El término hedonismo tiene su origen en el vocablo griego ἡδονισμός (hedonismos), del cual ἡδονή o hedone quiere decir placer (e -ismo, cualidad). Así, la noción identifica al sistema de pensamiento o teoría que apunta a la búsqueda de placer como base de la existencia.

Si bien tiene un uso coloquial y cotidiano (que más que sistema hace alusión a una actitud ante la vida), la realidad es que es un concepto ampliamente descrito en filosofía. Nos ocuparemos aquí de este análisis.

Relax
El hedonismo se asocia, coloquialmente, con una actitud de disfrute y placer en la vida, y con su búsqueda.

Historia: Antigua Grecia.

Hay dos corrientes de esta época que se consideran características del hedonismo en filosofía. Analizaremos cada una a continuación.

Escuela cirenaica: siglo IV a.C.

Esta escuela toma su nombre de quien se considera «el» filósofo del hedonismo, del placer. Aristipo de Cirene (435 a.C.-350 a.C.), filósofo griego, se dice que fue uno de los alumnos de Sócrates hasta su fallecimiento, y que posteriormente continuó expandiendo la filosofía de sus enseñanzas en su tierra.

No hay registro directo de sus obras, sino registros de terceros como Diógenes Laercio, quien le dedicó unas palabras en una de sus obras.

A grandes rasgos, la filosofía cirenaica establece una relación entre bienestar y placer: a mayor felicidad, más placer. Hay aquí una búsqueda constantemente orientada a obtenerlo; sin embargo, Aristipo señalaba que el hombre debía controlar tal búsqueda de placer, y no dejar que el placer lo dominase. La mención al placer no refiere únicamente al placer sensual o erótico, sino que tiene que ver con todos los aspectos de la vida: la comida, la bebida, la diversión, el disfrute… También señalaba que, dado que el futuro era un ámbito desconocido y ajeno al control, no debía ocupar (ni preocupar) a la humanidad.

Esta postura filosófica involucraba también al sensualismo, que señala la experiencia a través de los sentidos como la encargada de que produzcamos ideas (es decir, el mundo se conoce mediante tal experiencia de lo sensorial).

Se cree que el rechazo que este filósofo generó en la época, con su doctrina individualista, orientada meramente al disfrute y sin más consideraciones que el placer en el aquí y ahora, llevó a que sus registros y algunas obras que poseía se destruyesen.

Tras su fallecimiento en el 350 a.C., hubo algunos discípulos, como Hegesias, que difirió de esta idea de que la felicidad debía ser un equivalente del placer y consideraba que la felicidad era algo inalcanzable para el hombre. Su postura señalaba que hay más cosas que harán sufrir a los mortales que aquellas que los harán felices. Otro fue Anniceris, cuya búsqueda del placer no se limitaba al plano corporal, sino que se extendía a lo intelectual, lo moral, y apostaba por valores como la familia o la patria.

Viñedo con uvas
El hedonismo, en una de sus posturas, se relacionaba con el disfrute de la comida, la bebida, la diversión, el placer más inmediato.

El hedonismo del epicureísmo.

Esta corriente, denominada así por Epicuro de Samos (341 a.C-270 a.C.), apuesta al bienestar físico y mental en la existencia de la gente. Lo que en la escuela cirenaica era placer más bien físico, aquí es, asimismo, mental y espiritual. Hay una suerte de visión holística donde ambas cosas deben equilibrarse para alcanzar la plenitud.

Consideraba que pensar qué hay más allá de la vida era un sinsentido, que era de imposible acceso, por lo que el enfoque debe estar en el aquí y en el ahora. Sin embargo, este goce debe ser mesurado, pensado, no relacionado con un «éxtasis constante» y de búsqueda casi primitiva de satisfacer los deseos, que agobie la existencia y que se vuelva la única finalidad.

Así, optará por placeres de la mente antes que por aquellos que alteren la paz del espíritu: de ahí que la serenidad y la calma sean altamente valorados. Por tal razón, el equilibrio y la prudencia son admitidos positivamente en esta corriente. En el epicureísmo, también se clasifican los placeres de este modo:

  • Necesarios, naturales: aquellos que refieren a la subsistencia (comer, dormir).
  • Innecesarios: o alteraciones de los primeros.
  • Ni naturales ni necesarios: por ejemplo, el deseo del poder.

En este marco surgirá otro concepto: la ἀταραξία o ataraxia, la ausencia de turbación. Este era el estado ideal del ánimo y, en el caso del epicureísmo, implicaba la atención puesta en los placeres naturales y necesarios, y dejar de lado los demás.

Bienestar
En la corriente del epicureísmo, el estado ideal del alma era la búsqueda equilibrada de bienestar y placer.

Características generales del hedonismo.

Señalaremos los siguientes rasgos generales sobre esta doctrina:

  • Placer como bien supremo (ya sea sensual, espiritual, físico o material).
  • La satisfacción, será así, el fundamento que guíe la vida.
  • Evitar aquel tipo de daño que pueda herir, y hacerlo de cualquier manera.
  • Buscar tal fin, y conseguirlo, implica alcanzar la felicidad.
  • No debe confundirse, entonces, al hedonismo con una mera búsqueda y conquista del placer físico: tiene muchas formas de perseguirse, y el placer físico es solo uno de ellos.

Tipos de hedonismo.

Además de las dos corrientes principales, encontraremos que hay diferentes variedades de hedonismo en la historia. Describiremos brevemente algunas:

Eudemonismo.

Del griego εὐδαιμονία, «dicha» o «felicidad», es una corriente ética de la Grecia antigua también. Su propuesta es que lo que moviliza la conducta de las personas es la felicidad (ya sea individual, ya sea colectiva). Aquí el placer no es tanto el fin supremo como la felicidad, el bien al que todo humano aspirará. De acuerdo con Aristóteles, por ejemplo, si lo que distingue al hombre de otros seres es la racionalidad, hacer el bien será esa virtud a la que apuntaremos, dado que implica una especie de equilibrio entre lo que está mal y lo que está bien, y de tal equilibrio se logra la felicidad.

Utilitarismo.

Ya mucho más acá en el tiempo, hacia el siglo XVIII, surge otra propuesta en relación con el hedonismo, denominado hedonismo social o utilitarismo.

Los autores que destacan en esta corriente son Jeremy Bentham (1748-1832) y John Stuart Mill. Bentham propone, tal y como el añadido «social» sugiere, que la felicidad implica aquella acción que sea beneficiosa y positiva para la mayoría de la comunidad. En lugar del placer como regente, será la idea de utilidad la que oriente las acciones humanas.

Lo útil para Bentham será aquello con lo cual consigan alcanzarse objetivos, que sí pueden ser el placer y la felicidad. Sin embargo (y desde una postura más ética como la del autor), no es el placer y felicidad propios, sino el general, el colectivo: todo aquello que mejore la felicidad general y social será considerado bueno, correcto, y, por ende, útil.

Lo colectivo
El hedonismo social o utilitarismo aboga por un bienestar ya no de uno mismo, sino que involucre el bienestar colectivo, de los demás.

La religión y el hedonismo.

Si observamos los conceptos y postulados que las diferentes corrientes hedonistas proponen, se entenderá (sobre todo las primeras) cómo, de acuerdo con los postulados del cristianismo, pudo llegar la religión a oponerse a tales estilos y filosofías de vida. La complacencia corporal, el disfrute como eje de la vida y la búsqueda constante de placer son contrarios a los valores morales del cristianismo.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (23 de diciembre de 2021). Definición de hedonismo. Corrientes y tipos. Definicion.com. https://definicion.com/hedonismo/