Llamamos causa y efecto a la relación que existe entre dos eventos o sucesos en donde el primero es causa del segundo. Se entiende por causa a un principio o fundamento que da origen o pone en movimiento algo. Se entiende por efecto a una consecuencia que surge a partir de determinada causa. Al vínculo que existe entre estos dos términos lo llamamos causalidad, ya que relaciona un evento (A) con un efecto (B) a partir de una correlación causal donde uno da lugar al otro. El principio de causalidad parte de la idea de que todo efecto tiene su causa y, por ende, a toda causa le corresponde una consecuencia.
La ley de causa y efecto constituye un principio fundamental para explicar el orden de los fenómenos, eventos y procesos del mundo en sentido general. El concepto de causa y efecto es muy amplio y responde a un principio formal que puede aplicarse en distintos ámbitos para explicar la dinámica de muy diversos fenómenos, ya sean estos físicos o conceptuales.
En el ámbito de la física, la ley de causa y el efecto es considerada un principio elemental de los fenómenos del mundo natural y los procesos físicos. En el ámbito metafísico, la causalidad es un principio formal según el cual todo ente tiene una causa que origina su existencia.
En ambos casos, la dinámica de causa y efecto consiste en una correlación entre dos o más eventos dados, en la cual existe una consecución tanto lógica como cronológica entre la causa y el efecto. A raíz de esta relación de consecuencia, se desprenden dos grandes tipos de causalidad:
- Causalidad lógica: A es causa lógica de B, es decir, que los une una relación de consecuencia formal, donde A es, por necesidad lógica, la causa de B.
- Causalidad cronológica: A es causa cronológica de B, es decir, que los une una relación de consecuencia temporal, donde A es anterior en el tiempo a B.
El concepto de causalidad es de vital importancia tanto en la filosofía como en la ciencia. A nivel científico, la causalidad es considerada una ley propia del movimiento de los objetos en el espacio-tiempo y permite a los científicos realizar hipótesis y predicciones acerca de los fenómenos físicos. Las tres leyes de Newton, que constituyen la base teórica de la física clásica, parten del principio de causalidad como concepto elemental para explicar la dinámica del movimiento físico de los objetos en el espacio.
A nivel filosófico, la causalidad consiste en un principio metafísico propio de la constitución ontológica del mundo y los entes. Desde los orígenes del pensamiento filosófico, el concepto de causa y efecto fue fundamental en las discusiones acerca de la explicación del origen del movimiento en el mundo y los fenómenos de la naturaleza. El filósofo griego Aristóteles fue uno de los principales desarrolladores del principio de causalidad. En sus obras Física y Metafísica, estableció la causalidad como un principio fundamental que explica tanto el movimiento físico, como la constitución ontológica de los entes en el mundo.
Índice de temas
Causa y efecto en la filosofía
Problemáticas de la causalidad
Determinismo vs indeterminismo
El determinismo causal de Laplace
Cuatro teorías generales sobre la causalidad
Causa y efecto en la ciencia
Causa y efecto en la filosofía.
Breve historia del concepto de causalidad en filosofía.
Desde los orígenes de la filosofía, los primeros pensadores buscaron explicar la dinámica del movimiento en el mundo y se preguntaron por la causa que origina los fenómenos de la naturaleza. Los filósofos presocráticos buscaron la primera causa de todas las cosas, a la que llamaron «arkhé» (principio, fundamento o comienzo). Supusieron que este principio fundamental consistía en un «elemento especial» que era la causa física y metafísica de todos los procesos naturales del universo. Así, Tales de Mileto postuló que la causa de todas las cosas era el agua; Anaxímenes, el aire; Demócrito, el átomo; Anaxágoras, el «nous» (la mente); Anaximandro, «to ápeiron» (lo indeterminado); Empédocles, los cuatro elementos; Heráclito, el fuego o «logos» (inteligencia).
Posteriormente, Aristóteles sería quien elabore una teoría formal sobre la causalidad, donde la dinámica de causa y efecto se convertiría en la ley fundamental para explicar el movimiento físico del mundo y la constitución metafísica de los entes.
Las 4 causas de Aristóteles.
