Se emplea la palabra jurisprudencia para nombrar un lineamiento de principios jurídicos que se establece a partir de las sentencias que dictan los diversos órganos judiciales del Estado, de un modo sostenido y a lo largo del tiempo.
Existía otra acepción que hacía referencia al estudio que realizan los juristas y los filósofos del derecho, como si las conclusiones de dicho trabajo pudieran formar parte, también, de ese lineamiento. Pero hoy en día esta segunda interpretación ha tendido a caer en desuso, y se considera que son las sentencias las que van marcando la pauta jurisprudencial exclusivamente, asignando el nombre de doctrina al conjunto de estudios e indagaciones efectuados de modo teórico.
Si nos remontamos a su origen etimológico, podemos ver que el término proviene del latín iurisprudentia, que se compone del genitivo Ius, o Iuris, que se emplea para referirse al Derecho, y de prudentia, que es una contracción de providentia, y hace referencia al hecho de prever, a la previsión. De este modo, reuniendo ambas partes, la iurisprudentia designa a la ciencia del Derecho, compuesta por las reiteradas sentencias que los tribunales o magistrados han previsto acerca de cada situación que tuvieron que analizar y resolver.
Como es sabido, los romanos son aquellos que han forjado el Derecho tal como lo conocemos en la sociedad occidental. Históricamente, ha habido muchos pueblos que, por supuesto, han dispuesto leyes o incluso códigos normativos, y han regido su conducta conforme a ellos. Pero, justamente, lo que distingue al Derecho de aquellos sistemas de normas es que no se apoya solamente en las leyes, sino, además, en la jurisprudencia.
En Roma las leyes eran establecidas por medio de comicios ciudadanos o de otros órganos de naturaleza similar, pero lo fundamental para ellos pasaba por cómo esas leyes eran aplicadas en las sentencias en cada caso concreto. Por eso realizaron un trabajo sistemático y de gran envergadura en línea al archivo y categorización de cada uno de estos fallos judiciales y de sus fundamentos. Existían unos funcionarios de alto grado llamados pretores, que dirigían todo este sistema y se ocupaban específicamente del modo adecuado de interpretar las leyes.
El ejercicio del Derecho era, sin lugar a dudas, la profesión con mayor prestigio en Roma, y se generaba un volumen tan grande de literatura jurídica que los emperadores se veían obligados a ordenar que se hicieran compilaciones de todo ese saber. Entre muchas de estas compilaciones se destaca el Corpus Iuris Civilis, de Justiniano, que aún al día de hoy se considera como una de las piedras angulares de toda la estructura del Derecho en la sociedad occidental.
Ventajas del lineamiento jurisprudencial.
Lo que está en la esencia de este lineamiento es el trabajo que cada juez, tribunal o cámara tuvo que realizar de las normas a la hora de resolver un caso concreto. Así, hay ciertos puntos que pasan a cobrar una gran importancia:
- En primer lugar, no se desperdicia un tiempo valioso en volver a estudiar desde cero cuestiones que han sido tratadas con anterioridad por magistrados oficiales. Y acá es importante resaltar que la resolución aislada no constituye una base para generar jurisprudencia: en la reiteración de interpretaciones uniformes es que se va generando esta estructura más sólida en la que sí se puede confiar.
- Además, este lineamiento constituirá un apoyo válido para las situaciones en las que un juez o un tribunal carezcan de claridad en cuanto al modo de aplicación concreta de una norma. Se trataría de una suerte de principio de comunidad, o de equipo de trabajo conjunto, en el que se puede descansar sobre los hombros de las personas que han cumplido esa misma función con anterioridad en lugar de inventar la rueda cada vez.
- A su vez, existe una función unificadora en cuanto a la interpretación del derecho positivo, ya que, si bien un magistrado o un tribunal puede tomar, en cada caso concreto, la línea que más adecuada le parezca, también es cierto que si una pauta está muy asentada, y las decisiones suelen ir todas en la misma línea, habrá que fundamentar con argumentos muy sólidos los motivos que han llevado a tomar la decisión de diferir con esa línea y determinar algo diferente.
- Por otro lado, se realiza un trabajo de adaptabilidad a la vida práctica de leyes o normas que fueron planificadas en el ámbito legislativo, y que quizá no hayan tenido un roce con la realidad cotidiana. De este modo, es como si se “bajara a tierra” lo que estaba implicado en el espíritu de la ley, asimilándolo a lo que las personas hacen y recae en el arbitrio de los magistrados como fruto de la vida misma.
- Finalmente, y relacionado con el punto anterior, se pone en marcha un mecanismo de custodia de la ley, en el sentido que se podrán cotejar aquellas situaciones en las que el espíritu de una ley deje de ser acorde a los tiempos cambiantes del mundo, y se necesite una renovación de las pautas desde el legislativo. En las resoluciones judiciales saltará a la vista si las circunstancias vitales de las personas empiezan a diferir con lo que una ley planteaba en un tiempo determinado, y ya no es adecuado castigar a alguien por infringir un lineamiento que ha quedado en desuso.
Sistema continental y Common Law.
En el llamado Sistema continental, que es el que se sigue en la mayor parte de los países de Europa y Latinoamérica, se considera como fuentes de derecho a la ley, los usos y costumbres y los principios generales del derecho. No así la jurisprudencia. En estos sistemas, la jurisprudencia cumple con la función de unificar la doctrina y servir como apoyo para resolver en situaciones que no tienen un curso claro de acción, pero no es generadora de normas.
Esto no es así en los países que se rigen tomando como base los principios del Derecho anglosajón: aquí la jurisprudencia sí es investida con esta función de ser una fuente del derecho. Lo que esto implica es que las decisiones que toman los jueces para resolver los casos concretos que llegan a su consideración pasan a generar obligaciones, en lo sucesivo, para otros magistrados o tribunales a la hora de fallar sobre cuestiones que contengan elementos similares.
Así, a diferencia del Sistema continental, no son las leyes o los códigos los que marcan la pauta del comportamiento adecuado para los ciudadanos, sino que, en una dinámica de movimiento continuo, lo que la vida lleva a los tribunales es estudiado, interpretado y considerado, y cuando se resuelve acerca de ello, esta sentencia pasa a formar parte del sistema de derecho. Hay una interacción constante entre la vida de las personas y la letra de la ley, lo que previene el apartamiento progresivo y el anquilosamiento de las normas.
La jurisprudencia que opera de este modo es denominada case law, porque es la ley que ha surgido de un caso concreto. Y luego de que el tribunal emitió su fallo, este sentará un precedente que ha de ser considerado y respetado por los demás tribunales a la hora de evaluar casos que presenten características similares.
Un punto importante es que en el sistema del Common Law los tribunales no pueden optar por apartarse de un fallo que ha sentado precedente, mientras que en el Sistema continental la jurisprudencia es estudiada y considerada, pero siempre permanece en manos del juez o del tribunal la posibilidad de apartarse del criterio previo si su buen juicio lo insta a ello.
Citar este artículo
Lehrer, L. (21 de marzo de 2022). Definición de jurisprudencia. Su origen, el lineamiento jurisprudencial y la Common Law. Definicion.com. https://definicion.com/jurisprudencia/