La contemplación es un estado mental de atención plena y observación profunda sobre un objeto o realidad determinada. Generalmente, suele estar asociada a la sabiduría y la espiritualidad, y acompañada de estados mentales como la calma, la serenidad y el equilibrio mental interior. La contemplación de un paisaje, el contacto con la naturaleza, la práctica del silencio y la meditación son formas en las cuales suele experimentarse la contemplación como un estado mental y espiritual de la conciencia.

La acción de contemplar hace referencia al acto de prestar una atención profunda a determinado objeto, ya sea mental o real, el cual provoca un estado de concentración plena en la conciencia. Contemplar implica, entonces, una absorción completa y lúcida sobre una cosa determinada, ya sea un pensamiento o una realidad. Tanto un paisaje de la naturaleza, una puesta de sol, el amanecer, el mar o las montañas, como un pensamiento, idea o visión interna de la imaginación, pueden generar un estado de contemplación.

La contemplación es un fenómeno complejo en el cual la conciencia experimenta un estado mental subjetivo, a partir de contemplar un determinado objeto que produce en la conciencia un estado de reflexión profunda. Esto quiere decir, que la acción de contemplar tiene un aspecto objetivo: existe un objeto que provoca el estado de atención contemplativa y, al mismo tiempo, un aspecto subjetivo: la contemplación se experimenta como un estado interior de la atención de la conciencia.

Como fenómeno mental y de la conciencia, la contemplación es estudiada desde diversas disciplinas filosóficas y científicas como la psicología, la filosofía de la mente, la fenomenología y las neurociencias.

A nivel espiritual, la contemplación es abordada en las diversas religiones y corrientes espirituales del mundo, en prácticas como la meditación, la reflexión, la paz interior, la tranquilidad y el silencio como fuentes contemplativas para desarrollar la espiritualidad humana.

A nivel histórico y cultural, la contemplación como concepto y práctica suele estar asociada con la filosofía, la sabiduría y la espiritualidad, ya que históricamente los filósofos y sabios de todo el mundo buscaron en la contemplación la fuente de la sabiduría y el despertar espiritual. Tanto en Oriente como en Occidente, la contemplación está asociada con la búsqueda de la sabiduría y la reflexión profunda de asuntos filosóficos, espirituales o religiosos.

Otro significado para el término «contemplación» es el de consideración. En este sentido, la palabra contemplación no se emplea para hablar de un estado mental de atención profunda, sino de la acción de considerar o contemplar, como un miramiento o atención especial que se guarda sobre algo o alguien.

Contemplación
La contemplación es un estado mental de atención plena y observación profunda

Etimología y origen del término.

Etimológicamente, la palabra «contemplación» proviene del latín «contemplatio» que significa «acción y efecto de contemplar o mirar con atención». Se compone del prefijo «con-» (unido o junto), seguido de «templum» (templo o santuario), sumado al sufijo «-ción» (acción o efecto). El verbo «contemplar» proviene del latín «contemplari», que significa «mirar con atención un objeto determinado».

A su vez, la raíz del término latino contemplatio proviene del griego «theoría» (θεωρία), que significa «especulación», «contemplación» o «visión divina» («theos» = dios). También, del verbo «theorein» (especular, contemplar, considerar), del cual se deriva «theoros» (espectador u observador). Así, el concepto etimológico del vocablo «contemplación» se origina a partir de nociones como la de espectador, observador, aquel que «mira» u «observa» las cosas, desde una perspectiva «superior» o «divina» (theos).

Contemplación
En sus orígenes, la raíz del término «contemplación» estuvo vinculada a la idea de una visión u observación divina

Tres formas de contemplación.

Existen diferentes formas a través de las cuales se experimenta la contemplación como un estado reflexivo y valorativo sobre determinado objeto. No es la misma contemplación aquella que surge de una profunda reflexión filosófica, que aquella que se da en un estado de devoción religiosa, u otra que se origina de la valoración estética, en la contemplación de belleza de un paisaje o una obra de arte. A continuación, expondremos brevemente estas tres formas de la experiencia contemplativa:

