Con el nombre de orgullo, en español, se conoce a un sentimiento que suele asociarse con aspectos negativos de una persona. Como tal, el orgullo responde a un exceso en la propia estima, que hace que alguien se vincule socialmente desde la superioridad.

De este modo, el término se relaciona con palabras como vanidad o arrogancia. Sin embargo, tiene otro uso en el sentido contrario: alude a la satisfacción que un sujeto puede sentir por sí mismo o por otros. Esto puede despertarse a raíz de méritos y logros alcanzados y hacen que el individuo se sienta conmovido (por él o por terceros).

El vocablo proviene del catalán orgull, que a su vez deriva de un concepto del antiguo francés: ŭrgōlī, que significa excelencia.

En el universo religioso.

Cuando se contempla el orgullo desde una perspectiva religiosa, se observa que es uno de los pecados capitales. Este nombre, capital, lo reciben todos aquellos pecados que son el puntapié para otros.

Así, el orgullo (también denominado soberbia en este contexto) es una de las formas más negativas en las que el ser humano puede manifestarse. De acuerdo con la tradición cristiana, el primer acto de orgullo fue cometido por Lucifer.

Conocido igualmente como Luzbel, era uno de los arcángeles preferidos de Dios. Su nombre, proveniente del latín lux (luz) y del verbo ferre (llevar), significaba portador de luz. Estaba considerado como uno de los arcángeles más hermosos y uno de los más piadosos.

Lucifer, ángel caído
De acuerdo con la mitología religiosa, el orgullo de Lucifer lo lleva a enfrentarse a Dios, por lo que es expulsado de los cielos.

Consciente de su belleza y de su sabiduría, la mitología cristiana afirma que decide enfrentarse a Dios. Esta soberbia hace que Dios lo expulse para siempre de los cielos; de acuerdo con la tradición, su nombre fue cambiado de Lucifer a Satán o Satanás.

Otros personajes bíblicos que encarnan la soberbia y el orgullo son Adán y Eva. Al llegar al Edén, tienen a su disposición todos los frutos del mundo, pero con la orden expresa de evitar uno de ellos, el fruto del árbol del bien y el mal. La serpiente del jardín engaña a Eva para que coma ese fruto, y luego Adán replica tal acción. El orgullo, que provoca que quieran conocer qué oculta ese fruto, lleva a que sean expulsados del Paraíso (esto se conoce como la caída del hombre).

De este modo, el orgullo, la soberbia o la arrogancia impiden que podamos contemplar que existe algo superior (a nosotros y a los demás), es decir, rechazan de alguna manera la superioridad de Dios

Al no poder reconocer la autoridad divina, quien es orgulloso deja que sus deseos y emociones lo dominen. Esto lleva a tratar de estar por encima al prójimo y a que lo que los demás consideren sobre él importe más que lo que Dios pueda considerar sobre esa persona.

La forma de combatir estas manifestaciones es mediante la virtud de la humildad. Esto permite poder calmar nuestros apetitos y deseos, y conducirnos con templanza, con calma. Así, permitiremos también que otros nos señalen aquello donde podemos haber cometido equivocaciones.

En la mitología griega.

En el universo mitológico griego existe el concepto de ὕβρις, hýbris (en español conocido como hibris) que se traduce como un orgullo y/o arrogancia excesiva. Se opone, por tal motivo, a la moderación y la sobriedad, pero también al concepto de areté, vinculado con un comportamiento honrado.

La hibris representa aquel conjunto de acciones irreflexivas e insolentes de los mortales, que responden más a lo instintivo e irracional que a acciones pensadas cuidadosamente.

Narciso
El narciso toma su nombre de un personaje de la mitología griega con ese nombre, Narciso, quien cae en desgracia por su arrogancia.

La falta de reflexión lleva a que, en la mitología griega, algunos personajes caigan en la hibris como consecuencia de un castigo que los dioses llevan a cabo contra los humanos.

El personaje mítico que por exceso de orgullo y vanidad cae en desgracia es Narciso. Su belleza era tal que todas las mujeres se enamoraban de él: su vanidad aumentaba con el paso del tiempo, por lo que rechazaba a todas.

