La palabra verbo proviene del latín verbum y significa “palabra”. Una línea tradicional de enseñanza propone que la definición de verbo es que es una acción: caminar, correr, pensar, actuar, dormir, saltar, etcétera. Sin embargo, y con la evolución de los estudios y teorías sobre esta categoría, se ha ampliado tal propuesta inicial y podemos definirlo, de modo más amplio, como aquella palabra que expresa acción, proceso o estado.
Podemos analizar esta acepción desde múltiples aristas: desde lo semántico, lo sintáctico o lo morfológico. Daremos aquí un breve panorama sobre ellos, cómo reconocerlos, qué tipos de verbos existen, y otras maneras de abordarlos.
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¿Qué es el verbo?.
En el ámbito de la gramática, el verbo es una de las categorías más difíciles de definir. Como adelantábamos, ha sido tradicionalmente asociado con la idea de acción y, posteriormente, con la de “estados y procesos”. Procuraremos, en este artículo, profundizar en este concepto tan complejo.
Morfología verbal.
La morfología (μορφo, morpho, “forma”, y λογία , logia, “tratado”) se encarga de estudiar las estructuras de las palabras.
Sobre el verbo consideraremos dos partes. Para ello, tomaremos el ejemplo del verbo “cantábamos”:
- Lexema o raíz: La parte que contendrá el significado básico: nos informa qué es lo que ocurre. Todo verbo (y otras categorías como sustantivos o adjetivos) tiene raíz. En nuestro ejemplo, la raíz es “cant-”.
- Morfemas o desinencias: Las partes que se añaden al lexema y terminan de “construir” al verbo. Su función es aportar el significado gramatical: en nuestro ejemplo, “-ábamos” (1.° persona plural, pretérito imperfecto, modo indicativo). En el próximo apartado describiremos cómo se construye este significado en detalle.
Morfemas verbales: ¿cómo se construye un verbo?.
Dijimos que los morfemas son lo que se añade al lexema para construir el significado. Cada uno de estos lexemas posee información gramatical que se trabaja desde cuatro categorías:
1- Tiempo.
Es la categoría mediante la cual se ancla la acción de la raíz (“cant-”) a un momento cronológico. A grandes rasgos tenemos 3 tipos:
- pasado (acciones que ya han ocurrido)
- presente (acciones que tienen lugar en este momento)
- futuro (acciones que tendrán lugar a posteriori).
Dentro de cada uno de estos “tiempos” generales tendremos otros que expresan diferentes especificidades temporales. Tenemos tiempos simples:
- Presente: Acción que ocurre en este momento: (Yo) canto/temo.
- Pretérito perfecto: Acción que ya ocurrió y ha finalizado: (Yo) canté/temí.
- Pretérito imperfecto: Acción que ocurría en pasado: (Yo) cantaba/temía.
- Futuro simple: Acción que ocurrirá posteriormente: (Yo) cantaré/temeré.
Y tiempos compuestos (es decir, que se forman con el participio del verbo que es precedido por “haber”). Algunos son:
- Pretérito perfecto: (Yo) he + cantado/temido.
- Pretérito pluscuamperfecto: O “pasado del pasado”, describe una acción que ha terminado antes de otra acción en pasado: (Yo) había + cantado/temido.
- Futuro compuesto: Una acción que ocurrirá a futuro pero antes que otra (en futuro también): (Yo) habré + cantado/temido.
2- Modo.
En español tenemos tres modos:
- Indicativo: Transmite hecho, información o acción que consideramos “real” porque es altamente probable que ocurra: Hoy llueve.
- Subjuntivo: Expresará acciones hipotéticas, probables. Suele precederle un “que”: Espero que mañana no nieve.
- Imperativo: Expresaremos con este modo una orden, un pedido: Andá y buscá mis llaves.
3- Número.
Este morfema se construye en relación con quién o quiénes realiza o realizan la acción. Hay dos: singular (una persona) o plural (dos o más personas).
4- Persona.
Con esto se indica quién/es realiza/n la acción:
- Primera persona: el “yo” (singular) o el “nosotros” (plural). Yo amo/canto/tenía sueño.
- Segunda persona: expresa un “vos” (o un “tú” en las regiones que tutean) o un “ustedes” (en España esta variedad se expresa con “vosotros”): (Vos) tenés sueño/¿querés venir?/¿(Ustedes) quieren venir?.
- Tercera persona: expresa un “él/ella” o “ellos/ellas”: (Ellos/ellas) tienen sueño/habían estado durmientor o (Él/ella) tiene sueño/quería dormir.
En español, la particularidad de la lengua hace que podamos omitir, en ciertos contextos, el pronombre (yo, tú, él, nosotros, ustedes, ellos) dado que el verbo refleja de forma “transparente” a quién estamos haciendo referencia:
Si yo digo “Iré a mi hogar”, este verbo refleja:
- una acción que realiza un “yo” (es decir, está en primera persona),
- que además es singular (dado que el plural es irem-os).
