.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (25 de enero de 2024). Definición de autotrascendencia. Rasgos, dimensiones y aplicaciones. Definicion.com. https://definicion.com/autotrascendencia/