Correlación es el nombre con el que se conoce a la correspondencia que existe entre dos o más fenómenos, entes o cosas.

Es, además, el nombre con el que se conoce a un fenómeno fonético en el que se vinculan fonemas diferentes gracias a algún rasgo distintivo en común.

Tiene un amplio uso en diferentes contextos, ya que puede aplicarse a la matemática, a la estadística, a la salud, al ámbito social o al económico, entre muchos otros.

El término tiene su origen a partir de dos términos del latín:

  • El prefijo con-, que significa junto o con
  • El término relatio, que significa relación o correspondencia entre.

En estadística.

El fenómeno de la correlación, llevado al ámbito de las matemáticas y de la estadística, alude al vínculo directo que existe entre dos variables o más. Esto puede interpretarse mediante la observación de cambios y variaciones que hay en una variable y, al mismo tiempo, en otra.

Cuando se cuenta con una serie de datos para su interpretación y análisis, la correlación es una de las tácticas más empleadas para comenzar a desentrañar qué es lo que ocurre con esos datos.

Variables y estadística
La correlación entre variables es una de las estrategias más eficaces para analizar datos de una investigación.

De este modo, si una variable cambia (aumenta o desciende, en función de cómo pueda medirse) y otra variable también cambia junto con ella, ambas están correlacionadas.

Gracias a este vínculo entre dos o más variables, podemos determinar los siguientes factores:

  • Si ambas aumentan, o no, o si, mientras una aumenta, la otra decrece;
  • En qué nivel o proporción cambia una de ellas cuando la otra también se modifica;
  • Qué consecuencias puede tener a futuro esta correlación, o que principios generales pueden extraerse a partir de este comportamiento de dos fenómenos distintos.

El análisis de la información a través de la correlación de variables es la que permite comenzar a obtener los primeros resultados durante una investigación. El comportamiento de estos dos fenómenos interrelacionados puede permitir comprender, con mayor profundidad, qué ocurre con otros fenómenos relacionados.

Existen algunos elementos fundamentales durante el análisis de la correlación en estadística y veremos, a continuación, dos de ellos: los modos en los que las variables pueden vincularse.

Formas que puede tener la recta.

Cuando dos variables se cruzan, la relación entre ambas puede observarse gráficamente en una tabla de coordenadas. Este vínculo puede tomar dos formas:

  • Una recta creciente
  • Una recta decreciente
Rectas
Las rectas ascendentes y descendentes indican de forma gráfica la relación entre dos o más variables.

Una recta creciente supone que, cuando un factor aumenta, el otro también lo hará. Una opción puede ser si consideramos el vínculo entre dos variables como las siguientes:

  • Nivel de intensidad de un sismo
  • Probabilidad de accidentes o destrozos en la ciudad

Consideremos que los sismos pueden catalogarse en diferentes niveles (de acuerdo con las magnitudes de la Escala Richter). A su vez, al aumentar su intensidad, la posibilidad de destrozos en diferentes áreas de un territorio también aumentan (ya que su gravedad y peligrosidad son más altas).

De este modo, el vínculo entre ambos factores es positivo y creciente ya que, mientras más alta la magnitud del sismo, más alta es la posibilidad de daños, accidentes e, incluso, pérdida de vidas.

De modo contrario, una recta decreciente implica que, cuando uno de los factores desciende, el otro también bajará en nivel. Veamos lo que ocurre con dos factores:

  • Cantidad de goles que un equipo de básquet realiza
  • Cantidad de partidos que gana

Si el equipo sostiene, en un cierto período de tiempo, una baja cantidad de goles en los distintos partidos en los que participa, su rendimiento en el total de los equipos también comienza a decrecer.

Esto es porque el éxito de ese equipo se mide de acuerdo con sus goles: mientras menos marca, menor será la cantidad de partidos que gane.

En fonética.

En una disciplina como la fonética, el concepto de correlación está en estrecho vínculo con la noción de fonemas y de rasgos. Veamos a qué alude cada uno de estos conceptos.

En primer lugar, un fonema puede ser definido como la unidad más pequeña de articulación de un sonido. Es, de modo sencillo, el concepto más elemental al momento de concebir un concepto un poco más amplio: las palabras.

Letras y sonidos
En fonética, el concepto de correlación alude al vínculo entre dos fonemas por un rasgo en común.

Si pensamos en una palabra, veremos que esta es un conjunto de letras y de sonidos: por ejemplo, pensemos en casa, queso o choza. Estas palabras se pueden clasificar de la siguiente manera:

  • Casa tiene 4 letras: c-a-s-a.
  • Queso tiene 5 letras: q-u-e-s-o.
  • Choza tiene 5 letras: c-h-o-z-a.

