El concepto de semántica se emplea para aludir al estudio del significado que las palabras y las expresiones pueden tener en una lengua. Su origen está en el vocablo griego σημαντικός, que en español se traduce como “significativo”. La raíz del término, σῆμα (sema), se interpreta como “señal”.

Semántica es, además, un área de estudio dentro de la lingüística (disciplina que hace foco en el lenguaje). En ella se observa y se examina lo relativo al significado y la interpretación.

En términos generales, la manera en la que se realiza un análisis desde la semántica es descomponiendo y fragmentando: es decir, analizando las partes. Este proceso, que puede hacerse tanto en vocablos como en frases, supone un doble movimiento:

  • el análisis de la palabra en sí
  • el análisis entre el término y su contexto
Libro y palabras
La semántica trabaja con oraciones y expresiones. La finalidad es analizar significados.

La semántica y el análisis de sus partes.

La semántica, como área de la lingüística, tiene algunos conceptos centrales a partir de los cuales trabaja.

Al pensar en cómo tomar una palabra o una expresión para poder analizarla, nos centraremos indefectiblemente en partes o componentes:

Sema.

Para iniciar un análisis semántico hay que tener en cuenta que, tanto en un expresión como en una palabra, hay piezas grandes y otras más pequeñas. Si se considera esto último, encontraremos el término sema. ¿Qué es? Es la unidad más pequeña, en el análisis, que tiene significación. Veamos un ejemplo. Para estudiar el vocablo mesa desde la semántica, encontraremos los siguientes semas:

  • mueble de madera
  • tabla horizontal
  • patas o soportes
  • sirve de apoyo de objetos, entre otras características

Para la palabra hombre, tendremos algunos de los siguientes semas:

  • ser humano
  • género masculino
  • mamífero
  • mortal
  • bípedo, entre otros

El sema se conoce también como rasgo semántico. Su función es poder caracterizar a cada término (o lexema). La forma de hacerlo es mediante descripciones, adjetivos o caracterizaciones: en síntesis, haremos una lista de qué significa esa palabra. Podemos, a su vez, clasificar los tipos de semas que existen en función de su naturaleza.

  • Por una parte, desde el terreno de la lengua hay dos rasgos:
    • Específicos: al pensar en una taxonomía dentro de la cual incluir a un semema (una palabra), el rasgo específico será aquel que los otros sememas de esa taxonomía no posean. En la taxonomía mamífero (donde podemos incluir perro, gato, ballena azul, pero también hombre), el rasgo específico de hombre, respecto de todos los otros sememas de ese grupo, será ser humano. Se contrapone al rasgo específico animal, que todos los demás sememas sí cumplen.
    • Genéricos: con este rasgo puede describirse un semema dentro de un grupo. Dicho de otra forma, son los semas que hacen que un semema entre en relación con otros. En los sememas casa, cabaña y rascacielos, los semas genéricos serán construcción, varios ambientes, que la gente lo habite, entre otros. Son los rasgos que comparten.
Imagen de un hombre
La diferencia entre la palabra «hombre» y «perro» o «gato» radica en un rasgo que estos dos últimos no poseen: «ser humano». Los tres, sin embargo, comparten el rasgo «mamíferos».
  • Por otra parte, desde una perspectiva discursiva, hay dos rasgos:
    • Inherentes: son los rasgos que podemos describir en un semema por defecto, que está en su naturaleza y que no podemos modificar. Un ejemplo es en el semema planta: un rasgo inherente sería vegetal.
    • Aferentes: Estos se relacionan con descripciones más bien sociales, no con características naturales o intrínsecas. Es decir, son rasgos que se le han asociado culturalmente a este semema. Si consideramos el semema hombre, un sema aferente puede ser fuerza o liderazgo; si trabajamos en torno al semema mujer, algunos rasgos aferentes pueden ser emocionalidad o sensibilidad. Son caracterizaciones que tienen que ver con cómo ese semema (o palabra) se ha construido en determinados contextos o momentos históricos.

Semema.

El concepto semema abarca al conjunto de semas con los que se caracteriza a un término. No hay uniformidad con el nombre de la noción, ya que hay áreas de la lingüística que lo denominan morfema. ¿Qué es, entonces, el semema? Es la palabra de la cual surgen los semas. Mesa, hombre, perro, gato y ballena azul, por mencionar algunos, son sememas.