  • Contemplación espiritual: Es un tipo de contemplación provocado y orientado por una fe religiosa y que puede ser originado por diversos «objetos religiosos» como la imagen de una divinidad, la oración o un símbolo religioso. Este tipo de experiencia contemplativa está imbuida de un carácter espiritual y místico, cuya experiencia lleva a contemplar los aspectos más espirituales de la experiencia humana. Todas las religiones del mundo practican la contemplación espiritual como medio de conexión con lo divino, desde diversas prácticas y enfoques, como el yoga, la devoción y la meditación contemplativa.
  • Contemplación filosófica: Es un tipo de contemplación que se origina a partir de la reflexión filosófica, la cual no se produce por un estado de fe o devoción religiosa, sino a partir de una concienzuda reflexión acerca de determinado tema filosófico, que produce un estado contemplativo en la conciencia. La contemplación de un paisaje también puede ser un disparador del pensamiento y la reflexión filosófica, ya que a partir de contemplar la inmensidad del cielo o la profundidad de un abismo, puede generarse en el observador un estado de contemplación que despierte el pensamiento filosófico acerca de los temas más profundos de la vida, como la muerte, la inmensidad del universo o el origen de todo lo que existe.
  • Contemplación estética: Es un tipo de contemplación que surge de la impresión estética y la valoración de la belleza de determinado «objeto estético», ya sea un paisaje o una obra artística. Este tipo de contemplación desarrolla una valoración y una apreciación estética que está inspirada por el sentimiento de belleza que provoca el objeto contemplado. La belleza de un paisaje, una pintura, una fotografía o escultura genera un estado contemplativo en el cual se aprecia la dimensión estética de las cosas.
Contemplación estética
La contemplación estética se da a partir de la valoración y apreciación de la belleza en la naturaleza o una obra de arte

Contemplación en filosofía.

En el ámbito de la filosofía, la contemplación es considerada desde la antigüedad como una práctica filosófica, la cual cultiva los aspectos más profundos y elevados del carácter filosófico. Muchos filósofos a lo largo de la historia han visto a la contemplación como una de las prácticas filosóficas más elevadas, y un camino propicio para alcanzar la sabiduría. Las meditaciones contemplativas de Sócrates con su daimon (voz interior), o el concepto platónico del asombro como fuente del despertar filosófico, son ejemplos del estrecho vínculo entre contemplación y filosofía. En su libro República, Platón habla de que una «vida bien vivida» consiste en dedicarse a la filosofía y a la contemplación de las «verdades trascendentes». En la filosofía platónica, la contemplación lleva a la trascendencia de las limitaciones del cuerpo y el mundo material, y eleva el alma hacia las «verdades más trascendentes y eternas».

Filosofía y vida contemplativa.

Según Aristóteles, la felicidad consiste en cultivar una vida contemplativa, el bíos theoretikós (vida teorética o vida filosófica), la cual consiste en una vida dedicada a la filosofía, el conocimiento y la búsqueda de la sabiduría, mediante la contemplación de los aspectos más profundos de la vida humana. El concepto de contemplación, en Aristóteles y para la mayoría de los antiguos, representa el modelo de «perfección» del conocimiento y la sabiduría. Aristóteles se refirió a la vida contemplativa como una vida que «es más propia de los dioses que de los hombres», ya que los seres humanos no pueden permanecer indeterminadamente en la contemplación pura y alcanzar el «conocimiento perfecto», sino que deben responder a sus necesidades básicas y mundanas. Sin embargo, Aristóteles argumenta que los hombres pueden alcanzar cierto grado de contemplación, ya que existe algo de lo divino en el alma humana, y es a través de la vida contemplativa como el ser humano logra alcanzar su naturaleza más elevada y semejante a los dioses.

Según Aristóteles, la contemplación consiste en un estado de intelecto y percepción puras, es decir, que la contemplación se origina cuando el ser humano se libera de todo apetito o pasión que obstaculice el estado de plenitud contemplativa. Aristóteles distingue que la contemplación es una capacidad de autopercepción, es decir, cuando se eliminan todos los impulsos y pasiones, el estado de calma y plenitud de la contemplación permite percibir los estados internos del alma y llevar a la conciencia a una reflexión de sus propias sensaciones, pensamientos y naturaleza interior.

Posteriormente, durante la filosofía helenística, el filósofo Epicuro fue quien dio un lugar preponderante a la vida contemplativa, la cual consideró como el camino hacia la felicidad plena y el equilibrio del cuerpo y el alma. Según Epicuro, la vida contemplativa o vida filosófica, dedicada a la búsqueda de la sabiduría, representa el mayor valor ético para alcanzar una vida feliz. En este sentido, el eudemonismo de Epicuro y Aristóteles consiste en lograr un estilo de vida filosófico, basado en la contemplación como principal fuente de felicidad y equilibrio interior.

Vida contemplativa
La vida contemplativa representó para los antiguos el modo de vida más puro y elevado que puede alcanzar el ser humano

Contemplación en la espiritualidad y la religión.

En el ámbito espiritual y religioso, la contemplación se identifica con un estado místico de compenetración plena en lo divino, a través del cual el alma humana alcanza su conexión con Dios o la divinidad. En las distintas religiones, la contemplación es considerada una práctica espiritual y religiosa, la cual es practicada de diversas maneras según la religión o credo espiritual que corresponda. A continuación, expondremos brevemente las religiones más destacadas y su concepto y práctica de la contemplación religiosa:

Contemplación cristiana.

