Se llama mecenazgo a un tipo de patrocinio que se presta a artistas, escritores o científicos con el fin de promover el desarrollo de su obra. Se considera un apoyo de carácter desinteresado y consiste, principalmente, en brindar sustento económico y material a un artista, escritor o científico con el fin de potenciar el desarrollo de su obra. Se llama mecenas a la figura, generalmente de poder y renombre social, que otorga apoyo económico o protección política a artistas, literatos o científicos a fin de permitirles realizar sus obras.
El mecenazgo puede darse en múltiples ámbitos, generalmente relacionados con el arte, la literatura o las ciencias. Hay mecenazgo en la música, la pintura, la escultura, la danza, el teatro, el cine o la fotografía. En todos los casos, consiste en una actividad de apoyo a los artistas, escritores o científicos que desarrollan determinada obra de valor para el mecenas.
El mecenazgo cumple una función social importante al ser el nexo entre los artistas y el público. La participación de los mecenas no sólo aporta un sustento económico, sino que permite también la difusión y socialización de la obra de determinado artista o intelectual.
A diferencia del patrocinio, relación en la cual se establece que el patrocinado se compromete a publicitar con su figura o su arte el producto o la marca del patrocinador, el mecenazgo es de carácter desinteresado. En este sentido, la acción del mecenas parte de la filantropía y el gusto por las artes o la obra particular de determinado artista o científico. No obstante, si bien no existe remuneración directa por el mecenazgo, los mecenas pueden estar interesados en el carácter estético, moral o intelectual de la obra, o por las conexiones sociales de valor que el mecenazgo puede brindar a su figura social.
El origen del término «mecenas» proviene del nombre de Cayo Mecenas (c.70-8 a. C.), noble romano quien fue confidente y consejero político de Augusto César. Su nombre cobró tanta fama e importancia como protector de las artes que se utilizó para designar a la figura social del mecenas. A partir de entonces, el término «mecenas» corresponde a los protectores o patrocinadores desinteresados del arte, la cultura o las ciencias.
En la antigüedad, la gran mayoría de obras artísticas y arquitectónicas se realizaban a partir del encargo de sectores con poder político (reyes o nobles), o desde el poder religioso para la construcción de templos y representaciones artísticas religiosas. Durante el Renacimiento, el mecenazgo tuvo su auge histórico, ya que fue de gran importancia para el surgimiento del movimiento artístico y cultural de la Europa renacentista.
En la actualidad, el mecenazgo continúa siendo una práctica adoptada por fundaciones culturales, galerías de arte o por los propios gobiernos que buscan fomentar el arte y a los artistas locales a través de becas, subvenciones y concursos artísticos y literarios diversos. Versiones novedosas de mecenazgo en la actualidad son el crowdfunding, el micromecenazgo y el patrocinio corporativo.
Índice de temas
El mecenazgo a lo largo de la historia.
Origen del mecenazgo en las culturas antiguas.
Durante la antigüedad, civilizaciones importantes como Sumeria, Egipto, Persia o la Antigua Grecia desarrollaron una amplia acción de fomento al arte y la arquitectura, principalmente, con el fin de engrandecer y enaltecer sus figuras e imperios. El arte antiguo fue de vital importancia tanto para el poder político como religioso. La función del arte en la antigüedad fue fundamental para las sociedades antiguas, ya que a través de la pintura, la escultura y la arquitectura, los gobernantes tenían la posibilidad de perpetuar su imagen y darle prestigio social y religioso al imperio.
Las representaciones de gobernantes, dioses y escenas míticas de la historia de cada civilización fueron el medio principal de difusión de la imagen y la cultura de los imperios antiguos. Por esta razón, el patrocinio o mecenazgo por parte de los gobernantes y religiosos a los artistas de la antigüedad era una actividad fundamental de la cultura artística, social y política antigua. La construcción de la gran mayoría de los templos, la creación de esculturas de dioses, héroes y gobernantes se realizaban por encargo de parte del gobierno a los artistas, arquitectos y escultores, quienes a cambio recibían honores, dinero o cargos en el poder.
