Activismo es el nombre con el que se conoce a una práctica mediante la que las personas se comprometen y participan en acciones vinculadas con la vida pública, cultural, política o social de su comunidad.

Este compromiso puede manifestarse de diferentes formas, y por lo general implica estar involucrados en un grupo más amplio. Así, se construyen redes de contención y apoyo con otros activistas que acompañan esa lucha.

La palabra proviene de activo, que a su vez deriva del latín actīvus, es decir, aquello que se mueve, que hace. En español, un sinónimo frecuente es militancia.

Características y causas.

El activismo implica la reunión de un conjunto de personas, pequeño o multitudinario, que unifica sus reclamos para poder manifestarse en contra de algo o de alguien, aunque también puede ser una manifestación para expresar apoyo. Este grupo de personas puede estar organizado, por ejemplo, por pertenencia a un mismo partido político, o puede que sea complementado con la protesta de ciudadanos de a pie.

En este sentido, todos quienes se sientan representados por ese reclamo pueden participar e involucrarse, ya que, además, el derecho a la protesta es uno de los derechos básicos de toda persona.

Compromiso ciudadano
El activismo implica que un grupo de personas se reúne, con una causa en común, para luchar por ella.

La causa de esta manifestación pública tiene que ver con que la movilización pública, en las calles de una comunidad, pone de manifiesto la cantidad de personas que se sienten identificadas bajo una campaña de concientización, la petición de un derecho o la sensibilización colectiva sobre una problemática.

Es una de las formas más explícitas mediante las que toda la comunidad puede participar, reclamar sus derechos civiles y ejercer el derecho a la protesta.

La preocupación por las problemáticas de su comunidad hace que las personas se planteen soluciones que generen cambio social o que brinden justicia social. Existen, además, diferentes formas mediante las cuales se puede demostrar resistencia como marchas pacíficas, sentadas, huelgas, entre otras.

Métodos y estrategias.

Las formas mediante las que los activistas se movilizan son múltiples, y han ido cambiando a lo largo de los años. Una de ellas es la conocida desobediencia civil. Esta forma de acción directa tiene lugar cuando un ciudadano o un grupo de ellos activamente elige incumplir una ley, una ordenanza o una orden de una autoridad.

Mediante esta modalidad, la persona explícitamente se opone a una disposición que considera injusta, ilegal o contraria a los derechos de las personas. Es una práctica que puede tener consecuencias, ya que hay una transgresión contra una norma.

Desobediencia civil
La desobediencia civil es una forma explícita de rehusarse a acatar una norma, una ley o una disposición considerada injusta.

Por otra parte, otra modalidad muy reconocida es la protesta, o las manifestaciones. Estas tienen que ver con la muestra pública de rechazo o de disconformidad contra algo o alguien. Son una de las maneras gracias a las cuales la ciudadanía manifiesta su aceptación o repudio, lo que provoca presión política sobre quienes gobiernan.

En múltiples ocasiones, estas manifestaciones han ayudado a que se legislen proyectos de ley, a que se detenga un proceso considerado perjudicial para la ciudadanía o a que tome más fuerza la conciencia y sensibilización sobre una problemática social.

Otras formas de activismo involucran los boicots, es decir, prácticas mediante las que se obstaculiza el normal desarrollo de una actividad entre dos partes, en ocasiones, dos instituciones o empresas.

Esta forma de acción colectiva, que no suelen extenderse en el largo plazo, busca más bien resultados efectivos en el corto plazo.

Finalmente, otra manera de practicar el activismo es mediante la concientización y la educación. Gracias a estas campañas, es posible difundir un mensaje, una propuesta o una problemática en diferentes espacios del entramado social.

Enseñanza y aprendizaje
La educación es, también, una herramienta esencial para la construcción de conciencia y sensibilidad colectiva.

Si bien una problemática puede ser conocida por toda una comunidad, en ocasiones, sus causas, las formas de resolverlo y fundamentalmente sus efectos no siempre son completamente comprendidos. Gracias a estas campañas, las personas pueden adquirir mayor conciencia de cómo puede afectar esto sobre ellos, sobre sus seres queridos y su impacto a futuro.

Temáticas.

Los temas y las problemáticas que el activismo aborda son tan variados como los sucesos que tienen lugar en una comunidad. Veamos, a continuación, algunas de las temáticas más relevantes a lo largo de la historia. En primer lugar, el activismo por los derechos civiles y la justicia social.

Quienes han participado y participan a lo largo de la historia en manifestaciones por los derechos civiles trabajan para garantizar la seguridad y libertad de las personas. Gracias a este trabajo, se promueve un trato igualitario para personas de diferentes clases sociales, etnias, orientación, género, religión, y otros.

Otro tipo de activismo es el vinculado con el ecologismo y el medio ambiente. Esta forma de participar en la vida social aborda las diferentes problemáticas ambientales para protegerlo y preservarlo, fundamentalmente a futuro.

Su importancia no es solo causar conciencia a nivel individual, y que tomemos dimensión de nuestras acciones diarias y cómo podemos ayudar a disminuir sus efectos negativos (como el uso de plásticos, el consumo de productos de origen animal y los derechos de los animales, entre otras). También, se busca tomar acción más concreta, y tener influencia sobre la promulgación de leyes.

Finalmente, estos movimientos sociales ayuda a que las grandes empresas tomen dimensión del daño ecológico que sus actividades pueden causar, y ayuda a que cada vez más de ellas incorporen tecnologías que sean cuidadosas con el ambiente o que reciclen sus desechos, entre otras.

planeta
El activismo ambiental no solo se ocupa de problemáticas actuales, sino de prevenir y de concientizarnos de los efectos negativos a futuras generaciones.

Su impacto.

Uno de los efectos más evidentes sobre el activismo, en sus diferentes modalidades, es que aquella temática sobre la que se genera esa acción se difunde con gran rapidez en todo el entramado social. Si bien hace algunos años esto podía relacionarse con lo rotundo de una manifestación multitudinaria en las calles, en la actualidad esta difusión suele estar acompañada de acciones con otro instrumento complementario.

Esto significa que es esencial considerar el vínculo entre redes sociales y activismo: la protesta se difunde en medios de comunicación, pero también entre grupos de amigos, en grupos de trabajo y otros espacios. Esto también se conoce como activismo digital, y en la actualidad es una de las formas más rápidas de expandir una propuesta.

Esto contribuye positivamente a que el mensaje que se busca difundir llegue a más personas, y que esta se interioricen y se sensibilicen frente a ella.

Además, esta forma de manifestación social puede tener un impacto fundamental en la concreción o no de leyes. Al trabajar sobre campañas de concientización y difusión, quienes deben votar por la aprobación de esas leyes pueden comprender la problemática desde otra perspectiva, y modificar sus enfoques, e incluso sus decisiones legislativas, llegado el momento de votar.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (9 de octubre de 2023). Definición de activismo. Rasgos, manifestaciones y ejemplos. Definicion.com. https://definicion.com/activismo/