Muchas personas aún no lo saben, pero todo el tiempo están generando proyectos, pues esta capacidad está en la naturaleza humana. ¿Cómo es esto? La palabra proyecto refiere a desarrollar una estrategia que, al llevarla a la práctica, resuelva una situación humana. Es decir, una serie de dinámicas orientadas a alcanzar y cumplir con un objetivo. Cabe destacar que dichas acciones están relacionadas entre sí y cada una de ellas pretende dar respuesta a una necesidad.
Proyecto es un término que proviene del latín proiectus. En donde el prefijo “pro”, hace referencia a futuro, mientras que “iactus” (iācere) alude al acto de lanzar. Por lo tanto, podríamos decir que proyecto significa lanzar algo hacia el futuro, y es eso mismo lo que ocurre cuando se tiene una idea y se trabaja en ella para concretarla en el contexto próximo.
Al ser un vocablo tan amplio, cualquier situación humana puede vincularse a la noción de proyecto. Es por ello que se afirma que es posible detectar tanta cantidad de proyectos como personas existan, ya que cada espacio en el que la gente participe tendrá como base la formulación de un proyecto.
Así encontramos que el concepto de proyecto se utiliza en el campo de la arquitectura para definir una obra que se va construir. Pero, también, en la educación cuando se plantean los lineamientos a seguir durante el año lectivo. En fin, todo el tiempo se está “lanzando algo al futuro” y eso, sistematizado y organizado, es lo que se define como proyecto. Su ejecución refiere a la administración de un emprendimiento en el que se pone en juego lo planificado.
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Cómo se elabora un proyecto.
Para elaborar un proyecto primero se debe hacer un estudio metódico sobre el contexto potencial en el cual se desarrollará la idea. Es decir, conocer las necesidades, los problemas, las situaciones reales y actuales del objeto de estudio. Se debe recordar siempre que desarrollar un proyecto no responde a una necesidad personal, sino que pretende ser una herramienta social que genere un impacto en la sociedad.
Entonces, si partimos de esta premisa, podemos comenzar investigando el contexto, comprender qué tiene para decir. En este sentido se atraviesa una etapa en la que se indaga en profundidad aplicando herramientas de investigación como puede ser una metodología, ya sea de carácter cuantitativo o cualitativo. A partir de estas herramientas se ingresa al campo de acción y se recoge información. Esto permitirá conocer con más profundidad las características o problemáticas existentes.
Luego, los datos recolectados son analizados en un proceso que se denomina sistematización. Básicamente, se analizan en detalle los ítems a fin de detectar la (o las) problemática que será razón de ser del proyecto, mientras que la puesta en marcha de la formulación de dicho plan tendrá como fin transformar esa problemática a través de la elaboración de acciones y estrategias que, a su vez, tengan un objetivo como guía.
Cabe destacar que, en proyecto, cuando se habla de problemática no siempre se apunta a algo perjudicial. Puede tratarse de un aspecto positivo que es importante potenciar o mejorar. Obviamente, también puede actuarse frente a una situación negativa para modificarla y así mejorar la vida de las personas, destinatarios o beneficiarios de la idea principal.
Quién realiza un proyecto.
Generalmente, la puesta en marcha de un proyecto queda en manos de, al menos, un investigador. Esto se debe a que mientras más profesional sea el sujeto que lo formula, mejor será la planificación de la idea que luego se ejecutará.
Igualmente, de acuerdo al campo de acción, un proyecto puede también ser concretado por aquella persona experta o conocedora de un ámbito específico. Por ejemplo, un ingeniero que realice un proyecto sobre la construcción de nuevos puentes o vías de circulación, un enfermero que realice un proyecto para disminuir los casos de una patología en particular en un lugar geográfico concreto, entre otros.
Lo más importante es que este individuo o conjunto de personas conozcan el método científico y cumplan con los pasos necesarios para desarrollar un proyecto y, en lo posible, luego ejecutarlo. Pueden participar desde el momento cero del desarrollo de la idea o ser convocados para la ejecución de la misma.
