La adaptación es la capacidad o la posibilidad de poder ajustarse a una situación o a un contexto.

Proviene de la palabra adaptare, del latín, y está formada por dos partes:

  • prefijo ad-: significa hacia
  • verbo aptare: se interpreta como adecuar, preparar o hacer que algo sea apto

En este sentido, algunos sinónimos que podemos encontrar relacionados con este concepto son cuadrar, adecuarse, amoldarse, ambientarse, e incluso avenir.

Se emplea esta noción, entonces, para hacer referencia al proceso de adecuarse a una circunstancia, que generalmente conlleva algún cambio. Usualmente se habla de adaptación en sentido positivo, ya que es una evidencia de que ha habido éxito al acomodarse.

Adaptación al cambio
La adaptación supone un ajuste, una adecuación, a alguna situación negativa o imprevista.

Adaptación en biología.

La adaptación cobra relevancia, hacia el siglo XIX, en el contexto del estudio riguroso sobre cómo ocurre el origen de los seres vivos. Charles Darwin (1809-1882), uno de los científicos más reconocidos no solo en aquel siglo sino en la posteridad, investigó el tema. En 1859 salió a la luz «On The Origins of Species» («El origen de las especies»), libro en el cual se abordan tres grandes ejes:

  • cómo evolucionaron los seres vivos
  • cómo sobrevivieron en condiciones específicas
  • la selección natural como eje del origen de las especies

Pero ¿qué es la adaptación? Su teoría aborda cómo las especies fueron evolucionando con el paso de la historia. Esto supuso una revolución en aquel momento. Hasta el siglo XIX, el espíritu científico lleva a analizar, estudiar, examinar e hipotetizar acerca de los objetos de estudio, con una rigurosidad sin precedentes. La biología fue el espacio que se contrapuso, así, al discurso religioso de esa época sobre el origen de todo los seres que hay en la Tierra.

Lo que aportaron sus viajes por el mundo y sus investigaciones fue la evidencia de que las diferentes especies (y su historia y desarrollo) presentaban elementos en común. Y más aún: que todas poseían un mismo origen pero habían ido sufriendo transformaciones con el paso del tiempo.

Las causas de estas variaciones descritas por Darwin pueden sintetizarse en un concepto: selección natural. ¿Qué significa esto? La selección natural supone que los organismos que existen y habitan un ambiente se adaptarán a los cambios que este provoque. Si se adaptan, sobreviven; si no, paulatinamente desaparecerán. Esto involucra al concepto de adaptación: cuando es exitosa, es decir, cuando ese rasgo nuevo es útil para el organismo, pasará luego a los nuevos miembros por herencia.

Un ejemplo claro al respecto es la evolución en las jirafas y el largo de sus cuellos. De acuerdo con la teoría darwiniana, esto tiene lugar por la búsqueda de nuevos alimentos. Estos animales comenzaron a tratar de obtener los frutos ubicados en las partes más altas de los árboles.

Jirafa
Las jirafas son el ejemplo típico sobre adaptación al ambiente: la necesidad de alimentarse dio lugar a una modificación en sus cuerpos.

Tal uso constante por tratar de alcanzar alturas importantes llevó a que, de a poco, sus cuellos comenzaran a adaptarse a tal necesidad: por ende, se alargaron. Esta teoría fue también sostenida por Jean-Baptiste de Lamarck, naturalista francés (1744-1829). 

Adaptación cultural.

Otro ámbito desde donde analizar la adaptación tiene que ver con el mundo cultural y social.

Las personas tenemos la capacidad de poder adaptarnos a numerosas situaciones de nuestra vida cotidiana. Ya sea en el ámbito laboral o en el plano social, contamos con múltiples recursos para esto:

  • adecuarnos a las normas
  • conocer el contexto en el que estamos insertos
  • aprender de otros
  • pedir ayuda con aquello que no comprendemos

Esta adaptación al entorno no es algo que se produzca sin enseñanzas previas. ¿Qué significa esto? Que el mundo que nos rodea tiene reglas y normativas esencialmente culturales. Por tal motivo, y como mencionamos, conocer la realidad en la que estamos, y el contexto fundamentalmente, es la clave.