En el cristianismo, la contemplación (contemplatio) es considerada una práctica mística que consiste en focalizar la conciencia en Dios y el contacto con lo divino. Desde la teología y el misticismo, el cristianismo ha desarrollado profundamente este aspecto místico de la contemplación de lo divino, a través de conceptos teóricos y teológicos como de prácticas de oración, meditación, lectura contemplativa y reflexión en los símbolos religiosos cristianos. En las llamadas órdenes contemplativas, los monjes y místicos cristianos practicaban el retiro en los monasterios en busca de la soledad meditativa, con el fin de alcanzar la contemplación de Dios.

En el catecismo de la Iglesia, se habla de tres expresiones fundamentales de la vida en oración: la meditación, la oración vocal y la oración contemplativa, las cuales tienen en común la introspección y el recogimiento del corazón hacia el interior del alma cristiana. A su vez, la oración contemplativa consta de tres etapas:

  • Contemplación purgativa: Consiste en un recogimiento de la mente y el alma hacia el interior, con el fin de purgar y limpiar de los impulsos, pasiones y pensamiento banales, y alcanzar la pureza que se requiere para contemplar a Dios.
  • Contemplación meditativa: Consiste en un estado de concentración y búsqueda interior de la iluminación divina. Una vez purgada el alma y la mente de las pasiones y pensamientos banales, la conciencia está preparada para profundizar en su interior y buscar en el silencio y la meditación, el camino hacia la contemplación de Dios.
  • Visión de Dios: Es el momento en el cual se alcanza la iluminación divina y se logra, mediante la contemplación, comprender la inmensidad y divinidad de Dios. Los místicos cristianos que alcanzaron este estadio de concentración y contemplación espiritual, hablan de un estado de plenitud perfecta, un «santuario interior» en el que se experimenta la fusión total del alma con lo divino. San Agustín fue uno de los místicos más destacados del cristianismo católico, y aseguró haber alcanzado este estado de contemplación de Dios más de una vez.
Contemplación cristiana
Según la mística cristiana, la visión de Dios es el estadio en el cual se alcanza la contemplación de lo divino

Contemplación en las religiones y filosofías orientales.

En las diversas religiones orientales, la contemplación es considerada una práctica espiritual milenaria, practicada tanto en las regiones de China, India, Japón, Corea y Medio Oriente, como práctica mística y espiritual de liberación y elevación de la conciencia. Las prácticas orientales de contemplación son muy diversas e involucran técnicas como el yoga, el mantra como oración meditativa, y la alineación de los chakras mediante la meditación como principales prácticas y ejercicios que se vinculan con la contemplación espiritual.

En el taoísmo, filosofía china que consiste en el Tao (vía o camino de eternidad), la contemplación es una práctica fundamental, ya que el taoísmo consiste en una filosofía de la no-intervención en el flujo natural de las cosas. A través de la contemplación, se alcanza este estado de no-intervención y se posiciona a la mente en una paz interior que le permite «ver la vida pasar» y comprender que todo es perfecto en sí mismo. Mediante la contemplación, las energías opuestas de todo lo que existe: el Ying, que representa la luz, y el Yan, que representa la sombra, se comprenden como una unidad total y absoluta, y se alcanza la trascendencia de todas las oposiciones y parcialidades del mundo.

En el budismo, la contemplación es una práctica fundamental para alcanzar la liberación de la mente y la budeidad como el estado más elevado de conciencia y absorción plena en la meditación. Las enseñanzas de Buda, basadas en una mirada del desapego y la contemplación como vías para comprender el vacío de la existencia y de todo deseo, ambición o preocupación por el mundo y sus ilusiones. Según la filosofía budista, toda la existencia es ilusoria, un engaño de la mente y los sentidos, del cual es posible «despertar» a través de la meditación y la contemplación, en donde se logra la liberación de la mente y el cuerpo de toda ilusión. Desde la perspectiva del budismo, este estado de contemplación plena o conciencia búdica se produce con la eliminación del deseo y la quietud de la mente, a partir de la cual surge la iluminación o nirvana como revelación de la verdad y el despertar espiritual.

Budismo Zen
El budismo zen es una corriente japonesa que prioriza la contemplación y la meditación como principales prácticas para alcanzar la iluminación

Contemplación en la estética y el arte.

En el plano artístico, la contemplación es considerada en su dimensión estética, es decir, en todas aquellas representaciones en las cuales se experimenta el sentimiento de lo bello, no sólo a través del arte, sino también en la contemplación de la naturaleza como paisaje estético.

