Subjetividad es el vocablo que permite hacer referencia a la experiencia individual, la concepción del mundo y la percepción que tiene alguien en tanto en cuanto sujeto singular.

Es un concepto complejo, abordado por diferentes disciplinas y perspectivas teóricas, en donde confluye no solo la experiencia subjetiva y el mundo interior, sino también el contexto, las relaciones con otros seres, el entorno social y las dimensiones económicas, políticas y culturales.

El término proviene de subjectus, una palabra procedente del latín que alude a aquello que está debajo.

Conceptualización histórica.

A lo largo de la historia, la idea de subjetividad ha sido considerada por una gran cantidad de intelectuales y teóricos. Ya desde la antigüedad griega, pensadores como Platón o Aristóteles trabajaron sobre la autopercepción y el sentido del yo desde la singularidad del individuo. Sin embargo, las primeras construcciones modernas sobre lo que hoy entendemos como la subjetividad tienen su origen en el siglo XVII.

Percepción personal
Los debates sobre el yo, la propia percepción y su naturaleza son muy antiguos.

René Descartes (1596-1650), científico y filósofo francés, es conocido gracias a la expresión Cogito, ergo sum, que evidencia uno de los grandes descubrimientos de la historia moderna: la persona, si bien puede cuestionar todo a su alrededor, no puede poner en duda su experiencia subjetiva como sujeto que piensa.

Esta afirmación supuso un hallazgo esencial en la filosofía y en la naturaleza del acercamiento a la realidad y el conocimiento, además de que pone el foco en cómo la conciencia y la cognición son el centro de esta construcción del individuo.

Con el paso del tiempo, otros autores exploraron con mayor profundidad qué es la conciencia y su influencia sobre la construcción de la identidad personal. Más recientemente, cómo el autoconocimiento y la identidad se construyen también en relación con el contexto histórico, político y social de cada persona.

Su relación con la filosofía.

La filosofía es una de las disciplinas donde el abordaje de la subjetividad es una de las grandes problemáticas. Detallaremos a continuación la perspectiva de tres autores.

Søren Kierkegaard (1813-1855), teólogo y filósofo nacido en Copenhague, Dinamarca, explora el impacto que tiene la toma de conciencia de uno mismo (así como la interpretación personal del mundo) al momento de tomar una decisión desde la dimensión existencial (por ello es conocido como el primer existencialista).

Friedrich Nietzsche
Nietzsche es uno de los filósofos que aborda la problemática de la subjetividad a fines del siglo XIX.

Friedrich Nietzsche (1844-1900), por otra parte, fue un filólogo y pensador alemán conocido por sus profundos cuestionamientos a las creencias judeocristianas. Él sostuvo una postura perspectivista, donde la percepción personal sobre la interpretación del mundo es crucial para la construcción de sentidos, pensamientos y creencias.

Por otra parte, Michel Foucault (1926-1984) orientó sus obras a analizar el vínculo entre el poder y las estructuras sociales en relación con las construcciones subjetivas de cada individuo. En estas formas de autoexpresión, entonces, se manifiestan los discursos que circulan en ese momento y contexto histórico, e incluso explora (en su obra Historia de la Sexualidad) cómo las preferencias o gustos sexuales de alguien tienen influencia de las normas sociales que moldean y regulan estas prácticas.

Su abordaje desde la psicología.

Desde la psicología, en tanto, el abordaje de la subjetividad resulta una de las problemáticas centrales de esta disciplina. Explorar sobre la subjetividad nos ayuda a poder hacer una introspección profunda sobre la mente, los procesos cognitivos y las conductas y patrones de comportamiento en general.

Es la subjetividad la que, también, moldea nuestra perspectiva única sobre el mundo, nuestro punto de vista, nuestros valores personales y la forma de interpretar y procesar la información.

Amor propio
La forma de construir subjetividad propia impacta sobre la autoestima, la forma de comportarnos y nuestra forma de experimentar emociones, incluso.

La dimensión psicológica de este fenómeno nos permite comprender cómo las distintas emociones y experiencias impactan sobre un sujeto, en su identidad, su autoestima o su punto de vista. Esto, con el paso de los años, va construyendo una historia de creencias y valores personales que van conformando esa identidad única.

Los procesos cognitivos son influenciados por esta subjetividad: no hay una perspectiva única respecto de cómo, por ejemplo, puede recordarse un evento.

Dos personas pueden estar expuestas a la misma situación y, sin embargo, los procesos mentales que se desatan frente a ella (fundamentalmente si es traumática, repentina o negativa) pueden generar recuerdos diferentes. De este modo, la subjetividad, además de intervenir en el aspecto cognitivo, influye en la memoria.

Nuestra forma de responder o de reaccionar frente a procesos emocionales también tiene que ver con este elemento. Nuestros patrones de conducta, así como nuestras formas de reaccionar o el modo en el que respondemos con perspectiva emocional, se construyen sobre la base de nuestra subjetividad y nuestros procesos ideológicos, culturales, sociales y cognitivos.

Emociones
Podemos aprender a trabajar nuestras emociones y nuestra propia percepción a lo largo de la vida.

Toda esa experiencia funciona como un universo sobre el que podemos volver cuando reflexionamos o hacemos introspección. Puede funcionar como puntapié para reflexionar sobre nosotros, indagar en nuestras sensaciones frente a una circunstancia y analizar nuestras actitudes.

Su rol en la ciencia.

Cabe destacar cómo, a lo largo de los años, el estudio sobre la subjetividad ha ido adquiriendo carácter científico y hoy disciplinas como la psicología lo abordan con diferentes procesos para ayudar a la gente.

Sin embargo, la subjetividad no es solo un fenómeno que alcanza a quienes son observados por un teórico o autor: ese mismo especialista y científico es, también, alguien con su propia subjetividad.

La ciencia ubica a la objetividad como el elemento que impide que las influencias y creencias propias de un investigador interfieran sobre los procesos y resultados finales de una investigación.

Sin embargo, la elección de una temática para investigar, el abordaje metodológico o incluso la selección de métodos de análisis y hasta los resultados finales pueden verse atravesados y modificados por esta subjetividad.

Es importante, en estas instancias, que haya una reflexión introspectiva de parte de quien investiga para poder tener una perspectiva crítica no solo de su objeto de estudio sino de sí mismo también.

La subjetividad en investigación es un elemento que interviene. La labor del científico es también poder reconocer hasta qué punto su yo se involucra en el proceso científico para poder aprender a regularlo, que no comprometa la integridad del proyecto y que pueda haber una observación rigurosa y precisa sobre los eventos.

Citar este artículo

Fernández, A. M. (20 de enero de 2024). Definición de subjetividad. Historia, perspectivas y abordaje. Definicion.com. https://definicion.com/subjetividad/