El budismo es una palabra muy escuchada en la actualidad. Se refiere a una de las doctrinas filosóficas más atrayentes del mundo, pues, el budismo no adora a ningún Dios. Más bien, su creencia está dirigida a una presencia espiritual suprema que muchas veces está en el interior de cada persona, es decir, en el ser.
Es una corriente no-teísta y aún existe discrepancia en considerarla o no una religión. Si bien, es tomada como tal, existen detractores en todo el mundo que piensan que no lo es. El budismo tiene como base a la naturaleza, la conexión con el ser profundo y los conocimientos espirituales. Quienes practican esta doctrina reciben un entrenamiento espiritual y emocional. Este entrenamiento funciona como herramienta para manejar la psiquis en los momentos cotidianos de la vida.
Si hilamos más fino, podemos afirmar que la palabra budismo refiere a una doctrina filosófica, religiosa y moral cuyo estandarte es lograr una vida interior en armonía con el todo. Esto se logra a través de la meditación y la renuncia a todo placer que liga al ser a las cosas materiales o a los problemas del ego y, por lo tanto, generan sufrimiento. Asimismo, establece la reencarnación del ser humano como la forma de vivir experiencias para liberarlo del sufrimiento material.
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La práctica del budismo.
La práctica del budismo ha generado grandes cambios en las personas que han tomado esta disciplina como parte de su vida diaria. Los practicantes del budismo aseguran sentir una profunda conexión consigo mismos, sentir paz y, sobre todo, tranquilidad mental y espiritual.
El camino para encontrar esta armonía y conexión divina es la práctica de la meditación. Meditar implica estar en silencio, llevar la atención mental al proceso respiratorio y dejar fluir los pensamientos sin comprometerse con ellos. Simplemente, verlos aparecer y dejarlos seguir. La meditación colabora en bajar los niveles de estrés, ansiedad, inseguridad, violencia y, sobre todo, aumenta la capacidad de amar y de sentir empatía.
Las personas que practican budismo en templos o monasterios, reciben el nombre de budistas. Aunque a algunos se los suele llamar budas, no porque sean iluminados, sino porque han aprendido (o están aprendiendo) a vivir desde el propio espíritu. Es decir, se han desprendido de todo lo material y de todo lo emocional para así alcanzar el Nirvana, momento de iluminación que lleva a la felicidad interior.
El Nirvana es una fase inmaterial en el que el ser es libre, pierde toda atadura al sufrimiento. También se refiere a atravesar las miserias humanas para, en caso de lograrlo, liberarse de reencarnaciones. Esta liberación se consigue a través de las nuevas creencias y de las prácticas espirituales, las mismas que pretenden desarrollar estados positivos como, por ejemplo, la calma, la concentración, la conciencia, etc.
Además, las personas que practican el budismo, es decir, los budistas, deben hacerlo teniendo presente las Tres Joyas o Tres Tesoros, bases de la tradición y de la práctica budista.
- El Buda, es decir, el ideal de iluminación. Tener como maestro a Buda.
- El Dharma, seguir la verdad que el mismo Buda comprendió y que difundió a través de sus enseñanzas. Es decir, seguir los pasos y las enseñanzas del budismo.
- La Sangha, es estar en comunidad espiritual con aquellos practicantes del Dharma.
Estas Tres Joyas son los ideales en los que se concentra la vida y hacia los cuales los budistas orientan su energía, su búsqueda y sus aspiraciones. Representan el camino para despegarse de lo transitorio que genera dolor.
Quién fue Buda.
Buda fue un filósofo oriental que vivió en India en c. 563-486 a.C., aunque no existen datos certeros sobre la fecha de su nacimiento ni mucho menos de la fecha de su deceso. Su nombre verdadero fue Siddharta Gautama, un joven príncipe que luego de romper con los mandatos de su familia, decidió internarse en las miserias de la vida, y descubrió que existe el sufrimiento.
Este hallazgo le hizo cambiar el sentido de su vida y decidió dejar atrás los lujos, la abundancia, su herencia, el estatus social y la vida real para sumergirse en los estados del hombre. Su peregrinaje significó su propio despertar e iluminación y, por ello, fue llamado «el Buda». Esta palabra proviene del sánscrito «buddha» cuyo significado es «iluminado».
Pero Siddharta no fue el único en recibir esta denominación, pues así se llamaba a los sabios que lograban un alto nivel de conciencia. Sin embargo, este buda en particular, logró un despertar supremo. Es por ello que es el maestro fundador del budismo, y no un dios o una deidad a la cual adorar.
Las cuatro nobles verdades del budismo.
Las cuatro nobles verdades del budismo no son más que el sendero por el cual transitar para lograr el Nirvana. El propósito de cada una de ellas es atravesar el dolor y alcanzar una vida de liberación y la paz en forma integral. Se las considera como las enseñanzas principales de la doctrina o religión budista.
Dukkah.
Dukkah es la primera de las cuatro nobles verdades que afirma que la vida es sufrimiento. De hecho, ese es su significado literal.
Esta verdad nos dice que la existencia es insatisfactoria y que para superar este estado, es importante reconocer su verdadera naturaleza.
Establece que la felicidad nunca es completa, siempre está presente el sufrimiento, la disconformidad o, si no lo está, al menos podemos asegurar que está al acecho.
Básicamente, Dukkah habla de la verdad del sufrimiento y de reconocer este sufrimiento en la vida imperfecta que nos rodea.
Samudaya.
Samudaya es la segunda verdad cuya traducción es «origen». Esta afirmación se complementa con la anterior, pues, afirma que todo sufrimiento tiene su origen en el apego, el deseo y la ignorancia.
Es decir, todo aquello que se desea o que se retiene, generará insatisfacción y momentos de dura infelicidad.
El ser humano, inserto en un sistema donde el consumo es la base y la cúspide de la vida; desea y se apega a bienes materiales, pero también a las personas. Esto, tarde o temprano, genera dolor, insatisfacción y mucha frustración.
Asimismo, esta segunda verdad afirma que las acciones realizadas por la propia voluntad humana originan sufrimiento.
Conocer el lugar de donde proviene el dolor permite trabajar a nivel espiritual, para reducir la insatisfacción y abandonar el sufrimiento.
Nirodha.
Nirodha es la tercera noble verdad del budismo y se traduce como «cese». Es decir, si el sufrimiento es inevitable (como afirma la primera noble verdad, el sufrimiento es inherente a todo ser humano), entonces, puede hacerse algo para superarlo. E, incluso, se supera. Pero, para ello, es importante vencer el dolor, lo cual significa eliminar el deseo y el apego.
Hacer caso a esta tercer noble verdad es tomar la responsabilidad sobre sí mismo y realizar un trabajo de introspección para dar con el origen del sufrimiento.
Para ello, Buda decía que había que eliminar los cinco venenos de la existencia: el odio, la ignorancia, el ego, los celos y el apego. Todos ellos son motivo de sufrimiento, y es por eso que el ser no se ilumina y vive padeciendo.
Magga.
Magga es la cuarta noble verdad, su significado es «camino». Magga refiere al llamado Noble Camino Óctuple, el cual muestra la manera de salir del sufrimiento a partir de ocho principios de liberación: visión perfecta, emoción perfecta, habla perfecta, acción perfecta, subsistencia perfecta, esfuerzo perfecto, atención perfecta y Samadi (atención) perfecta.
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Navicelli, V. (18 de febrero de 2022). Definición de budismo. La práctica del budismo, quién fue Buda y las cuatro nobles verdades. Definicion.com. https://definicion.com/budismo/