La estética como disciplina filosófica que estudia el concepto de belleza y el sentimiento de lo bello, comprende a la contemplación desde múltiples perspectivas. Por un lado, la contemplación como fuente de la creatividad. Contemplar un paisaje o imbuirse en un estado reflexivo de contemplación profunda, puede fomentar la inspiración y la búsqueda de expresar artísticamente el sentimiento de belleza que se experimenta en la contemplación. Así, la historia del arte cuenta con innumerables ejemplos de corrientes y artistas que se inspiran en la contemplación del paisaje para desarrollar sus obras, como el naturalismo o el impresionismo, también en la contemplación de la imaginación y sensibilidad humana como el expresionismo o el surrealismo, entre muchas otras.

Por otra parte, la contemplación artística puede darse en ámbitos no visuales como en la música o la poesía, donde el juego de la armonía de los sonidos y palabras puede inducir a un estado de contemplación musical o poética, en la cual se experimenta la dimensión estética y la valoración de la belleza de los sonidos musicales o las imágenes poéticas como objetos de contemplación.

Contemplación artística
La contemplación artística está vinculada a la expresión y valoración de lo estético a través de las diferentes formas del arte

Contemplación y naturaleza.

Existe una conexión estrecha entre el acto de contemplar y la naturaleza en todas sus formas. Paisajes como el río, el bosque, la luna y las estrellas, las nubes o la lluvia, entre muchas otras manifestaciones naturales, despiertan espontáneamente la contemplación en las personas. No sólo por su belleza sino por el hecho de estar en contacto con la naturaleza, los distintos paisajes inspiran en las personas una sensación de plenitud y serenidad, que genera las condiciones necesarias para el estado de contemplación y reflexión profunda.

Desde los orígenes de la humanidad, el ser humano se ha maravillado y asombrado con la naturaleza, sus paisajes y fenómenos, y a raíz de este asombro y maravilla se ha cuestionado profundamente su existencia y se ha preguntado por el origen del cosmos y el misterio que se oculta tras las manifestaciones de la naturaleza. De la naturaleza surgió la contemplación, y de la contemplación surgieron las primeras preguntas filosóficas del ser humano. De manera que, existe una vínculo importante entre la naturaleza, la contemplación y la búsqueda de comprensión y sabiduría.

Contemplación y naturaleza
La contemplación de la naturaleza, en todas sus formas, es una de las manifestaciones más antiguas y esenciales de la conducta humana

Psicología y terapéutica de la contemplación.

En un sentido terapéutico, la contemplación como acto de fomento de la serenidad, la paz interior y la plenitud es una gran herramienta para las diversas corrientes de la psicología terapéutica que buscan desarrollar en la contemplación sus efectos como tratamiento alternativo para distintas afecciones psicológicas o psiquiátricas. En el caso de los ancianos, se ha comprobado el potencial terapéutico que tiene la contemplación de la naturaleza al aire libre, así también como la contemplación artística y estética.

Las nuevas prácticas de mindfulness como terapéutica contemplativa en la que se busca desarrollar la experimentación del tiempo presente, el desapego y el estado de atención plena en una mente sin juicio, hacen de la contemplación una técnica fundamental para el desarrollo y el fomento de la salud mental de las personas.

Dimensión ética de la contemplación.

A nivel ético y moral, las diversas prácticas contemplativas ayudan a desarrollar el crecimiento personal, practicar la comprensión, la empatía, la compasión y la gratitud como experiencias profundas surgidas de los estados contemplativos. La contemplación puede ser un importante impulso para el desarrollo de valores éticos fundamentales como la tolerancia, el respeto, la paciencia, la honestidad e integridad, etc. En este sentido, la contemplación también cuenta con una dimensión ética importante, en la cual, a partir de las prácticas contemplativas, se fomentan y desarrollan los valores humanos más importantes, los cuales resultan fundamentales para la convivencia pacífica y tolerante en la sociedad.

Como experiencia emocional y valorativa, la contemplación despierta en las personas los sentimientos más elevados respecto del valor de la vida, el respeto por la naturaleza y los animales, y una actitud tolerante y humanitaria frente a los demás. Podemos concluir, en pocas palabras, que la contemplación ayuda a desarrollar en las personas su rasgo más elevado, ya que despierta la capacidad valorativa humana, cuyo desarrollo fomenta el mejoramiento ético, moral y espiritual en el ser humano.

Contemplación
La contemplación despierta en las personas el reconocimiento del valor de la vida, fomentando el desarrollo de valores éticos y morales

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Aci, E. M. (6 de diciembre de 2023). Definición de contemplación. Concepto, características y tipos. Definicion.com. https://definicion.com/contemplacion/