En su obra Metafísica, Aristóteles desarrolló un sistema teórico completo alrededor del concepto de causalidad, donde la ley de causa y efecto ocupa un lugar central tanto en su teoría física como metafísica. A nivel gnoseológico, Aristóteles afirmó que el conocimiento de las cosas deviene del conocimiento de sus causas. Según el pensamiento aristotélico: decimos que conocemos algo cuando conocemos su causa, es decir, el principio que le dio origen. A raíz de este concepto, Aristóteles afirmó que existen cuatro causas fundamentales que explican el origen de los entes y su existencia:
- Causa material: Se trata de la sustancia material que compone los entes. Por ejemplo: en una escultura de mármol de Aristóteles, la causa material es el mármol.
- Causa formal: Se trata de la sustancia formal, es decir, la forma particular que presenta cada uno de los entes. En la escultura, la forma del filósofo griego Aristóteles.
- Causa eficiente: Se trata del principio de movimiento que dio origen al ente. (El artista que esculpió la obra).
- Causa final: Se trata del fin o propósito por el cual está hecho el ente. Según Aristóteles, todo ser tiene una causa final que representa su finalidad, su objetivo o propósito que constituye la esencia de su ser. En el caso de la escultura de Aristóteles, su valor histórico, estético y cultural.
Problemáticas de la causalidad.
Determinismo vs indeterminismo.
El problema de la causalidad adquiere su mayor expresión en la oposición determinismo-indeterminismo, la cual constituye una discusión histórica acerca del concepto de causalidad y las leyes de causa y efecto. Por un lado, el determinismo parte de la idea de que todo hecho o acontecimiento está previamente determinado por la ley de causalidad. Por el otro, el indeterminismo niega la causalidad como una ley universal y postula la posibilidad de un «azar» o «libertad» en la dinámica de los fenómenos. Mientras que el determinismo establece que nada se da por «azar», sino por una causalidad preestablecida que ordena los hechos mediante la causa y efecto, el indeterminismo supone que no hay una causalidad fija en la mecánica de los fenómenos, sino que su dinámica se genera por azar o libertad de movimiento. El indeterminismo extremo niega completamente la existencia de la relación causa y efecto, descartando la posibilidad de una relación de causalidad entre los fenómenos.
Históricamente, la discusión determinismo-indeterminismo encuentra sus primeras versiones en la filosofía antigua. La principal expresión del determinismo físico la presenta la teoría atomista de Demócrito, quién postuló que el universo está compuesto de átomos que interactúan en el vacío y cuyo comportamiento se rige por las leyes naturales de la causalidad. Según el determinismo atómico, los fenómenos de la naturaleza están determinados por leyes de necesidad y causalidad.
Posteriormente, Epicuro postularía una versión indeterminista del atomismo a partir de su teoría del clinamen (desviación), según la cual el movimiento de los átomos no se rige por la «ley de causa y efecto» sino por azar y por la libertad de los átomos para interactuar entre sí. En la física indeterminista de Epicuro, los átomos se mueven por azar y no según una causalidad preestablecida.
Durante la Modernidad, conjuntamente con el desarrollo del método científico y las ciencias empíricas, el determinismo cobró especial importancia en autores como Galileo Galilei, Francis Bacon, René Descartes, Isaac Newton, Laplace o Spinoza, quienes desarrollaron una versión materialista y mecanicista de la causalidad. El determinismo de esta etapa se basó en un concepto mecánico y abstracto para explicar las leyes de causa y efecto: el mecanicismo. Este modelo comprende la causalidad como un sistema mecánico y abstracto que funciona de forma universal en todos los fenómenos de la naturaleza.
El determinismo causal de Laplace.
La versión más extrema del determinismo causal fue planteada por el físico francés Pierre Simon Laplace, quién postuló que el estado actual del universo es resultado de su estado anterior y que, consecuentemente a la causalidad, el estado actual es la causa del estado futuro del universo. De manera que, si supiéramos la totalidad de las condiciones actuales del universo, podríamos predecir la totalidad de los eventos futuros. En este sentido, según el determinismo causal de Laplace, el «azar» o «libertad» de los fenómenos físicos sólo se debe al desconocimiento de la totalidad de los factores y eventos del universo.
Laplace argumenta que si existiera una entidad inteligente que fuera capaz de abarcar y comprender todos los fenómenos de la naturaleza, ante ella, el pasado y el futuro no serían inciertos y sería capaz de conocer el universo en su totalidad. De esta manera, Laplace establece un determinismo absoluto basado en la ley de causa y efecto como el principio formal que rige y ordena la totalidad de los fenómenos físicos.