Hay culturas en las que determinadas acciones están bien vistas. Por ejemplo, en Argentina es común saludar con un beso en la mejilla o con un abrazo o un apretón de manos. En lugares como Francia, en cambio, el saludo se hace con dos besos: uno en cada mejilla. La intimidad física de estos actos (un beso en la mejilla o un abrazo) pueden ser, en otras naciones, una descortesía para los miembros de esa comunidad. Puede estar, incluso, muy mal vista por la comunidad local.

Abrazo entre padre e hija
Las formas de saludar a alguien no son una norma universal, sino que se adaptan a cada sociedad.

Otro aspecto por destacar para la adaptación cultural es cómo se consideran estas normas. La adecuación o no de un gesto (por ejemplo, abrazar a alguien que saludamos en una población que considera esto incorrecto) supone que es inadecuado en ese ámbito.

El gesto en sí mismo no se considera correcto o incorrecto, adecuado o inadecuado: es el contexto el que hace que se entienda de tal manera. Por esa razón, analizarlo en términos de bien o mal de modo objetivo es erróneo. Son las normas sociales y culturales de una sociedad las que determinarán cómo considerar estos gestos u otras acciones.

Adaptación en la lengua.

En la actualidad, y por el mundo globalizado en el que vivimos, es frecuente el intercambio entre culturas y lenguas. Cualquier persona que tenga acceso a internet notará, al menos en español, cómo muchas palabras del universo digital son extranjeras. Hemos incorporado términos como chat, whatsapp (el sustantivo, no el nombre de la aplicación que lleva mayúscula), e-mail, home-office, pero también tuitear o chatear. Además, hay otros vocablos que pueden resultarnos menos ajenos dada la cotidianeidad del uso, como los siguientes: carpa, cancha, caucho y choclo, entre otros.

¿Cómo clasificar estas palabras? Pues bien, se las denomina préstamos lingüísticos. Han sido tomadas de otros idiomas y las hemos incorporado al nuestro. Es decir, son términos que surgen del inglés, del francés, del quechua, del mapuche o del portugués y que se incorporan al sistema léxico del español, en este caso.

Los préstamos lingüísticos pueden segmentarse en dos grupos:

  • Términos que atravesaron una adaptación: esto se realiza sobre aquellas palabras que se adecuan al sistema ortográfico de la lengua a la que se incorporan. Un ejemplo es el vocablo del inglés football. Para adecuarlo a la normativa del español, con el paso del tiempo se transformó en fútbol.
  • Hay otras palabras que, sin embargo, no tuvieron proceso de adaptación al español. Este es el caso de software, whatsapp, e-mail, carpe diem (expresión del latín que significa «aprovecha el presente») y atelier (taller), entre otras. Estas estructuras conservan la forma de escritura del idioma original. Se las denomina, también, extranjerismos.
Extranjerismos
Los extranjerismos son aquellos que no han tenido adaptación al idioma que los toma e incorpora.

Sin embargo, es cada vez más común que se creen nuevas alternativas a las palabras que no han tenido el proceso de adaptación a la lengua de llegada. Veamos algunos ejemplos:

  • Whisky (o whiskey): la opción que las instituciones que regulan el español ha propuesto es güisqui
  • Blue jean: su alternativa es bluyín
  • Gin tonic tiene una nueva opción: yintónic
  • El sustantivo tweet, que alude al mensaje de 280 caracteres de la red social Twitter, tiene su adaptación: tuit.

Es importante destacar que, así como las instituciones que regulan la lengua indican qué términos son correctos o incorrectos, en estos casos no ocurre lo mismo. Estas alternativas (güisqui, bluyín, yintónic) tienen la particularidad de ser recomendaciones. No constituyen una norma, sino que son sugerencias. Las academias han propuesto, sobre la base de sus pronunciaciones fonéticas, estas nuevas opciones, que no necesariamente los hablantes adoptaron o adoptarán.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (29 de abril de 2022). Definición de adaptación. Usos y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/adaptacion/