Archisemema.

Finalmente, dentro de este análisis podemos considerar una última noción: archisemema. Con este nombre se designa al sema que todo un grupo de sememas comparte, como ocurre con los sememas chimpancé, caballo, elefante, perro o ballena azul: son animales y este, entonces, es el archisemema.

Campo semántico.

Un concepto importante en la semántica es el de campo semántico. Muchas de las definiciones (como rasgo inherente o rasgo genérico) pueden comprenderse mejor a partir de pensar un semema en relación con otros. ¿Qué significa esto? Que emplear una lógica relacional entre los elementos dentro de un grupo permite descubrir que entre ellos hay rasgos en común pero también rasgos que los distinguen o los oponen. Esto es central para poder clasificarlos. Cuando comparten una serie de rasgos y características, podemos incluirlos dentro de un mismo campo semántico.

Una misma palabra puede pertenecer a un campo semántico junto a otras, pero además puede diferenciarse de ellas si se toma otro rasgo de referencia. Pensemos, por ejemplo, en que hombre, mujer, niño y niña están dentro del campo semántico “seres humanos”. Sin embargo, si consideramos un campo semántico “adultos”, quedan afuera de esta categoría.

A grandes rasgos, es posible diferenciar dos tipos de campos semánticos:

  • Abierto: pueden añadirse nuevos elementos a él
  • Cerrado: son una lista que no permite sumar nuevos elementos. Un ejemplo son los días de la semana: son siete. Quitar o sumar componentes es una tarea que puede llevar muchos años y no siempre se resuelve. Esto ocurrió con la lista de preposiciones en español: tradicionalmente son 23, pero so, cabe, vía y versus, que han caído en desuso, a veces son quitadas de tal listado.

El concepto de campo social abierto tiene dos características: en primer lugar, que permanentemente es posible crear nuevas palabras. Esto ocurre siempre que se respeten las reglas ortográficas de cada lengua. Veamos qué pasa con verbos relacionados con el mundo digital: chat es una palabra del inglés, igual que Google. Sin embargo, hace ya mucho tiempo se escucha chatear, googlear (o guglear) y otras, como tuitear. ¿Son palabras correctas? Siguen las reglas del español para producir un infinitivo (raíz + -ar, -er o -ir), por lo que sí son adecuadas.
En segundo lugar, los campos semánticos abiertos no son exhaustivos. Es imposible agotar en una lista a todos los miembros dentro de una categoría, dada la cantidad de palabras que hay en un idioma.

Función de la semántica.

A primera vista, el análisis semántico puede parecer un proceso complejo, exhaustivo y casi hasta únicamente descriptivo. Lo es. Sin embargo, hay que tener en cuenta su potencialidad en relación con el uso del lenguaje en general, y con la forma en que vemos el mundo en particular.

Si consideramos el alcance de, por ejemplo, cómo se atribuyen los rasgos aferentes, surgirán algunos interrogantes:

  • ¿Cómo se determinó que al semema hombre le corresponda un rasgo como liderazgo, o fuerza?
  • ¿Cómo se ha establecido que, por oposición, al semema mujer le atribuyeran el rasgo debilidad o emocional? Estas preguntas, como muchas otras que puedan surgir, tienen un estrecho vínculo con lo histórico y con lo contextual.
Comunicación social
La semántica permite ver cómo muchos significados se construyen en sociedad.

A lo largo de la historia se han atribuido características a múltiples nociones, que con el paso del tiempo han cambiado y continuarán haciéndolo. El análisis que la semántica hace deja ver que los significados sí pueden ser inherentes al concepto, pero que en ocasiones lo social y lo cultural tienen mucho que ver.

Entender qué significa algo permite también reconstruir el contexto en que tal significado surgió. Podemos, de este modo, empezar a pensar qué decimos cuando expresamos algo, ya que vamos tomando conciencia de las características que se le atribuyen a algún concepto o a alguna idea.

La semántica nos ayuda a poner en contexto, finalmente, qué se piensa respecto de un concepto en un aquí y ahora concreto y definido. De esta manera, entenderemos cómo se concebía algo en otras épocas y si se ha reflexionado sobre esto o no.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (25 de abril de 2022). Definición de semántica. Ejemplos, términos y características. Definicion.com. https://definicion.com/semantica/