Morfología: formas no verbales o verboides.
Para introducir este grupo tomemos el concepto “verboide”. -oide significa “semejanza, apariencia”, lo cual nos permite traducirlo como que tiene apariencia de verbo. Es la definición más gráfica sobre este conjunto compuesto por tres formas verbales que no se conjugan, es decir, que no expresan ni tiempo, ni persona, ni modo ni número. Estrictamente no son verbos: lo parecen a simple vista, pero no cumplen la función de “acción, estado, proceso”, sino que de cierto modo cumplen las funciones de otras categorías:
- El infinitivo: terminación -ar, -er, -ir (como el paradigma regular de verbos), cumple la función de sustantivo: Fumar es perjudicial para la salud.
- El participio: terminación -ado/a, -ido/a. Cumple la función de adjetivo: Tiene el diente partido/ la muñeca partida.
- El gerundio: terminación -ando, -iendo. Cumple funciones de adverbio: Caminando hacia mi casa, encontré dinero.
El verbo y la sintaxis: el núcleo de una oración.
La sintaxis es la parte de la gramática que trabaja el orden y las reglas con las que las palabras se combinan para formar una oración.
Es común acceder a este segmento de la gramática cuando, durante la escolarización, nos enseñan a analizar oraciones: pues bien, en este trabajo meticuloso es fundamental, en primer lugar, aprender a reconocer cuál es el verbo conjugado, que será el verbo principal. En torno a este reconocimiento, el análisis restante se simplifica. Una oración como la siguiente:
«María caminaba por una calle extensa que tenía muchos árboles«
Tiene dos verbos: caminaba y tenía. Si bien ambos están conjugados, caminaba es el principal (tenía es parte de la oración subordinada, la oración dentro de la oración, “que tenía…muchos árboles”). En torno a este verbo es que descubriremos las categorías de sujeto (quién hace la acción), complementos (circunstancias como cuándo/cómo ocurrió, entre otras, objeto directo, objeto indirecto, etcétera).
Una oración puede tener varios verbos conjugados: “María caminaba por la calle y pateaba piedras de camino a casa” o, incluso, puede no tenerlo expreso: “José tenía 18 años; Martín, 15” (la coma entre Martín y 15 representa este verbo que no se ha colocado, y que en español es perfectamente válido).
Tipos de verbos.
Dos de las categorías más extendidas tienen que ver con cómo se configuran los verbos en el paradigma:
- Regulares: siguen la conjugación tradicional del paradigma: amar/temer/partir.
- Irregulares: tienen una conjugación particular, producto de modificaciones en el plano ortográfico para adecuarlos, muchas veces, al paradigma: Yo soy, vos sos, tú eres, nosotros somos.
Existen también verbos copulativos (ser, estar, parecer), impersonales (haber, por ejemplo, en referencia a fenómenos meteorológicos). Un caso muy particular es el de los defectivos: no poseen paradigma verbal completo por su mismo significado, como llover. «Yo lluevo, tú llueves, él/ella llueve» no son opciones válidas. Si bien gramaticalmente puede construirse este paradigma, no es válido desde lo semántico: aquí nos encontramos en un cruce entre semántica (relativo al significado) y gramática muy curioso.
Un fenómeno interesante: voseo y tuteo.
Cuando se trabaja en las formas de conjugar un verbo, es notorio que hay algunos que poseen doble forma:
- Vos tenés/ tú tienes
- Vos cantás/ tú cantas
- Vos vivís/ tú vives
Los cambios entre estas dos modalidades no se dan solo a partir del pronombre “tú/vos” que se registra en distintas partes del mundo hispanohablante, sino que también se traslada a cómo se escriben y construyen estos verbos: algunos se diferencian por diptongos (tienes/tenés, mientes/mentís) y usualmente se distinguen porque los verbos de regiones voseantes incluyen tilde al final (cantás, morís, bailás, escuchás, esperá) y los de las regiones tuteantes, no la tienen (cantas, mueres, bailas, escuchas, espera).
Estas diferencias guardan relación con cómo cada país, en su historia, fue registrando estos usos y en cómo se fueron extendiendo. Indicaremos a continuación algunas naciones que vosean y que tutean:
- Voseo: Argentina, Uruguay, Paraguay, regiones de Bolivia, Chile, Perú, Colombia, Honduras, etcétera. No en todos se emplea del mismo modo. Por ejemplo, en Argentina el “vos” es la única forma válida al hablar, no así en territorios como El Salvador, donde «tú» y «vos» son ambas formas válidas.
- Tuteo: España, Filipinas, República Dominicana.
Citar este artículo
Fernández, A. M. (17 de diciembre de 2021). Definición de verbo. Morfemas, morfología y sintaxis. Definicion.com. https://definicion.com/verbo/