Vanidad es una palabra que encuentra su origen en el latín vanitas y, también, vanitatis cuyo significado es vano, apariencia. Es decir, es un término que se utiliza para definir una cualidad, un estado o una característica, la misma que tiene como rasgo principal la presunción de que se es o se tiene algo cuando, en realidad, el interior se halla vacío. Es de índole vana.

Además, hace referencia a un tipo de orgullo y arrogancia que caracteriza a quienes se consideran dignos de toda razón, siendo ellos mismos los únicos portadores de la verdad.

La palabra vanidad también deriva del adjetivo vanus, el mismo que significa vacío o hueco. Es decir, que no contiene nada. Asimismo, puede tomarse este vocablo como una idea de caducidad de cualquier elemento que existe en el mundo, en realidad, por considerarlo falto de valor.

En cuanto al lenguaje, se considera vano a todo aquel mensaje, palabra o expresión que está vacío de contenido y que se reduce a una mera expresión inútil y sin sentido. Muchas veces se la define como insustancial.

Pero, en el campo de lo artístico, también se utiliza esta palabra para mencionar todo tipo de representación cuyo contenido es insulso, carente de creatividad y sin contenido. Generalmente, hablamos de obras de fantasía, ilusión e, incluso, de ciencia ficción.

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El mito de Narciso se utiliza para explicar la cualidad de una persona vanidosa, la cual siente una gran admiración por sí misma.

Características de la vanidad.

Las características de la vanidad son muchas, pero, sobre todo, es importante destacar que una persona vanidosa o, mejor dicho, un ser vanidoso, es aquel que está todo el tiempo asumiendo un rol protagonista y de saber absoluto.

En los siguientes apartados, vamos a desarrollar los principales rasgos.

La verdad del vanidoso.

La persona vanidosa siente y asegura estar siempre en lo cierto. Esto se debe a que tienen una personalidad egocéntrica y narcisista (como veremos en las siguientes líneas).

Asegura que su palabra es la única palabra autorizada por el simple hecho de ser quién es y no considera otra que vaya en contra de su pensamiento. Es por ello que, la persona vanidosa, suele creer tener siempre la razón, ya sea que se trate de una discusión o, simplemente, de una conversación corriente. Para sostener su postura, el vanidoso defiende sus puntos de vista a partir de una conducta, a veces, autoritaria. En algunos casos, recurre a la fuerza.

La imagen pública del vanidoso.

El vanidoso presta mucha atención a su imagen pública, pues, la vanidad se relaciona con la opinión que los demás elaboran sobre la persona en cuestión. Sin dudas, este es un punto de sumo interés para quien ostenta seguridad y autoridad.

En muchos casos, el vanidoso alimenta su autoestima a partir de las palabras de los demás, las mismas que aportan a una personalidad orgullosa, soberbia y egocéntrica.

Lo curioso de este rasgo es que, el vanidoso, no parece mostrar interés a la opinión de las demás personas, sino que hace todo lo contrario. Se muestra indiferente, distante y hasta con recelo por estos asuntos. Esto ocurre, básicamente, porque estar atento a la palabra ajena, sería una muestra clara de debilidad, cualidad que un vanidoso no quiere demostrar.

El enojo del vanidoso.

Una persona vanidosa suele enfadarse con facilidad. Además, resultan personas con las cuales la comunicación se torna una situación compleja y, a veces, imposible. Esto se debe a que guardan para sí una idealización que sobrepasa cualquier tipo de interacción.

Lo que acabamos de mencionar, se manifiesta en todo tipo de comunicación que realice, en la cual aparezca algún tipo de diferencia. El vanidoso, al no encontrar satisfecho su deseo de estar en lo cierto, acudirá rápidamente al enojo, la histeria e, incluso, a una sensación de rencor hacia la persona que no toma su palabra como la única verdadera.

Las discusiones del vanidoso.

El vanidoso mantiene discusiones en las que sabe que únicamente él tiene la razón. En caso de no encontrarla, manipula al resto de las personas para lograr su cometido, en este caso, ser el portador de la verdad.

Si alguien no presta atención a sus palabras o no adhiere con su pensamiento; el vanidoso intentará encontrar algún motivo para confrontar con ese sujeto y, además de conseguir su atención, buscará que este acepte su palabra o punto de vista.

La actuación del vanidoso.

El vanidoso tiene un modo de expresar sus estados emocionales o puntos de vista que se asemeja a una actuación teatralizada. Es decir, gesticula, se mueve en forma actoral: simula estar en el campo escénico. Además, percibe que solo él está ante los ojos de todos.

Esta manera de actuar tiene una única intención: llamar la atención de las personas que lo rodean y lograr que estas, no solo lo observen, sino que, además, hagan aquello que él quiere.

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La vanidad es una manifestación de idealización personal.

La vanidad y el narcisismo.

La vanidad está muy vinculada con uno de los conceptos más antiguos que existen: el narcisismo. A su vez, la palabra que aquí estamos estudiando, se relaciona con un tipo de psicopatía, pues, el vanidoso se considera el único importante entre las demás personas. Esto resalta su orgullo, lo que lo convierte en una persona soberbia y con creencias de superioridad.

El rasgo psicópata de un vanidoso tiene que ver con querer llevar todo a su centro, es decir, tomar todo lo que ocurre a su alrededor para beneficio propio. Además, buscará que las demás personas lo idealicen de la misma forma que él lo hace consigo mismo.

Con respecto al mito de Narciso, no podemos olvidar que se trata de una historia en la que un joven, llamado Narciso, estaba tan enamorado de sí mismo que, tanto amor e idolatría, terminó matándolo.

Cuenta la historia de que Narciso estaba fascinado por su imagen. Podía pasar horas mirando su reflejo en cualquier lugar, hasta que un día lo hizo mirándose en las aguas cristalinas de un lago.

Incapaz de quitar los ojos a la belleza que observaba, ni más ni menos que su propio rostro, Narciso, cayó al agua (o eso es lo que se cree) y, al no poder agitar las aguas -para no borrar el reflejo de su bello rostro-, el joven murió ahogado.

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En las redes sociales, las personas ganan popularidad al exponer sus vidas con cierta frecuencia.

Las redes sociales y la cualidad vanidosa.

Sin dudas, las redes sociales son un espacio donde la vanidad está a la vista. Este mundo virtual ha permitido que las personas con esta cualidad resalten aún más y, además, busquen ser observados por los demás.

En las redes sociales, las personas ganan popularidad y, por lo tanto, están más expuestas. Los perfiles de las redes construyen una imagen de la persona que, quizás, no es la real, pues se da vida a todo un personaje al que solo le interesa ganar espacio y ser visto por el mundo. Esto, sin dudas, alimenta la personalidad vanidosa.

Asimismo, esta conducta de exposición e idealización, también se manifiesta en la vida social, cuando el vanidoso sostiene el mismo personaje que ha creado en las redes para ganar seguidores y, obviamente, mayor exposición.

Un dato a destacar es que, el vanidoso, no utiliza las redes para interactuar con las demás personas, sino, todo lo contrario. Solo lo hace para mostrarse y, además, dejar en evidencia su vida social, amorosa o, simplemente, las cosas que hace en el día a día. Únicamente le interesa ganar más visibilidad y construir un personaje ficticio, pero capaz de ser idolatrado.

Citar este artículo

Navicelli, V. (24 de mayo de 2022). Definición de vanidad. Características, el narcisismo y las redes sociales. Definicion.com. https://definicion.com/vanidad/