Se utiliza el término virreinato para hacer referencia a una institución gubernamental que consistía en la delegación, por parte de un rey o una reina, de la administración de un territorio específico a otra persona, denominada virrey o virreina, por lo general en virtud de razones de distancia.

Si bien la aplicación de este instituto cobró una relevancia fundamental a partir del vínculo de la corona española con las tierras colonizadas en América, y que es a partir de allí que encontramos las raíces de su trascendencia, lo cierto es que España ya había establecido virreinatos europeos con anterioridad. También ha de tenerse presente que otras potencias mundiales habían organizado su disposición territorial y administrativa en base a este instituto.

De todas maneras, es claro que fue en el tramo final del siglo XV que en el contexto político del imperio español se tuvo que encontrar una solución muy concreta al modo en el que el rey podía ocuparse de unos territorios tan distantes (océano de por medio, en una época en la que los viajes no eran lo mismo que son hoy) sin tener que desplazarse del territorio continental europeo.

La tarea de organizar los grandes territorios ocupados a partir de la llegada de Cristóbal Colón a América, y de los subsiguientes movimientos de conquista, llevó a la consideración de estos sistemas de gobierno que ya eran empleados en Europa, con las variantes lógicas impuestas por la distancia y la extensión de los territorios. Se necesitaba un gobierno de carácter provincial que pudiese ocuparse de los asuntos cotidianos sin dejar de estar al servicio y bajo el poder del rey.

Si nos remontamos al origen etimológico de la palabra, veremos que surge del latín y que hace referencia al cargo de representante del rey. Sus componentes léxicos son el concepto vicis, que se emplea en el sentido de turno o alternativa; regis, en el sentido de reinar; y –ato, que se utiliza para denotar representación.

La persona que recibía esta delegación del poder administrativo pasaba a llamarse virrey, y era investida con las funciones gubernamentales necesarias para llevar adelante la organización política del territorio en representación del rey. De facto, las regiones que los virreyes gobernaban eran muy grandes, pero las mismas no eran entendidas como colonias tanto como provincias, asimilando su estatus a cualquier otra provincia del territorio español peninsular.

En los primeros tiempos, los virreyes eran miembros de la nobleza, y en el territorio americano se los recibía con grandes agasajos y reconocimiento en virtud de sus estrechos vínculos con la realeza. Pero con el paso del tiempo sucedió que se fue accediendo a este cargo no tanto por un origen noble como por una carrera administrativa, hasta llegar al punto en que se empezaron a designar virreyes que ni siquiera habían nacido en España, sino que eran americanos. Esta transición marca una de las pautas del alejamiento progresivo que terminaría desembocando en los procesos de independencia americanos.

Palacio real español.
El rey de España delegaba la administración del territorio americano en distintos virreinatos.

Los virreinatos en Europa.

Ha de comprenderse que la institución del virreinato que ya imperaba en Europa al momento del descubrimiento de América no es exactamente la misma que luego trascendería a partir de su implementación en el continente americano. Pero es indudable que su origen reside allí, ya que España se había valido de este modo organizacional para administrar regiones tales como Sicilia o Galicia, y que incluso la utilizaría luego en regiones como el Virreinato de Cataluña o el Virreinato de Portugal.

Entre los virreinatos más destacados que España instauró en el continente europeo se encuentran el de Sicilia, que duró desde el año 1415 al 1713; el de Cerdeña, desde 1417 a 1720; el de Galicia, desde el año 1486 al 1679; el de Navarra, del 1512 al 1716; el de Cataluña, que data desde el año 1520 al 1716 o el de Portugal, que comenzó a operar en el 1580 y se mantuvo vigente hasta el año 1841.

Llegada de Colón a América.
El virreinato como forma de gobierno regida por la corona española cobró relevancia luego de la llegada de Colón al continente americano.

Los virreinatos en América.

En cuanto al desarrollo específico que esta institución adquirió en el territorio americano, la misma no ocurrió de inmediato, sino que fue fruto de una lenta y larga transición. La vida política misma fue la que marcó las pautas, a partir de problemáticas concretas, y las soluciones que se fueron alcanzando para ir sorteando aquellos obstáculos fueron las que, invisible e imperceptiblemente, dieron forma a la particular naturaleza de los virreinatos americanos. En esta larga historia de transición, se destacan cinco virreinatos. Estos son:

  • Virreinato de las Indias: Se trata de la primera experiencia de trasladar este sistema político al continente americano, y existió desde el año 1491 al 1535. Las personas que fueron nombradas virreyes en esta región fueron Cristóbal Colón y Diego Colón, ya que estaba estipulado que quien lideraba la expedición que descubría un territorio se convertía en administrador de dicho territorio en nombre de la corona española.
  • Virreinato de Nueva España: Se extendía por la superficie que actualmente conforma Centroamérica, pasando por México, ciertos estados de Estados Unidos hasta llegar a Canadá y Alaska. Su duración data desde el año 1535 al 1821, y a partir de él se originó el Imperio de México.
  • Virreinato de Perú: Durante un tiempo llegó a abarcar prácticamente toda Sudamérica, pero luego se fragmentó a partir del surgimiento de otros virreinatos. Se puede establecer su duración en el período comprendido entre los años 1542 y 1824. Luego de la separación de los otros virreinatos quedó circunscrito al terreno que actualmente conforman Chile y Perú. Era la fuente primordial de riqueza para España en las tierras americanas.
  • Virreinato de Nueva Granada: Abarcaba el territorio que hoy conforma la fracción norte y noroeste de América del Sur, y estuvo vigente entre el año 1717 y el 1819. Derivó en lo que se conocería como la “Gran Colombia”.
  • Virreinato del Río de la Plata: El último de los virreinatos americanos en conformarse mantuvo su vigencia entre los años 1776 y 1810. El territorio se extendía desde el Río de la Plata, tal como su nombre lo indica, hasta la actual Bolivia, integrando lo que hoy es la Argentina, Uruguay y Paraguay.
Colombia colonial.
El Virreinato de Nueva Granada abarcaba el territorio que luego derivó en la Gran Colombia.

Otros virreinatos.

Es habitual el hecho de tejer una identificación entre el término “virreinato” y los virreinatos españoles en América. Pero ya se ha visto el caso de los virreinatos españoles en Europa: ahora es preciso destacar que ha habido en América y en otros rincones del mundo, virreinatos que no fueron regidos por España sino por otras potencias.

Por ejemplo, está el caso del Virreinato de Nueva Francia, que existió entre los siglos XVI y XVIII, comprendiendo los territorios que Francia poseía en América del Norte, y que luego conformarían estados de la actual Canadá y los Estados Unidos. También está el caso del Virreinato del Brasil, que Portugal empleó a la hora de administrar sus territorios en América del Sur, y se extendía por lo que hoy es Brasil.

El Imperio chino se organizaba con virreinatos a partir de una delegación del poder del emperador para administrar una provincia determinada; o incluso se llamó virreinato a una unidad de jerarquía alta en el marco de la división territorial del Imperio ruso, durante los años 1776 y 1796, bajo el reino de Catalina II.

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Lehrer, L. (11 de noviembre de 2022). Definición de virreinato. Su origen, su contexto, los virreinatos regidos por España y por otras potencias. Definicion.com. https://definicion.com/virreinato/