Tiresias, un adivino ciego, predijo que Narciso viviría una larga vida a menos que se observara a sí mismo. Una ninfa, Eco, condenada a repetir la última palabra de sus interlocutores, se enamora de Narciso. Este, frente a la idea de amar a una joven muda, se mofa de la ninfa.

Eco se recluye en una cueva para morir, no sin antes pedirle a la diosa Némesis que Narciso sufriera el amor no correspondido. De este modo, el castigo del joven es enamorarse de su propio reflejo, que observaba insistentemente en el reflejo del agua. Incapaz de poder acceder a su objeto de deseo, se suicida en las aguas del río.

Otro personaje que cae en la hibris es Ícaro, hijo de Dédalo. Este último es el arquitecto del laberinto de Creta donde el Minotauro es recluido: cuando Teseo llega a matar al monstruo, le enseña a Ariadna cómo pueden cumplir la misión y salir del imposible laberinto.

El rey Minos, al ver que la construcción no era tan segura, encierra a Dédalo y a su hijo en el laberinto. Sin embargo, el padre elabora alas de cera para él y su hijo y le indica que no vuele bajo para no ser atrapado, ni muy alto a fin de no derretir las alas por el sol. El joven desobedece a su padre y, orgulloso, intenta alcanzar el sol: sus alas se derritieron y su cuerpo cayó en el mar.

La caída de Ícaro
Ícaro, otro personaje de la mitología griega, muere en el mar tras que se derritieran sus alas por intentar llegar al sol.

Como sentimiento negativo y como uno positivo.

El término orgullo, en nuestra lengua, es usualmente vinculado con dos emociones opuestas entre sí. Por una parte, refiere a una percepción sobre uno mismo que lleva a alguien a sentirse más importante que los demás.

Esto se asocia con una autoestima excesivamente elevada y con una autoconfianza que es desmedida, injustificada. En ocasiones, se relaciona tal comportamiento con mecanismos de defensa: la persona, con esta fachada de orgullo y soberbia, oculta sus inseguridades. 

Cuando, por el contrario, es considerado una emoción positiva, se habla de la alegría o la felicidad que representa para nosotros el cumplimiento de algún objetivo. Es común escuchar expresiones como «Él es el orgullo de su familia» o «Mi hija consiguió ese trabajo que quería y estoy muy orgullosa por ella«. 

Esta emoción positiva muchas veces está más conectada con logros y metas de otro que con las propias. Esto se debe a la connotación negativa que el orgullo tiene cuando hablamos de nosotros mismos.

La habilidad de poder sentirnos orgullosos de nosotros mismos no es siempre vanidad o arrogancia. Esa sensación provoca que podamos reconocer nuestros logros y objetivos, y nos brinda mayor seguridad.

Además, permite que comprendamos que somos capaces de superar obstáculos, que tengamos confianza en nuestras decisiones y en nuestras elecciones. Es válido, entonces, sentir orgullo por nosotros mismos, siempre que eso pueda ser medido, sin transformarse en el orgullo negativo, el que se manifiesta como arrogancia y soberbia.

Un caso: el Día del orgullo.

Día del orgullo
El 28 de junio de cada año, alrededor del mundo se conmemora el Día del orgullo.

En este sentido de orgullo como algo positivo, encontramos en la cultura una conmemoración que se realiza en algunos países: el 28 de junio es el Día internacional del orgullo LGTBIQ+. En esta fecha se recuerda la revuelta de Stonewall, en Estados Unidos, ocurrida en 1969.

En aquellos años, quienes eran homosexuales, transexuales o si representaban otras disidencias respecto de lo normativo eran perseguidos por la policía y excluidos de los espacios sociales. Esa noche de junio, con la intervención de la policía, se inició una revuelta.

Una de las primeras en enfrentarse fue la activista trans Marsha P. Johnson (1945-1992), quien es recordada por la comunidad como una pionera en la lucha.

El orgullo LGTBQ+, hoy, se asume como celebración y reivindicación. La noción de orgullo remite a no tener que sentir vergüenza por ser quiénes somos, a poder expresar libremente qué siente alguien sin que ello restrinja a la persona de acceder a espacios sociales y a derechos como la salud, el trabajo y la educación.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (15 de febrero de 2023). Definición de orgullo. Tipos, características y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/orgullo/