Tipos de proyectos.
Si bien existen distintos tipos de proyectos, el proyecto siempre tiene la misma impronta que es cambiar una situación actual por una deseada. En la que esta nueva realidad que se propone sea mucho mejor que la anterior, pues cada vez que se busca “lanzar algo hacia el futuro”, la idea es que sea satisfactorio y que resuelva una problemática real.
Si bien un proyecto puede ser un plan o una idea vinculada con la vida misma (comprar un auto nuevo, mudarse de casa o de país, estudiar una carrera, planificar la familia, etc.), existen dos grandes categorías en los que podríamos clasificarlos.
Proyectos productivos.
Los proyectos productivos son aquellos que empresas y organizaciones realizan para mejorar o potenciar la economía de un contexto determinado. Pueden referirse a la creación y venta de un producto o servicio como a la apertura de una nueva sucursal o a una ampliación de oficinas. Estas iniciativas tienen como resultado beneficios económicos.
Proyectos sociales o públicos.
Los proyectos sociales o públicos tienen que ver con mejorar la calidad de vida de la gente desde diferentes puntos de vista. Pueden hacer foco, por ejemplo, en temas culturales, educativos, artísticos, deportivos, comunitarios, sanitarios o educativos.
Asimismo, como un proyecto busca un cambio, existen otras tipologías que forman parte de la clasificación. Podemos mencionar que:
- Según su financiación podrán ser públicos, privados, mixtos o autogestionados.
- De acuerdo a su contenido pueden ser empresariales, de bienes o servicios, informáticos o de construcción.
- En base a su finalidad se segmentan en sociales, académicos, de producción, educativos, comunitarios, etc.
- Según quién lo realice puede catalogarse como empresarial, social, educativo, sanitario, ecológico, agropecuario, etc.
- Contemplando su alcance, en tanto, se lo divide en complejo o simple.
Elementos de un proyecto.
Todo proyecto requiere una serie de elementos que le permitan desarrollarse y, además, poder ser ejecutado.
- Alcance: la idea planificada.
- Tiempo: el calendario, el periodo de días, meses o años que durará.
- Costo: el presupuesto que se necesitará para desarrollarlo.
- Recursos: qué elemento o personas se requieren para llevar adelante la idea.
- Público: el destinatario del plan.
- Personas: equipo de trabajo, roles y funciones.
Fases de un proyecto.
Las fases de un proyecto tienen que ver con cómo se organizará la construcción de la planificación que luego se concretará o ejecutará. Entonces, se necesita realizar acciones que permitan cumplir con el paso a paso de la idea.
- Inicio: establecer el qué, la misión por cumplir y sus objetivos.
- Planeación: desarrollar un plan que ayude a prever el cómo se cumplirán los objetivos.
- Ejecución: implementar el plan, es decir, desarrollarlo en la realidad.
- Control: comparar lo ejecutado o real contra lo que previmos o planeamos.
- Cierre: concluir y cerrar relaciones establecidas de todo tipo.
Para qué sirve un proyecto.
Un proyecto sirve no solo para organizar ideas (ya sean individuales o grupales, personales o laborales), sino también para cambiar un aspecto de la realidad que es vista como insatisfactoria o incómoda. Es una herramienta de trabajo que permite conocer en profundidad una situación determinada y proponer cambios que impacten de manera positiva.
Además, este concepto puede aplicarse a la vida diaria, ya que el simple hecho de organizar un viaje o una cena especial implica ejecutar la idea, tener un objetivo y contar con los recursos necesarios para alcanzar lo propuesto en un tiempo específico y con excelentes resultados.
Citar este artículo
Navicelli, V. (1 de diciembre de 2021). Definición de proyecto. Cuáles son sus elementos, clasificación y para qué sirve. Definicion.com. https://definicion.com/proyecto/