Existen múltiples ejemplos de mecenazgo en la antigüedad que reflejan el nivel de importancia que tuvo esta práctica en los gobiernos y sociedades de la época. Uno de los casos más antiguos registrado se dio en Mesopotamia, donde Gudea, gobernante y señor de Lagash (2144-2124 a. C.), empleó gran parte de sus riquezas para contratar a los mejores artistas de la región con el fin de construir esculturas de su rostro, que fueron repartidas por toda la región Lagash. En la actualidad, parte de estas obras se encuentran expuestas en el Museo de Louvre de París y son un ejemplo de las prácticas de mecenazgo desarrolladas en la antigüedad.
Otro caso emblemático de mecenazgo es el del Antiguo Egipto, donde los faraones emplearon a los más importantes artistas de la época para la representación de relieves en los templos, importantes esculturas de dioses y gobernantes, y la decoración de mausoleos finamente ornamentados. La importancia del arte para la antigua sociedad egipcia se vinculaba estrechamente con el poder político y la trascendencia religiosa. Las representaciones artísticas eran un símbolo de poder, prestigio y trascendencia espiritual.
Durante los períodos arcaico y clásico de la Antigua Grecia, el establecimiento de sistemas de patrocinio y mecenazgo por parte de los Estados griegos se orientó a que los artistas crearan obras cuyo fin fuera inspirar lealtad a la polis y sus gobernantes. En la mayoría de las sociedades mediterráneas, como en la Atenas de Pericles (s. V a. C.), las clases dominantes emplearon el mecenazgo artístico con fines de prestigio, poder y trascendencia social. A cambio de sus servicios, los artistas recibían regalos, dinero, títulos oficiales e, incluso, cargos políticos en el gobierno.
En el mundo romano, Cayo Mecenas fue el principal exponente de esta práctica la cual lleva su nombre. Además de consejero político de Augusto, Cayo fue un gran protector e impulsor de las artes en la cultura romana de su época. Fue amigo íntimo de los poetas Virgilio y Horacio, y protector de jóvenes talentos, poetas y artistas. Su dedicación y protección a las artes dio por nombre de mecenazgo a esta práctica de patrocinio desinteresado a los artistas, poetas y escritores.
Mecenazgo en la Edad Media.
Durante la Edad Media, el mecenazgo se redujo a la acción de la Iglesia Católica como única institución que ejerció el patrocinio artístico y cultural. El poder de la Iglesia se expandió por toda Europa controlando gran parte de la producción artística de la época. Durante este período, la mayoría del arte fue de motivos religiosos y se produjo por encargo de la Iglesia, con el fin de representar escenas importantes de la Biblia y despertar devoción e inspiración religiosa en sus adeptos.
Así, la pintura, la escultura y la arquitectura se convirtieron en el canal de la expresión religiosa del cristianismo católico. Las representaciones religiosas durante la Edad Media fueron de vital importancia para consolidar el poder político y cultural de la Iglesia. La importancia del poder simbólico de las obras artísticas religiosas residía en su influencia sobre el pueblo analfabeto, que recibía a través de las imponentes catedrales, esculturas y pinturas religiosas, la influencia para perpetuar el poder de la Iglesia Católica en el común de la sociedad.
Respecto a las clases dominantes, las donaciones de obras religiosas a la Iglesia fomentaban el prestigio y fortalecían las relaciones sociales entre la nobleza y el poder eclesiástico. Durante la Baja Edad Media se desarrolló el mecenazgo civil por parte de las familias aristócratas y las instituciones políticas como los gremios, ayuntamientos o las primeras monarquías autoritarias. En esta época, se llamó donante, patrón o comitente al mecenas que encargaba las obras religiosas para donar a la Iglesia. En ellas, se solían representar a los comitentes (mecenas) en posición de oración o devoción dentro de la propia obra donada a las instituciones religiosas (capillas o iglesias).