El determinismo causal de Laplace, también conocido como «determinismo científico» supone que todos los fenómenos del universo, tanto del presente como del pasado y el futuro, pueden ser conocidos a partir de las leyes de la física clásica. En este sentido, la causalidad representa un elemento fundamental para el desarrollo de este conocimiento científico basado en la idea de que los fenómenos están determinados de manera absoluta por las leyes de la causalidad.
Cuatro teorías generales sobre la causalidad.
- Teoría regularista: El filósofo empirista David Hume cuestionó el concepto de «conexión necesaria» entre la causa y el efecto, debido a que la idea de una conexión entre ambos factores no es posible de ser comprobada mediante los sentidos, sino a través de una conjetura abstracta. Según Hume, decimos que existe causa y efecto porque hallamos una consecución constante entre dos eventos del mismo tipo, es decir, que existe una regularidad invariable entre ciertos pares de fenómenos. A esta perspectiva de la causalidad que parte de la relación de patrones invariantes se la llamó «teoría de la regularidad causal», la cual consiste en establecer que la causa y el efecto se deben a la regularidad que presentan ciertos pares de fenómenos invariables. Posteriormente, Stuart Mill hablará de una multicausalidad o pluralidad de causas, según la cual la regularidad causal no se da en eventos aislados sino entre grupos o conjuntos de eventos que presentan las mismas cadenas causales.
- Teoría probabilística: Consiste en la idea de que una causa eleva las probabilidades de un efecto. Según la teoría probabilística, la «relación» entre causa y efecto no debe ser entendida como un evento en sí sino como variables aleatorias, es decir, como condición de probabilidad de los fenómenos. De esta manera, según la perspectiva probabilística, decimos que A es causa de B sí y sólo sí A eleva o potencia las probabilidades de B. En este sentido, la causa no es considerada un evento en sí, sino una condición de probabilidad. No obstante, la teoría probabilística presenta ciertas dificultades, ya que la correlación no implica necesariamente causalidad, de modo que no puede reducirse la relación causal a una mera relación de probabilidad. Para responder a este problema, el físico alemán Hans Reichenbach, postuló un principio de inferencia causal llamado «principio de causalidad común», el cual consiste en que si A y B son variables relacionadas entre sí:
- o a A es causa de B.
- o viceversa.
- o ambas son efectos de otra variable común (C). En este caso, si se comprueba que A y B son efectos de una causa común C, la relación causal entre A y B quedaría reemplazada por C.
- Teoría contrafáctica: Esta teoría se enfoca en la idea de la necesidad de la causa en relación al efecto. En este sentido, la teoría se basa en el condicional contrafáctico: «Si A no se hubiera dado, entonces B no hubiese existido», a partir del cual se enfatiza la relación de dependencia entre la causa y el efecto, definiendo esta correlación a partir de la interdependencia causal entre los eventos. En este sentido, la teoría contrafáctica analiza las diversas hipótesis de los mundos posibles, en donde aquellas relaciones contrafácticas que en el mundo posible coinciden con el mundo real son consideradas proposiciones verdaderas dadas para la relación causal entre un evento A y un efecto B. Esto significa que, para dos eventos (A y B) en el mundo real, podemos establecer que B depende de A, si y sólo si sucede que A ocurre anteriormente a B y, además, es verdadero el contrafáctico: «Si A no hubiese ocurrido, entonces B no hubiera existido».
- Teoría de procesos: Se trata de un conjunto de teorías que se basan en los procesos y no en los eventos como base ontológica para el análisis causal. A diferencia de los eventos (sucesos situados y demarcados por el espacio-tiempo) los procesos son entidades dilatadas espacial y temporalmente, lo que permite un desarrollo teórico de la causalidad basado en cierta estructuralidad propia de los procesos que no es posible en el concepto de evento. Dicha teoría fue postulada, en una primera instancia, por el filósofo de la ciencia Wesley C. Salmon, quien elaboró la teoría de procesos a partir de un criterio contrafáctico conocido como «transmisión de marca». Posteriormente, Phil Dowe tomaría la ontología de procesos de Salmon para elaborar su propia teoría basada en la idea de la conservación de cantidad, según la cual, una entidad posee una cantidad invariable regida por una ley de conservación, la cual garantiza la causalidad de dicho proceso.
Causa y efecto en la ciencia.
