Cuando hablamos de tecnología nos referimos a aquellos conocimientos a partir de los cuales las personas han podido desarrollar herramientas para mejorar el entorno en el que viven. Es decir, hacerlo más saludable y agradable para la vida de los seres y, sobre todo, para optimizar las actividades del día a día.
Este vocablo deriva del griego y está formada por “tekne” que significa técnica, arte y “logia” que refiere a destreza. Por lo tanto, esta palabra podemos definirla como la técnica (o destreza) que algo posee o, que ese algo tiene sobre otra cosa. Su origen etimológico está compuesto por dos palabras que funcionan como raíz: por un lado, ΤεΧνολόϒος, que es arte, y, por otro lado, λόϒος, que es igual que decir tratado. En consecuencia, tecnología es llevar a la práctica un conjunto de habilidades y conocimientos para dar respuesta y solución a las necesidades humanas.
Entonces, podemos decir que la tecnología es un instrumento técnico y teórico que, al ser aplicado en forma lógica, permite que el hombre estudie, analice y reflexione sobre los caminos recomendables para desenvolverse en el mundo que lo rodea.
Muchas veces la tecnología es vinculada con aparatos sofisticados, avanzados y de gran impacto; sin embargo, este vocablo refiere a herramientas que facilitan la vida de las personas. Por lo tanto, estamos frente a la tecnología cuando, ante la presencia y uso de un instrumento técnico, podemos concretar una labor de modo exitoso. Es por ello que decimos que, por ejemplo, el cuchillo es una tecnología, pero también lo es la rueda, la computadora, el celular, etc.
Es decir, vivimos inmersos en la tecnología y esta existe desde tiempos remotos, pues, los individuos siempre han buscado la manera de transformar su experiencia de vida en algo más eficiente y eficaz. Asimismo, podemos afirmar que la tecnología es algo en constante movimiento, ya que todos los profesionales de este campo están innovando y generando nuevos elementos o aplicaciones que facilitan la praxis diaria.
Si analizamos con profundidad, es obvio que son las industrias las que más hacen uso de la tecnología de avanzada, pero la vida diaria está rodeada de elementos o instrumentos tecnológicos. Aquellos que permiten facilitar tareas, acelerar procesos y cambiar el entorno en el que se vive.
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Origen de la tecnología.
El origen de la tecnología es algo confuso, pues, muchos lo ubican en la Revolución Industrial; momento que marco un antes y un después en el uso de instrumentos de trabajo. Si bien, esto facilitó los procesos de producción y, por tanto, la economía; la tecnología tiene su origen muchos años antes. Las personas emplean instrumentos técnicos desde que son nómadas.
La ciencia tiene conocimiento de herramientas de trabajo improvisadas que el hombre de la prehistoria utilizó, ya sea para cazar como para vestir o alimentarse. El hecho curioso que permitió el avance tecnológico es el lenguaje. ¿Por qué? Porque a medida que los humanos fueron perfeccionando su instrumento de comunicación, la tecnología circundante se adaptó a las necesidades que las personas manifestaban tener. De esta manera, se fueron creando y usando elementos para lograr construir un mundo más habitable y cómodo.
Sin dudas, el advenimiento de la tecnología le ha permitido al humano mejorar los procesos de producción y, también, potenciar la calidad de vida de las personas. Es por ello que los avances no han cesado, sino todo lo contrario. Los científicos de diferentes campos o áreas están constantemente estudiando cómo generar nuevos recursos que permitan afianzar los ya existentes y así, cambiar la vida humana.
Pero, si tenemos que hacer mención al origen de la tecnología en forma más concreta, solo podemos afirmar que surgió como una respuesta a las necesidades que el hombre debía satisfacer. Nos referimos, por ejemplo, a acelerar los procesos de trabajo, ya sea en la agricultura o en la ganadería. Lo mismo ocurre en el campo de la salud, la educación, la cultura, como vernos a continuación.