Existen múltiples ejemplos históricos del mecenazgo medieval, uno de los más antiguos se corresponde con el caso de la mecenas Juliana Anikias (siglo IV), que fue la donante de la obra conocida como Dioscórides de Viena. En esta obra precursora del mecenazgo medieval, la donante se hizo representar a sí misma dentro de la obra, acompañada de figuras alegóricas. Esta tendencia de representar a los propios mecenas dentro de las obras continuaría expandiéndose hasta alcanzar su auge en el Renacimiento, con el retrato como principal motivo de encargo de obras.
Auge del mecenazgo en el Renacimiento.
El mecenazgo moderno tuvo su auge durante el Renacimiento (s. XV), época en la cual se produjo una importante transformación cultural y social que tuvo al arte como su principal factor de cambio y transformación. En este contexto, los artistas de la época (pintores, escultores, arquitectos, poetas y escritores) eran parte importante de las castas de nobles y aristócratas. Las familias más poderosas de Italia y Europa admitían a los artistas entre sus círculos sociales y establecían relaciones de mecenazgo, a través de las cuales encargaban distintas obras a los artistas, principalmente por prestigio social, y por el valor que en la época se le otorgó al arte y los artistas.
Durante el Renacimiento, el artista fue considerado una figura de genio, lo cual despertó el interés de las grandes familias europeas, ya que la presencia de un gran artista en su círculo representaba importantes beneficios sociales. El mecenazgo se convirtió en una práctica fundamental de la cultura y el arte de la época. Surgió así la relación entre el mecenas y el artista visto como una figura de genio que representaba los valores del humanismo y el Renacimiento cultural de la época.
La capital de este nuevo movimiento artístico y de mecenazgo se dio en la ciudad de Florencia, Italia. Familias importantes como los Medici, Rucelli, Tornabuoni o Pazzi se rodearon de los artistas, humanistas e intelectuales más importantes y talentosos de la época. Así, la protección de las artes se convirtió en una práctica de competencia entre las distintas ciudades italianas que, rápidamente, se propagó por toda Europa. No sólo las grandes familias, sino que el propio papado y las monarquías de los reyes católicos comenzaron a practicar el mecenazgo, contratando a artistas para realizar obras que se convertirían en símbolo y emblema de la cultura renacentista.
Durante el Renacimiento surgieron tres tipos de mecenazgo:
- Sistema doméstico: El mecenas acoge al artista en su casa para que desarrolle su trabajo.
- El mercado: El mecenas se encarga de vender las obras que encargó al artista.
- La academia: El artista trabaja para el Estado.
De esta manera, el mecenazgo se convirtió en una práctica cultural, social, artística y política. Las obras más importantes del Renacimiento, desarrolladas por famosos artistas como Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, Rafael Sanzio o Sandro Botticelli, fueron realizadas por encargo de las familias nobles, de la propia Iglesia Católica o de las grandes monarquías europeas.
Los Medici.
La familia Medici fue el clan de mecenas más destacado de Italia y Europa. Su influencia en el campo del arte, la literatura y la arquitectura fue de gran importancia para la cultura renacentista. Bajo el linaje de los Medici, se patrocinaron a los talentos artísticos que hoy en día son considerados los principales representantes del Renacimiento.
- Juan di Bicci de Medici fue el primero de una importante lista de mecenas. Apadrinó a artistas y arquitectos como Masaccio y Brunelleschi.
- Cosme de Medici patrocinó a famosos artistas como Donatello y Fray Angelico.
- Lorenzo de Medici fue el mecenas de artistas como Sandro Botticelli, Leonardo Da Vinci y Andrea Verrocchio. También apadrinó a poetas y escritores humanistas de la talla de Marsilio Ficino, Pico della Mirandola, Cristoforo Landino y Angelo Poliziano, todos integrantes de la Academia Platónica de Florencia, que fue fundada por Cosme de Medici.
El mecenazgo moderno y contemporáneo.
A partir de los siglos XVIII y XIX, las prácticas de mecenazgo comenzaron a sufrir una importante transformación. El advenimiento de la Revolución Industrial y la Revolución Francesa trajeron consigo importantes cambios en el ámbito del arte y el patrocinio del arte. Además de la nobleza y el clero, surge la burguesía como clase dominante que intervendría de forma definitiva sobre las prácticas de mecenazgo.