Sin embargo, si consideramos los sonidos de estas palabras (es decir, sus fonemas), veremos que no siempre hay una relación directa entre la letra y el sonido:

  • Casa tiene 4 fonemas: /k/, /a/, /s/ y /a/.
  • Queso tiene 4 fonemas: /k/, /e/, /s/ y /o/.
  • Choza tiene 4 fonemas: /tʃ/, /o/, /s/, /a/ (en Latinoamérica) y /tʃ/, /o/, /θ/ y /a/ (en España).

Lo que ocurre en estos casos es que, en primer lugar, en la lengua española no hay una relación directa entre cantidad de letras y cantidad de sonidos. Por este motivo, ocurre lo siguiente:

  • Hay palabras, como que, que tienen 3 letras pero 2 fonemas (/k/ y /e/). Otro ejemplo es helado tiene 6 letras pero 5 fonemas (/e/, /l/, /a/, /d/ y /o/), ya que la hache en ese contexto es muda.
  • Hay letras que no en todos los contextos suenan igual y dependen tanto de la letra que tengan al lado como de la región hispanoparlante a la que ese hablante pertenezca. El ejemplo característico de esto es el sonido /θ/, que lo atribuimos al sonido de la letra zeta, y que se utiliza fundamentalmente en España, pero no en el resto de los países hispanohablantes, ya que en ellos se emplea el sonido /s/.

Ahora bien, estas diferencias entre sonidos son múltiples y variadas: para poder conocer cómo clasificarlos, existe una serie de taxonomías que permite agruparlos en función de algún rasgo en común. Esto se denomina correlación, y permite comprender cómo se vinculan los fonemas entre sí, con qué sonidos tienen mayor proximidad articulatoria y con cuáles no. Veamos un ejemplo.

Entre las clasificaciones de los fonemas, encontramos una que alude a la acción de las cuerdas vocales, es decir, si estas vibran o no al emitir el sonido. En el caso de las vocales del español, por ejemplo, todas ellas se pronuncian con vibración en las cuerdas vocales, más allá de las características particulares de cada una. 

Acción de cuerdas
La vibración o no de las cuerdas vocales permite determinar si un sonido es sonoro o si es sordo: esta oposición es una correlación.

En el caso de las consonantes, no todas se pronuncian con tal vibración: esto permite distinguir los sonidos consonánticos entre sordos y sonoros.

Un grupo de fonemas en el que esta distinción es particularmente significativa es en el grupo de los sonidos oclusivos. Esos son aquellos en los que hay un cierre (una oclusión) del canal vocal al articular ese sonido. Los sonidos oclusivos son seis:

  • /p/, como en perro.
  • /t/, como en torre.
  • /k/, como en queso o casa.
  • /b/, como en bebé.
  • /d/, como en diente.
  • /g/, como en gato.

Estos sonidos se pronuncian en tres lugares diferentes de la cavidad bucal: algunos de forma bilabial (intervienen los dos labios), otros de forma dental (la lengua se apoya en los dientes superiores) y otros de forma velar (es decir, el sonido sale desde el velo). Para poder agrupar estos sonidos, la distinción sordo/sonoro nos permite reconocer cuáles son similares entre sí:

  • /p/ y la /b/ son bilabiales: la primera es sorda (pues las cuerdas no vibran) y la segunda es sonora, como en pata y bata.
  • /t/ y la /d/ son dentales: la primera es sorda; la segunda, sonora, como en tomo y domo.
  • /k/ y /g/ son sonidos velares: el primero es sordo y, el segundo, sonoro. Se percibe la diferencia en palabras como cama y gama.

La correlación puede aplicarse también a otros aspectos de la lengua, no solo al fonético-fonológico. Consideremos, por ejemplo, la morfología: si podemos, en una palabra, marcar el plural (número), también debemos tener la posibilidad de marcar el singular en esa palabra: esto ocurre gracias al morfema -s, que indica plural (y su ausencia señala singularidad). 

Los términos que no cuentan con el plural, por ejemplo (es decir, que no tienen su correlato en singular), se denominan pluralia tantum (solo plurales, en latín):

  • víveres
  • albricias
  • honorarios

El caso inverso es el de los singularia tantum, términos que solo tienen uso en singular y ningún correlato plural: caos o salud constituyen ese grupo.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (17 de abril de 2023). Definición de correlación. Usos, rasgos y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/correlacion/