La palabra patrimonio proviene del latín patrimonium y hace alusión al conjunto de bienes y derechos a disposición de un individuo o de un grupo (como puede ser una empresa).
Un breve análisis de su etimología nos indicará cuáles son sus componentes: pater, que quiere decir “padre”, y monium, que se traduce como “oficio”, “cargo” o “deberes”. De esta manera, podemos reconstruir su significado y asociarlo con la primera definición que hemos dado. Sin embargo, otra acepción del concepto (y quizás la más cotidiana) está relacionada con la protección de sitios y la cultura: veremos en profundidad este aspecto también.
A lo largo de este artículo describiremos cómo se lo define de acuerdo a sus aplicaciones económicas, sociales y culturales, y brindaremos algunos ejemplos ilustrativos. ¡Empecemos!
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El concepto en derecho.
De manera amplia, una de sus principales características es que toda persona tiene derecho a un patrimonio. ¿Qué significa esto? Que aún sin importar el tamaño que el patrimonio pueda tener, a todo sujeto le corresponde uno. Pueden ser tanto bienes tangibles como dinero, una casa, un coche como el acceso a cuentas bancarias, pero también producciones artísticas que haya adquirido, por ejemplo.
Así, todos estos bienes que posea constituirán su patrimonio, en singular. No se le asigna tal sustantivo a cada uno de ellos, dado que, como bien señalamos en la introducción, el patrimonio es un conjunto de bienes.
Hemos indicado que en su raíz contiene la palabra “padre”: debemos remontarnos a la historia de la Antigua Roma para comprender esto de manera más completa. Durante el período de la República, al conjunto de bienes y recursos que el jefe de cada familia poseía (lo que se conocía como red familiaris) se lo denominaba “patrimonio”. Todos estos bienes, una vez que tal individuo ya no estaba físicamente, se pasaban a sus descendientes, y era esa la forma de preservar todos esos elementos conseguidos en vida. Esto, que en la actualidad ha llegado a nosotros con el nombre de “herencia”, se repartía entre todos los herederos y pasaría, eventualmente, de generación en generación, siempre mediante línea paterna.
El concepto de patrimonio en las empresas.
Para conocer el significado de patrimonio a nivel empresarial, debemos considerar las tres partes que lo componen:
- bienes
- derechos
- obligaciones
Los primeros aluden a todos los componentes tangibles y no tangibles que una empresa posee. Supongamos que tenemos una pequeña empresa que vende computadoras. Todo aquello a lo que se le pueda asignar un valor será considerado un bien: los equipos que se venderán, el edificio y/o oficina donde se ubica, las impresoras, los teléfonos, los ordenadores de trabajo, etcétera. Los derechos se incluyen dentro de aquello que la compañía tiene. Ambos son la parte a favor de la firma (veremos más abajo de qué se trata esto), lo que conocemos como activos.
Las obligaciones son todo aquel deber que la empresa tendrá para con terceros: si no ha comprado, sino alquilado, su oficina, los pagos que correspondan al uso comercial de tal inmueble (alquileres y servicios). Pero también se incluirán aquí los salarios de sus trabajadores (con indemnizaciones, pagos de vacaciones, pago de cobertura médica y demás derechos que correspondan), el pago de insumos o los préstamos que adquiera. Esto será el considerado pasivo.
Mencionamos la parte a favor o “positiva” de la compañía, los bienes y derechos; las obligaciones son la negativa. Esto sirve para poder considerar cómo entran en juego para calcular el patrimonio:
Patrimonio neto (es decir, todos los recursos que son parte de la empresa) es igual a bienes, más derechos, menos obligaciones.
Patrimonio y cultura.
Aquí consideraremos el universo de obras, construcciones, literatura, folklore, en fin, todo aquello que dé cuenta del pasado de una sociedad y/o cultura y que debe preservarse, ya que forma parte de la identidad sociocultural de esta comunidad.
La UNESCO otorga el título de Patrimonio de la Humanidad a cada lugar que se considere valioso y que debe ser protegido tanto por todos los países miembros de la ONU como por los gobiernos correspondientes al territorio que se pretende resguardar.
En la actualidad, llega a aproximadamente 2000 sitios catalogados como tales. La mayoría de ellos se ubican en Europa (Italia, Alemania, España), mientras que otros espacios protegidos están en India, México y China.
Si nos enfocamos en Argentina, en América del Sur, encontraremos que hoy, de acuerdo con lo que el Ministerio de Cultura del país indica, hay 11 sitios catalogados como patrimonio cultural. Describiremos a continuación 4 de ellos:
El Qhapaq Ñan, o antiguo sistema vial del Tahuantinsuyo.
Es una red de caminos antiguamente utilizada para unir las diferentes regiones del imperio incaico. Hacia el siglo XVI esas zonas ya estaban unificadas, pero comprende caminos del período preincaico también. Incluye a 7 países del Cono Sur y, en la Argentina, la zona de Salta y Jujuy, al norte.
La quebrada de Humahuaca (Jujuy).
Este valle de poco más de 150 km de largo, y de entre 1600 m y 4500 m de altura según la zona donde se ubique, alberga habitantes cuyas tradiciones y cultura han tenido presencia en el lugar por más de 10.000 años.
Los omaguacas, o humahuacas, son la población indígena que originariamente habitó esta superficie: el vocablo proviene del aymara, y significa “agua sagrada” (oma es “agua” y –guaca, “lugar sagrado”).
Las Estancias Jesuíticas en Córdoba.
En la provincia de Córdoba, ubicada en el centro del territorio argentino, se encuentran cinco estancias que forman parte de un circuito turístico muy conocido, El Camino de Las Estancias Jesuíticas. La primera de ellas fue construida en 1616 y la última, hacia 1725.
La idea era conformar un asentamiento mucho más fijo para dar forma a la labor jesuita de evangelización. En la capital se sitúa la denominada Manzana Jesuítica, declarada también patrimonio en el 2000, y comprende los siguientes espacios:
- el Colegio Nacional Monserrat
- la Iglesia de la Compañía de Jesús
- la anterior sede de la UNC
- la Residencia
- la Capilla Doméstica
La Cueva de las Manos, en Santa Cruz.
En la Cueva de las Manos se conservan pinturas que datan de aproximadamente 9000 años de antigüedad, realizadas por habitantes cazadores y recolectores tehuelches de la zona santacruceña.
Los dibujos, que van desde representaciones de animales hasta figuras geométricas, han sorprendido, además, por las múltiples imágenes de manos que se observan en esta cueva de 25 metros de profundidad y hasta 10 metros de altura. Se sabe que los materiales empleados para hacer dichas creaciones provienen de diferentes materias primas y destacan por sus colores: de la hematita (mineral de hierro oxidado) obtuvieron el color rojo; la limonita, mezcla de óxidos, les brindó el tono amarillo; con carbón vegetal obtuvieron la gama negra, y de la roca caliza consiguieron el blanco.
Citar este artículo
Fernández, A. M. (16 de marzo de 2022). Definición de patrimonio. Historia, características y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/patrimonio/