Durante esta época, surgen dos grandes actores sociales: los coleccionistas de arte y los museos. El coleccionismo comenzó a expandirse como práctica de las nuevas burguesías adineradas que buscaban una expansión cultural y artística. La técnica del retrato por encargo y la colección de objetos artísticos de diferentes regiones del mundo se convirtieron en prácticas importantes de mecenazgo, mas allá de la nobleza y el clero. El propio Museo Británico, fundado en 1753, fue el primero de los grandes museos europeos y se formó a partir de una gran colección personal donada a la nación por el coleccionista Sir Hans Sloane.
En este período se potenció, además, el mercado del arte, en el cual los propios artistas componían y vendían sus obras a los coleccionistas o trabajan por encargo para las nuevas familias burguesas que compraban sus obras de manera independiente. Esto permitió un movimiento más activo del arte en sectores no pertenecientes a la nobleza y expandió la democratización del arte en la sociedad europea de la época. Sin embargo, paralelamente a las nuevas tendencias, la práctica de mecenazgo tradicional continúo en vigencia a través de importantes reyes y nobles que ejercieron el mecenazgo como Napoleón, protector de Jacques-Louis David; Carlos IV de España, mecenas de Francisco de Goya, Guillermo IV de Prusia, protector de Caspar David Friedrich; o, en la música, Luis II de Baviera, mecenas de Richard Wagner.
La importancia de las nuevas prácticas de mecenazgo en este período la vemos reflejada en el surgimiento del movimiento impresionista que tuvo a Claude Monet como su principal representante. El impresionismo surgió como un movimiento de artistas independientes, quienes se organizaban para exponer sus obras más allá de los cánones de la Academia de Bellas Artes. Este movimiento fue fuertemente impulsado por la influencia del galerista y comerciante de arte Paul Durand-Ruel, quien compró importantes obras impresionistas y llevó el estilo a otros países de Europa, donde se popularizó ampliamente.
Siglo XX y arte contemporáneo.
Durante el siglo XX, la democratización del arte y las nuevas formas de comercio y exposición como las galerías, museos o ferias itinerantes ampliaron las formas del patrocinio del arte. En este período, las nuevas burguesías continuaron teniendo un influjo importante sobre el fomento y mecenazgo del arte. Los grandes empresarios comenzaron a patrocinar el arte como estrategia de mercado y con fines financieros. Nombres como Rothschild, Morgan, Rockefeller, Carnegie, entre otros, se convirtieron en importantes patrocinadores y mecenas del mundo contemporáneo.
El advenimiento de las dos Guerras Mundiales produjo un incremento en las acciones del Estado en materia de arte, con el fin de lograr una conservación y valorización del patrimonio cultural y artístico de los países afectados por las guerras. El WAAC (Comité Asesor de los Artistas de Guerra), en Gran Bretaña, es un ejemplo de esta práctica de patrocinio y mecenazgo por parte del Estado mediante la creación de instituciones, museos y galerías dedicadas al patrocinio estatal de los artistas.
A partir de la segunda mitad del siglo XX, el patrocinio del arte comenzó a ser ejercido por los propios artistas o asociaciones artísticas que buscaron fomentar la obra de las nuevas expresiones y talentos del arte contemporáneo. Entre los casos más destacados se encuentra la asociación artística fundada por Andy Warhol, llamada The Factory, que apadrinó la obra de múltiples talentos emergentes como Jean-Michel Basquiat o la banda musical The Velvet Underground.
A partir de la mitad del siglo XX en adelante, el mecenazgo y el patrocinio del arte se han diversificado e innovado de múltiples y diversas maneras. La popularización del arte y el surgimiento de nuevas exposiciones, festivales, ferias, residencias artísticas, conferencias, seminarios y talleres creativos han expandido en gran medida las prácticas de mecenazgo y patrocinio desinteresado del arte en la actualidad.
