La palabra juicio tiene su origen en el latín iudicium, que a su vez deriva de ius «ley» o «derecho» y dicare, «indicar». El concepto, así, hace alusión a la facultad o acción mediante la cual se puede diferenciar el bien del mal, lo verdadero y lo falso.

A grandes rasgos, esta es la definición general. Encontraremos también que el juicio puede definirse desde diferentes áreas, entre ellas la filosofía, el derecho o, incluso, la religión. En este artículo abordaremos algunos de estos aspectos.

Juicio en filosofía: Aristóteles.

En esta disciplina, un juicio es una de las formas de conocimiento. Es, en este contexto, una de las principales formas lógicas que dispone el ser humano y gracias a la cual aprende sobre su mundo y los objetos: con un juicio, hacemos afirmaciones o negaciones respecto a algo.

Aristoteles
Aristóteles, filósofo que teorizó acerca de los diferentes juicios.

Aquí seguiremos a Aristóteles, quien dirá que los juicios son aquellos pensamientos que se componen de dos ideas, que, gracias a otra unidad, logran la cópula. El juicio aristotélico constará, entonces, de tres elementos:

  • Sujeto: Este concepto hace alusión al objeto o persona sobre el cual se hará el juicio, es decir, sobre el que se dice algo, se predica, se afirma o niega.
  • Predicado: Es aquello que se dice del sujeto u objeto, lo que se aplicará sobre este.
  • Cópula: la unidad mediante la cual sujeto y predicado se relacionan, es decir, gracias a lo que se establecerá si lo que el predicado señala se aplica, o no, al sujeto.

Daremos un ejemplo: «La manzana es roja».

  • El sujeto es «manzana» (es sobre quien se habla).
  • El predicado es «roja» (es lo que se dice del sujeto).
  • La cópula es «es».

Tipos de juicios.

Describiremos a continuación algunos tipos de juicios que hay:

  • En relación con la cantidad
  • Universales: hacen referencia a todos los individuos de una especie. «Los hombres son mortales» sería un ejemplo.
  • Singulares: toman, de todo un conjunto, uno o varios sujeto/s u objeto/s para hablar sobre ellos, como sucede en la oración «Algunas personas son altas».
  • En relación con su calidad
  • Afirmativos: Entre predicado y sujeto hay una compatibilidad, una conveniencia, como en «El cielo es azul».
  • Negativos: Sujeto y predicado no son compatibles. «El Sol no es azul» implica que hay una separación entre ambos elementos.
  • En función de su relación
  • Categóricos: No hay posibilidad de que entre sujeto y predicado no haya relación. «El agua potable es transparente» no da posibilidad a concesiones o alternativas.
  • Hipotéticos: La relación entre sujeto y predicado está mediada por una condición. «Si el sol sale, se secará la ropa»: la posibilidad de que la ropa se seque depende de que salga el sol.

Hay otros juicios; sin embargo, estos son los más generales.

Juicio en Derecho.

Tribunal
El concepto «juicio» es tradicionalmente asociado con el ámbito legal.

En el ámbito del Derecho, juicio hace alusión a todo el proceso mediante el cual un delito es juzgado, cerrándose con una sentencia.

Usualmente, son procedimientos en los que un juez es el mediador entre dos partes que se oponen en sus peticiones, sus declaraciones y sus consideraciones sobre algún asunto.

Un juicio no es una instancia que se da de manera obligatoria ante un conflicto o pleito: muchas veces, ambas partes acuerdan de forma previa. Esto puede denominarse mediación. Significa que estas dos partes acudirán ante un tercero, la persona encargada de mediar entre ellos, para tratar de llegar a algún tipo de negociación y/o acuerdo que evite la instancia del juicio. No es una circunstancia obligatoria: su base es poder establecer un diálogo entre partes, posicionándose como la solución rápida a un problema que puede resolverse de esta manera. Es una instancia práctica si es utilizada, dado que puede solucionarse en mucho menos tiempo y con menor inversión de dinero (evitando el gasto en muchas citas con abogados).

Los juicios tienen múltiples formas: nos abocaremos, aquí, a una clase particular de juicio.

Juicio por jurado.

Un juicio por jurado, en Argentina, es aquel en el cual una causa penal es sometida al juicio de un grupo de ciudadanos, los cuales no tienen que tener relación alguna con el contexto del juicio.

Jurado
Juicio por jurado.

No está habilitado en todo el país, ya que son menos de un tercio las provincias que lo han legislado, y se emplea pocas veces.

Las personas son elegidas a partir del padrón electoral: se sortean entre estos mayores de edad que allí figuran (es decir, hasta 75 años aproximadamente), se analiza la adecuación de una u otra de los individuos que salieron sorteados y al terminar se hace una selección final. La asistencia como jurado es obligatoria, y se queda eximido o eximida de tal responsabilidad si se acreditan, por ejemplo, problemas de salud.

Este jurado compuesto por el grupo de personas seleccionadas para el juicio será el que, a lo largo de todo este proceso, determine finalmente si hay o no delito, culpa o crimen, y posteriormente el juez, si se ha definido que sí lo hubo, establecerá la sentencia.

Hay provincias de la Argentina en las que es obligatorio en algunas instancias consideradas de mucha gravedad (homicidios precedidos de otros crímenes violentos, causas por corrupción, etcétera).

Juicios en la Edad Media: la ordalía.

La ordalía era una institución de aquel período histórico mediante la cual se definía la culpabilidad o inocencia de un acusado por medio de diferentes metodologías, que en aquel momento gozaban de total validez jurídica.

Propio de la tradición del Derecho germánico, hubo una suerte de ritos que hoy son famosos:

Uno era la batalla judicial o juicio por combate.

Otro tiro conocido era el empleo de agua (fría o caliente). La ordalía llevada a cabo mediante el uso del agua fue una metodología extendida en la Europa medieval. En la prueba con agua fría, se ataba a la persona acusada de pies, manos, y se la sujetaba para llevarla a un río o al mar, por ejemplo. Allí, una vez que su cuerpo era arrojado al agua, se consideraba que si flotaba era culpable, y si se hundía era inocente, al contrario de lo que podríamos considerar.

Fogata
Las pruebas que empleaban fuego, en la Edad Media, eran un elemento recurrente para los juicios a acusados.

La creencia que regía esta práctica era que el agua, entendida como un elemento de «poder« (y en su sabiduría natural de cierto modo, juez de este rito), «atraería a sí», en una especie de abrazo, al inocente, y «rechazaba» (al dejar flotando) al criminal. Fue una práctica común para quienes eran acusados de brujería. Por otra parte, la prueba del agua caliente se practicaba mediante la inserción de un anillo, por ejemplo, en un cuenco con agua hirviendo. La persona acusada debía introducir su brazo y removerlo del fondo: si lo lograba, era inocente, y si no podía, era culpable.

  • Hierro caliente: En esta forma de demostrar la culpabilidad o inocencia de una persona, quienes eran acusados debían sostener un hierro que había sido sometido al fuego y/o al calor. Una vez puesto entre sus manos, tenían que sujetarlo por un cierto período de tiempo o cumplir algún tipo de prueba como, por ejemplo, caminar algunos pasos. Tras esto, retiraban el hierro de sus manos y verificaban qué ocurría: si tenían indicios de quemaduras, se los consideraba culpables y, por el contrario, si no tenían, eran inocentes. Sin embargo, no se usaba solo hierro: también podía emplearse aceite caliente, o algún otro objeto que pudiese calentarse al rojo vivo.
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    Fernández, A. M. (22 de diciembre de 2021). Definición de juicio. Tipos y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/juicio/