Reconocimiento es la acción mediante la cual algo es observado y, gracias a ello, su identidad o singularidad es conocida. Además, es también el nombre con el que se conoce el efecto de expresar agradecimiento con algo o alguien por haber obtenido algo anteriormente.

Tiene además otra acepción, que es aceptar como, por ejemplo, cuando se la utiliza para indicar que alguien reconoció su error, es decir, que se hace consciente de aquello que hizo mal.

La palabra proviene del latín cognoscere, es decir, conocer, y el prefijo re-, que indica repetición. De este modo, puede interpretarse como volver a conocer.

En el ámbito personal y social.

Cuando se la utiliza en un ámbito de comunidad, o de una persona, el reconocimiento sirve para definir la apreciación o valoración que una persona, una comunidad o un trabajo reciben por parte de otras personas.

Gratitud
El reconocimiento entre pares implica que se valora una tarea, una meta o el cumplimiento de algo valioso para los demás.

Es una manera de expresar gratitud por eso que se aporta, ya que puede ser esencial para la vida de una persona, de toda la comunidad o simplemente puede ser algo que causa un impacto positivo en su entorno. De esta manera, mediante el reconocimiento, que puede expresarse de diferentes modos, se brinda constancia de que eso que se realiza tiene el visto bueno de una o más personas.

Este elemento es constitutivo de nuestra autoestima tanto por nuestra propia singularidad como individuos como en el marco de la pertenencia a un grupo. Nos hace sentir valorados y apreciados, y que nuestros pares nos reconocen el mérito por nuestros actos.

Es importante, además, que este reconocimiento se practique desde la infancia. Como parte esencial de nuestros procesos de aprendizaje, sin importar cuán simples o complejos puedan ser, el reconocimiento actúa como una motivación para impulsar nuestro esfuerzo.

Cuando los adultos ponen atención en aquello que un niño realiza, lo alientan a continuar, reconocen sus puntos fuertes y los ayudan con sus puntos más débiles, el incentivo puede ayudarlos a construir su disciplina. De este modo, si bien el reconocimiento funciona más como un medio que como un objetivo o un fin en sí mismo, la perseverancia a pesar de las adversidades le enseña a aprender de sus errores y a trabajar en mejorarlos.

De igual modo, a medida que crecemos, esta valoración es esencial en ámbitos como el trabajo. Ayuda a que quienes trabajan dispongan del visto bueno de quienes son superiores en jerarquía (como jefes), y puede hacerlos sentir que su esfuerzo es válido y que su trabajo goza de aceptación.

Motivación en la infancia
Cuando la labor de un niño es reconocida, se le enseña de motivación, disciplina y perseverancia.

Formas de reconocimiento.

Existen diferentes formas de brindar reconocimiento: una de esta formas la constituye un premio, un trofeo o una medalla. Estas funcionan como recompensas que se le entregan a una persona para que su esfuerzo tenga legitimación.

Es una forma de distinción y de celebración muy común en ámbitos como el deporte, donde diferentes participantes de una categoría se enfrentan entre sí por el respeto y la distinción respecto de sus pares. Con esta condecoración, se valida un extenso camino de esfuerzo y trabajo en pos de cumplir una meta, y esa medalla es la simbolización de ese trabajo.

Otra forma de reconocimiento está constituida por un diploma o una mención honorífica. Estos son documentos, con un alto carácter formal y de legitimación, que validan una calificación o el trabajo de alguien a lo largo de un período determinado.Son frecuentes en el ambiente académico, pero muchas veces sirven como reconocimiento a aquellas personas que han realizado un aporte a esa disciplina sin necesariamente haber estado en ese universo académico.

Un ejemplo de ello es la validación de un escritor por parte de una universidad o una escuela dedicada a la cultura o la escritura. Con esta certificación, se le demuestra respeto y afecto por su compromiso.

El aspecto psicológico.

Cuando se considera el valor del reconocimiento y su impacto sobre nuestro universo psicológico, cabe destacar que no se trata únicamente del impacto que puede tener en nuestra autoestima. En líneas generales, esta validación o no a lo largo de nuestra vida constituye también un elemento que conforma nuestra identidad.

Identidad
El reconocimiento de nuestras aptitudes y capacidades nos ayuda a fortalecer nuestro autoestima y nuestra autoconfianza.

Podemos concebir el reconocimiento de los demás hacia nosotros como una instancia muy esencial mediante la cual somos vistos y con la que construimos nuestro sentido de pertenencia. De este modo, ayuda a construir también nuestra autoconciencia y nuestra propia necesidad de construir una identidad.

Es importante que la mirada ajena sea una forma entre tantas para construir la percepción sobre nosotros mismos. La necesidad constante de validación externa puede provocar, a largo plazo, que todos nuestros actos no sean válidos sino hasta que la otra persona los reconoce y los valora como nosotros esperamos que suceda.

Por este motivo, el reconocimiento es parte de nuestra autoestima: nos permite también aprender a reconocernos, a nosotros mismos, cómo somos, qué nos gusta, qué no, cuáles son nuestros límites, nuestras posibilidades y nuestras limitaciones. La mirada ajena aquí puede ser muy útil fundamentalmente si es alguien en quien depositamos nuestra confianza, como nuestros amigos, nuestra familia o una pareja.

Sin embargo, la propia percepción sobre nosotros mismos también es esencial para poder balancear la opinión de los demás y nuestra propia perspectiva. De este modo, podemos tomar las decisiones que, en última instancia, consideremos adecuadas.

En tecnología.

Esta idea de reconocimiento, vinculada con la percepción sobre la singularidad o la identidad de alguien o algo, puede trasladarse al plano tecnológico y a los avances que durante los últimos años la ciencia ha realizado. 

En este sentido, el reconocimiento facial, una de sus manifestaciones más conocidas y utilizadas, implica un sistema que detecta los rasgos faciales de una persona previamente almacenados, para brindar su identidad. Esto se utiliza en múltiples instituciones, tanto públicas (como entidades vinculadas al gobierno para validar la identidad de los ciudadanos) como privadas (para reconocer a los clientes). 

Reconocimiento facial
El reconocimiento facial permite identificar a una persona, entre miles más, para definir su identidad y validarla.

Mediante el análisis biométrico, es decir, la medición de huellas, la forma del rostro, de las manos, los ojos y otros detalles, se construye una base de datos donde siempre que se intente verificar la identidad de alguien pueda hacerse de la manera más precisa posible, sin márgenes de error.

El reconocimiento facial es actualmente una herramienta muy útil para confirmar la identidad de una persona, pero también para protegerla. Se usa en el acceso a aplicaciones o a un sistema donde esos datos son vulnerables como, por ejemplo, una cuenta bancaria, la autorización de un pago o el acceso a una base de datos con información sensible.

Por otra parte, el reconocimiento de voz es otro tipo de tecnología en la que también se emplean análisis biométricos, pero en este caso se procesan, decodifican e interpretan datos auditivos como la voz y la lengua de quien habla. En la actualidad, sirve para potenciar la comunicación entre humanos y máquinas, a través de diferentes herramientas como, por ejemplo, el comando de voz. 

Con este, la persona puede dar indicaciones y órdenes a un software que va a hacer lo que esa persona indica. No solo esta modalidad perfecciona paulatinamente las capacidades de identificación y decodificación del programa, sino que puede ser útil para quienes tienen disminución visual o una discapacidad motriz que les impida escribir, entre otras.

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Fernández, A. M. (10 de octubre de 2023). Definición de reconocimiento. Tipos, rasgos y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/reconocimiento/