Definición de conflicto

Según el diccionario, la palabra conflicto se puede referir a un combate, o una lucha; a un enfrentamiento armado; a una situación de apuros, dificultosa de resolver; a una situación problemática o discutible; o, en psicología, a las tendencias que se contradicen y que coexisten en un individuo, que tienen la capacidad de angustiar y trastornar la neurosis de las personas.

La raíz de la palabra conflicto se encuentra en el latín, conflictus, que se forma del prefijo con- (unión) y el participio de la palabra fligere (flictus significa golpe). Básicamente, se refiere a un pleito. Originalmente, conflictus en latín significa choque.

Un conflicto, por ende, es un tipo de situación en el que uno o más individuos que poseen diversos intereses, confrontan o se oponen o incluso hacen cosas que resultan completamente antagónicas. El objetivo que suelen tener es el de hacer daño o sacar del juego a la parte opuesta, aún pudiendo esto darse sólo verbalmente, y en una búsqueda de llegar a conseguir los objetivos que originaron el choque. El conflicto suele ser generalmente la puerta a diversos problemas, de diferentes tipos según el contexto y las partes implicadas.

Elementos de los conflictos.

Hay una serie de elementos con los que deben contar los conflictos. Los tres ítems a continuación resultan fundamentales para poder hablar de la existencia de una situación conflictiva.

• Actores: son los individuos, que deben ser dos o más, con criterios, necesidades o intereses opuestos, en un elemento puntual sobre el que no comparten una visión. Los actores pueden intervenir tanto directa como indirectamente.
• Problema: es el elemento en que los actores no logran encontrar un punto de acuerdo. Puede ser algo de carácter específico o puede haber una simultaneidad de varios.
• Proceso: es el modo en que se lleva a cabo el conflicto, las formas relacionales que se dan entre los individuos que confrontan, si están predispuestos o no para resolver el problema en cuestión, la existencia o no de instancias de conversación o negociación, y las posibilidades de lo que pueda o no ocurrir si no se puede lograr un acuerdo entre las partes.

Tipos de conflictos.

Si se trata de definir a los conflictos, se pueden utilizar varios recursos a la hora de tipificarlos. Por ejemplo, si tenemos en cuenta la cantidad de actores que forman parte del mismo, los podemos clasificar en:

• Conflictos de carácter intrapersonal: ocurren en un individuo sin la participación de terceros. Suele haber una disyuntiva entre elementos, por ejemplo, entre el plano emocional y el racional.
• Conflictos de carácter interpersonal: son conflictos que suceden entre dos o más individuos, en los que las personas que participan son prejuiciosas entre ellas. Estos conflictos suelen tener incorporados factores relativos a las emociones. Además, estos conflictos pueden ser tanto de carácter unilateral, que es cuando uno de los actores tiene un problema con la otra parte, o de carácter bilateral, que es cuando ambas partes desean un elemento en común y no pueden ponerse de acuerdo para ello.
• Conflictos de carácter grupal: son los conflictos que se generan cuando el problema es originado entre grupos de individuos por algún motivo.

Además, los conflictos pueden ser clasificados por los motivos particulares que los originan:

• Conflictos de carácter ideológico: son conflictos en los que individuos o grupos con diversas posturas de tipo ideológico son enfrentados por defender diversos intereses. En estos casos, suele haber posturas diversas muy marcadas, y a veces los conflictos terminan deviniendo lucha armada, si se trata además de un conflicto por el ejercicio del poder.
• Conflictos de carácter religioso: son conflictos en los que personas pertenecientes a una religión son enfrentadas con otras personas pertenecientes al mismo credo o a otro. En general el problema se origina en las diferencias interpretativas acerca de las formas doctrinales que cada grupo adopta, y muchas veces terminan en violencia, como ha ocurrido numerosas veces en la historia de la humanidad.
• Conflictos de carácter político: son conflictos en los que hay grupos sectorizados que son enfrentados para lograr la obtención del poder en política, economía o en el territorio estatal. A veces, estos conflictos pueden devenir en conflictos armados civiles o con otras naciones.
• Conflictos de carácter filosófico: son conflictos en lo que son enfrentados individuos o grupos que poseen diversas formas de interpretar un tema en común. Generalmente, son conflictos que no pasan a mayores.
• Conflictos de carácter armado: son conflictos en los que hay un enfrentamiento entre grupos que suelen ser de carácter militar o paramilitar, en vistas a la obtención del poder, o de una extensión territorial. Como vimos, de todas formas, esta es una forma de conflicto en la que a veces culminan otro tipo de problemas que comienzan en otros ámbitos, o por diversos motivos.

El conflicto de las narrativas artísticas es llamado conflicto dramático. En las diversas narrativas, se trata de los desafíos que un personaje (o varios) debe solucionar en la búsqueda de los logros personales que necesita la construcción literaria, en el que se contraponen dos o más fuerzas en un territorio y marco temporal puntuales, y son el gran catalizador de los argumentos en teatro y otras disciplinas. Los conflictos dramáticos son aquellos que sirven para expresar lo contradictorio de diversas experiencias de vida, lo que resulta ideal para generar una identificación en el público y producir la catarsis.

Los conflictos, en narrativa pero también en la vida real, si lo pensamos bien, son los representantes de momentos de grandes cambios. Según Bertolt Brecht, son una crisis que se genera cuando las cosas viejas no terminan de estar muertas, y las cosas nuevas no terminan de haber nacido. En este sentido, podemos postular a los conflictos como pequeños o enormes puntos de quiebre, que sirven para transicionar entre situaciones, en puntos límites que obligan a la toma de decisiones y a la acción. Esto es algo que sucede con los personajes, pero también con los seres humanos en la vida cotidiana.

En la fórmula aristotélica del texto narrativo que postula la estructura de introducción / nudo / desenlace, hallaremos al conflicto incorporado dentro de la misma presentación, generalmente después de conocer al protagonista y el entorno o contexto en el que se desempeña. Cuando conocemos el conflicto, solemos pasar al nudo o desarrollo, que es el momento en el que justamente veremos desarrollado el conflicto y su manera de operar sobre nuestro protagonista, forzándolo a revelar su carácter frente a situaciones que lo obliguen a decidir cosas inesperadas. Luego de resolver el conflicto, pasamos al desenlace.

Esta estructura, que es básica, variará según el género narrativo que consumamos o escribamos, pero siempre estará presente. Incluso la teoría de los tres actos en el cine está basada en estos elementos, aunque incorpore pequeñas pinzas que vuelven más dinámicas y variadas las historias. Con las novelas sucede algo parecido, mantienen esta estructura básica pero a veces juegan con los tiempos, o incorporan conflictos secundarios para construir un entorno más verosímil que sirva a los fines de generar una identificación por parte de los lectores, que no querrán dejar de leer la suerte que corren los personajes, una vez que se sientan como ellos.

Citar este artículo

Krause, G. (27 de diciembre de 2021). Definición de conflicto. Sus elementos, su clasificación, los conflictos dramáticos. Definicion.com. https://definicion.com/conflicto/