Tipos de tecnología.
Los tipos de tecnología corresponden a una clasificación que depende de las características con las que se analice a los diferentes procesos técnicos Por lo tanto, dividiremos dicha tipología en partes.
Según el producto.
Tecnologías blandas.
Las tecnologías blandas tienen como objetivo principal mejorar el uso humano sobre la materia prima así como sobre los sistemas de producción y conservación. Si bien el producto de este tipo de tecnología no es tangible, sí hace referencia a las ideas de administración y buena organización de procesos.
Es por ello que su base está en las áreas humanas vinculadas con la toma de decisiones, la capacitación y la generación de ideas o estrategias.
Se apoyan en las ciencias humanísticas como la psicología y la economía. Asimismo, se aplican en procesos que buscan alcanzar eficiencia.
Tecnologías duras.
Las tecnologías duras resultan ser componentes tangibles y son producidas, por ejemplo, por la ingeniería, la mecánica, la física, la química, etc. Es decir, son herramientas que se pueden tocar, ver y ensamblar en sistemas tecnológicos mayores. O sea, estamos hablando de la producción real de bienes materiales.
Según su versatilidad.
Tecnologías flexibles.
Las tecnologías flexibles son aquellas que suelen ser utilizadas en varios campos o áreas y que, por lo tanto, tienen varios usos.
Tecnologías fijas.
Las tecnologías fijas solo se emplean cuando hay que crear un producto en concreto o cuando son propias de un área o campo científico determinado. Es decir, son generadas para realizar una sola tarea.
Según su innovación.
Tecnología de punta.
La tecnología de punta es aquella tecnología de revolución o, también llamada, de última generación. Es decir, hace referencia a aquella técnica o conocimiento que permite desarrollar algún tipo de aparato de avanzada. Se suelen aplicar en un lugar y momento específico.
Tecnología adecuada.
La tecnología adecuada es aquella que se diseña y se produce considerando su impacto social, económico y, sobre todo, ambiental.
Tecnología limpia.
La tecnología limpia es aquella que busca minimizar su impacto ambiental en relación con las tecnologías o las fuentes de energía que ya existen.
Tecnología de producción.
La tecnología de producción es el conocimiento necesario para poder diseñar y producir un producto o servicio según sus necesidades de mercado y, especialmente, de fabricación.
Tecnología educativa.
La tecnología educativa es un tipo de técnica que refiere al uso de dispositivos y aplicativos en el ámbito educativo. Representa una manera de acceder a la información gracias a elementos que facilitan el proceso de enseñanza.
El empleo de este tipo de tecnología permite a al grupo de estudiantes y docentes interactuar con diferentes espacios virtuales y plataformas y así adquirir conocimiento desde un punto de vista más innovador.
Nanotecnología y biotecnología.
Tanto la nanotecnología como la biotecnología son relativamente nuevas. La primera se suele usar en diferentes campos científicos de investigación. Se refiere al estudio, diseño y operación de herramientas a escala molecular. Mientras que el segundo, se refiere al empleo de elementos del metabolismo cuya base está en los microorganismos.
Diferencia entre tecnología y ciencia.
La diferencia entre tecnología y ciencia es mínima. Se suele confundir estos dos conceptos con mucha frecuencia, y es por ello que vemos necesario diferenciarlos.
Básicamente, la tecnología supone la utilización de conocimientos de la ciencia para crear o desarrollar algún tipo de bien o servicio. Mientras que, la ciencia, es el conocimiento que se logra gracias a la observación y la experimentación constante.
Entonces, podemos afirmar que la ciencia es el conjunto de conocimientos que explican los fenómenos; y la tecnología es la combinación de esos conocimientos para la producción de un bien o servicio tangible e intangible que permita mejorar la vida humana.
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Navicelli, V. (5 de marzo de 2022). Definición de tecnología. Origen, tipos, diferencia entre tecnología y ciencia. Definicion.com. https://definicion.com/tecnologia/
