La palabra tasa, en español, se utiliza para escribir diferentes fenómenos. En primer lugar, alude a la acción de tasar, es decir, de determinar el valor que algo debe tener (por ejemplo, el precio o la cantidad). En segundo término, es el nombre con el que se conoce a un tipo de tributo que algunos objetos, servicios y/o actividades poseen. También es la denominación que identifica la relación entre dos variables o factores.
Este vocablo, que proviene del verbo tasar, es originario del latín taxāre y sirve para indicar que se determina un valor máximo.
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Como tributo.
La tasa, en tanto en cuanto tributo, es un pago que deben realizar los ciudadanos (considerados, en este contexto, usuarios) por el uso de un servicio o por la realización de ciertas actividades.
Existen tasas de productos o servicios que son impuestas desde el Estado en todo el territorio nacional; otras se aplican únicamente a los límites de un municipio. Existen algunas que tienen más bien carácter administrativo y, por ende, se aplican a todo servicio público que los ciudadanos deseen aprovechar.
Una situación frecuente que ocurre en este ámbito es la confusión entre tasa e impuesto. Una de las principales diferencias entre la tasa y el impuesto es que la primera se paga únicamente por el servicio o el producto que se va a adquirir.
Esto implica que los impuestos se pagan más allá de si ese servicio es utilizado o no ya que toda la ciudadanía contribuye con ellos. Un ejemplo es el caso de impuestos para salud pública: no todos lo aprovechan (porque cuentan con una obra social, una prepaga o porque no asisten con frecuencia al médico) y, sin embargo, todo el grupo social paga para su mantenimiento.
El ejemplo de una tasa que se paga solo por un servicio que va a utilizarse se da cuando alguien necesita renovar su documento de identidad. El costo varía en cada país y no suele ser muy elevado, pero hay diferentes tarifas en función, incluso, del tipo de renovación que desea hacerse (si es un nuevo ejemplar, si hay que modificar algún dato o si el ciudadano solo desea actualizar su documento).
En finanzas.
Un concepto recurrente en finanzas es el de tasa de interés. ¿Qué significa? Este es el nombre que recibe el porcentaje que resulta de una determinada operación realizada. Este porcentaje se manifiesta en dinero, que es superior al monto inicial, y se abona cada un cierto período de tiempo.
Existen múltiples clases de tasas, cada una de ellas en función de diferentes valores e instrumentos financieros. La forma más simple de reconocerlas es en el caso de solicitar un plazo fijo. Este instrumento permite colocar una suma de dinero en el banco, que puede ser tanto en la moneda local como en otras monedas (dólares, por ejemplo).
Algunos de los períodos de tiempo más empleados para este instrumento son los siguientes:
- 30 días
- 90 días
- 180 días
- 365 días
Al cabo de cada ciclo, el banco depositará en la cuenta del usuario el porcentaje de interés que corresponde a ese plazo fijo.
La tasa de interés también aplica en el caso de solicitar un préstamo. Cuando alguien lo pide a una entidad bancaria, esta indica cuál es el porcentaje de interés que el cliente deberá devolver, además del monto prestado. Esto significa que, si se solicitase un préstamo de $100.000 que se devuelve en 1 año con una tasa de interés del 30 %, el monto total para devolver al cabo de ese período es de $130.000.
Tipos de tasa.
Existen tres tipos de tasas muy conocidas, fundamentalmente por la relevancia social que tienen. No son las únicas, pero sí las que mejor describen el concepto.
Tasa de inflación.
En primer lugar, la tasa de inflación es el modo gracias al cual se conoce cómo han aumentado los precios en productos y servicios dentro de un país, por lo general, y durante un lapso temporal concreto.
Gracias a este medidor es posible obtener un registro preciso de cómo cambian los valores en función de dos períodos de tiempo complementarios:
- El registro se hace mes a mes, por lo que es posible tener un detalle puntual de lo que ocurre durante cada uno de los 12 meses del año.
- El registro, además, permite controlar la inflación de manera anual, lo que ayuda a verificar de forma más simple cuánto han variado los precios en ese tiempo y a compararlo con temporadas anteriores.
Gracias a la tasa de inflación es posible conocer, en primer lugar, el cambio de montos: se puede reconocer si han aumentado abruptamente y cuándo, así como se puede saber además durante qué períodos esos precios se mantuvieron estables.
En segundo orden, y como consecuencia del primer punto, se obtiene la información necesaria para decidir qué políticas económicas deben adoptarse a fin de tratar de proteger tanto la macroeconomía como la economía al interior de cada familia.
Tasa de desempleo.
En economía, el concepto de tasa de desempleo permite conocer cuál es la situación actual acerca de cuánta gente no cuenta con un empleo, ya sea formal o informal.
El desempleo es una de las problemáticas socioeconómicas que más afectan a los ciudadanos, ya que restringen sus posibilidades de mejorar la calidad de vida, de obtener productos y servicios, de acceder a educación y de disponer de dinero.
La forma tradicional de medir la tasa de desempleo es en función de la edad de quienes pueden lograr un puesto y analizar qué tipo de trabajo consiguen. Posteriormente, se comparan estos datos con la gente de esa misma edad, o más, que está trabajando; a partir de esto, es posible darle forma al indicador.
Las tasas de desempleo permiten, de modo similar a las tasas de inflación, darle perspectiva a las políticas públicas que ayuden a encontrar un trabajo, a brindar subsidios o cualquier otra medida que se tome al respecto.
Tasa de natalidad.
En demografía, una tasa de natalidad es el medidor gracias al cual se calcula cuántos nacimientos han ocurrido en un período de tiempo determinado (por mes o por año) en un territorio específico, por lo general, un país.
Esta tasa se efectúa tradicionalmente cada mil personas, es decir, estiman cuántos nacimientos ocurrieron en un año cada mil habitantes. Permite conocer y predecir la cantidad de población que habrá en esa superficie al cabo de algún tiempo, y también es un índice que contribuye con el armado de políticas públicas de salud diseñadas para asistir a las familias.
La natalidad como indicador social ha generado algunos fenómenos conocidos en la cultura: uno de ellos es el denominado baby boom, nombre que recibió el repentino aumento demográfico que países como Estados Unidos vivieron tras la Segunda Guerra Mundial.
Los bebés nacidos en aquellos años reciben el nombre de baby boomers, y sus nacimientos se comprenden entre 1946 y 1964, de acuerdo con diferentes autores. Naciones como China también tuvieron un súbito incremento de las llegadas al mundo en aquella época, y son las generaciones que en la actualidad han comenzado a jubilarse.
A nivel continental, uno de los que históricamente ha contado con más nacimientos cada mil habitantes es África, y los indicadores de algunos territorios han llegado a señalar más de cuarenta y ocho nacimientos cada mil habitantes. Por el contrario, durante las últimas décadas, el continente europeo ha registrado bajas en la tasa de natalidad, lo que lleva a que se estime, para el futuro, una menor cantidad de población europea.
Finalmente, un último fenómeno respecto de la tasa de natalidad es el control que existió en China hacia 1979. La superpoblación, fenómeno demográfico, afecta a largo plazo los indicadores sociales, económicos y ambientales, entre otros.
A fin de regular tal situación, el gobierno de principios de los «80 promovió esta polémica medida donde cada familia podía tener, únicamente, un solo hijo, y se penalizaba con multas a quienes tuviesen más descendientes de los permitidos. Esta política persistió, con algunas libertades, hasta la segunda década del siglo XXI, cuando dejó de tener validez en toda la superficie.
Citar este artículo
Fernández, A. M. (25 de enero de 2023). Definición de tasa. Tipos, rasgos y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/tasa/