El principio de causalidad es un elemento fundamental del método científico. La ley de causa y efecto rige la totalidad de las teorías e hipótesis de la física clásica. Las tres leyes de Newton y la Teoría de la relatividad de Einstein constituyen el marco teórico para explicar los fenómenos físicos a partir de la ley de causa y efecto como una parte esencial de la teorética clásica.
Causa y efecto en la física clásica: las tres leyes de Newton.
En el marco de la física clásica o newtoniana, el concepto que rige la explicación de la dinámica de los fenómenos físicos es el de fuerza, postulado en la segunda ley de Newton, que define a la fuerza como una magnitud vectorial proporcional a la masa y aceleración de todo cuerpo físico. Dicha ley tiene como base conceptual la causalidad. En este sentido, la fuerza representa la causa de cualquier movimiento no inercial de cualquier objeto físico. Así, las tres leyes de Newton presuponen la relación causa y efecto como principio fundamental de la dinámica del movimiento físico. A continuación, veremos en mayor detalle las tres leyes y su relación con la causalidad:
- Ley de inercia: «Todo cuerpo conserva su estado de reposo o movimiento rectilíneo uniforme a no ser que una fuerza externa cambie su estado original». Esta ley postula la inercia como la causa del movimiento o el reposo de los objetos y presupone que el cambio en su estado original es causa de una fuerza aplicada sobre el objeto.
- Ley de fuerza y aceleración: «Cuando una fuerza actúa sobre un objeto, este se pone en movimiento: acelera, desacelera o cambia su trayectoria». Esta segunda ley presupone la fuerza como la causa de todo cambio en el movimiento de los objetos.
- Ley de acción y reacción: «A toda acción le corresponde una reacción igual y contraria. La acciones mutuas de dos cuerpos son iguales y siempre se dirigen en direcciones opuestas». Esta tercera ley supone una correlación causal entre la acción y la reacción.
El problema de la causalidad entre la física cuántica y la física clásica.
En la ciencia contemporánea, los debates en relación a la oposición determinismo-indeterminismo se desarrollaron a partir del surgimiento de la física cuántica, la cual postula una versión indeterminista de ciertos fenómenos físicos a partir del principio de incertidumbre, también conocido como la relación de indeterminación de Heisenberg. Según este principio, no es posible determinar el comportamiento de ciertas variables físicas observables, es decir, que no podemos conocer con exactitud el comportamiento de ciertos pares de magnitudes físicas, como la posición y el movimiento lineal de una partícula. En este sentido, a nivel cuántico, cuanto más se intente determinar la posición de una partícula, menor será el conocimiento de su movimiento lineal, y tampoco de su masa y velocidad.
A principios del siglo XX, el surgimiento de la física cuántica planteó un cambio radical en la concepción de las leyes físicas y, especialmente, en la noción de causalidad. El principio de incertidumbre que establece la indeterminación cuántica cuestiona las bases conceptuales del modelo de la física clásica de Newton y Einstein. La interpretación cuántica de la física distorsiona el principio de causa y efecto, y la noción de un orden causal y consecuente es reemplazada por un caos indeterminado y azaroso.
En el nivel cuántico, todo ocurre más allá de las leyes clásicas del espacio-tiempo, por lo que no podemos estar seguros de la relación causa y efecto en los fenómenos cuánticos. Al descartar el espacio-tiempo como modelo físico, también se rompe con el principio de causalidad, ya que este tiene sentido sólo en la lógica espacio-temporal, fuera de ella, la causa y el efecto se confunden y la relación de causalidad queda suspendida en el principio de incertidumbre. La indeterminación cuántica no permite vincular de manera objetiva la causa con el efecto, ya que ambos conceptos quedan relativizados en un bucle más allá del espacio y el tiempo.
Por el contrario, el determinismo físico se basa en la mecánica newtoniana y la teoría de la relatividad de Einstein, cuyos modelos parten de la idea de un orden causal y consecuente, donde la causalidad es un principio fundamental para explicar, comprender y predecir los fenómenos físicos. En este sentido, el determinismo físico se erige como una postura contraria a los planteos del indeterminismo cuántico, ya que establece que no existe «azar» o «libertad» en el movimiento de los objetos, sino que estos están determinados por las leyes naturales que constituyen el mecanismo causal de la naturaleza. En palabras de Einstein «Dios no juega a los dados con el universo».
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Aci, E. M. (7 de junio de 2024). Definición de causa y efecto. Características, teorías sobre la causalidad, filosofía y ciencias. Definicion.com. https://definicion.com/causa-y-efecto/