Tipos de mecenazgo en la actualidad.
- Mecenazgo privado: Es la relación de mecenazgo que se establece a partir de los individuos o familias que encargan obras a los artistas por motivos privados, ya sea a retratos, decoraciones o reconstrucciones arquitectónicas. En el caso de las familias, hemos visto que esta práctica fue ampliamente desarrollada durante el Renacimiento y los siglos posteriores como una forma privada de mecenazgo en la cual los artistas son contratados o apadrinados por familias que se ven interesadas en su obra. En el caso de los individuos, se trata de galeristas, coleccionistas o gestores de arte y cultura cuyo interés es adquirir o fomentar la obra de determinado artista para exposiciones, galerías o para ser revendidas en el mercado del arte.
- Mecenazgo corporativo: También llamado patrocinio corporativo, se trata del mecenazgo ejercido por empresas y fundaciones cuyo interés radica en fomentar a los artistas desde una perspectiva corporativa. En muchas empresas, el mecenazgo es visto como un incentivo para el desarrollo de la RSC (Responsabilidad Social Corporativa), para la mejora de la imagen de la empresa y para ampliar las relaciones sociales y culturales dentro y fuera del espacio empresarial. En este sentido, las empresas se lanzan a financiar proyectos artísticos y culturales con el fin de tener un acercamiento a posibles sectores de interés en la sociedad. Las empresas suelen crear fundaciones de mecenazgo artístico y cultural como por ejemplo la Fundación Coca-Cola, la Fundación Banco Santander, la Fundación Iberdrola o la Fundación Telefónica. Todas desarrollan el mecenazgo empresarial o corporativo a través del cual apoyan a numerosos proyectos mediante formación profesional, educación artística, publicaciones académicas, exposiciones, restauraciones o conservación del patrimonio, entre otras.
- Mecenazgo público: Se trata del apoyo gubernamental y las políticas culturales desarrolladas desde el Estado y los gobiernos para el fomento del arte, la cultura y las ciencias. A través de leyes y normativas gubernamentales, los Estados tienen la responsabilidad de invertir y realizar un gasto público en materia de arte y cultura. Las actividades de fomento del arte desde las políticas públicas son muy diversas, ya que no sólo se extienden al ámbito del arte sino también a la investigación científica, literaria, el deporte, la sociedad y la cultura. Entre las actividades de mecenazgo público podemos destacar las siguientes:
- Desarrollo de proyectos de convocatoria y apoyo a artistas locales.
- Fomento del patrimonio histórico y restauración de monumentos.
- Creación de bibliotecas y archivos históricos.
- Apoyo a la investigación científica, proyectos ecológicos, sostenibilidad y desarrollo sostenible.
- Financiamiento a la arqueología e investigaciones arqueológicas.
- Creación de documentales y programas educativos del arte y la cultura.
- Organizar festivales y eventos de acceso a la cultura y derechos humanos.
- Organizar festivales de cine, ferias, exposiciones y premios.
- Fomentar la innovación tecnológica y el arte digital.
- Realizar eventos deportivos y fomentar el deporte amateur.
- Impulsar la inclusión social y el intercambio cultural, mediante campañas de concienciación.
- Crowdfunding y mecenazgo colectivo: El crowdfunding es una práctica de financiación colectiva que prescinde de las instituciones financieras como los bancos u organizaciones para apoyar económicamente determinado proyecto. En el caso del mecenazgo y el arte, el crowdfunding se trata de donaciones de usuarios o consumidores de la obra de un artista determinado que impulsan económicamente su obra por motivos altruistas, estéticos o ideológicos. Se trata de una práctica actual, ampliamente desarrollada en las nuevas plataformas digitales, en las cuales se realizan campañas de recaudación colectiva para fomentar la obra artística, cultural o intelectual de determinado autor de manera colectiva y no institucionalizada.
Citar este artículo
Aci, E. M. (11 de mayo de 2024). Definición de mecenazgo. Historia, exponentes, tipos, arte, cultura y ciencias. Definicion.com. https://definicion.com/mecenazgo/